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  • Objetos volantes no identificados. ¿Qué son?
    ¡Despertad! 1990 | 8 de noviembre
    • Objetos volantes no identificados. ¿Qué son?

      Betty Cash y Vickie Landrum junto con su hijo Colby afirmaron que el día 29 de diciembre de 1980 estuvieron expuestos al calor, humo y llamas procedentes de un ovni (objeto volante no identificado). El informe dice que describieron un ‘objeto de gran tamaño y con forma de diamante, que flotaba en el cielo delante de su coche en un camino vecinal solitario cerca de Huffman, al nordeste de Houston (Texas)’. Afirmaron que a consecuencia de este incidente, han sufrido diversos problemas de salud. (Miami Herald, 4 de septiembre de 1985.)

      Cuando estas mujeres vieron que “el objeto empezó a desplazarse hacia el norte, acompañado de unos 23 helicópteros de tipo militar” creyeron que el gobierno estadounidense estaba relacionado con el hecho. La información publicada mencionó que Vickie Landrum había dicho que “a los tres les salieron ampollas, se les cayó el pelo y experimentaron mareos y dolores de cabeza; que la señora Landrum suponía que el aparato emitía cierto tipo de radiación que sensibilizó a los tres a la luz solar”, por lo que demandaron al gobierno por negligencia.

      Este incidente y otros que aparecen en las noticias han hecho que los ovnis capten continuamente la atención del público. En su libro UFOs—The Public Deceived (Ovnis: el público engañado), Philip J. Klass escribe: “La idea de encontrar vida inteligente fuera de nuestro planeta atrae a todo el mundo, y muchos científicos competentes han unido sus observaciones y esfuerzos en la búsqueda”. “Sin embargo, ¿por qué ahora?”, preguntaba Edward Dolnik en el periódico The New Republic de agosto de 1987 bajo el titular “Encuentros cercanos”. Su respuesta fue: “En la actualidad, la explicación más aceptada es que se debe a la existencia de temores apocalípticos muy arraigados que resurgen a medida que nos aproximamos al fin del milenio”, es decir, al año 2000.

      ¿Cree la gente en los ovnis?

      ¿Cree usted en los ovnis? ¿Ha visto una noche algo insólito en el cielo? Ya sea por sus temores apocalípticos o convencidas por otro tipo de experiencias, hay muchas personas que sí creen. A este respecto, Dolnik mencionó que según una encuesta Gallup “el 57% de los norteamericanos con estudios universitarios creen en los extraterrestres”, pero añade que “entre los que carecen de educación universitaria, la cifra desciende al 46%”.

      Hace tiempo los relatos sobre ovnis solían hablar de extrañas apariciones en el cielo o a veces mucho más cercanas. Sin embargo, últimamente se habla más de contactos directos con humanos en los que, según se ha dicho, los “alienígenas” han secuestrado a veces a personas. Los informes indican que en algunas ocasiones su propósito es la experimentación biológica e incluso genética. Estas supuestas experiencias han servido para que el público se interese de nuevo en los ovnis.

      Los “encuentros” y avistamientos se producen por todo el mundo. Por ejemplo, se alega que un ciudadano suizo consiguió durante un período de cinco años “cientos de fotos muy claras y detalladas, hizo registros sonoros de las ‘radiaciones’, acumuló varias muestras de metal, e hizo películas de la nave en vuelo”. El relato continúa: “Docenas de testigos han visto las radiaciones y corroborado la insólita historia. Las pruebas que presentó han sido estudiadas por un equipo profesional de seguridad dirigido por un coronel retirado de las fuerzas aéreas norteamericanas, examinadas por técnicos de IBM, por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, la universidad del estado de Arizona y la compañía aeronáutica McDonnell Douglas”.

      Noticias similares siguen apareciendo en la prensa. Una de las más interesantes se publicó el 30 de enero de 1989 en The Tampa Tribune. Presentaba una ilustración a todo color de una “nave espacial” fotografiada en las cercanías de Gulf Breeze (Florida). El reportaje incluía las experiencias de un hombre llamado Ed. Esta es la narración del primer contacto que se produjo: “Mientras miraba por la ventana de mi habitación —dice Ed— me encontré cara a cara con un ser vestido de gris y de aspecto infantil”. Los supuestos contactos continuaron durante una temporada y Ed hizo muchas fotografías. Sin embargo, el periódico no reprodujo ninguna.

      Los informes sensacionalistas de encuentros con extraterrestres aparecen en periódicos y revistas, y dan título a los libros más vendidos, lo que hace que la gente se pregunte: ¿Qué es todo esto? ¿Existen los ovnis realmente o son pura invención? ¿Hay algún relato parecido en las crónicas históricas? ¿Es posible que la ciencia moderna no tenga explicación para estos hechos? Los siguientes artículos considerarán estas y otras preguntas similares.

  • Ovnis. Pasado y presente
    ¡Despertad! 1990 | 8 de noviembre
    • Ovnis. Pasado y presente

      Desde tiempos remotos los hombres afirman haber visto objetos extraños en el cielo. Se dice que un faraón vio círculos de fuego en el cielo, mientras que los indios americanos conservan leyendas que hablan de canoas voladoras. Los antiguos romanos hablaron de escudos voladores y, según algunas interpretaciones de inscripciones aztecas, cuando el dios Quetzalcóatl “llegó” a la Tierra, lo hizo con un casco espacial cónico y a bordo de una nave en forma de serpiente.

      Según crónicas antiguas, en 1561 y 1566 “miles” de habitantes de Basilea (Suiza) y de Nuremberg (Alemania) dijeron que habían observado extrañas visiones en el cielo. Sin embargo, durante 1896 y 1897, en Estados Unidos se produjo un hecho realmente extraordinario: por todo el país hubo informes de personas que afirmaban haber visto una aeronave volando muy por encima de sus cabezas. Se comentaba: “América no había experimentado hasta ahora nada semejante al revuelo provocado por la misteriosa aeronave”. Estas apariciones, que empezaron en California, se sucedieron por ciudades grandes y pequeñas de Estados Unidos. Lo interesante es que, según el libro The Great Airship Mystery (El gran misterio de la aeronave) “no hay registro histórico de que existiera algún dirigible capaz de viajar grandes distancias en Estados Unidos en la década de 1890”.

      Entre las historias más detalladas y difundidas se halla la que tuvo lugar en una pequeña ciudad de Kansas (E.U.A.) en 1897. El relato explica que Alexander Hamilton, habitante del lugar, vio aterrizar una aeronave en su establo y que, al despegar, la tripulación se había llevado una de las novillas. Más tarde, un vecino se encontró en su granja, situada a cinco o seis kilómetros carretera abajo, “el pellejo, la cabeza y las patas”. Sin embargo, muchos años después se descubrió e hizo público que todo había sido un engaño.

      Libros recientes sobre el tema narran historias semejantes, ya sean inventadas o supuestamente reales. Muchos de los relatos pertenecientes al último período del siglo XIX habrían quedado olvidados en hemerotecas polvorientas a no ser por sorprendentes sucesos paralelos que empezaron a ocurrir unos cuarenta años después. Entonces la gente empezó a recordar e investigar estos sucesos y se percataron del sorprendente parecido.

      Los ovnis en la actualidad

      El tema resurgió en tiempos modernos durante la II Guerra Mundial, cuando los pilotos de los bombarderos aliados informaron sobre “extrañas bolas de luz y objetos discoidales [que] les habían seguido mientras cruzaban Alemania y Japón”. Los pilotos americanos las llamaron bolas de fuego (foo-fighters), palabra derivada del francés feu, que significa “fuego”. Aunque al término de la II Guerra Mundial (1939-1945) las bolas de fuego desaparecieron, siguieron contándose historias de apariciones insólitas.

      Hubo informes procedentes de Europa occidental, y en particular de los países escandinavos, que hablaban de aparatos sin alas a los que se llamaba cohetes fantasma y que a menudo describían como cometas llameantes que surcaban el cielo. Como réplica a estos informes, incluso Estados Unidos “se sintió obligado a enviar dos destacados especialistas a Suecia”. Las historias anteriores fueron solo el principio. El relato que asombró al mundo e inició la era de los platillos volantes fue el de Kenneth Arnold, hombre de negocios y piloto privado. Cuenta como el 24 de junio de 1947 vio “una hilera de nueve aeronaves muy extrañas que se acercaban al monte Rainier, en el estado de Washington (E.U.A.)”. Las describió como “objetos semejantes a platillos” y dijo que eran “planas como una tartera y tan brillantes que reflejaban el sol igual que un espejo”. Explicó que cronometró su velocidad y que era de “unos 1.900 kilómetros por hora”, muy superior a la de cualquier avión de la época.

      El empleo de la palabra “platillo” cautivó la imaginación de los periodistas y generó un nuevo término que ahora es de uso común, “platillo volante”. Después de que la noticia alcanzó difusión mundial, muchos que habían visto objetos extraños en el cielo también relataron sus experiencias, lo que unido a otras apariciones, llamó la atención de las autoridades militares.

      El gobierno de Estados Unidos realiza investigaciones

      El gobierno estadounidense empezó a dar atención oficial al tema de los ovnis, al parecer a instancias de un oficial de alto rango. El resultado fue la creación del proyecto Sign, que empezó a funcionar el 22 de enero de 1948. El equipo de investigación estaba bajo la supervisión del Mando de Inteligencia Aerotécnica, ubicado cerca de Dayton (Ohio, E.U.A.). Nada más comenzar el proyecto, se produjo una tragedia: el capitán Thomas Mantell, piloto militar, perdió la vida en un accidente de aviación mientras perseguía un objeto no identificado. Es posible que perdiera el conocimiento al elevarse demasiado sin utilizar el oxígeno de reserva. Más tarde se descubrió que el objeto perseguido era con toda probabilidad un globo sonda Skyhook.

      Sin embargo, una nueva aparición, registrada por dos pilotos de las líneas aéreas Eastern, incidente al que se sumó la muerte del piloto de la fuerza aérea, contribuyeron a que aumentara la preocupación por los ovnis. Se informó que un avión de las líneas aéreas Eastern había salido de Houston (Texas) y se dirigía a Atlanta (Georgia) cuando de pronto el piloto se vio obligado a esquivar con rapidez el “fuselaje sin alas de un B-29” que pasó por su derecha. El testimonio de uno de los pasajeros y el de varios testigos en tierra, parecieron añadir credibilidad a la historia.

      El grupo del proyecto Sign publicó finalmente un informe que desilusionó a algunos. Después, se reemplazó a algunos miembros del equipo que creían en la existencia de ovnis y al proyecto se le dio otro nombre, “Proyecto Grudge”. Sin embargo, durante ese período, la creencia en los ovnis alcanzó un nuevo apogeo con la publicación del artículo “Los platillos volantes existen de verdad”, escrito por el comandante retirado Donald E. Keyhoe. El relato se publicó en el número de enero de 1950 de la revista True, que alcanzó amplia difusión. Entonces, para aumentar el ya crecido interés, la revista True publicó un artículo adicional escrito por el capitán de la armada R. B. McLaughlin y titulado “Los científicos tras la pista de los platillos volantes”. El entusiasmo fue efímero, pues otras revistas —Cosmopolitan y Time— publicaron artículos que desacreditaban las historias de los ovnis. Este hecho, unido al cese de las apariciones, hizo que el interés disminuyera hasta 1952, año clave en la historia de los ovnis.

      1952: el año de los ovnis

      En 1952 se registró el mayor número de apariciones de ovnis comunicadas al Mando de Inteligencia Aerotécnica Estadounidense: 1.501. A principios de marzo de 1952, aumentaron las apariciones, por lo que la fuerza aérea norteamericana decidió crear una organización aparte llamada Proyecto Blue Book. Durante aquel año hubo gran actividad de ovnis y las apariciones fueron abundantes y variadas.

      Una serie de apariciones destacables comenzó en Washington D.C., hacia la media noche del 19 al 20 de julio. Se informa que “un grupo de objetos volantes no identificados apareció en dos pantallas de radar del centro de control del tráfico aéreo del Aeropuerto Nacional de Washington. Los objetos se desplazaban lentamente al principio [...] pero después se apartaron a velocidades ‘espectaculares’”. Los avistamientos registrados correspondían con lo que se había visto en el radar. Se intentó interceptarlos pero “los objetos desaparecieron cuando los aviones se acercaron”.

      En el año 1966, Gerald R. Ford, que en aquel tiempo era congresista del estado de Michigán, convocó otra investigación federal sobre los ovnis debido a la gran cantidad de apariciones en su estado. El resultado fue que se comenzó otro estudio en la universidad de Colorado. El doctor Edward U. Condon, un físico renombrado, asumió la jefatura del trabajo. Al término del estudio en 1969 se publicó el Informe Condon, en el que, entre otras cosas, se dice que “nada de lo que se ha descubierto sobre los ovnis en los pasados veintiún años de estudio ha servido para aumentar el conocimiento científico [...], que por lo tanto es probable que no pueda justificarse la continuación de este tipo de investigación en espera de que sirva para el adelanto de la ciencia”.

      Este hecho puso fin a la intervención oficial del gobierno estadounidense en el estudio de los ovnis y enfrió la curiosidad del público. Sin embargo, no terminó con la polémica sobre los ovnis ni tampoco con las apariciones. Según un informe, “el 20% de los noventa y cinco casos del documento continúa ‘sin explicación’”.

      El interés parece aumentar o disminuir dependiendo de las apariciones. Los años 1973 y 1974 se destacaron por la gran cantidad de avistamientos y con la llegada de la década de 1980, volvieron a ser noticia. Sin embargo, ¿a qué conclusión han llegado los científicos y otros expertos en los últimos años?

      [Ilustración en la página 5]

      Hay quienes han creído que el dios azteca Quetzalcóatl llegó a la Tierra en una aeronave con forma de serpiente

  • Ovnis. ¿Se pueden identificar?
    ¡Despertad! 1990 | 8 de noviembre
    • Ovnis. ¿Se pueden identificar?

      ¿Cómo explican los científicos la existencia de ovnis? El difunto doctor Donald H. Menzel, astrónomo de Harvard, y Philip Klass, antiguo redactor de Aviation Week, están entre los que han estudiado el tema de las supuestas apariciones y afirman que los ovnis son en realidad objetos volantes identificados. De las investigaciones realizadas se desprende que son objetos o efectos identificables, tales como globos atmosféricos, aviones y helicópteros de publicidad nocturna, meteoros o falsos soles.a

      Philip Klass explicó que los ovnis son fenómenos naturales o identificaciones incorrectas. Por ejemplo, según él, se sospechaba que algunos ovnis eran una clase de relámpagos o nubes de gases ionizados. No obstante, sus detractores afirmaron en seguida que las nubes de gases altamente ionizados tienen una vida muy corta, por lo que no constituyen una explicación adecuada. Dice Klass que algunos ovnis que se han visto en los radares son dispositivos de análisis meteorológico. Sin embargo, según los testimonios de algunos operadores de radar, esta hipótesis no explica el comportamiento inteligente que a veces se ha observado. Por otra parte, Klass piensa que las personas que de repente presencian un suceso breve e inesperado “pueden ser muy inexactas cuando tratan de describir con precisión lo que han visto”.

      En su libro Pseudoscience and the Paranormal, Terence Hines afirma que “la investigación rigurosa ha dado como resultado explicaciones naturales y sencillas hasta para los fenómenos ovni más llamativos. Todos estos ejemplos ilustran la total falta de fiabilidad de los informes de testigos oculares. En casi todos los casos, los informes de los testigos diferían notablemente del suceso ocurrido, pero en pocos casos mentían deliberadamente. Su concepción de lo que ‘debería’ ser un ovni, unida a los efectos de las ilusiones ópticas, condicionó sus respuestas”.

      ¿Pilotados por seres del espacio?

      Una teoría generalizada es que los ovnis podrían estar relacionados con seres inteligentes del espacio exterior. El difunto doctor James McCampbell, que fue uno de los principales defensores de esta explicación, advirtió: “Parece que una especie alienígena de inteligencia superior forma parte cada vez más del entorno de nuestra Tierra”. Según Philip Klass, escritor de UFOs—The Public Deceived, el comandante Donald E. Keyhoe, “un oficial retirado del cuerpo de infantería de marina que llegó a ser periodista independiente, fue el primero que popularizó los ovnis y afirmó que eran naves espaciales extraterrestres”. Keyhoe también impulsó la teoría de los “seres del espacio” y previno: “Si el propósito de los alienígenas fuese emigrar a la Tierra, se desencadenaría una ola de miedo e histeria”.

      Otra faceta que ha cautivado el interés de algunos investigadores es si en los ovnis hay seres superiores que viven en un “universo paralelo”. Según esta teoría, podrían ser “capaces de manipular los circuitos eléctricos de la mente humana”, lo que supuestamente les permitiría controlar a los diversos gobiernos. Algunos dicen que pueden estar relacionados con “las inteligencias [que controlan] los grupos religiosos más importantes del mundo, con milagros, ángeles, fantasmas, hadas, duendes y cosas parecidas”. (UFO and The Limits of Science, de Ronald D. Story.)

      ¿Podemos identificarlos?

      Como ya hemos observado, algunos investigadores están muy seguros de poder clasificar a todos los ovnis como hechos naturales o fenómenos conocidos, mientras que otros tienen sus teorías particulares.

      Cuando el informe Condon y el caso de los ovnis aún tenía vigencia en la opinión pública, ¡Despertad! presentó un análisis del tema junto con una consideración de los casos más espectaculares.b ¡Despertad! llegó a la conclusión de que “la gran mayoría de todos los informes sobre ovnis tienen la misma base que los del Proyecto Blue Book [un estudio anterior del gobierno], a saber, planetas, aviones, globos, meteoritos y espejismos”.

      El artículo continúa: “Una investigación más minuciosa [resumida en el Informe Condon] ha aclarado la parte que juegan las distorsiones físicas y psíquicas. Ha explicado cómo objetos ordinarios, que se ven en el cielo y no son reconocidos por las personas, quizás debido a circunstancias extraordinarias, pueden interpretarse mal en la percepción, magnificarse en los relatos, exagerarse aún más en los periódicos y [convertirse en una historia de] marcianitos verdes con sus naves que aterrizaron en [un determinado] lugar”.

      El informe oficial de Condon y las conclusiones anteriores, junto con la disminución de los informes sobre ovnis, aparentemente cerraron el tema para muchos. Sin embargo, dos décadas después nos encontramos con que los ovnis todavía llaman la atención del público. Como se mencionó en nuestro primer artículo, el escritor de una revista de amplia difusión observó que se había añadido un nuevo elemento: vivimos bajo la influencia de “temores apocalípticos muy arraigados” a medida que nos acercamos al año 2000.

      Han surgido más dudas aún debido a quejas recientes de que en el pasado Estados Unidos e incluso otros gobiernos pudieran haber ignorado o hasta ocultado pruebas sobre los ovnis. El autor de un libro publicado en 1988 utilizó el Acta de Libertad de Información, establecida en 1966 en Estados Unidos junto con fuentes de información de otros países, para recoger datos que, según él, “prueban fuera de toda duda que ha habido un gran encubrimiento del tema”. (Above Top Secret [Más allá del alto secreto], de Timothy Good.)

      Gary Kinder, en su libro Light Years (Años luz) se pregunta qué prueba hace falta para convencer a las autoridades de la existencia de los ovnis, y retoma las palabras de un observador: “¿Cuál es la prueba de que existen [ovnis]? ¿Es que tiene que aterrizar uno en la entrada River del Pentágono, cerca de las oficinas del mando conjunto de las fuerzas armadas? ¿Sirve de prueba el que una estación de radar lo detecte, envíe un avión para interceptarlo, el piloto lo vea, lo registre en su radar y entonces el ovni se aleje a una velocidad increíble?”.

      Por otra parte, el profesor Hines argumenta que las 997 páginas de los documentos cuya publicación se autorizó y que abarcan el período de 1949 a 1979, no muestran que el gobierno haya intentado ocultar nada, y afirma: “Un examen de los papeles secretos de la CIA y de los documentos sobre ovnis revela que la agencia estaba ligeramente interesada en el fenómeno, pero abrigaba cierto escepticismo respecto a la hipótesis de los extraterrestres. Estos documentos [...] también contradicen las quejas repetidas de que el gobierno ha ocultado la verdad”.

      Una de las razones principales de que falten pruebas es que ningún ovni se ha exhibido en público, ni se han presentado oficialmente seres extraterrestres. Además, alega el profesor Hines, “no hay ninguna fotografía de ovnis que pueda considerarse genuina, que muestre otra cosa que no sean vagos perfiles o salpicaduras de luz”. Repetidas veces los expertos han descubierto que los ovnis eran observaciones mal interpretadas de Venus o de otros cuerpos celestes. Es evidente que no hay ninguna solución que satisfaga a todos.

      Cuando el Informe Condon era tema de actualidad, un corresponsal de ¡Despertad! comentó en privado algunos resultados con uno de los científicos asociados que trabajaba en Boulder (Colorado). El científico opinaba que en los casos sin explicar, las experiencias de ovnis implicaban “percepciones mentales” de algún tipo. Por eso, aunque muchas apariciones pueden explicarse científicamente como objetos físicos o identificaciones equivocadas, algunos podrían implicar experiencias psicológicas o percepciones mentales.

      ¿Hay influencia de poderes ocultos?

      Un examen de las experiencias mentales o psicológicas de algunos que afirman haber mantenido contactos con ovnis, permiten reconocer similitudes con fenómenos espiritistas y otros paranormales. Un ejemplo lo encontramos en el testimonio de John H. Andrews en su libro The Extraterrestrials and Their Reality. En los agradecimientos por la ayuda prestada para escribir el libro, declara: “También he de darle las gracias a los cuatro seres espaciales [‘extraterrestres en cuerpos humanos que están entre nosotros de incógnito’] que me contaron sus historias y que desean permanecer en el anonimato, a los numerosos médium que me ayudaron en mis experimentos y a los extraterrestres por sus mensajes tan informativos”. Respecto a estos “seres espaciales”, afirma: “Todos eran bastante inteligentes y servían de conducto para entidades invisibles”. (Compárese con 1 Samuel 28:7, 8; Efesios 6:12.)

      Andrews también afirma que ha recibido mensajes de los extraterrestres, como por ejemplo: “No existe la muerte. [...] No existe ni el bien ni el mal. [(Compárese con Génesis 3:3, 4.)] [...] La creación, la evolución y la reencarnación son procesos válidos que funcionan en el universo. [...] Nosotros [los extraterrestres] no estamos aquí para controlarlos o gobernarlos, sino para guiarlos. [...] La Tierra va a sufrir pronto cambios tremendos y cataclísmicos. Cuando se produzcan, menos del 1 por 1.000 de la población actual seguirá con vida”.

      La Biblia también habla de extraterrestres, seres de espíritu, como los ángeles obedientes y los desobedientes, espíritus rebeldes que se hicieron demonios. De hecho, la historia bíblica revela que Dios en muchas ocasiones ha utilizado a ángeles fieles para comunicarse con los hombres. (Génesis 22:9-18; Isaías 6:1-7.) Satanás todavía utiliza a sus seguidores demoniacos para extraviar a la humanidad con toda clase de filosofías, novedades, mensajes, comunicaciones y sectas que los apartan del mensaje del Reino de Dios, su gobierno celestial, que pronto reinará sobre una Tierra restaurada. (Compárese con Lucas 4:33, 34; Santiago 2:19; Revelación 12:9; 21:1-4.)

      El apóstol cristiano Pablo dio una advertencia apropiada sobre la influencia demoniaca en los últimos días cuando escribió: “La expresión inspirada dice definitivamente que en períodos posteriores algunos se apartarán de la fe, prestando atención a expresiones inspiradas que extravían y a enseñanzas de demonios”. (1 Timoteo 4:1.)

      Si recordamos lo muy adentrados que estamos en estos días apocalípticos, no sería aconsejable que los cristianos dedicaran el tiempo valioso de que disponen a profundizar en este tipo de temas, sino que deberíamos ocuparnos del desafío más importante de hoy día, la obediencia al mandato del santo ángel, la criatura extraterrestre que proclamó: “Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora del juicio por él, de modo que adoren al que hizo el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas”. (Revelación 14:6, 7.)

      [Notas a pie de página]

      a Un falso sol o parhelio es un fenómeno luminoso que consiste en la aparición simultánea de varias imágenes del Sol reflejadas en las nubes.

      b Véase ¡Despertad! del 22 de mayo de 1970 páginas 5 a 9.

      [Fotografía en la página 8]

      Según el ángulo de visión, los globos publicitarios nocturnos, aviones y helicópteros pueden confundirse con ovnis

      [Reconocimiento]

      Nite Sign, Inc.

      [Recuadro en la página 10]

      Ovnis: La opinión de la ciencia

      “La astronomía y los ovnis están relacionados: si las personas supieran más de astronomía, habría menos apariciones de ovnis.” (Astronomy, diciembre de 1988.)

      “Venus es el planeta más brillante del cielo nocturno y es responsable de más informes sobre ovnis que ningún otro objeto. [...]

      ”Los radares de los aeropuertos modernos identifican automáticamente todos los aviones de la zona [...] y dado que cada día están mejor diseñados para identificar correctamente a los aviones y filtrar las fuentes de error, el número de informes sobre ovnis procedentes de radares ha disminuido hasta ser casi nulo. Desde luego, si los ovnis fueran reales, lo lógico sería [...] que gracias a la tecnología moderna se incrementara el número de ovnis que se ven en la pantalla del radar [...].

      ”En casi cuarenta años de investigación, no hay ni un solo resto material, ni una fotografía ni cualquier otro tipo de prueba física auténtica procedente de un ovni. Cada año informan de avistamientos espectaculares, y año tras año, cuando se examinan con minuciosidad, desaparecen en la niebla de las interpretaciones e identificaciones equivocadas y el engaño.” (Pseudoscience and the Paranormal, de Terence Hines.)

      “Gran parte de los problemas se deben a que en el cielo hay una variedad casi infinita de objetos y vistas peculiares, y una persona puede llegar a conocer solo unos pocos durante su vida. Cuando esto sucede, podría pensar erróneamente que ha visto algo extraordinario, en vez de tan solo algo poco común [...].

      ”En pocos temas ha proliferado tanto el fraude, la histeria, la credulidad, el fanatismo religioso, la incompetencia y otras características humanas negativas.” (The Promise of Space, de Arthur C. Clarke.)

      “Me gustaría ver estas acertadas palabras inscritas en el umbral de todos los templos de la ciencia: ‘El mayor engaño de la mente es creer en algo tan solo porque uno quiere creerlo’”. (Louis Pasteur, científico francés del siglo XIX.)

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