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  • Pecado
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
    • Errores, transgresiones, ofensas. Las Escrituras con frecuencia enlazan “error” (heb. ʽa·wón), “transgresión” (heb. pé·schaʽ; gr. pa·rá·ba·sis), “ofensa” (gr. pa·rá·ptō·ma) y otros términos semejantes, con “pecado” (heb. jat·táʼth; gr. ha·mar·tí·a). Todos estos términos relacionados presentan aspectos específicos del pecado, las formas que adquiere.

  • Pecado
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
    • Transgredir equivale a “traspasar”. El pecado puede tomar la forma de una “transgresión”. La palabra griega pa·rá·ba·sis (transgresión) tiene el significado básico de “acción de traspasar”, es decir, el hecho de sobrepasar o ir más allá de ciertos límites, en especial en lo tocante a quebrantar una ley. Mateo utiliza la forma verbal (pa·ra·bái·nō) cuando registra la pregunta de los escribas y fariseos en cuanto a por qué los discípulos de Jesús ‘traspasaron la tradición de los hombres de otros tiempos’, así como la pregunta con la que Jesús respondió en cuanto a por qué estos opositores ‘traspasaban el mandamiento de Dios a causa de su tradición’, y de ese modo invalidaban la palabra de Dios. (Mt 15:1-6.) Este verbo también puede significar “descarriarse” o “desviarse”, como cuando Judas “se desvió” de su ministerio y apostolado. (Hch 1:25.) En algunos textos griegos se utiliza el mismo verbo al referirse a “todo el que prevarica, y no persevera en la doctrina de Cristo”. (2Jn 9, JT.)

      En las Escrituras Hebreas hay referencias similares al pecado de personas que ‘traspasaron’, ‘pasaron por alto’ o ‘pasaron más allá’ (heb. ʽa·vár) del pacto o las órdenes específicas de Dios. (Nú 14:41; Dt 17:2, 3; Jos 7:11, 15; 1Sa 15:24; Isa 24:5; Jer 34:18.)

      El apóstol Pablo muestra la estrecha relación del término pa·rá·ba·sis con la violación de la ley al decir que “donde no hay ley, tampoco hay transgresión”. (Ro 4:15.) Por consiguiente, si no existe una ley que le acuse, no se puede llamar “transgresor” al pecador. De manera consecuente, Pablo y los otros escritores cristianos utilizan pa·rá·ba·sis (y pa·ra·bá·tēs, “transgresor”) en un contexto legal. (Compárese con Ro 2:23-27; Gál 2:16, 18; 3:19; Snt 2:9, 11.) Como Adán había recibido un mandato directo de Dios, era culpable de “transgresión” de una ley declarada. Su esposa, aunque fue engañada, también era culpable de transgredir aquella ley. (1Ti 2:14.) El pacto de la Ley dado a Moisés mediante ángeles se añadió al pacto abrahámico “para poner de manifiesto las transgresiones”, de manera que ‘todas las cosas juntas pudieran entregarse a la custodia del pecado’, condenando legalmente a todos los descendientes de Adán, entre los que estaban los israelitas, y demostrando que todos necesitaban el perdón y la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús. (Gál 3:19-22.) Por lo tanto, si Pablo se hubiera sometido de nuevo a la ley mosaica, se hubiera vuelto a convertir en un “transgresor” de aquella Ley, sujeto a su condenación, y por lo tanto habría desestimado la bondad inmerecida de Dios que proporcionaba liberación de aquella condenación. (Gál 2:18-21; compárese con 3:1-4, 10.)

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