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Puntos sobresalientes de las cartas a los Tesalonicenses y a TimoteoLa Atalaya 2008 | 15 de septiembre
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LA NUEVA congregación de Tesalónica ha sufrido oposición desde que se formó durante una visita del apóstol Pablo a esa ciudad. Por eso, cuando Timoteo —que quizá ronda los veintitantos años— vuelve de allí con un buen informe, Pablo se siente impulsado a escribir a los tesalonicenses para encomiarlos y animarlos. La carta, redactada probablemente a finales del año 50 de nuestra era, es la primera de las epístolas inspiradas de Pablo.
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Puntos sobresalientes de las cartas a los Tesalonicenses y a TimoteoLa Atalaya 2008 | 15 de septiembre
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“QUEDÉMONOS DESPIERTOS”
Pablo encomia a los tesalonicenses por “su fiel obra y su amorosa labor y su aguante”. Les dice que ellos son su “esperanza”, su “gozo [y] corona de alborozo” (1 Tes. 1:3; 2:19).
Luego el apóstol anima a los cristianos de Tesalónica a que se consuelen entre sí con la esperanza de la resurrección. Por último les recuerda que “el día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche”, y les insta a quedarse despiertos y mantener el juicio (1 Tes. 4:16-18; 5:2, 6).
Respuestas a preguntas bíblicas:
4:15-17. ¿Quiénes son “arrebatados [...] en nubes al encuentro del Señor en el aire”, y cómo sucede esto? Son los cristianos ungidos que están vivos durante la presencia de Cristo en el poder del Reino. Ellos se encuentran con el Señor Jesús en la región celestial invisible. Pero para lograrlo, primero tienen que morir y ser resucitados como criaturas espirituales (Rom. 6:3-5; 1 Cor. 15:35, 44). Como la presencia de Cristo ya ha comenzado, los cristianos ungidos que mueren en la actualidad no permanecen en ese estado, sino que son “arrebatados”, es decir, resucitados al instante (1 Cor. 15:51, 52).
5:23. ¿Qué quiso decir Pablo cuando pidió a Dios que fueran “conservados el espíritu y el alma y el cuerpo de [...] los hermanos”? El apóstol se refería al espíritu, el alma y el cuerpo de toda la congregación cristiana, que incluía a los cristianos ungidos de Tesalónica. En vez de pedir simplemente que se conservara la congregación, oró para que se conservara su “espíritu”, o inclinación mental. También pidió por su “alma” —su vida o existencia— y por su “cuerpo”, es decir, el cuerpo compuesto de cristianos ungidos (1 Cor. 12:12, 13). Este ruego destaca el profundo interés que Pablo sentía por la congregación.
Lecciones para nosotros:
1:3, 7; 2:13; 4:1-12; 5:15. Una forma eficaz de aconsejar es combinar el encomio sincero con la exhortación a esforzarse por mejorar.
4:1, 9, 10. Quienes adoran a Jehová tienen que seguir progresando en sentido espiritual.
5:1-3, 8, 20, 21. Puesto que se acerca el día de Jehová, “mantengamos nuestro juicio y llevemos puesta la coraza de la fe y el amor, y como yelmo la esperanza de la salvación”. Además, prestemos cuidadosa atención a la Palabra profética de Dios, la Biblia.
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