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Paz y seguridad... esperanza vana
10, 11. a) ¿Qué proclamó la ONU en 1986, y qué respuesta se dio a su proclamación? b) ¿Cuántas “familias religiosas” se reunieron en Asís, Italia, para orar por la paz? ¿Contesta Dios esas oraciones? Explique.
10 En un esfuerzo por reforzar las esperanzas de la humanidad, la Organización de las Naciones Unidas proclamó el año 1986 “Año Internacional de la Paz”, con el tema: “Para salvaguardar la paz y el futuro de la humanidad”. Se pidió a las naciones en guerra que depusieran las armas, al menos por un año. ¿Cómo respondieron ellas? Según un informe hecho por el Instituto de Investigación sobre la Paz Internacional, ¡cinco millones de personas murieron a consecuencia de las guerras tan solo en 1986! Aunque se emitieron algunas monedas especiales y sellos conmemorativos, la mayoría de las naciones no mostraron gran entusiasmo por ir tras el ideal de la paz durante ese año. No obstante, las religiones del mundo —siempre muy deseosas de manifestar plena armonía con la ONU— dieron publicidad al año de varias maneras. El 1 de enero de 1986 el papa Juan Pablo II alabó la obra de la ONU y dedicó a la paz el nuevo año. Y el 27 de octubre reunió a los líderes de muchas religiones del mundo en Asís, Italia, para orar por la paz.
11 ¿Contesta Dios esas oraciones por la paz? Pues bien, ¿a qué Dios oraban aquellos líderes religiosos? Si se les hubiera preguntado, cada grupo habría dado una respuesta diferente. ¿Hay un panteón de millones de dioses que puedan oír y conceder lo que se les pida de muchas maneras diferentes? Muchos de los participantes adoraban a la Trinidad de la cristiandadc. Budistas, hindúes y otros salmodiaron rezos a incontables dioses. En total se reunieron 12 “familias religiosas”, representadas por personajes tan notables como el arzobispo anglicano de Canterbery, el dalai lama del budismo, un metropolitano de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el presidente de la Asociación del Santuario Sintoísta de Tokio, animistas africanos y dos indios estadounidenses engalanados con sus penachos de plumas. El grupo ostentaba muchos colores, por no decir más, lo cual constituyó una vista espectacular para la televisión. Cierto grupo hizo rezos sin cesar por 12 horas. (Compárese con Lucas 20:45-47.) Pero ¿pasó alguna de aquellas oraciones o rezos más allá de las nubes de lluvia suspendidas sobre aquella reunión? No; por las siguientes razones:
12. ¿Qué razones hubo para que Dios no contestara las oraciones por paz que hicieron los líderes religiosos del mundo?
12 En contraste con los que ‘andan en el nombre de Jehová’, ninguno de aquellos religiosos oraba a Jehová, el Dios vivo, cuyo nombre aparece unas 7.000 veces en el texto original de la Bibliad. (Miqueas 4:5; Isaías 42:8, 12.) Como grupo, no se dirigieron a Dios en el nombre de Jesús, pues la mayoría de ellos ni siquiera creía en Jesucristo. (Juan 14:13; 15:16.) Ninguno de ellos hace la voluntad de Dios para nuestros días, que es proclamar mundialmente que el Reino entrante de Dios —no la ONU— es la verdadera esperanza para la humanidad. (Mateo 7:21-23; 24:14; Marcos 13:10.) En la mayoría de los casos sus organizaciones religiosas han estado implicadas en las guerras sangrientas de la historia, entre ellas las dos guerras mundiales del siglo XX. A esas personas Dios dice: “Aunque hagan muchas oraciones, no escucho; sus mismas manos se han llenado de derramamiento de sangre”. (Isaías 1:15; 59:1-3.)
13. a) ¿Por qué es significativo que los líderes religiosos del mundo se unieran con la ONU para pedir la paz? b) ¿Qué culminación predicha divinamente tendrán los clamores de paz?
13 Además, es muy significativo que los líderes religiosos del mundo se unieran a la Organización de las Naciones Unidas en pedir la paz en este tiempo. Quisieran influir en la ONU para su propia ventaja, especialmente en esta era moderna en que mucha de su gente está abandonando la religión. Como los líderes infieles del Israel antiguo, claman: “‘¡Hay paz! ¡Hay paz!’, cuando no hay paz”. (Jeremías 6:14.) Indudablemente sus clamores por paz continuarán y aumentarán en apoyo de la culminación sobre la cual profetizó el apóstol Pablo: “El día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche. Cuando los hombres estén diciendo: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y no escaparán de ninguna manera”. (1 Tesalonicenses 5:2, 3.)
14. ¿Qué forma pudiera adoptar el clamor de “¡Paz y seguridad!”, y cómo puede uno evitar ser engañado por ese clamor?
14 En años recientes, los políticos han empleado la fórmula “paz y seguridad” para referirse a diversas tentativas del ser humano. ¿Señalan dichos planes de los líderes mundiales el principio del cumplimiento de 1 Tesalonicenses 5:3? ¿O se refería Pablo únicamente a un suceso determinado de tal magnitud que atraería la atención de toda la humanidad? Dado que el entendimiento completo de las profecías bíblicas suele obtenerse una vez cumplidas, o al menos mientras se están cumpliendo, tendremos que esperar para tener la respuesta. Entretanto, los cristianos sabemos que, sin importar la paz y seguridad que las naciones parezcan conseguir, la situación no cambiará en lo esencial. Seguirá habiendo egoísmo, odio, delincuencia, crisis de la familia, inmoralidad, enfermedades, sufrimientos y muerte. Por esta razón, el clamor de “paz y seguridad” no tiene por qué engañarnos, sobre todo si nos mantenemos alerta al significado de los acontecimientos mundiales y prestamos atención a las advertencias proféticas de la Palabra de Dios (Marcos 13:32-37; Lucas 21:34-36).
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Solución de un misterio impresionanteApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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[Recuadro de la página 250]
La paradoja de “la paz”
Aunque la ONU proclamó a 1986 “Año Internacional de la Paz”, la suicida carrera de armamentos se intensificó. La publicación World Military and Social Expenditures 1986 (Gastos militares y sociales del mundo en 1986) suministra estos detalles que dan que pensar:
En 1986 los gastos militares del mundo alcanzaron la cifra de $900.000.000.000 (E.U.A.).
El gasto militar del mundo correspondiente a una sola hora hubiera bastado para inmunizar a las 3.500.000 personas que morían anualmente de enfermedades infecciosas evitables.
Por todo el mundo, de cada cinco personas, una vivía en pobreza consumidora. A todos esos hambrientos se les podría haber alimentado por un año al costo de lo que el mundo gastaba en armamentos en dos días.
La energía explosiva de los arsenales de armas nucleares del mundo era 160.000.000 de veces mayor que la de la explosión de Chernóbil.
Se pudo haber lanzado una bomba nuclear con poder explosivo más de 500 veces mayor que el de la bomba que arrasó a Hiroshima en 1945.
Los arsenales nucleares contenían el equivalente de más de un millón de bombas como la que arrasó a Hiroshima. Representaban una energía explosiva 2.700 veces mayor que la liberada en la II Guerra Mundial, cuando murieron 38.000.000 de personas.
Las guerras se hicieron más frecuentes y más mortíferas. En el siglo XVIII hubo un total de 4.400.000 muertes en guerras, en el siglo XIX hubo 8.300.000, y 98.800.000 en los primeros 86 años del siglo XX. Desde el siglo XVIII la cantidad de muertes en las guerras ha aumentado a un paso más de seis veces mayor que el de la población del mundo. Hubo diez veces más muertes por guerras en el siglo XX que en el XIX.
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