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¿Cómo puedo vencer el hábito de la masturbación?¡Despertad! 1988 | 8 de marzo
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Los jóvenes preguntan...
¿Cómo puedo vencer el hábito de la masturbación?
“LA MANERA como estoy dirigiendo mis golpes es como para no estar hiriendo el aire”, escribió el apóstol cristiano Pablo. (1 Corintios 9:26.) Con estas palabras, comparó la lucha por controlar sus deseos a un combate de boxeo. Un boxeador que dirigiera sus golpes al aire pronto perdería la pelea. De igual manera, para luchar con éxito contra el hábito de la masturbación, uno debe saber cómo dirigir apropiadamente sus “golpes” o esfuerzos.a
“Tengan la mente preparada”
La lucha contra la masturbación se libra en nuestra mente. Por eso es oportuno que la Biblia recomiende “que tengamos la mente preparada [...] viviendo con sobriedad”. (1 Pedro 1:13, Nueva Biblia Española.) Por ejemplo: puede que uno vea algo sexualmente estimulante. La mente tiende a dejar correr la imaginación y da paso a impulsos apasionados. (Mateo 5:28.) Cuando eso ocurre, el cuerpo acusa un estado de excitación sexual. Cuanto más se entretenga la mente en pensamientos impropios, mayor será la excitación. Como consecuencia, dicha excitación puede inducir a la masturbación. Pero la mente debe esforzarse por rechazar el pensamiento inmoral. Si lo hace, la excitación se disipa y también cualquier sensación de incomodidad ocasionada por la tensión emocional del cuerpo.
No obstante, no es fácil rechazar un pensamiento impropio, sobre todo si uno está solo durante las horas nocturnas. A este respecto, un joven de diecisiete años explica lo que hace: “Ante todo, trato de ‘cambiar de tema’ con el fin de alejar la mente de las ideas que provocan el estímulo. Además, el recordar que gradualmente el impulso sexual se disipa lo hace más fácil”. Pero “cambiar de tema” tal vez requiera más que solo un esfuerzo mental. Una joven dijo: “Lo mejor que se puede hacer es salir inmediatamente de la cama y ocuparse en algún tipo de trabajo, o tal vez comer algo, de modo que la mente se interese en otras cosas”. En efecto, oblígate a meditar en ‘cuantas cosas sean de seria consideración, justas, castas, amables, cuantas sean de buena reputación, virtuosas y dignas de alabanza’. (Filipenses 4:8.)
Si se te hace difícil dormirte, procura imitar al fiel rey David, que dijo: “Cuando me he acordado de ti sobre mi canapé, durante las vigilias de la noche medito en ti”. (Salmo 63:6.) El que uno se obligue a meditar en Dios y en sus cualidades suele frenar el impulso. El salmista dijo: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo”. (Salmo 97:10.) No resulta fácil odiar una práctica que proporciona placer carnal momentáneo, pero piensa en cómo ve Dios ese hábito impuro. No obstante, también es necesario...
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¿Cómo puedo vencer el hábito de la masturbación?¡Despertad! 1988 | 8 de marzo
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“Tengan la mente preparada”
La lucha contra la masturbación se libra en nuestra mente. Por eso es oportuno que la Biblia recomiende “que tengamos la mente preparada [...] viviendo con sobriedad”. (1 Pedro 1:13, Nueva Biblia Española.) Por ejemplo: puede que uno vea algo sexualmente estimulante. La mente tiende a dejar correr la imaginación y da paso a impulsos apasionados. (Mateo 5:28.) Cuando eso ocurre, el cuerpo acusa un estado de excitación sexual. Cuanto más se entretenga la mente en pensamientos impropios, mayor será la excitación. Como consecuencia, dicha excitación puede inducir a la masturbación. Pero la mente debe esforzarse por rechazar el pensamiento inmoral. Si lo hace, la excitación se disipa y también cualquier sensación de incomodidad ocasionada por la tensión emocional del cuerpo.
No obstante, no es fácil rechazar un pensamiento impropio, sobre todo si uno está solo durante las horas nocturnas. A este respecto, un joven de diecisiete años explica lo que hace: “Ante todo, trato de ‘cambiar de tema’ con el fin de alejar la mente de las ideas que provocan el estímulo. Además, el recordar que gradualmente el impulso sexual se disipa lo hace más fácil”. Pero “cambiar de tema” tal vez requiera más que solo un esfuerzo mental. Una joven dijo: “Lo mejor que se puede hacer es salir inmediatamente de la cama y ocuparse en algún tipo de trabajo, o tal vez comer algo, de modo que la mente se interese en otras cosas”. En efecto, oblígate a meditar en ‘cuantas cosas sean de seria consideración, justas, castas, amables, cuantas sean de buena reputación, virtuosas y dignas de alabanza’. (Filipenses 4:8.)
Si se te hace difícil dormirte, procura imitar al fiel rey David, que dijo: “Cuando me he acordado de ti sobre mi canapé, durante las vigilias de la noche medito en ti”. (Salmo 63:6.) El que uno se obligue a meditar en Dios y en sus cualidades suele frenar el impulso. El salmista dijo: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo”. (Salmo 97:10.) No resulta fácil odiar una práctica que proporciona placer carnal momentáneo, pero piensa en cómo ve Dios ese hábito impuro.
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