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TailandiaAnuario de los testigos de Jehová 1991
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El “país de la sonrisa”
¿Ha oído hablar alguna vez del “país de la sonrisa”? Quizás tenga un gato siamés o haya oído hablar de gemelos siameses. Estos adjetivos están relacionados con el reino de Tailandia, un país exótico situado en el sudeste de Asia.
Tailandia tiene casi la misma extensión que Francia. Limita al oeste con Myanmar, al norte y noreste con Laos, al este con Camboya (Kampuchea) y al sur con Malaysia. Sus 56 millones de habitantes disfrutan de clima tropical todo el año. Las grandes extensiones de terreno fértil, especialmente en las llanuras centrales, y las condiciones ideales de cultivo convierten al país en una despensa natural de arroz. En los más de 2.600 kilómetros de aguas costeras del golfo de Siam y el mar de Andamán, que es un brazo del océano Índico, abundan los recursos marinos.
India y, especialmente, China ejercieron gran influencia sobre esta zona. Los comerciantes hindúes propagaron las fes hindú y budista por el “país de la sonrisa”. Pero, hace más de mil años, comenzó a llegar un pueblo desde el sur de China, los tais, de los que descienden la mayoría de los tailandeses.
En 1939, el país recibió el nombre oficial de Tailandia, que significa “país de los hombres libres”. Esta designación no solo muestra el amor de este pueblo por la libertad, sino que también responde a la realidad histórica del país, pues mientras la mayoría de los países vecinos han sido colonizados en siglos anteriores, Tailandia ha conseguido mantener siempre su independencia política. Sin embargo, había un tipo de libertad desconocida en ese país hasta que llegaron Goodman y Dewar. Veamos cómo creció la libertad en un pueblo sin antecedentes cristianos que habita en un país situado en la “parte más distante de la tierra”. (Hech. 1:8.)
Un país ajeno a la Biblia
Tailandia es un país budista desde que surgió como nación en el siglo XIII. Un 95% de la población es de confesión budista, el 4% musulmana y menos del 1% profesa el cristianismo. El budismo tailandés pertenece a una escuela muy tolerante, la theravada o hinayana. Debido a la creencia común de que todas las religiones son buenas, es normal que la gente practique el budismo y el confucianismo a la vez. El animismo está muy arraigado todavía y el brahmanismo impregna muchas de las prácticas budistas.
Uno de los principios del budismo, el karma, enseña que la condición social de cada uno es consecuencia de su conducta en la vida anterior. La filosofía budista prácticamente no tiene en cuenta la existencia de un ser superior ante quien debamos sentirnos responsables. Los budistas confían en sí mismos para llegar al conocimiento y la iluminación. El “Señor Buda”, como le llaman respetuosamente los tailandeses, ni enseñó que hubiera Dios ni negó su existencia.
En vista del panorama religioso, podemos decir que Tailandia ha sido un país ajeno a la verdad bíblica. En los siglos XVI y XVII empezaron a llegar a Tailandia misioneros de la cristiandad. Aunque estos intentaron que la gente se familiarizase con la Biblia, no les ayudaron a ‘conocer la verdad que los libertaría’. (Juan 8:32.) Para ello, los tailandeses tuvieron que esperar, hasta bien entrado el siglo XX, a que llegasen personas como Frank Dewar.
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TailandiaAnuario de los testigos de Jehová 1991
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[Fotografías en la página 191]
Dos vistas representativas del variopinto paisaje tailandés: arriba, la bahía de Phangnga, en el sur del país, rodeada de acantilados con numerosas cuevas naturales y, a la izquierda, las tres cabezas superpuestas de un gigante místico que se halla en el área del templo del Buda Esmeralda
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