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Conservemos la unidad en estos últimos di̇́asLa Atalaya 1996 | 15 de julio
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Uso apropiado de la lengua
9. ¿Cómo podemos utilizar la lengua para promover la unidad?
9 Hacer uso de la lengua para animar al prójimo es otra manera importante de promover la unidad y el espíritu fraterno. La carta que envió el cuerpo gobernante del siglo I para zanjar la controversia relativa a la circuncisión resultó muy animadora. Después de leerla, los discípulos gentiles de Antioquía “se regocijaron por el estímulo”. Judas y Silas, por cuyo medio se envió la misiva desde Jerusalén, “animaron a los hermanos con muchos discursos, y los fortalecieron”. Indudablemente, la presencia de Pablo y Bernabé también animó y fortaleció a los cristianos de Antioquía. (Hechos 15:1-3, 23-32.) Nosotros podemos hacer otro tanto en las reuniones cristianas al ‘animarnos unos a otros’ con nuestra presencia y nuestros comentarios edificantes. (Hebreos 10:24, 25.)
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11. ¿Por qué es importante la humildad cuando algo que hemos dicho ha causado tirantez en nuestras relaciones con un hermano?
11 Refrenar la lengua nos ayuda a conservar la unidad. (Santiago 3:10-18.) Ahora bien, supongamos que nuestras relaciones con un compañero cristiano están tirantes por algo que hemos dicho. ¿No sería apropiado que tomáramos la iniciativa en hacer las paces y, si fuera preciso, nos disculpáramos con él? (Mateo 5:23, 24.) Es verdad que se necesita humildad para hacerlo, pero Pedro escribió: “Cíñanse con humildad mental los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes”. (1 Pedro 5:5.) La humildad nos impulsará a ‘buscar la paz’ con nuestros hermanos, admitiendo nuestros errores y disculpándonos cuando sea necesario. Tal proceder conserva la unidad de la familia de Jehová. (1 Pedro 3:10, 11.)
12. ¿Cómo podemos emplear la lengua para promover y conservar la unidad del pueblo de Jehová?
12 Si usamos la lengua con discreción, fomentaremos un espíritu de familia entre los que componen la organización de Jehová. Así lo hizo Pablo, y por ello recordó a los tesalonicenses: “Bien saben que, como un padre hace con sus hijos, nosotros seguimos exhortando a cada uno de ustedes, y confortándolos y dándoles testimonio, a fin de que siguieran andando de una manera digna de Dios”. (1 Tesalonicenses 2:11, 12.) Su excelente ejemplo también le permitió instar a sus compañeros cristianos a que ‘hablaran confortadoramente a las almas abatidas’. (1 Tesalonicenses 5:14.) Imaginémonos todo el bien que podemos lograr si utilizamos la lengua para consolar, animar y edificar a nuestros semejantes. En efecto: “una palabra a su tiempo apropiado, ¡oh, cuán buena es!”. (Proverbios 15:23.) Además, este tipo de habla promueve y preserva la unidad del pueblo de Jehová.
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