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Residuos nucleares. La basura letal¡Despertad! 1990 | 22 de septiembre
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El periódico The New York Times informó que “la política oficial de Estados Unidos consiste en pensar que el método más seguro es enterrarlos en un ‘depósito geológico profundo’, un lugar seco, estable y deshabitado. Pero encontrar el sitio está resultando difícil”. Y no cabe duda que resulta difícil, pues según los científicos, tiene que ser un lugar tan seco y estable que pueda albergar de modo seguro el material radiactivo durante 10.000 años. Aunque parte de estos residuos nucleares pueden seguir siendo letales por aproximadamente 250.000 años, los expertos creen que en 10.000 años se producirán tantos cambios geológicos “que no tiene sentido hacer planes para un período más largo”. Un eminente especialista en radiaciones dijo: “No sé de ningún modelo de predicción en la Tierra que pueda dar siquiera una orientación acerca de lo que sucederá de aquí a 1.000 años”. Y añadió que resultaba “difícil hablar de riesgos para la salud de aquí a 10.000 años”.
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Residuos nucleares. La basura letal¡Despertad! 1990 | 22 de septiembre
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Se utilizaron procedimientos poco rigurosos para guardar los mortíferos residuos. Por ejemplo: en una fábrica de armas nucleares, “más de 750.000 millones de litros de residuos peligrosos, suficientes para inundar Manhattan con una capa de 12 metros de profundidad, han sido vertidos en pozos y lagunas sin revestir”, escribió la revista U.S.News & World Report de marzo de 1989, y luego añadió: “Las filtraciones tóxicas han contaminado por lo menos 260 kilómetros cuadrados de aguas subterráneas. Unos 170 millones de litros de efluente de residuos radiactivos de gran actividad están almacenados en gigantescos depósitos subterráneos, y con el plutonio que se escapa de estos contenedores se podrían fabricar más de cincuenta bombas como la de Nagasaki”. Se calcula que la limpieza de este lugar costará la elevada cifra de 65.000 millones de dólares (E.U.A.).
Algunos tanques que guardaban residuos nucleares se han calentado tanto a causa de la radiactividad que se han agrietado, dejando escapar a tierra —según cálculos— dos millones de litros de residuos radiactivos. El isótopo radiactivo estroncio-90 ha contaminado el agua potable, sobrepasando mil veces los límites tolerables establecidos por la Environmental Protection Agency, organismo dedicado a la protección del medio ambiente. En otra fábrica de armas nucleares, “sustancias radiactivas procedentes de pozos de residuos que contenían 42 millones de litros de uranio [...] se están filtrando en un acuífero y han contaminado pozos de agua situados a 800 metros al sur del lugar”, informó el periódico The New York Times. El mismo periódico también comentó que en el estado de Washington se vertieron en el suelo miles de millones de litros de agua contaminada y que en el río Columbia está entrando continuamente una corriente de tritio radiactivo.
The New York Times comunicó además que en Idaho han escapado trazas de plutonio de unos pozos de residuos no muy profundos situados en las instalaciones de residuos nucleares Radioactive Waste Management Complex. “Están atravesando capas de roca en dirección a un inmenso depósito subterráneo de agua que abastece a miles de habitantes del sur de Idaho.” El periódico decía que el mortífero elemento ha penetrado hasta una profundidad de 70 metros, casi la mitad de la distancia hasta el acuífero.
¿Hasta qué grado son mortíferas las trazas de plutonio vertidas en los ríos y corrientes de agua o que han ido a parar al aire? “El plutonio sigue siendo radiactivo durante 250.000 años —comentaba The New York Times—, y hasta partículas microscópicas pueden ser letales si se tragan o inhalan.” La revista Newsweek dijo que “inhalar aunque solo sea una mota de polvo de plutonio puede producir cáncer.”
No se conocen los efectos que los residuos nucleares pueden tener en la gente a corto o largo plazo, y posiblemente nunca se sepa. Pero basta con decir que en una central nuclear se informaron 162 casos de cáncer entre los que habitaban en un radio de varios kilómetros. La gente tiene miedo de beber el agua y hay mucho temor. “[Esas personas] van a tener entre seis y doscientos casos más de cáncer —dijo a los trabajadores de la central un consultor y médico de un hospital universitario—. Todos están asustados. Tienen la sensación de haber perdido el control de sus vidas y su medio ambiente.”
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