Así que se desmanteló la primera de las tres rotativas que había en Wallkill y en diciembre se trasladó al edificio recién construido. Las dos prensas nuevas llegaron en abril y mayo de 2004, y en junio y julio empezaron a funcionar. Para el mes de septiembre ya estaban listas las cinco imprentas.

Cambios en Brooklyn

El traslado de los departamentos de impresión, encuadernación y envíos a Wallkill ha supuesto muchos cambios para el Betel de Brooklyn. El 29 de abril de 2004 se produjo un momento histórico y muy emotivo. Esa noche, entre sonrisas y lágrimas, el supervisor de la imprenta durante más de sesenta años, Max Larson, desconectó la última rotativa de Brooklyn, poniendo punto final a ochenta y cuatro años de trabajo en aquel lugar. El taller de encuadernación se cerró unas cuantas semanas después.