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  • “No se preocupen por el mañana”
    ¡Despertad! 2010 | julio
    • “No se preocupen por el mañana”

      Rosa ya no podía más. Su esposo, Mateo, llevaba más de tres años sin empleo fijo. Ella recuerda: “Estaba a punto de explotar, y la incertidumbre me desmoralizaba”. Mateo intentaba tranquilizarla diciéndole que nunca les había faltado nada. “¡Pero sigues sin trabajo! ¡Necesitamos un sueldo!”, replicaba ella.

      PERDER el empleo genera ansiedad. La persona se pregunta cuánto tiempo estará sin trabajo y cómo llegará a fin de mes mientras tanto.

      Aunque es normal preocuparse por ese tipo de cosas, Jesucristo dio el siguiente consejo realista: “No se preocupen por el mañana [...]. Los problemas del día de hoy son suficientes por hoy” (Mateo 6:34, Nueva Traducción Viviente).

      Identifique sus temores

      Jesús no estaba diciendo que debamos actuar como si no pasara nada. No obstante, preocuparse por lo que pudiera ocurrir en el futuro solo aumentará la carga emocional del presente. Lo cierto es que tenemos muy poco control sobre lo que sucederá el día de mañana, sea bueno o malo. Pero sí podemos tomar medidas para lidiar con el presente.

      Resulta más fácil decirlo que hacerlo, ¿no es verdad? Rebeca, cuyo esposo perdió el empleo que había tenido por doce años, reconoce: “Cuando hay emociones tan intensas en juego, es difícil pensar con lógica. Pero tuvimos que hacerlo. Por ello, intenté mantenerme tranquila. Las cosas que más temía no llegaron a suceder, y entonces comprendí que preocuparse no sirve de nada. Decidimos concentrarnos en el presente y sus problemas, y así logramos eliminar todas las ansiedades”.

      Pregúntese: “¿Cuál es mi mayor temor? ¿Qué posibilidades hay de que se haga realidad? ¿Cuánta energía se me va preocupándome por lo que pudiera o no pudiera pasar?”

      Aprenda a conformarse con lo que tiene

      Nuestro modo de pensar puede influir en lo que sentimos. Por ello, la Biblia recomienda el siguiente enfoque: “Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas” (1 Timoteo 6:8). Estar contentos implica limitar nuestros deseos y sentirnos satisfechos con tener cubiertas las necesidades diarias. El deseo de tener más únicamente servirá para socavar nuestros intentos de llevar una vida más sencilla (Marcos 4:19).

      Una mirada realista a su situación ayudó a Rosa a conformarse. Ella dice: “Nunca nos hemos quedado sin luz o sin gas, y tampoco nos hemos visto en la calle. El auténtico problema era que no estábamos acostumbrados a vivir así, y mi deseo poco realista de mantener nuestro anterior nivel de vida tan solo aumentaba mi angustia”.

      Rosa no tardó en comprender que era su punto de vista, y no sus circunstancias, lo que hacía insoportable la situación. “Tuve que afrontar la realidad en vez de pensar demasiado en cómo quería yo que fueran las cosas —reconoce—. Una vez que aprendí a conformarme con lo que Dios nos proporciona cada día, fui mucho más feliz.”

      Pregúntese: “¿Tengo cubiertas mis necesidades de hoy? En tal caso, ¿puedo conformarme con eso y confiar en que mañana también será así?”

      En efecto, mantener el enfoque adecuado es el primer paso para hacer frente al desafío de arreglárselas con menos.a Ahora bien, ¿qué medidas prácticas pueden adoptarse cuando el desempleo merma los ingresos?

      [Nota]

      a Para más información sobre cómo encontrar y conservar un empleo, véase ¡Despertad! del 8 de julio de 2005, páginas 3 a 11.

      [Recuadro de la página 5]

      Las recompensas de no desistir

      Tras pasar semanas buscando trabajo inútilmente, Alfredo pensó que ya no tendría más oportunidades. Confiesa que “era como estar esperando en una parada de autobuses sin que pasara ninguno”. Entonces decidió tomar el control de lo único que realmente podía controlar: sus propias acciones. Envió un currículo de trabajo a todas las empresas que pudieran tener el más mínimo interés en sus habilidades. Examinó bien todas las respuestas y se preparó a conciencia para cada entrevista, convencido de que “los planes del diligente propenden de seguro a ventaja” (Proverbios 21:5). Alfredo relata: “En una empresa tuve que pasar por dos entrevistas en las que los gerentes me acribillaron a preguntas”. Pero su persistencia dio buenos resultados, pues como él termina diciendo: “¡Me contrataron!”.

      [Ilustración y recuadro de la página 6]

      Algo más importante que los ingresos

      ¿Qué considera usted más importante, su integridad moral o sus ingresos? Analicemos dos proverbios bíblicos.

      “Mejor es el de escasos recursos que está andando en su integridad que cualquiera que es torcido en sus caminos, aunque sea rico.” (Proverbios 28:6.)

      “Mejor es un plato de legumbres donde hay amor que un toro cebado en pesebre y, junto con él, odio.” (Proverbios 15:17.)

      Es obvio que la integridad y la valía de una persona no disminuyen porque gane menos. Por eso, cuando el esposo de Rosa perdió su trabajo, ella les recordó a sus hijos: “Muchos padres han abandonado a su familia. Pero papá sigue aquí con ustedes. Saben lo mucho que los quiere y los ha ayudado con todos sus problemas. No podrían haber tenido un padre mejor”.

  • Cómo arreglárselas con menos
    ¡Despertad! 2010 | julio
    • Cómo arreglárselas con menos

      PARA vivir con menos dinero es preciso organizarse bien. Jesús recalcó la necesidad de hacer buenos planes. En una ocasión, preguntó: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla?” (Lucas 14:28, 29). Con ese principio en mente usted puede calcular los gastos elaborando un presupuesto que le permita vivir dentro de sus posibilidades. ¿Cómo? Intente esto:

      Cuando lleve a casa el dinero que gane, decida qué cantidades específicas asignará a diferentes categorías para afrontar gastos presentes o futuros (véase el recuadro de la página 8). Al tener organizados sus gastos, verá en qué se le está yendo el dinero y cuánto dedica a cosas que no son esenciales. Así podrá determinar dónde recortar gastos.

      Para diseñar un presupuesto a su medida, ponga en práctica las siguientes sugerencias.

      Compre con inteligencia

      Cuando Raúl se quedó sin trabajo, su esposa, Berta, cambió su forma de comprar. Ella explica: “Buscaba los cupones de descuento y las ofertas en las tiendas de comestibles que ofrecían dos artículos por el precio de uno”. Veamos otras sugerencias:

      ● Planifique el menú semanal en función de lo que esté en oferta.

      ● En vez de consumir comidas precocinadas, compre los ingredientes básicos y cocínelos usted mismo.

      ● Adquiera una buena provisión de artículos de temporada o rebajados.

      ● Compre al por mayor, pero tenga cuidado de no acumular productos que puedan echarse a perder.

      ● Recorte los gastos de ropa comprando prendas de calidad en tiendas de segunda mano.

      ● Si le compensa realizar el viaje, compre en zonas donde los precios sean más bajos.

      ● Salga de compras con menos frecuencia.a

      Póngalo por escrito

      “Tuvimos que hacer un presupuesto —explica Alfredo—, así que guardé registro de todo lo que debíamos pagar de inmediato y de lo que necesitábamos tener a mano para el resto del mes.” Adela, su esposa, dice: “Cuando iba al mercado, sabía exactamente cuánto podía gastar. A veces, si necesitaba algo para los chicos o para la casa, le echaba un vistazo al presupuesto y me daba cuenta de que en ese momento no podíamos comprarlo, así que tendríamos que esperar hasta el mes siguiente. Llevar un registro por escrito fue clave”.

      Antes de comprar, piense

      Adopte la costumbre de preguntarse: “¿De veras necesito este artículo? ¿Está el que tengo realmente desgastado, o es que quiero algo nuevo?”. Si lo usa muy raras veces, ¿no le convendría alquilarlo? En caso de que vaya a usarlo con frecuencia, ¿ha pensado en comprar uno de segunda mano que pudiera ser igual de útil?

      Aunque algunas de las sugerencias mencionadas no parezcan tan importantes, en conjunto suponen una gran diferencia. La cuestión es que si uno adquiere la costumbre de ahorrar en las cosas pequeñas, hará lo mismo cuando se trate de gastos mayores.

      Sea ingenioso

      Para gastar menos en cosas no esenciales, ponga a trabajar su mente. Por ejemplo, Adela relata: “Teníamos dos automóviles, pero enseguida nos deshicimos de uno y compartimos viajes. Para ahorrar en gasolina, tratábamos de hacer la mayor cantidad posible de cosas en cada viaje. Redujimos los gastos a lo más básico”. A continuación se ofrecen otras ideas útiles:

      ● Plante un huerto y cultive sus propios vegetales.

      ● Siga las instrucciones de mantenimiento de sus aparatos domésticos, pues así prolongará su vida útil.

      ● Cámbiese la ropa de calle en cuanto llegue a casa. De ese modo se verá como nueva durante más tiempo.

      No se aísle

      Muchas personas que pierden su trabajo se vuelven retraídas y se aíslan. Pero en el caso de Alfredo no fue así. Contó con el apoyo comprensivo de su familia, incluso de sus hijos adultos. Él dice: “Aprendimos a comunicarnos más, y eso reforzó nuestra relación. Todos comprendimos que había que atravesar juntos la situación”.

      Alfredo recibió también el apoyo de sus hermanos en la fe cuando se reunía con ellos en el Salón del Reino de los Testigos de Jehová. Explica: “Cuando terminaban las reuniones, siempre me encontraba animado. Todo el mundo era amable y considerado. Gracias a su ayuda y consuelo, nunca nos sentimos solos” (Juan 13:35).

      Los beneficios de tener fe

      El desempleo ha ocasionado millones de víctimas amargadas que se sienten traicionadas por sus patronos. Raúl, mencionado anteriormente, quedó desolado por haber perdido su trabajo de forma inesperada en dos ocasiones: una en su Perú natal y otra en Nueva York. Tras su segundo despido, llegó a la siguiente conclusión: “Está claro que en el mundo de hoy nada es seguro”. Pasaron meses sin que encontrara empleo. ¿Qué lo ayudó a sobrellevar la situación? Él dice: “Había cultivado una estrecha relación con Dios y me di cuenta de que para tener verdadera seguridad solo tenía que confiar en él”.

      Raúl es testigo de Jehová, y su estudio de la Biblia lo ayudó a cultivar una fe fuerte en el amoroso Padre celestial, quien promete: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé” (Hebreos 13:5). Aunque su situación no era fácil, Raúl cuenta: “Siempre le pedíamos a Dios las cosas básicas, y aprendimos a estar contentos con lo que Él nos daba”. Su esposa, Berta, añade: “A veces me ponía muy nerviosa pensando si Raúl encontraría trabajo o no. Pero vimos que Jehová contestaba nuestras oraciones dándonos lo necesario para cada día. No teníamos tanto como antes, pero en cierto sentido nuestra vida se volvió mucho menos complicada”.

      Como Alfredo también es testigo de Jehová, lo que había aprendido en la Biblia influyó profundamente en su modo de afrontar la situación. “A veces buscamos seguridad en un trabajo, un puesto o una cuenta bancaria —añade—, pero aprendí que debemos confiar en Jehová, ya que es nuestra amistad con él lo que nos proporciona la única seguridad verdadera.”b

      [Notas]

      a Según un estudio de hábitos de consumo, casi el 60% de los artículos se compran sin haberlo planeado.

      b Hallará más información sobre cómo administrar bien el dinero en el número del 1 de agosto de 2009, páginas 10 a 12, de La Atalaya, revista que se distribuye junto con ¡Despertad!

      [Comentario de la página 9]

      “Siempre le pedíamos a Dios las cosas básicas, y aprendimos a estar contentos con lo que Él nos daba”

      [Recuadro y tabla de la página 8]

      Cómo elaborar un presupuesto

      1) Anote sus gastos mensuales básicos. Durante un mes, lleve registro de todo lo que gasta en alimentación, vivienda (renta o hipoteca), facturas por servicios, gastos de automóvil o transporte, etc. En el caso de facturas que se pagan anualmente, divida la cantidad por doce para obtener la cuota mensual.

      2) Agrupe sus gastos por categorías: alimentación, vivienda, automóvil, viajes, etc.

      3) Calcule cuánto dinero debe dedicar mensualmente a los gastos de cada categoría. Cuando se trate de facturas que se pagan anualmente, calcule la cantidad que hace falta apartar cada mes.

      4) Apunte el total de los ingresos netos de quienes viven en casa. Reste los impuestos u obligaciones similares. Compare el resultado con los gastos.

      5) Aparte todos los meses la cantidad que necesita para los gastos de cada categoría. Si utiliza dinero en efectivo, una forma sencilla de hacerlo es tener un sobre para cada categoría e ir poniendo dentro el dinero que corresponda.

      Un consejo: Si usa tarjetas de crédito, hágalo de forma responsable. Mucha gente ha visto fracasar su presupuesto por ceder a la tentación del “compre ahora y pague después”.

      [Tabla]

      (Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

      Ingresos netos mensuales

      SUELDO NETO MENSUAL $ ․․․․․ OTROS INGRESOS $ ․․․․․

      SUELDOS DE OTROS QUE VIVEN TOTAL DE INGRESOS

      EN CASA $ ․․․․․ NETOS

      $ ․․․․․

      Gastos mensuales Gastos mensuales

      presupuestados reales

      $ ․․․․․ Alquiler o hipoteca $ ․․․․․

      $ ․․․․․ Seguros/Impuestos $ ․․․․․

      $ ․․․․․ Servicios básicos $ ․․․․․

      $ ․․․․․ Automóvil/Transporte $ ․․․․․

      $ ․․․․․ Entretenimiento/Viajes $ ․․․․․

      $ ․․․․․ Teléfono $ ․․․․․

      $ ․․․․․ Alimentación $ ․․․․․

      $ ․․․․․ Otros $ ․․․․․

      TOTAL PRESUPUESTADO TOTAL GASTADO

      $ ․․․․․ $ ․․․․․

      Comparación de ingresos y gastos

      INGRESOS NETOS MENSUALES $ ․․․․․

      MENOS− SALDO

      GASTOS MENSUALES $ ․․․․․ $ ․․․․․

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