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Cómo tener éxito en tu caminoLa Atalaya 2011 | 15 de junio
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¿Deberías ir a la universidad?
La Biblia deja claro que el cristiano tiene la obligación de mantener y cuidar a su familia (1 Tim. 5:8). Ahora bien, ¿es imprescindible que curses estudios universitarios para cumplir con ese deber?
Algo que deberías examinar es el efecto que pudiera tener la universidad en tu relación con Jehová. Y hay un ejemplo bíblico que puede ayudarte a hacer este análisis.
Baruc tenía una honrosa comisión en el servicio de Jehová: ser el secretario del profeta Jeremías. Sin embargo, en cierto momento dejó de valorarla como debía y se volvió ambicioso. Jehová observó su actitud, y por ello le advirtió a través de Jeremías: “Tú sigues buscando cosas grandes para ti. No sigas buscando” (Jer. 45:5).
¿Qué “cosas grandes” andaba buscando? Tal vez quería gozar de prestigio en el mundo judío. O quizás deseaba una mejor posición económica. Sea como fuere, se le había olvidado cuáles son los valores más importantes en la vida: las cosas espirituales (Fili. 1:10). No obstante, hizo caso de la advertencia divina y, como recompensa, sobrevivió a la destrucción de Jerusalén (Jer. 43:6).
¿Qué lección extraemos del consejo que Jehová le dio? Recordemos que el error de Baruc fue buscar para sí mismo cosas grandes. Por eso, sería bueno que te preguntaras: “Si tengo la preparación necesaria para mantenerme, ¿de verdad me hace falta invertir tiempo, dinero y esfuerzo en la educación superior? ¿Estaría justificado que lo hiciera tan solo por lograr mis aspiraciones o las de mis padres u otros parientes?”.
Fijémonos en el caso de Aleksander, quien es programador informático. Sus colegas lo convencieron para que hiciera un curso intensivo de especialización. Cuando quiso darse cuenta, ya no tenía tiempo para las actividades cristianas. “Vivía en una agitación permanente —explica—, y la conciencia me molestaba porque no lograba alcanzar mis metas espirituales.”
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Cómo tener éxito en tu caminoLa Atalaya 2011 | 15 de junio
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La universidad. Jesús señaló que quien “busca su propia gloria” comete un error (Juan 7:18). Antes de decidir si debes seguir estudiando, recuerda que Dios espera que sus siervos “se aseguren de las cosas más importantes” (Fili. 1:9, 10). ¿Lo has hecho tú?
Aleksander, el programador informático del que ya hablamos, explica que al final hizo algunos cambios: “Tomé en serio las recomendaciones de los ancianos y simplifiqué mi vida. Comprendí que no necesitaba proseguir mi preparación académica. Eso solo me habría robado tiempo y energías”. A partir de ese momento, comenzó a colaborar con más interés en las actividades de la congregación. Con el tiempo llegó a graduarse de un curso que hoy se conoce como Escuela Bíblica para Varones Solteros. Sin duda, siguió el consejo de aprovechar “el tiempo oportuno” para ampliar su formación cristiana (Efe. 5:16).
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LA UNIVERSIDAD
▪ Si tengo la preparación necesaria para mantenerme, ¿de verdad me hace falta invertir tiempo, dinero y esfuerzo en la educación superior?
▪ ¿Necesito realmente un título universitario para ganarme la vida?
▪ ¿Qué efecto tendría la universidad en mi asistencia a las reuniones?
▪ ¿Me he “[asegurado] de las cosas más importantes”?
▪ ¿Debería fortalecer mi confianza en que Jehová nunca nos deja sin ayuda?
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