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Ovnis. Pasado y presente¡Despertad! 1990 | 8 de noviembre
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El gobierno de Estados Unidos realiza investigaciones
El gobierno estadounidense empezó a dar atención oficial al tema de los ovnis, al parecer a instancias de un oficial de alto rango. El resultado fue la creación del proyecto Sign, que empezó a funcionar el 22 de enero de 1948. El equipo de investigación estaba bajo la supervisión del Mando de Inteligencia Aerotécnica, ubicado cerca de Dayton (Ohio, E.U.A.). Nada más comenzar el proyecto, se produjo una tragedia: el capitán Thomas Mantell, piloto militar, perdió la vida en un accidente de aviación mientras perseguía un objeto no identificado. Es posible que perdiera el conocimiento al elevarse demasiado sin utilizar el oxígeno de reserva. Más tarde se descubrió que el objeto perseguido era con toda probabilidad un globo sonda Skyhook.
Sin embargo, una nueva aparición, registrada por dos pilotos de las líneas aéreas Eastern, incidente al que se sumó la muerte del piloto de la fuerza aérea, contribuyeron a que aumentara la preocupación por los ovnis. Se informó que un avión de las líneas aéreas Eastern había salido de Houston (Texas) y se dirigía a Atlanta (Georgia) cuando de pronto el piloto se vio obligado a esquivar con rapidez el “fuselaje sin alas de un B-29” que pasó por su derecha. El testimonio de uno de los pasajeros y el de varios testigos en tierra, parecieron añadir credibilidad a la historia.
El grupo del proyecto Sign publicó finalmente un informe que desilusionó a algunos. Después, se reemplazó a algunos miembros del equipo que creían en la existencia de ovnis y al proyecto se le dio otro nombre, “Proyecto Grudge”. Sin embargo, durante ese período, la creencia en los ovnis alcanzó un nuevo apogeo con la publicación del artículo “Los platillos volantes existen de verdad”, escrito por el comandante retirado Donald E. Keyhoe. El relato se publicó en el número de enero de 1950 de la revista True, que alcanzó amplia difusión. Entonces, para aumentar el ya crecido interés, la revista True publicó un artículo adicional escrito por el capitán de la armada R. B. McLaughlin y titulado “Los científicos tras la pista de los platillos volantes”. El entusiasmo fue efímero, pues otras revistas —Cosmopolitan y Time— publicaron artículos que desacreditaban las historias de los ovnis. Este hecho, unido al cese de las apariciones, hizo que el interés disminuyera hasta 1952, año clave en la historia de los ovnis.
1952: el año de los ovnis
En 1952 se registró el mayor número de apariciones de ovnis comunicadas al Mando de Inteligencia Aerotécnica Estadounidense: 1.501. A principios de marzo de 1952, aumentaron las apariciones, por lo que la fuerza aérea norteamericana decidió crear una organización aparte llamada Proyecto Blue Book. Durante aquel año hubo gran actividad de ovnis y las apariciones fueron abundantes y variadas.
Una serie de apariciones destacables comenzó en Washington D.C., hacia la media noche del 19 al 20 de julio. Se informa que “un grupo de objetos volantes no identificados apareció en dos pantallas de radar del centro de control del tráfico aéreo del Aeropuerto Nacional de Washington. Los objetos se desplazaban lentamente al principio [...] pero después se apartaron a velocidades ‘espectaculares’”. Los avistamientos registrados correspondían con lo que se había visto en el radar. Se intentó interceptarlos pero “los objetos desaparecieron cuando los aviones se acercaron”.
En el año 1966, Gerald R. Ford, que en aquel tiempo era congresista del estado de Michigán, convocó otra investigación federal sobre los ovnis debido a la gran cantidad de apariciones en su estado. El resultado fue que se comenzó otro estudio en la universidad de Colorado. El doctor Edward U. Condon, un físico renombrado, asumió la jefatura del trabajo. Al término del estudio en 1969 se publicó el Informe Condon, en el que, entre otras cosas, se dice que “nada de lo que se ha descubierto sobre los ovnis en los pasados veintiún años de estudio ha servido para aumentar el conocimiento científico [...], que por lo tanto es probable que no pueda justificarse la continuación de este tipo de investigación en espera de que sirva para el adelanto de la ciencia”.
Este hecho puso fin a la intervención oficial del gobierno estadounidense en el estudio de los ovnis y enfrió la curiosidad del público. Sin embargo, no terminó con la polémica sobre los ovnis ni tampoco con las apariciones. Según un informe, “el 20% de los noventa y cinco casos del documento continúa ‘sin explicación’”.
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Ovnis. ¿Se pueden identificar?¡Despertad! 1990 | 8 de noviembre
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Cuando el informe Condon y el caso de los ovnis aún tenía vigencia en la opinión pública, ¡Despertad! presentó un análisis del tema junto con una consideración de los casos más espectaculares.b ¡Despertad! llegó a la conclusión de que “la gran mayoría de todos los informes sobre ovnis tienen la misma base que los del Proyecto Blue Book [un estudio anterior del gobierno], a saber, planetas, aviones, globos, meteoritos y espejismos”.
El artículo continúa: “Una investigación más minuciosa [resumida en el Informe Condon] ha aclarado la parte que juegan las distorsiones físicas y psíquicas. Ha explicado cómo objetos ordinarios, que se ven en el cielo y no son reconocidos por las personas, quizás debido a circunstancias extraordinarias, pueden interpretarse mal en la percepción, magnificarse en los relatos, exagerarse aún más en los periódicos y [convertirse en una historia de] marcianitos verdes con sus naves que aterrizaron en [un determinado] lugar”.
El informe oficial de Condon y las conclusiones anteriores, junto con la disminución de los informes sobre ovnis, aparentemente cerraron el tema para muchos. Sin embargo, dos décadas después nos encontramos con que los ovnis todavía llaman la atención del público. Como se mencionó en nuestro primer artículo, el escritor de una revista de amplia difusión observó que se había añadido un nuevo elemento: vivimos bajo la influencia de “temores apocalípticos muy arraigados” a medida que nos acercamos al año 2000.
Han surgido más dudas aún debido a quejas recientes de que en el pasado Estados Unidos e incluso otros gobiernos pudieran haber ignorado o hasta ocultado pruebas sobre los ovnis. El autor de un libro publicado en 1988 utilizó el Acta de Libertad de Información, establecida en 1966 en Estados Unidos junto con fuentes de información de otros países, para recoger datos que, según él, “prueban fuera de toda duda que ha habido un gran encubrimiento del tema”. (Above Top Secret [Más allá del alto secreto], de Timothy Good.)
Gary Kinder, en su libro Light Years (Años luz) se pregunta qué prueba hace falta para convencer a las autoridades de la existencia de los ovnis, y retoma las palabras de un observador: “¿Cuál es la prueba de que existen [ovnis]? ¿Es que tiene que aterrizar uno en la entrada River del Pentágono, cerca de las oficinas del mando conjunto de las fuerzas armadas? ¿Sirve de prueba el que una estación de radar lo detecte, envíe un avión para interceptarlo, el piloto lo vea, lo registre en su radar y entonces el ovni se aleje a una velocidad increíble?”.
Por otra parte, el profesor Hines argumenta que las 997 páginas de los documentos cuya publicación se autorizó y que abarcan el período de 1949 a 1979, no muestran que el gobierno haya intentado ocultar nada, y afirma: “Un examen de los papeles secretos de la CIA y de los documentos sobre ovnis revela que la agencia estaba ligeramente interesada en el fenómeno, pero abrigaba cierto escepticismo respecto a la hipótesis de los extraterrestres. Estos documentos [...] también contradicen las quejas repetidas de que el gobierno ha ocultado la verdad”.
Una de las razones principales de que falten pruebas es que ningún ovni se ha exhibido en público, ni se han presentado oficialmente seres extraterrestres. Además, alega el profesor Hines, “no hay ninguna fotografía de ovnis que pueda considerarse genuina, que muestre otra cosa que no sean vagos perfiles o salpicaduras de luz”. Repetidas veces los expertos han descubierto que los ovnis eran observaciones mal interpretadas de Venus o de otros cuerpos celestes. Es evidente que no hay ninguna solución que satisfaga a todos.
Cuando el Informe Condon era tema de actualidad, un corresponsal de ¡Despertad! comentó en privado algunos resultados con uno de los científicos asociados que trabajaba en Boulder (Colorado). El científico opinaba que en los casos sin explicar, las experiencias de ovnis implicaban “percepciones mentales” de algún tipo. Por eso, aunque muchas apariciones pueden explicarse científicamente como objetos físicos o identificaciones equivocadas, algunos podrían implicar experiencias psicológicas o percepciones mentales.
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