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TahitíAnuario de los testigos de Jehová 2005
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Entre los primeros proclamadores del Reino que dieron un testimonio más cabal en la Polinesia Francesa cabe mencionar a Jean-Marie y Jeanne Félix, un matrimonio que aprendió la verdad en Argelia (en aquel tiempo una colonia francesa) y se bautizó en 1953. En 1955 se invitó a los publicadores del Reino a servir donde hubiera más necesidad de predicadores, como por ejemplo la Polinesia Francesa. En respuesta a la invitación, los Félix se mudaron a Tahití en 1956 con Jean-Marc, su hijo pequeño. No obstante, Jean-Marie, que era ingeniero, no logró encontrar empleo, así que se trasladó con su familia a Makatea —isla de las Tuamotú ubicada a 230 kilómetros [140 millas] al nordeste de Tahití—, donde encontró trabajo en una empresa de fosfatos.
Nada más llegar, esta familia comenzó a predicar a sus vecinos y a los compañeros de trabajo de Jean-Marie. Jeanne escribe: “Los isleños respetaban mucho las Escrituras, escuchaban con atención el mensaje del Reino y eran aplicados en su estudio de la Biblia, lo cual nos animaba mucho. El clero, sin embargo, dejó bien claro que nuestra presencia no le era grata. Llegó al punto de advertir a los feligreses de los ‘falsos profetas’ que había entre ellos, diciéndoles que no debían hablar con nosotros, ni siquiera pasar por delante de nuestra casa”.
Pero con el tiempo la mayor parte de la gente cambió de opinión respecto a este matrimonio cristiano. Muchos isleños llegaron a sentir un gran respeto por Jean-Marie y Jeanne porque, a diferencia de algunos europeos que vivían en Makatea, ellos no menospreciaban a los polinesios.
Con todo, hacía falta valor para seguir con la obra, pues el director de la empresa de fosfatos podía despedir a un empleado en cualquier momento. Además, los dos gendarmes de la isla se presentaban a veces en casa de los Félix para hacer preguntas sobre su actividad. Pero poco a poco, estos dos policías franceses se dieron cuenta de que Jean-Marie y Jeanne no suponían ninguna amenaza, así que terminaron siendo más amigables.
El primer estudiante de la Biblia que progresó espiritualmente fue Maui Piirai, un polinesio compañero de trabajo de Jean-Marie. A medida que la verdad penetraba en su corazón, fue haciendo grandes cambios en su vida. Por ejemplo, dejó de fumar y de beber en exceso y se casó con la mujer con la que llevaba viviendo quince años. Maui se bautizó en octubre de 1958, y fue el primer polinesio del territorio que dedicó su vida a Jehová. Como es natural, él también se puso a predicar las buenas nuevas, lo cual provocó la furia del clero. Un pastor incluso trató de que lo despidieran de su empleo, pero no lo consiguió, pues Maui se había labrado una excelente reputación en su lugar de trabajo.
La segunda persona de Makatea en responder a la Palabra de Dios fue Germaine Amaru, una maestra que oyó de la verdad mediante uno de sus alumnos, Jean-Marc, el hijo de los Félix. Con solo siete años, Jean-Marc dejó tan impresionada a la maestra con su conocimiento bíblico, que la señora llamó a sus padres y comenzó a estudiar la Biblia con ellos. Pero eso no es todo: más tarde Germaine ayudó a una colega suya llamada Monique Sage y a su esposo, Roger, a conocer a Jehová.
Otros que también comenzaron a estudiar con los Félix y Maui Piirai fueron Manuari Tefaatau, un joven diácono de la Iglesia Protestante de Makatea, y su amigo Arai Terii. Al principio, los dos siguieron asistiendo a su iglesia, pero hablaban con los demás feligreses de lo que dice la Biblia en cuanto a la Trinidad, el infierno de fuego, la inmortalidad del alma y otras enseñanzas. Como es de suponer, se formó todo un revuelo en la comunidad protestante. Sin embargo, al igual que ocurrió con los bereanos de la antigüedad, muchas personas sinceras examinaron a fondo su Biblia para ver si lo que se les decía era cierto (Hech. 17:10-12).
Huelga decir que todo esto no le hizo ni pizca de gracia al pastor. Es más, amenazó con expulsar a cualquiera que siguiera escuchando a los Testigos. Algunos cedieron ante tal amenaza, pero otros progresaron espiritualmente y dejaron la iglesia. Entre ellos estuvieron Manuari, Arai, Moea (la esposa de Maui Piirai) y Taina Rataro, a quien se mencionará más adelante en este relato.
Al principio, el creciente grupo de publicadores y de estudiantes de la Biblia se reunía en casa del matrimonio Félix, donde Jean-Marie daba discursos en francés y Maui Piirai los traducía al tahitiano. En 1959, cuando los Félix se marcharon de Makatea, el grupo comenzó a reunirse en casa de Maui, que ya era un hermano bautizado. ¿Qué les pareció a Jean-Marie y a Jeanne el servicio que efectuaron en las islas? Jeanne, que ahora es viuda y vive en Italia, habla también por su difunto esposo al decir: “No nos arrepentimos de nada. De hecho, los mejores recuerdos de nuestra vida de casados son los tiempos que servimos en Makatea”.
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TahitíAnuario de los testigos de Jehová 2005
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[Ilustración y recuadro de la página 77]
De diácono a proclamador del Reino
Manuari Tefaatau
Año de nacimiento: 1913
Año de bautismo: 1959
Otros datos: Oficiaba de diácono de la Iglesia Protestante cuando conoció la verdad mediante los primeros estudiantes de la Biblia de la isla de Makatea.
Después que los Testigos Jean-Marie y Jeanne Félix llegaron a Makatea en 1956, sus primeros estudiantes de la Biblia, Maui Piirai y Germaine Amaru, me dieron testimonio. Enseguida empecé a enseñar las verdades bíblicas a los feligreses, lo cual provocó tal revuelo en la iglesia que el pastor me dijo que dejara de hablar con los testigos de Jehová.
Sin pensarlo dos veces, renuncié a la Iglesia y comencé a asistir a las reuniones, que se celebraban en casa de la familia Félix. Otros feligreses también empezaron a estudiar y a reunirse. Considero un privilegio haber formado parte de aquel primer grupito de estudiantes de la Biblia de la Polinesia Francesa.
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