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TailandiaAnuario de los testigos de Jehová 1991
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Territorio fructífero en los campos de refugiados
A consecuencia de los cambios de gobierno en Vietnam del Sur, Camboya y Laos en 1975, se produjo un éxodo masivo de refugiados a Tailandia, entre ellos muchos hermanos laosianos que tuvieron que abandonar sus hogares. En el centro de refugiados laosianos situado cerca de Nong Khai, a orillas del río Mekong, hubo una congregación durante algún tiempo que informaba la actividad de 20 e incluso más refugiados. Los hermanos aprovecharon bien el tiempo testificando a otros refugiados, muchos de los cuales no habían escuchado nunca las buenas nuevas en sus países de origen. Muchas personas interesadas empezaron a predicar a su vez, y varias se bautizaron mientras estaban en el campo.
Un misionero de la cristiandad invitó a una anciana budista de Laos a asistir a la iglesia del campo. La mujer era adicta a la nuez de betel y había intentado por todos los medios, pero sin éxito, dejar el hábito. Cuando mencionó su problema al misionero, este le contestó: “No importa. Puede mascar nuez de betel o fumar y ser cristiana. Eso sí, llévese la escupidera a la iglesia”. Ella creía que mascar nuez de betel era incorrecto, por lo que pensó: “Si me permiten mascar nuez de betel y fumar, probablemente permitirán también mentir y robar”. De modo que no fue a esa iglesia. Poco después de aquello, una de nuestras hermanas contactó con ella mientras predicaba. Casi inmediatamente, la anciana preguntó: “¿Se puede mascar nuez de betel en esta religión?”. Cuando la hermana le respondió que no, se dio cuenta de que los Testigos eran diferentes, y empezó a estudiar la Biblia.
Le contó a una amiga de sesenta y cinco años lo que estaba aprendiendo. La otra señora, también adicta a la nuez de betel, no sabía leer, así que nuestra hermana y la otra anciana le enseñaron a leer y escribir. Ambas mujeres comenzaron a asistir a las reuniones con regularidad. Sin embargo, no conseguían de ningún modo superar el hábito de mascar nuez de betel... hasta que estudiaron el capítulo sobre el consumo de drogas en el libro Verdadera paz y seguridad; solo entonces reunieron fuerzas para vencer el hábito. Cuando el superintendente de circuito visitó la congregación de aquel campo de refugiados, le contaron lo limpias que se sentían ahora y le dedicaron una amplia sonrisa para mostrarle que ya no tenían los dientes negros. Las dos se bautizaron en el campo.
Como el anciano y los dos siervos ministeriales de esta congregación no podían dejar el campo de refugiados para asistir a la Escuela del Ministerio del Reino, la escuela vino al campo. El superintendente de circuito les visitó y repasó con ellos todo el curso. Con el tiempo, todos los hermanos del campo fueron enviados a otros países. En algunos lugares se han desarrollado grupos y congregaciones que hablan laosiano a partir de aquel pequeño grupo fiel de Testigos refugiados.
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TailandiaAnuario de los testigos de Jehová 1991
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[Fotografía en la página 241]
Testigos laosianos se dirigen a un campo de refugiados. Había 20.000 refugiados a quienes predicar
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