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  • Agradecidos por la bondad inmerecida de Dios
    La Atalaya (estudio) 2016 | julio
    • 1. Una hermana preocupada está junto a la cama de su esposo en el hospital; 2. una hermana sujeta a su hija tras el paso de una tormenta que ha destrozado su casa

      Agradecidos por la bondad inmerecida de Dios

      “Todos nosotros recibimos [...] bondad inmerecida sobre bondad inmerecida” (JUAN 1:16).

      CANCIONES 95 Y 13

      ¿SABE LA RESPUESTA?

      • ¿Cuál es la mayor muestra de bondad inmerecida de Dios a la humanidad?

      • ¿Cómo demostramos que ya no nos domina el pecado, sino la bondad inmerecida?

      • ¿Qué bendiciones recibimos gracias a la bondad inmerecida de Jehová?

      1, 2. a) Cuente brevemente la parábola del dueño de la viña. b) ¿Cómo destaca esta parábola la generosidad y la bondad inmerecida?

      UNA mañana temprano, el dueño de una viña fue al mercado a contratar a algunos obreros para que trabajaran en sus tierras. Varios hombres aceptaron el salario que les ofreció y se fueron a trabajar. Pero no eran suficientes, y el dueño de la viña regresó al mercado varias veces para contratar a más obreros. A todos les ofreció el mismo salario, incluso a los que contrató a última hora de la tarde. Al final del día, reunió a los trabajadores para darles su salario. Les pagó lo mismo a todos, sin importar que hubieran trabajado muchas horas o solo una. Cuando se dieron cuenta, los que habían sido contratados más temprano se quejaron. Entonces, el dueño de la viña les dijo que habían aceptado la paga que les había ofrecido y que él tenía el derecho a darles a todos lo que quisiera. Además, les preguntó si sentían envidia porque él era generoso (Mat. 20:1-15, nota).

      2 Esta parábola de Jesús nos recuerda una cualidad de Jehová que se menciona con frecuencia en la Biblia: su “bondad inmerecida”[1] (lea 2 Corintios 6:1). Podría decirse que los hombres que solo trabajaron una hora no merecían recibir el mismo salario que los demás. Pero el dueño de la viña fue muy bondadoso con ellos. Un experto escribió lo siguiente sobre la palabra “bondad inmerecida” (que en muchas traducciones de la Biblia suele traducirse por “gracia”): “Básicamente, la idea general es que se trata de algo que se recibe gratis y sin merecerlo; de algo que se le da a alguien aunque no se lo haya ganado ni haya hecho méritos para recibirlo”.

      EL GENEROSO REGALO DE JEHOVÁ

      3, 4. a) ¿Por qué ha mostrado Jehová bondad inmerecida a toda la humanidad? b) ¿Cómo lo ha hecho?

      3 La Biblia dice que “la bondad inmerecida de Dios” es una “dádiva gratuita” o regalo (Efes. 3:7). ¿Por qué nos ha concedido Jehová este regalo? ¿Cómo lo ha hecho? Si hiciéramos a la perfección todo lo que Dios nos pide, mereceríamos su bondad. Desde luego, este no es el caso. Por eso, el rey Salomón afirmó: “No hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque” (Ecl. 7:20). De la misma manera, el apóstol Pablo dijo: “Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios”. Y más tarde añadió: “El salario que el pecado paga es muerte” (Rom. 3:23; 6:23a). Eso es lo que merecemos.

      4 Sin embargo, Jehová le demostró su amor a la humanidad pecadora mediante un acto sin igual de bondad inmerecida: envió a la Tierra a “su Hijo unigénito”, el mayor regalo de todos, para que muriera por nosotros (Juan 3:16). Por eso, Pablo escribió que Jesús había sido “coronado de gloria y honra por haber sufrido la muerte, para que por la bondad inmerecida de Dios gustase la muerte por todo hombre” (Heb. 2:9). Así es, “el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor” (Rom. 6:23b).

      5, 6. ¿Cuál es el resultado de que domine sobre nosotros a) el pecado? b) la bondad inmerecida?

      5 ¿Por qué pecamos y morimos los seres humanos? La Biblia explica que la muerte reinó por la ofensa de un solo hombre, Adán, quien se la dejó como herencia a sus hijos (Rom. 5:12, 14, 17). Pero podemos hacer que el pecado deje de reinar, o dominar, nuestra vida. Si ejercemos fe en el sacrificio de Cristo, permitimos que la bondad inmerecida de Dios reine sobre nosotros. La Biblia dice: “Donde abundó el pecado, abundó aún más la bondad inmerecida. ¿Con qué fin? Para que, así como el pecado reinó con la muerte, así mismo también la bondad inmerecida reinara mediante la justicia con vida eterna en mira mediante Jesucristo nuestro Señor” (Rom. 5:20, 21).

      6 Es cierto que seguimos siendo pecadores, pero no tenemos por qué resignarnos a que el pecado domine nuestra vida. Y, si cometemos un pecado, pidámosle a Jehová que nos perdone. Pablo les advirtió a los cristianos: “El pecado no debe ser amo sobre ustedes, puesto que no están bajo ley, sino bajo bondad inmerecida” (Rom. 6:14). Es decir, llegamos a ser gobernados por la bondad inmerecida. ¿Con qué resultado? Pablo declaró: “La bondad inmerecida de Dios [...] nos instruye a repudiar la impiedad y los deseos mundanos y a vivir con buen juicio y justicia y devoción piadosa en medio de este sistema de cosas actual” (Tito 2:11, 12).

      LA BONDAD INMERECIDA “EXPRESADA DE DIVERSAS MANERAS”

      7, 8. ¿Qué significa que Jehová exprese su bondad inmerecida “de diversas maneras”? (Vea las fotos del principio).

      7 El apóstol Pedro escribió: “En proporción al don que cada uno haya recibido, úsenlo al ministrarse unos a otros como excelentes mayordomos de la bondad inmerecida de Dios expresada de diversas maneras” (1 Ped. 4:10). ¿Qué significa esto? Que Jehová manifestará su bondad inmerecida de tal manera que podremos superar cualquier tipo de prueba que enfrentemos (1 Ped. 1:6).

      8 Jehová expresa su bondad inmerecida de diversas maneras. El apóstol Juan afirmó: “Todos nosotros recibimos de su plenitud, sí, bondad inmerecida sobre bondad inmerecida” (Juan 1:16). Gracias a la bondad de Dios, recibimos muchas bendiciones. Veamos algunas.

      9. a) ¿Cómo nos beneficia la bondad inmerecida de Dios? b) ¿Cómo mostramos que estamos agradecidos?

      9 Nuestros pecados son perdonados. Gracias a su bondad inmerecida, Dios perdona nuestros pecados, siempre y cuando nos arrepintamos y luchemos con todas nuestras fuerzas contra nuestras malas inclinaciones (lea 1 Juan 1:8, 9). Deberíamos sentirnos muy agradecidos por la misericordia de Dios y alabarlo por ella. Pablo les dijo a sus hermanos ungidos: “Él [Jehová] nos libró de la autoridad de la oscuridad y nos transfirió al reino del Hijo de su amor, por medio de quien tenemos nuestra liberación por rescate, el perdón de nuestros pecados” (Col. 1:13, 14). Como Jehová nos perdona, podemos recibir muchas otras bendiciones maravillosas.

      10. ¿De qué disfrutamos gracias a la bondad inmerecida de Dios?

      10 Estamos en paz con Dios. Nacimos pecadores y, por eso, éramos enemigos de Dios. Pablo reconoció: “Cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo” (Rom. 5:10). Esta reconciliación nos permite estar en paz con Dios. Pablo relaciona esta bendición con la bondad inmerecida de Jehová. Refiriéndose a los hermanos ungidos de Cristo, dijo: “Ahora que hemos sido declarados justos como resultado de fe, gocemos de paz con Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, mediante quien también hemos obtenido nuestro acceso por fe a esta bondad inmerecida en la cual ahora nos mantenemos” (Rom. 5:1, 2). No cabe duda de que es una gran bendición tener una buena relación con Jehová.

      Un testigo de Jehová le predica a un hombre

      Pruebas de la bondad inmerecida de Dios: El honor de escuchar las buenas nuevas (Vea el párrafo 11).

      11. ¿De qué manera los ungidos traen a la justicia a las “otras ovejas”?

      11 Podemos llegar a ser justos a los ojos de Dios. Todos somos injustos por naturaleza. Pero Daniel profetizó que en el tiempo del fin los que tendrían perspicacia, es decir, los ungidos, traerían a “muchos a la justicia” (lea Daniel 12:3). Como resultado de la predicación y enseñanza que ellos realizan, millones de personas de las “otras ovejas” han llegado a ser justas ante Jehová (Juan 10:16). Sin embargo, esto solo ha sido posible por medio de la bondad inmerecida de Dios. Pablo explicó: “Es como dádiva gratuita que por su bondad inmerecida se les está declarando justos mediante la liberación por el rescate pagado por Cristo Jesús” (Rom. 3:23, 24).

      Una hermana preocupada ora junto a la cama de su esposo en el hospital

      El regalo de la oración (Vea el párrafo 12).

      12. ¿Qué relación hay entre la bondad inmerecida de Dios y la oración?

      12 Podemos acercarnos al trono de Dios en oración. Debido a su bondad inmerecida, Jehová nos concede el privilegio de dirigirnos a él en oración. De hecho, Pablo llama al trono de Dios “trono de la bondad inmerecida” y nos invita a acercarnos a él “con franqueza de expresión” (Heb. 4:16a). Jehová nos ha concedido este honor mediante su Hijo, “por medio de quien tenemos esta franqueza de expresión y un acceso con confianza mediante nuestra fe en él” (Efes. 3:12). Tener la libertad de dirigirnos a Jehová en oración es una muestra extraordinaria de su bondad inmerecida.

      Una hermana tiene invitados a comer

      Ayuda en el momento oportuno (Vea el párrafo 13).

      13. ¿Cómo nos ayuda la bondad inmerecida “al tiempo apropiado”?

      13 Recibimos ayuda en el momento apropiado. Pablo nos animó a dirigirnos libremente a Jehová en oración “para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo apropiado” (Heb. 4:16b). En cualquier momento que nos sintamos ahogados por los problemas, supliquémosle a Jehová que nos ayude. Aunque no lo merecemos, él es misericordioso y escucha nuestros ruegos. Con frecuencia, la ayuda viene a través de otros hermanos. Por eso, “podemos tener buen ánimo y decir: ‘Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?’” (Heb. 13:6).

      14. ¿Qué otro beneficio recibimos gracias a la bondad inmerecida de Jehová?

      14 Hallamos consuelo. Otra importante bendición de la que disfrutamos gracias a la bondad inmerecida de Dios es que nos consuela cuando nos sentimos afligidos (Sal. 51:17). Pablo les dirigió estas palabras a los cristianos de Tesalónica, que estaban siendo perseguidos: “Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y dio consuelo eterno y buena esperanza por medio de bondad inmerecida, consuelen sus corazones y los hagan firmes”, es decir, que fortalezcan a los cristianos (2 Tes. 2:16, 17). Cuánto nos consuela saber que Jehová nos ama y cuida con cariño por su bondad inmerecida.

      15. ¿Qué esperanza podemos tener gracias a la bondad inmerecida de Dios?

      15 Tenemos la esperanza de vivir para siempre. Como somos pecadores, no tendríamos ninguna esperanza si no contáramos con la ayuda de Dios (lea Salmo 49:7, 8). Pero Jehová nos da una esperanza extraordinaria. Jesús les hizo esta promesa a sus discípulos: “Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él tenga vida eterna” (Juan 6:40). Sin duda, tener la oportunidad de vivir para siempre es un regalo, una maravillosa muestra de la bondad inmerecida de Dios. Agradecido por ello, Pablo dijo: “La bondad inmerecida de Dios que trae salvación a toda clase de hombres se ha manifestado” (Tito 2:11).

      NO ABUSEMOS DE LA BONDAD INMERECIDA DE DIOS

      16. ¿Cómo abusaron de la bondad inmerecida de Dios algunos cristianos del siglo primero?

      16 Como hemos visto, recibimos muchas bendiciones gracias a la bondad inmerecida de Jehová. Pero no debemos abusar de ella y pensar que Dios tolera toda clase de conducta. Algunos cristianos del siglo primero intentaron utilizar la bondad inmerecida de Dios para justificar su conducta desvergonzada (Jud. 4). Parece que aquellos cristianos infieles creían que podían pecar y que Jehová los perdonaría. Y, lo que es peor, trataban de convencer a los hermanos de que también hicieran cosas malas. Cualquiera que hoy actúa así desprecia “el espíritu de bondad inmerecida” (Heb. 10:29).

      17. ¿Qué consejo firme dio Pedro?

      17 En la actualidad, Satanás ha hecho creer a algunos cristianos que no recibirán ningún castigo, hagan lo que hagan, porque Jehová será misericordioso con ellos. Es cierto que Dios está dispuesto a perdonar a los pecadores arrepentidos, pero espera que luchemos con todas nuestras fuerzas contra los malos deseos. Jehová inspiró a Pedro a escribir lo siguiente: “Ustedes, por lo tanto, amados, teniendo este conocimiento de antemano, guárdense para que no vayan a ser llevados con ellos por el error de gente desafiadora de ley y caigan de su propia constancia. No; sino sigan creciendo en la bondad inmerecida y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Ped. 3:17, 18).

      LA BONDAD INMERECIDA IMPLICA RESPONSABILIDADES

      18. Ya que Jehová nos ha mostrado bondad inmerecida, ¿qué responsabilidades tenemos?

      18 Ya que estamos agradecidos a Jehová por la bondad que nos ha mostrado, sentimos que debemos usar nuestros dones para honrarlo y para hacer el bien a los demás. ¿Cómo? Pablo nos da la respuesta: “Puesto que tenemos dones que difieren según la bondad inmerecida que se nos ha dado, si es [...] un ministerio, ocupémonos en este ministerio; o el que enseña, ocúpese en su enseñanza; o el que exhorta, ocúpese en su exhortación; [...] el que muestra misericordia, hágalo con alegría” (Rom. 12:6-8). La bondad inmerecida de Jehová nos obliga a participar de lleno en la predicación, dar cursos bíblicos, animar a nuestros hermanos y perdonar a quienes nos ofenden.

      19. ¿Qué analizaremos en el próximo artículo?

      19 Agradecemos profundamente el amor y la generosidad de Dios, y por eso nos sentimos motivados a esforzarnos al máximo para “dar testimonio cabal de las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios” (Hech. 20:24). En el próximo artículo analizaremos esta responsabilidad.

      ^ [1] (párrafo 2): Vea el subtítulo “bondad inmerecida” de la entrada “bondad” en la obra Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1, página 366.

  • Proclamemos las buenas nuevas de la bondad inmerecida
    La Atalaya (estudio) 2016 | julio
    • El apóstol Pablo le predica a un hombre

      Proclamemos las buenas nuevas de la bondad inmerecida

      “No hago mi alma de valor alguno como preciada para mí, con tal que termine mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, de dar testimonio cabal de las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios” (HECH. 20:24).

      CANCIONES 101 Y 84

      ¿QUÉ RESPONDERÍA?

      • ¿A qué nos debe impulsar la bondad inmerecida de Jehová?

      • ¿Cómo reflejan “las buenas nuevas del Reino” la bondad inmerecida de Dios?

      • ¿Cómo mostrará Jehová su bondad inmerecida en el nuevo mundo?

      1, 2. ¿Cómo mostró Pablo agradecimiento por la bondad inmerecida de Dios?

      CON toda sinceridad, el apóstol Pablo pudo decir: “Su bondad inmerecida [la de Dios] que fue para conmigo no resultó ser en vano” (lea 1 Corintios 15:9, 10). Pablo era consciente de que no se había ganado la misericordia tan grande que Dios le había mostrado. No la merecía, pues había perseguido a los cristianos.

      2 Hacia el final de su vida, le escribió a su colaborador Timoteo: “Estoy agradecido a Cristo Jesús nuestro Señor, que me impartió poder, porque me consideró fiel y me asignó a un ministerio” (1 Tim. 1:12-14). ¿En qué consistía este ministerio? Pablo les explicó a los ancianos de Éfeso: “No hago mi alma de valor alguno como preciada para mí, con tal que termine mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, de dar testimonio cabal de las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios” (Hech. 20:24).

      3. ¿Qué comisión especial recibió Pablo? (Vea el dibujo del principio).

      3 ¿Qué “buenas nuevas” predicó Pablo que reflejaban la bondad inmerecida de Jehová? Él indicó a los cristianos de Éfeso: “Ustedes han oído acerca de la mayordomía de la bondad inmerecida de Dios que me fue dada con ustedes en mira” (Efes. 3:1, 2). El apóstol había recibido la comisión de proclamar las buenas nuevas a los que no eran judíos para que también se les pudiera invitar a gobernar con Cristo en el Reino Mesiánico (lea Efesios 3:5-8). Pablo fue un predicador entusiasta y nos dejó un ejemplo excelente. Demostró que no había recibido la bondad inmerecida de Dios “en vano”.

      ¿NOS MOTIVA TAMBIÉN A NOSOTROS LA BONDAD INMERECIDA DE DIOS?

      4, 5. ¿Por qué podemos decir que “las buenas nuevas del reino” y “las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios” son lo mismo?

      4 El pueblo de Jehová ha recibido la comisión de predicar las “buenas nuevas del reino [...] en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones” en este tiempo del fin (Mat. 24:14). A este mensaje también se le puede llamar “las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios”. ¿Por qué decimos eso? Porque todas las bendiciones que traerá el Reino las recibiremos gracias a la bondad que Jehová nos muestra mediante Cristo (Efes. 1:3). Preguntémonos: “¿Manifiesto la misma gratitud que el apóstol Pablo por la bondad inmerecida de Jehová? ¿Predico con el mismo entusiasmo que él?” (Lea Romanos 1:14-16).

      5 En el artículo anterior aprendimos que, aunque somos pecadores, nos estamos beneficiando de muchas maneras de la bondad inmerecida de Dios. Por eso, tenemos el deber de esforzarnos al máximo por enseñar a las personas que pueden beneficiarse del amor de Jehová. ¿Qué aspectos de la bondad inmerecida de Dios debemos dar a conocer a las personas y ayudarlas a agradecer?

      PROCLAMEMOS LA BUENA NOTICIA DEL SACRIFICIO DE RESCATE

      6, 7. ¿Por qué decimos que explicar el rescate es una manera de proclamar las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios?

      6 El mundo de hoy es muy permisivo. El pecado ya no se ve mal, así que muchos ni siquiera saben que tienen que ser rescatados de él. Y cada vez más personas se dan cuenta de que tener un estilo de vida sin reglas no las hace realmente felices. Hasta que no hablan con los testigos de Jehová, muchas no saben qué es el pecado, cómo nos afecta y qué hace falta para ser liberados de la esclavitud a él. Las personas de buen corazón sienten un gran alivio cuando aprenden que Jehová, debido a su profundo amor y bondad inmerecida, envió a su Hijo para rescatarnos del pecado y de su consecuencia: la muerte (1 Juan 4:9, 10).

      7 Pablo escribió lo siguiente sobre el amado Hijo de Jehová: “Por medio de él tenemos la liberación por rescate mediante la sangre de ese, sí, el perdón de nuestras ofensas, según las riquezas de su bondad inmerecida [la de Jehová]” (Efes. 1:7). El sacrificio de rescate de Cristo es la mayor prueba del amor de Dios, y nos da una idea del gran alcance de su bondad inmerecida. Nos consuela saber que, si tenemos fe en la sangre que Jesús derramó, nuestros pecados serán perdonados y nuestra conciencia quedará limpia (Heb. 9:14). Sin duda, esta es una buena noticia que debemos proclamar.

      AYUDEMOS A LAS PERSONAS A HACERSE AMIGAS DE DIOS

      8. ¿Por qué necesitan los humanos reconciliarse con Dios?

      8 Tenemos la responsabilidad de dar a conocer a los demás que pueden llegar a ser amigos del Creador. Antes de que alguien ejerza fe en el sacrificio de Jesús, Dios lo considera su enemigo. El apóstol Juan escribió: “El que ejerce fe en el Hijo tiene vida eterna; el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él” (Juan 3:36). ¿Verdad que nos alegra saber que, gracias al sacrificio de Cristo, podemos reconciliarnos con Dios? Pablo dijo: “Ustedes, que en otro tiempo estaban alejados y eran enemigos porque tenían la mente puesta en las obras que eran inicuas, él ahora los ha reconciliado de nuevo por medio del cuerpo carnal de aquel mediante su muerte” (Col. 1:21, 22).

      9, 10. a) ¿Qué tarea les dio Jesús a sus hermanos ungidos? b) ¿Cómo ayudan las otras ovejas a los ungidos?

      9 Jesucristo les ha dado a sus hermanos ungidos que están en la Tierra una tarea que Pablo llamó “el ministerio de la reconciliación”. El apóstol les explicó a los cristianos ungidos del siglo primero: “Todas las cosas vienen de Dios, que nos ha reconciliado consigo mediante Cristo y nos ha dado el ministerio de la reconciliación, a saber, que Dios mediante Cristo estaba reconciliando consigo mismo a un mundo, no imputándoles sus ofensas, y nos ha encomendado la palabra de la reconciliación. Somos, por lo tanto, embajadores en sustitución de Cristo, como si Dios estuviera suplicando mediante nosotros. Como sustitutos por Cristo rogamos: ‘Reconcíliense con Dios’” (2 Cor. 5:18-20).

      10 Para las “otras ovejas”, es un honor ayudar a sus hermanos ungidos a cumplir con este ministerio (Juan 10:16). Como enviados o mensajeros de Cristo, las otras ovejas realizan la mayor parte de la obra de enseñar la verdad a las personas. Además, las ayudan a desarrollar una relación personal con Jehová. Esta es una manera importante de dar testimonio cabal de las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios.

      PROCLAMEMOS LA BUENA NOTICIA DE QUE DIOS ESCUCHA NUESTRAS ORACIONES

      11, 12. ¿Por qué es una buena noticia para las personas descubrir que le pueden orar a Jehová?

      11 Muchas personas oran porque eso las hace sentirse bien, pero no porque de verdad crean que Dios escucha sus oraciones. Necesitan saber que Jehová es el “Oidor de la oración”. El salmista escribió: “Oh Oidor de la oración, aun a ti vendrá gente de toda carne. Cosas del error han resultado más poderosas que yo. En cuanto a nuestras transgresiones, tú mismo las cubrirás” (Sal. 65:2, 3).

      12 Jesús dijo a sus discípulos: “Si le piden alguna cosa al Padre, él se la dará en mi nombre” (Juan 16:23). Es evidente que la expresión alguna cosa incluye todo lo que esté de acuerdo con la voluntad de Jehová. El apóstol Juan nos asegura: “Y esta es la confianza que tenemos para con él, que, no importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye” (1 Juan 5:14). Tenemos el privilegio de enseñar a las personas que la oración no es una mera ayuda psicológica, sino un medio maravilloso de acercarnos al “trono de la bondad inmerecida” de Jehová (Heb. 4:16). Podemos ayudar a los demás a acercarse a Dios y a hallar consuelo en los momentos difíciles si les enseñamos a orar de la manera correcta, a la persona correcta y por las cosas correctas (Sal. 4:1; 145:18).

      LA BONDAD INMERECIDA EN EL SISTEMA DE COSAS VENIDERO

      13, 14. a) ¿Qué maravillosos privilegios tendrán los ungidos en el futuro? b) ¿Qué harán los ungidos por la humanidad?

      13 Jehová también mostrará bondad amorosa después de la destrucción del malvado sistema de cosas actual. Al referirse al honor extraordinario que Dios les ha concedido a los 144.000, y que reinarán con Cristo en el cielo, Pablo escribió: “Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, nos vivificó junto con el Cristo, aun cuando estábamos muertos en ofensas —por bondad inmerecida han sido salvados ustedes— y nos levantó juntos y nos sentó juntos en los lugares celestiales en unión con Cristo Jesús, a fin de que en los sistemas de cosas venideros se demostraran las riquezas sobrepujantes de su bondad inmerecida en su benevolencia para con nosotros en unión con Cristo Jesús” (Efes. 2:4-7).

      14 No podemos imaginar las cosas maravillosas que Jehová tiene reservadas para los ungidos cuando estén en sus tronos con Cristo en el cielo (Luc. 22:28-30; Filip. 3:20, 21; 1 Juan 3:2). Jehová les demostrará de manera especial “las riquezas sobrepujantes [o abundantes] de su bondad inmerecida”. Ellos compondrán “la Nueva Jerusalén”, la novia de Cristo (Rev. 3:12; 17:14; 21:2, 9, 10). Por otra parte, colaborarán con Jesús en la “curación de las naciones”, dirigiendo a las personas obedientes a los medios para librarse del pecado y de la muerte, y ayudándolas a alcanzar la perfección (lea Revelación 22:1, 2, 17).

      15, 16. ¿Cómo demostrará Jehová en el nuevo mundo su bondad inmerecida a las “otras ovejas”?

      15 Efesios 2:7 indica que “en los sistemas de cosas venideros” se demostrará la bondad inmerecida de Dios. Sin duda, en ese entonces, se experimentarán las abundantes riquezas de su bondad inmerecida (Luc. 18:29, 30). Una de las mayores muestras de la extraordinaria bondad de Jehová será la resurrección de las personas que están en “el Seol” (Job 14:13-15; Juan 5:28, 29). Los hombres y mujeres leales que murieron antes de que Jesús entregara su vida en sacrificio, así como las “otras ovejas” que mueran fieles durante los últimos días, volverán a vivir para servir a Jehová.

      16 También resucitarán millones de personas que murieron sin conocer a Dios, y se les dará la oportunidad de someterse a su soberanía. El apóstol Juan declaró: “Y vi a los muertos, los grandes y los pequeños, de pie delante del trono, y se abrieron rollos. Pero se abrió otro rollo; es el rollo de la vida. Y los muertos fueron juzgados de acuerdo con las cosas escritas en los rollos según sus hechos. Y el mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados individualmente según sus hechos” (Rev. 20:12, 13). Claro, quienes resuciten tendrán que aprender a poner en práctica los principios bíblicos. Además, deberán seguir las nuevas instrucciones que aparecerán en los “rollos”, que contendrán los requisitos de Jehová para vivir en el sistema de cosas venidero. Las instrucciones que encontraremos en esos rollos nos beneficiarán y serán otra demostración de la bondad inmerecida de Jehová.

      SIGAMOS PROCLAMANDO LAS BUENAS NUEVAS

      17. ¿Qué debemos recordar cuando predicamos?

      17 Ahora más que nunca, tenemos la responsabilidad de predicar las buenas nuevas del Reino, pues el fin se acerca (Mar. 13:10). Es evidente que el mensaje que llevamos destaca la bondad inmerecida de Jehová. Y es importante que recordemos este hecho cuando predicamos. Nuestro objetivo al hablar con las personas es honrar a Jehová. Lo conseguiremos si les mostramos que las bendiciones que Dios promete para el nuevo mundo son una prueba de su maravillosa bondad.

      Un hermano le predica las buenas nuevas del Reino a un joven

      Sirvamos con entusiasmo como “excelentes mayordomos de la bondad inmerecida de Dios” (1 Ped. 4:10). (Vea los párrafos 17 a 19).

      18, 19. ¿Cómo podemos alabar la bondad inmerecida de Jehová?

      18 Al predicar, expliquemos que, cuando nos gobierne el Reino de Cristo, la humanidad se beneficiará por completo del sacrificio de rescate y alcanzará gradualmente la perfección. La Biblia declara: “La creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Rom. 8:21). Esto solo será posible gracias a la extraordinaria bondad de Jehová.

      19 Tenemos el honor de mostrarle a todo el que esté dispuesto a escucharnos la promesa de Revelación 21:4, 5. Allí dice: “[Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado. Y Aquel que estaba sentado en el trono [Jehová] dijo: ‘¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas’. También, dice: ‘Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas’”. Si proclamamos con entusiasmo estas buenas noticias, alabaremos la bondad inmerecida de Jehová.

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