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TiroPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Tiro e Israel mantuvieron relaciones amistosas en ciertas épocas, notablemente durante los reinados de David y Salomón. Diestros trabajadores tirios colaboraron en la construcción del palacio real de David con madera de cedro que envió Hiram, el rey de Tiro. (2Sa 5:11; 1Cr 14:1.) Los tirios también le suministraron a David cedros que posteriormente se utilizaron en la construcción del templo. (1Cr 22:1-4.)
Tras la muerte de David, el rey Hiram de Tiro le proporcionó a Salomón materiales y ayuda para la construcción del templo y de otros edificios gubernamentales. (1Re 5:1-10; 7:1-8; 2Cr 2:3-14.) El hijo de un obrero tirio que trabajaba el cobre y de una mujer israelita trabajó en la construcción del templo por ser un hábil artesano. (1Re 7:13, 14; 2Cr 2:13, 14.) Se pagó a los tirios por su ayuda con trigo, cebada, aceite y vino. (1Re 5:11, 12; 2Cr 2:15.) Además, Salomón le dio al rey de Tiro veinte ciudades, aunque al monarca tirio no le agradó mucho el regalo. (1Re 9:10-13.)
Con el tiempo, Tiro se convirtió en una de las grandes potencias marítimas del mundo antiguo, y tanto sus marineros como su flota comercial de naves de “Tarsis” eran famosos por sus viajes a lugares lejanos. Salomón y el rey de Tiro cooperaron en una empresa naviera para importar oro de Ofir y otros artículos de valor. (1Re 9:26-28; 10:11, 22; 2Cr 9:21.)
En todos los tratos que los tirios tuvieron con Israel, no hay ningún indicio de que se interesasen como pueblo en la adoración de Jehová; mantenían una relación principalmente comercial. Eran de raza cananea, y la religión que practicaban era una forma de baalismo, con Melqart y Astarté (Astoret) como sus principales deidades. Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios (y de Tiro), se casó con Acab, el rey del reino septentrional de Israel. Fue infame la determinación de Jezabel por aniquilar la adoración de Jehová. (1Re 16:29, 31; 18:4, 13, 19.)
Moneda antigua de plata llamada didracma, con el nombre de Tiro
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