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¡Tenga buen ánimo!La Atalaya 1993 | 15 de noviembre
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Después de bautizarse y pasar cuarenta días en el desierto meditando, orando y ayunando, Jesús se opuso con valor a Satanás. Cuando este lo tentó diciéndole que convirtiera las piedras en pan, Jesús se negó a hacerlo porque era impropio ejecutar milagros para satisfacer deseos personales. “Está escrito —dijo Jesús—: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová’.” Cuando Satanás le desafió a arrojarse del almenaje del templo, Jesús se negó a hacerlo porque hubiera constituido un pecado tentar a Dios a rescatarlo de un posible suicidio. “Otra vez está escrito —dijo Cristo—: ‘No debes poner a prueba a Jehová tu Dios’.” Satanás le ofreció todos los reinos del mundo si le rendía “un acto de adoración”, pero Jesús no apostató ni apoyó la alegación del Diablo de que los seres humanos no permanecerán fieles a Dios bajo prueba. Por ello, dijo: “¡Vete, Satanás! Porque está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’”. Ante eso, el Tentador “se retiró de él hasta otro tiempo conveniente”. (Mateo 4:1-11; Lucas 4:13.)
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¡Tenga buen ánimo!La Atalaya 1993 | 15 de noviembre
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[Ilustración en la página 18]
Como Jesús, podemos resistir las tentaciones si ponemos en práctica lo que dicen las Escrituras y citamos de ellas
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