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Destrucción repentina: medidas de socorro¡Despertad! 1990 | 22 de febrero
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Después de haber renovado sus fuerzas al pasar sobre el océano, el huracán Hugo volvió a azotar de noche al llegar a la costa continental. Hacia la medianoche del jueves, la terrible tormenta arremetió contra la costa estadounidense de Carolina del Sur con vientos que soplaban a 220 kilómetros por hora. Sembró destrucción por una franja de más de ciento sesenta kilómetros de ancho desde el sur de Charleston hasta más arriba de Myrtle Beach. Mantuvo su terrible fuerza tierra adentro por más de trescientos veinte kilómetros, hasta Charlotte (Carolina del Norte), partiendo postes del tendido eléctrico y derribando enormes robles.
Centenares de miles de personas lograron sobrevivir huyendo de las zonas costeras cuando los vientos y las olas de cinco metros de altura destruyeron centenares de casas y se llevaron muchas otras. Hubo literalmente decenas de miles de viviendas y otros edificios que sufrieron daños.
La destrucción tenía que verse para creerse: barcos amontonados —hasta seis de ellos— como si fueran juguetes; las calles estaban cubiertas por una capa de arena de un metro de espesor; árboles enormes encima de las casas; tejados agujereados como por el zarpazo de una garra gigantesca. ‘Mi hijo cría gallos para vender —dijo una mujer—. Los amarró todos a estacas para que no se los llevase el viento, y casi no perdió ninguno, pero se han quedado totalmente desplumados.’
Sin embargo, gracias a que se hizo caso de las advertencias, durante la tormenta solo murieron unas veintiséis personas en Estados Unidos y una cantidad algo mayor en el Caribe. Por otro lado, las pérdidas económicas han sido inmensas, pues han ascendido a muchos miles de millones de dólares. Después de la tormenta, el gobierno de Estados Unidos decidió aportar en concepto de ayuda de emergencia para las víctimas del huracán la suma inicial de 1.100 millones de dólares,
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Destrucción repentina: medidas de socorro¡Despertad! 1990 | 22 de febrero
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Recordemos cuáles son las necesidades básicas
Un par de días después de que azotara el huracán Hugo, un hombre que estaba en el terreno situado delante de su casa, ubicada en una sección residencial de Charleston, vio pasar en automóvil a un trabajador de los equipos de emergencia, y entonces le preguntó: “¿Puede darme un vaso de agua?”. Por un momento el trabajador no cayó en la cuenta de que la gente ni siquiera tenía agua para beber.
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Destrucción repentina: medidas de socorro¡Despertad! 1990 | 22 de febrero
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[Fotografías en las páginas 16, 17]
A la derecha: destrucción ocasionada por el huracán Hugo en la costa de Carolina del Sur
[Reconocimiento]
Maxie Roberts/Por cortesía de THE STATE
Debajo de estas líneas: automóviles amontonados frente a un instituto de enseñanza media
[Reconocimiento]
Maxie Roberts/Por cortesía de THE STATE
Al pie: equipo de socorro de los testigos de Jehová ayudando en las labores de limpieza y restauración
[Mapas en la página 15]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
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CALIFORNIA
[Mapa]
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Océano Atlántico
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