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Puntos sobresalientes de las cartas a los Tesalonicenses y a TimoteoLa Atalaya 2008 | 15 de septiembre
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Poco después, el apóstol escribe una segunda carta a los cristianos de Tesalónica. Esta vez corrige un punto de vista erróneo que algunos tenían y los exhorta a permanecer firmes en la fe.
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Puntos sobresalientes de las cartas a los Tesalonicenses y a TimoteoLa Atalaya 2008 | 15 de septiembre
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“ESTÉN FIRMES”
Parece que algunos miembros de la congregación habían distorsionado lo que Pablo escribió en su primera carta, y afirmaban que “la presencia [del] Señor” era inminente. Para corregir aquel punto de vista, el apóstol pasa a explicar lo que tiene que ‘venir primero’ (2 Tes. 2:1-3).
Pablo exhorta a los tesalonicenses: “Estén firmes y mantengan asidas las tradiciones que les fueron enseñadas”. Además, les ordena que “se aparten de todo hermano que ande desordenadamente” (2 Tes. 2:15; 3:6).
Respuestas a preguntas bíblicas:
2:3, 8. ¿Quién es “el hombre del desafuero”, y cómo será eliminado? Este “hombre” representa a la clase clerical de la cristiandad. El único autorizado a declarar los juicios de Dios contra los malvados y a dar la orden de ejecutarlos es “la Palabra”, o sea, Jesucristo, el Vocero Principal de Dios (Juan 1:1). Por ello puede decirse que Jesús acabará con el hombre del desafuero “por el espíritu [la fuerza activa] de su boca”.
2:13, 14. ¿Cómo se “seleccionó desde el principio para salvación” a los cristianos ungidos? Los ungidos fueron predeterminados como grupo cuando Jehová se propuso que la descendencia de la mujer magullara a Satanás en la cabeza (Gén. 3:15). Jehová también estableció los requisitos que debían satisfacer, el trabajo que harían y dijo de antemano que serían sometidos a pruebas. De esa forma los llamó para ‘este destino’.
Lecciones para nosotros:
1:6-9. Los juicios de Jehová se ejecutan de forma selectiva.
3:8-12. Se espera que los cristianos trabajen para ganarse el sustento y así continúen efectuando su ministerio. El hecho de que el día de Jehová esté cerca no debe utilizarse como pretexto para no trabajar. Si estamos desocupados, podríamos convertirnos en individuos perezosos que se “entremet[en] en asuntos ajenos” (1 Ped. 4:15).
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