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Las Naciones Unidas, ¿son una vía mejor?¡Despertad! 1991 | 8 de septiembre
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Las Naciones Unidas, ¿son una vía mejor?
EL PREÁMBULO de la Carta de las Naciones Unidas pone de manifiesto estas nobles metas: “Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas, determinados a salvar a las generaciones futuras del azote de la guerra, que ha provocado indecible dolor a la humanidad en dos ocasiones durante nuestra vida, [...] y [deseando] unir nuestras fuerzas para mantener la paz y seguridad internacionales, [...] hemos resuelto combinar nuestros esfuerzos para conseguir estas metas”.
¿‘Consiguió la O.N.U. “estas metas”’? ¿Logró que las naciones unieran sus fuerzas y mantuvieran la paz y seguridad? No, al menos de momento, aunque ha tratado sinceramente de ser una vía mucho mejor que la Sociedad de Naciones. No obstante, la generación que vio su fundación en 1945 ha sido azotada desde entonces por guerras, revoluciones, invasiones, golpes de estado y agresiones en muchas partes de la Tierra. Y muchas de las naciones que habían resuelto “mantener la paz y seguridad internacionales” participaron en esta violencia.
Todavía no es la mejor vía
No obstante, puede que los críticos que censuran el fracaso de las Naciones Unidas en impedir estos ayes estén olvidando un hecho importante: la fuerza de una organización depende del poder que le dé su Carta Fundacional y del compromiso que acepten sus miembros de cumplir con las obligaciones estipuladas en dicha Carta. En primer lugar, la Carta de las Naciones Unidas no constituye a la O.N.U. como un gobierno mundial con poder supremo sobre todas las naciones miembros.
El artículo 2(7) declara: “Nada de lo contenido en la presente Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en cuestiones que caigan esencialmente dentro de la jurisdicción interna de cualquier estado”. La UNCIO (United Nations Conference on International Organization [Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional]), que se reunió en San Francisco (California, E.U.A.) desde el 25 de abril hasta el 26 de junio de 1945 para redactar de modo definitivo la Carta, juzgó necesario “asegurarse de que las Naciones Unidas, en las condiciones mundiales actuales, no vayan más allá de los límites aceptables ni sobrepasen las debidas limitaciones”.
¿Se fijó en la expresión calificativa “en las condiciones mundiales actuales”? La UNCIO afirmó que si estas cambiasen, esta cláusula podría modificarse “como lo hiciesen necesario y apropiado el estado del mundo, la opinión pública del mundo y la interdependencia factual del mundo”.
El propósito de las Naciones Unidas de mantener la “paz y seguridad internacionales”, recogido en la Carta, expresa una meta deseable para la humanidad. Desde luego, en el mundo habría mucha más seguridad si las naciones obedeciesen el artículo 2(4) de la Carta de las Naciones Unidas: “Todos los miembros se abstendrán [...] de la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier estado”. Sin embargo, el egoísmo de las naciones miembros ha obstaculizado repetidas veces los esfuerzos de la O.N.U. por llevar a cabo su propósito. En lugar de cumplir con el compromiso adquirido con la O.N.U. de “zanjar [las] disputas internacionales por medios pacíficos”, muchas veces naciones o bloques enteros de naciones han recurrido a la guerra, afirmando que la ‘cuestión caía esencialmente dentro de su jurisdicción interna’. (Artículo 2[3,7].)
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Las Naciones Unidas, ¿son una vía mejor?¡Despertad! 1991 | 8 de septiembre
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De modo que la única paz que la O.N.U. puede conseguir es el control de la violencia.
¿Es eso verdadera paz y seguridad? Es cierto que “la posibilidad de ser miembros de las Naciones Unidas está abierta a todos [...] los estados que aman la paz”. (Artículo 4[1].)
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