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UgandaAnuario de los testigos de Jehová 2010
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En cierta campaña, los misioneros Peter Abramow y Michael Reiss predicaron en la ciudad de Kabale y se pusieron en contacto con Margaret Tofayo, que había estudiado la Biblia tiempo atrás. Ella estaba convencida de que los Testigos le habían enseñado la verdad, y ya había estado hablando de sus creencias de manera informal. Los misioneros querían ayudarla en todo lo posible, así que le dieron el único ejemplar que tenían del libro Razonamiento a partir de las Escrituras. Antes de marcharse, los hermanos visitaron a Margaret por última vez, y ella los sorprendió con una comida especial. Se sintieron muy agradecidos por su bondad y generosidad, pero incómodos al darse cuenta de que había guisado para ellos la única gallina que tenía. Sabían que los huevos de aquella gallina habían servido para mejorar la limitada dieta de su familia. Pero ella les dijo: “No se preocupen. Durante su visita, ustedes me han dado más de lo que yo puedo darles con esta comida”. Con el tiempo, ella se bautizó y siguió siendo una publicadora fiel hasta su muerte.
El rápido crecimiento también puede atribuirse al modo en que los hermanos utilizaron las excelentes publicaciones disponibles. Mats, mencionado anteriormente, indica: “Aunque siempre nos esforzamos por mejorar nuestras habilidades como maestros, la Biblia y las publicaciones son lo que más influye en la gente y la motiva a hacer cambios en su vida. Nuestros prácticos folletos incluso llegan al corazón de quienes, aunque no saben leer bien, tienen sed de la verdad”.
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UgandaAnuario de los testigos de Jehová 2010
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Durante algún tiempo se produjeron batallas encarnizadas en la zona de Jinja donde vivían los misioneros. Cierto día, el hogar misional fue asaltado por los soldados, pero cuando estos se enteraron de quién vivía allí, no destruyeron nada y se llevaron muy pocas cosas.
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UgandaAnuario de los testigos de Jehová 2010
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Además, se denegó la autorización para celebrar algunas asambleas, y varios misioneros tuvieron que dejar el país cuando caducaron sus permisos de residencia. A finales de 1991 solo quedaban dos misioneros. ¿Qué podría hacerse para mejorar la situación?
Al final, se decidió que una delegación de hermanos se reuniera con las autoridades para explicarles nuestra postura neutral. Cuando estas la comprendieron, se permitió que los misioneros volvieran a Uganda. La obra prosiguió sin estorbos, y en 1993, Uganda informó con satisfacción que tenía 1.000 publicadores. Después de solo cinco años, la cifra aumentó a 2.000. En la actualidad hay unos cuarenta misioneros que realizan una labor excelente por todo el país.
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