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“Compra la verdad misma y no la vendas”La Atalaya (estudio) 2018 | noviembre
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“Compra la verdad misma y no la vendas”
“Compra la verdad misma y no la vendas... sabiduría y disciplina y entendimiento” (PROV. 23:23).
1, 2. a) ¿Cuál es nuestra posesión más valiosa? b) ¿Qué enseñanzas valoramos mucho, y por qué? (Vea las imágenes del principio).
¿CUÁL es nuestra posesión más valiosa? ¿Estaríamos dispuestos a cambiarla por algo de menos valor? Para los siervos de Dios, la respuesta a estas preguntas es sencilla. Lo más valioso que tenemos es nuestra amistad con Jehová, y no la cambiaríamos por nada. También valoramos mucho la verdad de la Biblia, pues hace posible que seamos amigos de nuestro Padre celestial (Col. 1:9, 10).
2 Pensemos en todo lo que el Magnífico Instructor nos enseña en su Palabra, la Biblia. Nos dice cuál es su nombre y lo que significa, y nos revela sus hermosas cualidades. Nos explica el maravilloso regalo del rescate, que nos suministró por amor mediante su Hijo, Jesús. También nos habla del Reino mesiánico y les da a los ungidos la esperanza de vivir en el cielo y a las “otras ovejas” la de vivir en el Paraíso, en la Tierra (Juan 10:16). Además, nos enseña cuál es la mejor manera de vivir y comportarnos. Todas estas enseñanzas son muy valiosas para nosotros porque nos permiten acercarnos al Creador y le dan sentido a nuestra vida.
3. ¿Qué no significa la expresión: “Compra la verdad”?
3 Cuando la Biblia dice que compremos la verdad, ¿quiere decir que debemos dar dinero para tenerla? No. Jehová es tan generoso que hasta entregó la vida de su querido Hijo completamente gratis. Cuando él ve que alguien busca la verdad, lo ayuda a encontrarla y nunca le pide dinero a cambio. Es más, cuando un hombre llamado Simón le ofreció dinero al apóstol Pedro para que le concediera la autoridad de impartir espíritu santo, este lo corrigió diciéndole: “Perezca tu plata contigo, porque pensaste conseguir posesión de la dádiva gratuita de Dios mediante dinero” (Hech. 8:18-20). Entonces, ¿qué significa la expresión: “Compra la verdad”?
¿QUÉ SIGNIFICA COMPRAR LA VERDAD?
4. ¿Qué aprenderemos sobre la verdad en este artículo?
4 (Lea Proverbios 23:23). Conseguir la verdad de la Palabra de Dios requiere esfuerzo. Tenemos que estar dispuestos a hacer los sacrificios que sean necesarios. Como dijo el sabio escritor de Proverbios, una vez que hemos adquirido la verdad, debemos tener cuidado de no venderla o renunciar a ella. Vamos a ver lo que significa comprar la verdad y qué “precio” quizás tengamos que pagar para conseguirla. Eso nos ayudará a valorarla todavía más y fortalecerá nuestra decisión de no venderla nunca. Como veremos, vale la pena cualquier sacrificio que tengamos que hacer para comprarla.
5, 6. a) ¿Cómo podemos comprar la verdad sin dinero? Ponga un ejemplo. b) ¿Cuáles son los beneficios de comprar la verdad?
5 Hasta cuando una cosa se nos ofrece gratis, quizás tengamos que dar o hacer algo a cambio. La palabra hebrea que se traduce “compra” en Proverbios 23:23 también puede significar “consigue” o “adquiere”. Todas estas palabras conllevan la idea de obtener algo haciendo un esfuerzo o intercambiándolo por un artículo de valor. Por ejemplo, supongamos que en un mercado hay un letrero que anuncia que hay bananas gratis. ¿Aparecerán por sí solas en nuestra mesa? Claro que no. Aunque sean gratis, tenemos que dedicar tiempo y esfuerzo para ir al mercado y conseguirlas. De manera parecida, para comprar la verdad no tenemos que dar dinero, pero sí hacer algo a cambio.
6 (Lea Isaías 55:1-3). Las palabras de Jehová que encontramos en el libro de Isaías nos ayudan a entender lo que significa comprar la verdad. En este pasaje, Dios compara sus palabras a agua, leche y vino. Las verdades divinas son tan refrescantes como un vaso de agua limpia y fresca. Además, tal como la leche nos alimenta y contribuye a nuestro crecimiento cuando somos niños, las palabras de Jehová nos alimentan y contribuyen a nuestro crecimiento espiritual. Y ¿en qué sentido son como el vino las palabras de Jehová? En la Biblia, el vino se relaciona con la alegría (Sal. 104:15). Por eso, cuando Dios nos aconseja comprar vino, nos asegura que vivir de acuerdo con sus normas nos hará felices (Sal. 19:8). Mediante estas comparaciones, Jehová nos ayuda a comprender los beneficios de aprender la verdad y ponerla en práctica. Por tanto, veamos cinco cosas a las que renunciamos para comprar la verdad.
¿A QUÉ HEMOS RENUNCIADO PARA COMPRAR LA VERDAD?
7, 8. a) ¿Por qué tenemos que invertir tiempo para comprar la verdad? b) ¿Qué estuvo dispuesta a hacer una joven estudiante, y cuál fue el resultado?
7 Tiempo. Esto es algo que todos debemos invertir para comprar la verdad. Se requiere tiempo para escuchar el mensaje del Reino, leer la Biblia y las publicaciones bíblicas, tener un estudio personal, prepararse para las reuniones y asistir a ellas. Ese tiempo tenemos que sacarlo de actividades menos importantes (lea Efesios 5:15, 16). ¿Cuánto tiempo lleva aprender las enseñanzas básicas de la Biblia? Depende de las circunstancias de cada uno. Pero no existe límite a lo que podemos aprender sobre la sabiduría, la personalidad y las obras de Jehová (Rom. 11:33). El primer número de esta revista en inglés comparó la verdad a “una pequeña flor” y aconsejó: “No se conforme con una sola flor de la verdad. Si fuera suficiente con una, Dios no habría proporcionado tantas. Siga recogiendo; siga buscando”. Preguntémonos: “¿Cuántas flores de la verdad tengo?”. Incluso cuando vivamos para siempre, podremos seguir aprendiendo más y más de Jehová. Hoy, lo importante es que usemos bien nuestro tiempo a fin de comprar todas las verdades que podamos. Veamos el caso de alguien que deseaba encontrar la verdad.
8 Una joven japonesa llamada Marikoa se mudó a la ciudad de Nueva York (Estados Unidos) para cursar unos estudios. Entonces, pertenecía a cierto movimiento religioso originario de Japón. Una precursora la encontró predicando de casa en casa. Cuando Mariko empezó a aprender la verdad, estaba tan feliz que le pidió a la precursora que le diera clases dos veces por semana. Aunque estaba muy ocupada con sus estudios y con su trabajo a tiempo parcial, enseguida empezó a asistir a las reuniones. Además, a fin de sacar tiempo para aprender la verdad, dejó de acudir a algunas actividades sociales. Hacer estos sacrificios contribuyó a su rápido crecimiento espiritual. En menos de un año se bautizó. Seis meses después, en el 2006, se hizo precursora, y todavía continúa en ese servicio.
9, 10. a) ¿Cómo cambia nuestra forma de ver las cosas materiales cuando compramos la verdad? b) ¿A qué renunció una joven, y cómo se siente por ello?
9 Cosas materiales. A fin de comprar la verdad, quizás tengamos que renunciar a un trabajo o profesión que nos reporta mucho dinero. Pensemos en Pedro y Andrés, que se dedicaban al negocio de la pesca. Cuando Jesús los invitó a hacerse “pescadores de hombres”, dejaron las redes y se fueron con él (Mat. 4:18-20). Como es natural, esto no significa que todos los que aprenden la verdad tienen que dejar su trabajo, pues necesitan ganarse la vida y cuidar de su familia (1 Tim. 5:8). Sin embargo, es posible que tengan que cambiar sus prioridades y su actitud hacia las cosas materiales. Jesús dejó esto claro cuando nos dijo que dejemos de acumular “tesoros sobre la tierra” y que acumulemos “tesoros en el cielo” (Mat. 6:19, 20). Veamos el caso de cierta joven.
10 María comenzó a jugar golf antes de tener edad para ir a la escuela. En la secundaria, llegó a ser tan buena que le concedieron una beca para ir a la universidad. El golf lo era todo para ella, y tenía la meta de llegar a ser una jugadora profesional y ganar mucho dinero. Entonces, comenzó a estudiar la Biblia. Le encantaban las verdades que aprendía y los cambios que la verdad la ayudaba a hacer. Dijo: “Mientras más adaptaba mi actitud y mi modo de vida a las normas bíblicas, más feliz me sentía”. Comprendió que sería muy difícil conseguir al mismo tiempo riquezas espirituales y materiales (Mat. 6:24). Así que estuvo dispuesta a renunciar a su sueño de ser una golfista profesional rica y famosa. Ahora es precursora y tiene, como dice ella, “la vida más feliz y completa que puede haber”.
11. Cuando compramos la verdad, ¿qué puede pasarle a la relación que tenemos con algunos amigos y familiares?
11 Nuestra relación con amigos y familiares. Cuando decidimos poner en práctica las normas de la Biblia, nuestros lazos con algunos de ellos pueden cambiar. ¿Por qué? Refiriéndose a sus seguidores, Jesús le pidió a Jehová: “Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad” (Juan 17:17). “Santifícalos” también puede significar “ponlos aparte” o “sepáralos”. Cuando aceptamos la verdad, se nos separa del mundo porque ya no encajamos en él. La gente nos ve de manera diferente porque nuestros valores han cambiado y nos guiamos por la verdad de la Biblia. No queremos causar divisiones, pero algunos amigos o familiares cercanos tal vez se distancien de nosotros o incluso se opongan a nuestras nuevas creencias. Esto no nos sorprende, pues Jesús dijo: “Los enemigos del hombre serán personas de su propia casa” (Mat. 10:36). Pero nos aseguró que las recompensas que recibimos por comprar la verdad son muy superiores a cualquier cosa a la que tengamos que renunciar (lea Marcos 10:28-30).
12. ¿Qué precio estuvo dispuesto a pagar un empresario judío por la verdad?
12 Un empresario judío llamado Aarón aprendió desde niño que el nombre de Dios no se debe pronunciar. Pero él sentía un intenso deseo de conocer la verdad sobre Dios. Un día, un Testigo le enseñó que, si a las cuatro consonantes que forman el nombre divino en hebreo se les añaden ciertas vocales, se puede pronunciar “Jehová”. Se emocionó tanto que fue a la sinagoga para contarles este maravilloso descubrimiento a los rabinos. Pero ellos no reaccionaron como él esperaba. En vez de alegrarse con él por aprender la verdad sobre el nombre de Dios, le escupieron y lo echaron. La relación con su familia también se vio afectada. Pero no dejó que estas cosas le impidieran seguir conociendo a Jehová. Se bautizó y sirvió fielmente a Dios el resto de su vida. Igual que Aarón, estamos dispuestos a aceptar cualquier cambio en nuestra posición social o en las relaciones familiares a fin de andar en la verdad.
13, 14. A fin de comprar la verdad, ¿qué cambios tal vez necesitemos hacer en nuestra forma de pensar y actuar? Dé un ejemplo.
13 Malos pensamientos y acciones. Si queremos aceptar la verdad y vivir en conformidad con ella, tenemos que estar dispuestos a cambiar nuestra forma de pensar y actuar. Pedro dio este consejo: “Como hijos obedientes, dejen de amoldarse según los deseos que tuvieron en otro tiempo en su ignorancia”. Y añadió: “Háganse ustedes mismos santos también en toda su conducta” (1 Ped. 1:14, 15). Por ejemplo, en la corrupta e inmoral ciudad de Corinto, las personas que aceptaron la verdad tuvieron que hacer grandes cambios en su vida (1 Cor. 6:9-11). Del mismo modo, hoy día muchos han tenido que dejar a un lado la mala conducta a fin de comprar la verdad. Pedro también les dijo a los cristianos de su época: “Basta el tiempo que ha pasado para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones cuando procedían en hechos de conducta relajada, lujurias, excesos con vino, diversiones estrepitosas, partidas de beber e idolatrías ilegales” (1 Ped. 4:3).
14 Durante muchos años, Devynn y Jasmine tuvieron graves problemas con el alcohol. Él era un experto en contabilidad, pero por culpa del alcohol no podía conservar ningún empleo. Ella tenía fama de ser agresiva y violenta. Cierto día, mientras caminaba borracha por la carretera, Jasmine se encontró con un matrimonio de misioneros. Ellos quedaron en darle clases de la Biblia. Pero, cuando la semana siguiente fueron a su casa, Devynn y Jasmine estaban borrachos. No esperaban que los misioneros se interesaran tanto por ellos como para visitarlos. En la siguiente visita, las cosas fueron muy distintas. Desde el primer momento, los dos se tomaron en serio el estudio y empezaron a poner en práctica lo que aprendían. En menos de tres meses, decidieron dejar de beber y más adelante legalizaron su matrimonio. En su pueblo, todo el mundo se enteró de los cambios que hicieron y eso motivó a muchos a estudiar la Biblia también.
15. ¿Cuál puede ser uno de los precios más altos que paguemos por la verdad, y por qué?
15 Costumbres y tradiciones antibíblicas. Para algunos, es bastante fácil abandonar ciertas costumbres y tradiciones una vez que aprenden que estas desagradan a Dios. Para otros, en cambio, puede ser uno de los precios más altos que tienen que pagar por la verdad. Tal vez duden en dejar esas costumbres debido a la presión de sus familiares, compañeros de trabajo y amigos cercanos. Y la situación puede volverse aún más delicada si se trata de ritos para honrar a parientes que han fallecido (Deut. 14:1). El ejemplo de valor de otros hermanos puede ayudarnos a hacer los cambios necesarios. Repasemos lo que hicieron algunos habitantes de la ciudad de Éfeso en el siglo primero.
16. ¿Qué hicieron algunos efesios para comprar la verdad?
16 La antigua ciudad de Éfeso era muy conocida porque allí se practicaban artes mágicas. ¿Qué hicieron los efesios que se convirtieron al cristianismo? La Biblia explica: “Buen número de los que habían practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron delante de todos. Y calcularon en conjunto los precios de ellos y hallaron que valían cincuenta mil piezas de plata. Así, de una manera poderosa, la palabra de Jehová siguió creciendo y prevaleciendo” (Hech. 19:19, 20). Aquellos fieles cristianos estuvieron dispuestos a deshacerse de esos libros tan caros, pero obtuvieron bendiciones de valor incalculable.
17. a) ¿A qué cosas tal vez hayamos renunciado para tener la verdad? b) ¿Qué preguntas responderemos en el siguiente artículo?
17 ¿A qué ha tenido que renunciar usted a fin de conseguir la verdad? Todos nosotros invertimos tiempo para conseguir “flores” de la verdad. Algunos también tienen que renunciar a cosas materiales y hacer frente a cambios en la relación con sus familiares y amigos. Muchos tienen que cambiar su forma de pensar y actuar, y tal vez abandonar costumbres y tradiciones antibíblicas. Sea cual sea el precio que paguemos, estamos convencidos de que la verdad merece cualquier sacrificio que hagamos. A cambio, obtenemos nuestra posesión más valiosa, que es nuestra amistad con Jehová. Cuando meditamos en los beneficios de conocer la verdad, no nos podemos imaginar cómo es posible que alguien quiera venderla. ¿Cómo podría ocurrir eso? ¿Y qué nos ayudará a no cometer ese error tan grave? Responderemos estas preguntas en el siguiente artículo.
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“Andaré en tu verdad”La Atalaya (estudio) 2018 | noviembre
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“Andaré en tu verdad”
“Instrúyeme, oh Jehová, acerca de tu camino. Andaré en tu verdad” (SAL. 86:11).
1-3. a) ¿Cómo debemos ver la verdad de la Biblia? Dé un ejemplo (vea las imágenes del principio). b) ¿Qué preguntas responderemos en este artículo?
HOY día, es muy común que las personas compren cosas y después las devuelvan. Se calcula que en algunos países devuelven casi un 9% de lo que compran en las tiendas. En el caso de Internet, las devoluciones pueden superar el 30%. Quizás lo hacen porque no están satisfechas con el producto, le encuentran algún defecto o simplemente no les gusta. Así que deciden cambiarlo o pedir que les reembolsen el dinero.
2 Esto es algo que jamás queremos hacer con el “conocimiento exacto” de la Biblia. Una vez que compramos o aprendemos la verdad, no queremos venderla o renunciar a ella (1 Tim. 2:4; lea Proverbios 23:23). Como vimos en el artículo anterior, para adquirir la verdad, tuvimos que invertir mucho tiempo. Algunos tal vez tuvieron que renunciar a una carrera que les daba mucho dinero o hacer frente a cambios en la relación con familiares o amigos. Otros tuvieron que cambiar su forma de pensar o actuar, y tal vez abandonar costumbres y tradiciones antibíblicas. Sea cual sea nuestro caso, el precio que pagamos es muy pequeño en comparación con las bendiciones que recibimos.
3 Para mostrar lo valiosa que es la verdad del Reino de Dios para quienes la hallan, Jesús habló de un comerciante que viajaba buscando perlas. Cuando encontró una de gran valor, enseguida “vendió todas las cosas que tenía” para comprarla (Mat. 13:45, 46). De manera parecida, la verdad del Reino de Dios y las demás enseñanzas de la Biblia son tan valiosas para nosotros que enseguida hacemos los sacrificios que sean necesarios para obtenerlas. Mientras sigamos valorándolas, nunca las venderemos. Por desgracia, algunos siervos de Dios han dejado de valorar la verdad y hasta la han vendido. Jamás hagamos eso. Más bien, sigamos el mandato bíblico de continuar “andando en la verdad” (lea 3 Juan 2-4). Esto implica darle prioridad en la vida y comportarnos en armonía con ella. En este artículo, responderemos las siguientes preguntas: ¿Qué ha llevado a algunos a vender la verdad, y cómo lo han hecho? ¿Qué nos ayudará a no cometer ese error tan lamentable? ¿Qué fortalecerá nuestro deseo de seguir “andando en la verdad”?
POR QUÉ Y CÓMO HAN VENDIDO ALGUNOS LA VERDAD
4. En el siglo primero, ¿por qué motivo vendieron algunos la verdad?
4 En el siglo primero, hubo algunos que al principio aceptaron las enseñanzas de Jesús pero luego dejaron de andar en la verdad. Por ejemplo, en cierta ocasión, Jesús hizo un milagro para alimentar a una multitud que lo seguía. Más tarde, la gente cruzó con él a la otra orilla del mar de Galilea. Pero allí Jesús les dijo algo que los dejó perplejos: “A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes”. En vez de pedirle que les explicara sus palabras, dijeron: “Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?”. Como resultado, “muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás, y ya no andaban con él” (Juan 6:53-66).
5, 6. a) ¿Por qué han decidido algunos hoy día dejar la verdad? b) ¿Cómo han ido otros alejándose de la verdad?
5 Por desgracia, hoy día ha habido quienes han dejado la verdad. Algunos han tropezado por alguna aclaración de un pasaje de la Biblia o por algo que hizo o dijo un hermano conocido. Otros se han ofendido porque recibieron algún consejo bíblico o tuvieron un choque de personalidad con un hermano. Y otros quizás se han puesto de parte de apóstatas o de personas que se oponen a nuestras creencias. Sea por un motivo u otro, han decidido “alejarse” de Jehová y de la congregación (Heb. 3:12-14). Habría sido mucho mejor que hubieran mantenido la fe y la confianza en Jesús, como hizo el apóstol Pedro. Cuando Jesús les preguntó a los apóstoles si querían irse, Pedro le contestó de inmediato: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna” (Juan 6:67-69).
6 En cambio, otros han dejado la verdad poco a poco, puede que incluso sin darse cuenta de ello. La Biblia los compara a un barco que va “a la deriva” y se aleja lentamente de la orilla (Heb. 2:1). Por lo general, no tenían la intención de dejar la verdad, pero permitieron que su relación con Jehová se fuera debilitando hasta que al final la perdieron. ¿Cómo podemos evitar que nos suceda algo tan lamentable?
QUÉ NOS AYUDARÁ A NO VENDER LA VERDAD
7. ¿Qué nos ayudará a no vender nunca la verdad?
7 Para andar en la verdad, tenemos que aceptar y obedecer todo lo que Jehová nos enseña. Debemos darle a la verdad prioridad en nuestra vida y guiarnos por los principios bíblicos. En cierta ocasión, el rey David le dijo a Jehová con mucha seguridad: “Andaré en tu verdad” (Sal. 86:11). Como él, tenemos que estar decididos a seguir andando en la verdad de Dios. Si no lo estamos, podríamos empezar a pensar en lo que pagamos para comprar la verdad e incluso sentir el deseo de recuperar parte de ese precio. Pero eso es algo que nunca deberíamos hacer. Sabemos que no podemos elegir qué enseñanzas aceptamos y cuáles no, pues tenemos que andar en “toda la verdad” (Juan 16:13). En el artículo anterior, hablamos de cinco cosas a las que tal vez tuvimos que renunciar con el fin de aprender la verdad y ponerla en práctica. Veamos cómo asegurarnos de no volver a ninguna de esas cosas (Mat. 6:19).
8. ¿Cómo podríamos alejarnos de la verdad sin darnos cuenta? Dé un ejemplo.
8 Tiempo. Para no alejarnos de la verdad sin darnos cuenta, debemos usar bien nuestro tiempo. Si no tenemos cuidado, podríamos empezar a dedicar demasiadas horas al entretenimiento, las aficiones, Internet o la televisión. Aunque estas cosas no son malas en sí, pueden robarnos el tiempo que antes usábamos para el estudio personal y otras actividades espirituales. Veamos lo que le pasó a una hermana llamada Emma.a Desde que era niña, le encantaba montar a caballo. Lo hacía cada vez que tenía oportunidad. Pero llegó a sentirse incómoda con el tiempo que le dedicaba, así que decidió hacer algunos cambios. También la animó la historia de Cory Wells, que hacía acrobacias a caballo en espectáculos de rodeo.b Hoy día, Emma pasa más tiempo en las actividades espirituales y con sus amigos y familiares cristianos. Se siente más cerca de Jehová y está en paz consigo misma porque sabe que está aprovechando bien el tiempo.
9. ¿Qué cuidado debemos tener con las cosas materiales?
9 Cosas materiales. Si queremos seguir andando en la verdad, debemos mantener las cosas materiales en su debido lugar. Cuando aprendimos de Jehová, nuestro interés por lo material pasó a un segundo lugar, por detrás de los asuntos espirituales. Hicimos con gusto sacrificios a fin de andar en la verdad. Pero, al pasar el tiempo, tal vez veamos que otros se compran los últimos aparatos electrónicos o disfrutan de otras ventajas materiales, y quizás sintamos que nos estamos perdiendo algo. Si ya no estamos satisfechos con las cosas básicas, podemos dejar a un lado los asuntos espirituales a fin de acumular más cosas. Esto nos recuerda el caso de Demas. Su amor por “el presente sistema de cosas” lo llevó a abandonar una vida de servicio junto al apóstol Pablo (2 Tim. 4:10). La Biblia no aclara si es que Demas amó las cosas materiales más que su servicio a Dios, o si es que ya no quiso sacrificarse para servir con Pablo. En cualquier caso, esto nos enseña que no debemos reavivar el amor por las cosas materiales, pues eso puede enfriar nuestro amor por la verdad.
10. Para continuar andando en la verdad, ¿a qué presión no debemos ceder?
10 Nuestra relación con amigos y familiares. Para continuar andando en la verdad, no debemos ceder a la presión de los demás. Cuando conocimos la verdad, nuestra relación con amigos y familiares no Testigos cambió. Algunos respetaron nuestras nuevas creencias, pero otros las rechazaron de plano (1 Ped. 4:4). Es cierto que nos esforzamos por mantener una buena relación con nuestros parientes y tratarlos bien. Pero debemos tener cuidado para no desobedecer a Jehová con tal de agradarlos. En vista de la clara advertencia de 1 Corintios 15:33, solo seremos amigos cercanos de las personas que aman a Jehová.
11. ¿Qué nos ayudará a evitar los malos pensamientos y acciones?
11 Malos pensamientos y acciones. Quienes andan en la verdad tienen que ser santos (Is. 35:8; lea 1 Pedro 1:14-16). Cuando aprendimos las normas justas de la Biblia, todos tuvimos que hacer cambios. Algunos tuvieron que darle un giro radical a su vida. En cualquier caso, nunca debemos cambiar nuestra limpieza por la suciedad moral de este mundo. ¿Qué nos ayudará? Reflexionar en el precio tan alto que Jehová pagó para que seamos santos: la sangre preciosa de su Hijo, Jesucristo (1 Ped. 1:18, 19). Si en nuestra mente y corazón tenemos bien grabado el valor del sacrificio de Jesús, seguiremos limpios ante Jehová.
12, 13. a) ¿Por qué es tan importante que veamos las festividades como Jehová las ve? b) ¿Qué veremos a continuación?
12 Costumbres y tradiciones antibíblicas. Puede que nuestros familiares y los compañeros de clase o trabajo nos inviten a celebrar con ellos ciertas festividades. ¿Qué nos ayudará a resistir la presión de participar en costumbres y fiestas que Jehová odia? Tener claro por qué las ve así. También es útil repasar lo que han dicho nuestras publicaciones sobre el origen de esas celebraciones. Cuando nos recordamos los motivos bíblicos por los que no participamos en ellas, nos convencemos de que andamos en el camino que le agrada a Dios (Efes. 5:10). Confiar en Jehová y en su Palabra nos protegerá del miedo al qué dirán (Prov. 29:25).
13 Esperamos andar en la verdad por toda la eternidad. ¿Cómo podemos fortalecer aún más nuestro deseo de continuar andando en ella? Veamos tres maneras.
QUÉ FORTALECERÁ NUESTRO DESEO DE ANDAR EN LA VERDAD
14. a) ¿Por qué seguir comprando la verdad fortalecerá nuestro deseo de no venderla nunca? b) ¿Por qué son tan importantes la sabiduría, el entendimiento y la disciplina?
14 Primero, sigamos apartando tiempo con regularidad para estudiar las valiosas verdades de la Palabra de Dios y meditemos en ellas. Mientras más estudiemos, más amaremos la verdad y fortaleceremos nuestro deseo de no venderla nunca. Pero no basta con tener conocimiento, también hay que actuar. Proverbios 23:23 dice que, además de comprar la verdad, debemos adquirir “sabiduría y disciplina y entendimiento”. Comprar sabiduría significa poner en práctica lo que aprendemos. Cuando tenemos entendimiento, relacionamos lo que aprendemos con lo que ya sabemos. Además, a veces la verdad nos disciplina, pues nos muestra los cambios que necesitamos hacer. Siempre debemos aceptar enseguida la disciplina, pues la Biblia enseña que es mucho más valiosa que la plata (Prov. 8:10).
15. ¿Cómo nos protege el cinturón de la verdad?
15 Segundo, resolvámonos a vivir de acuerdo con la verdad todos los días. Llevemos puesto el cinturón de la verdad (Efes. 6:14). En tiempos bíblicos, los soldados se ponían un cinturón que les protegía la cintura y los órganos internos. Eso sí, tenían que ajustárselo bien, pues de otro modo no cumpliría esta función. La verdad de la Biblia es como un cinturón en sentido espiritual. Si lo llevamos bien apretado, nos protegerá de ideas falsas y nos ayudará a tomar decisiones sensatas. Y, cuando nos veamos ante una prueba o tentación, fortalecerá nuestro deseo de hacer lo correcto. Un soldado jamás pensaría en ir a la batalla sin el cinturón. De manera parecida, tenemos que estar decididos a nunca quitarnos o aflojarnos el cinturón de la verdad. Al contrario, llevémoslo bien puesto viviendo de acuerdo con ella. Por otro lado, el cinturón también le servía al soldado para llevar la espada. Esto nos conduce a la siguiente manera de fortalecer nuestro deseo de continuar andando en la verdad.
16. ¿Por qué enseñarles la verdad a otros fortalece nuestro deseo de continuar andando en la verdad?
16 Tercero, participemos todo lo posible en enseñarles la verdad de la Biblia a otros. Así como el soldado debía tener bien agarrada su espada, nosotros debemos tener bien agarrada “la palabra de Dios” (Efes. 6:17). Todos podemos esforzarnos por mejorar como maestros y llegar a manejar “la palabra de la verdad correctamente” (2 Tim. 2:15). Si usamos la Biblia para ayudar al prójimo a comprar la verdad y rechazar las falsedades de este mundo, grabamos aún más las enseñanzas divinas en nuestra mente y corazón. Esto fortalece nuestro deseo de continuar andando en la verdad.
17. ¿Por qué valora usted la verdad?
17 La verdad es un valioso regalo de nuestro Padre celestial. Gracias a ella, tenemos nuestra posesión más preciada: nuestra amistad con él. Todo lo que Dios nos ha enseñado es apenas el principio, pues nos ha prometido que podremos seguir comprando la verdad por toda la eternidad. Por eso, veamos la verdad como una perla de gran valor. Sigamos comprándola y nunca la vendamos. Entonces, como David, cumpliremos nuestra promesa a Jehová de continuar andando en la verdad (Sal. 86:11).
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