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  • La veneración de imágenes... una controversia
    La Atalaya 1992 | 15 de febrero
    • La veneración de imágenes... una controversia

      EN ALGÚN lugar de Polonia, un hombre ha terminado casi todas sus preparaciones para viajar. Sin embargo, le queda cierto detalle importante. Se arrodilla ante una imagen de Jesús, hace una ofrenda, y ora por protección durante sus viajes.

      A miles de kilómetros de distancia, en Bangkok, Tailandia, en la primavera del año se celebra la primera fiesta del ciclo anual budista. Durante esa fiesta la gente lleva en procesión por las calles una imagen del Buda.

      Sin duda usted está al tanto de que la veneración de imágenes que acabamos de describir es una práctica muy general. Literalmente miles de millones de personas se inclinan ante imágenes. Por milenios se ha visto en las imágenes un medio importante de acercarse a Dios.

      ¿Qué opina usted del uso de imágenes en la adoración? ¿Le parece propia la veneración de imágenes, o impropia? ¿Cómo ve Dios tal práctica? ¿Hay prueba de que él acepte esa clase de adoración? Puede que usted mismo nunca haya pensado mucho en esas preguntas. Con todo, si estima el hallarse en buena relación con Dios, la respuesta a cada una es importante para usted.

      Es cierto que para muchos no ha sido fácil tomar una decisión sobre este asunto. De hecho, por miles de años este ha sido objeto de controversias acaloradas y a veces violentas. Por ejemplo, allá en 1513 a.E.C. el caudillo hebreo Moisés destruyó la imagen de oro de un becerro y mandó ejecutar por la espada a unos 3.000 hombres que la veneraban. (Éxodo, capítulo 32.)

      La oposición firme al uso de imágenes religiosas no se ha limitado a los judíos. Historiadores seglares de la antigüedad han conservado la leyenda de Takhmūrūp, gobernante persa de quien se dice que efectuó extensas campañas contra la veneración de imágenes cientos de años antes de Moisés. Una leyenda asegura que en China, en la antigüedad, un rey lanzó un ataque militar contra las estatuas de varios dioses. Después de destruir las imágenes, declaró que la veneración de dioses de arcilla era necedad. En tiempos posteriores, mientras Mahoma todavía era niño, hubo árabes que se opusieron al uso de imágenes en la adoración. La influencia de aquellas personas sobre Mahoma contribuyó a su postura tocante a la idolatría años después. En el Corán, Mahoma enseña que la idolatría es un pecado imperdonable, que no ha de orarse por los idólatras, y que está prohibido casarse con adoradores de ídolos.

      Hasta en la cristiandad, personajes religiosos destacados de los siglos II, III, IV y V E.C. (entre ellos Ireneo, Orígenes, Eusebio de Cesarea, Epifanio y Agustín) se opusieron al uso de imágenes en la adoración. Como a principios del siglo IV E.C., en Elvira, España, un grupo de obispos formuló resoluciones importantes contra la veneración de imágenes. Ese famoso Concilio de Elvira llevó a que se prohibieran las imágenes en las iglesias y se impusieran sanciones severas a sus adoradores.

      Los iconoclastas

      Estos sucesos prepararon el terreno para una de las mayores controversias de la historia: la de los iconoclastas de los siglos ocho y nueve. Cierto historiador dice que aquella “enconada controversia duró siglo y medio, y fue motivo de sufrimiento inaudito” y que fue “una de las causas directas de la división que produjo un imperio de Oriente y otro de Occidente”.

      La palabra “iconoclasta” viene de las palabras griegas eikon, que significa “imagen”, y klastes, que significa “rompedor”. Como su nombre lo indica, aquel movimiento contra las imágenes significó la eliminación y destrucción de imágenes por toda Europa. Se dictaron leyes contra las imágenes para eliminarlas de la adoración. La veneración de imágenes se convirtió en una acalorada cuestión política que envolvió en una verdadera guerra teológica a emperadores y papas, generales y obispos.

      Y fue más que una guerra de palabras. La Cyclopedia of Biblical, Theological, and Ecclesiastical Literature, por McClintock y Strong, declara que después que el emperador León III promulgó un edicto contra el uso de imágenes en las iglesias la gente “se alzó en masa contra el edicto, y los disturbios violentos, especialmente en Constantinopla”, fueron sucesos diarios. Choques entre las fuerzas imperiales y la gente tuvieron como resultado ejecuciones y masacres. Los monjes fueron cruelmente perseguidos. Cientos de años después, durante el siglo XVI, hubo varios debates públicos en Zurich, Suiza, sobre la cuestión de las imágenes en las iglesias. Como resultado, se promulgó un decreto que exigía la eliminación de toda imagen eclesiástica. De algunos reformadores se supo que condenaron vigorosamente, y a menudo con violencia, la adoración de imágenes.

      Aun en nuestro tiempo hay un gran cisma entre los teólogos modernos respecto al uso de imágenes en la adoración. El artículo que sigue le ayudará a examinar si las imágenes realmente pueden ayudar al hombre a acercarse a Dios o no.

  • ¿Pueden acercarlo a Dios las imágenes?
    La Atalaya 1992 | 15 de febrero
    • ¿Pueden acercarlo a Dios las imágenes?

      HOY los museos están llenos de imágenes o estatuas procedentes de Egipto, Babilonia y Grecia. Estatuas que en un tiempo fueron objeto de ferviente veneración ahora se exhiben como simples obras de arte de la antigüedad. Solo tenían poder en la imaginación de sus adoradores. Al desaparecer los pueblos que les rendían culto, también se desvaneció el poder que supuestamente tenían las imágenes. Quedó demostrado lo que aquellas imágenes en verdad siempre habían sido: objetos impotentes, inanimados, de madera, piedra o metal.

      ¿Qué se puede decir de las imágenes que la gente venera y adora hoy? ¿Tienen mayor poder que las de Egipto, Babilonia y Grecia de la antigüedad? ¿Han ayudado verdaderamente al hombre a acercarse a Dios?

      Parece que con cada generación que pasa la humanidad se aleja más de Dios. ¿Y qué pueden hacer al respecto todas las imágenes del mundo? Si se las desatiende, se cubren de polvo, y con el tiempo se corroen o pudren. No pueden cuidarse a sí mismas, y mucho menos pueden hacer algo por los humanos. Sin embargo, he aquí un asunto más importante: ¿Qué dice la Biblia sobre esto?

      Costosas, muy trabajadas, pero inútiles

      No sorprende el que la Biblia diga que las imágenes son cosas inútiles y de ninguna manera pueden ayudar a sus devotos a acercarse a Dios. Aunque las imágenes religiosas son por lo general costosas y muy trabajadas, la Biblia muestra lo que en verdad valen cuando dice: “Los ídolos de ellos son plata y oro, la obra de las manos del hombre terrestre. Boca tienen, pero no pueden hablar; ojos tienen, pero no pueden ver; oídos tienen, pero no pueden oír. Nariz tienen, pero no pueden oler. Manos son suyas, pero no pueden palpar. Pies son suyos, pero no pueden andar; no profieren sonido con su garganta. Quienes los hacen llegarán a ser lo mismo que ellos, todos los que confían en ellos”. (Salmo 115:4-8.)

      La Biblia no solo denuncia como inútiles a los ídolos, sino que también se expresa en condenación de las imágenes y de los que las adoran: “Son como un espantapájaros de un pepinar, y no pueden hablar. Sin falta son llevados, porque no pueden dar paso alguno. No tengan miedo a causa de ellos, porque ellos no pueden hacer nada calamitoso y, lo que es más, el hacer bien no está con ellos. Todo hombre se ha portado tan irrazonablemente como para no saber. Todo metalario ciertamente sentirá vergüenza a causa de la imagen tallada; porque su imagen fundida es una falsedad, y no hay espíritu en ellas. Son una vanidad, obra de mofa”. (Jeremías 10:5, 14, 15.)

      El punto de vista católico

      Es cierto que muchos de los que se inclinan ante las imágenes religiosas y les oran, les encienden velas y las besan no se consideran idólatras ni adoradores de imágenes. Por ejemplo, los católicos alegan que no veneran las imágenes de Cristo y de María porque posean divinidad en sí mismas, sino por lo que representan. La Enciclopedia de la Religión Católica declara que “el honor que se les rinde [a las imágenes] va dirigido a los originales que ellas representan”. El clero católico ha predicado que es propio venerar una imagen siempre y cuando la veneración que se dé a esta sea de calidad inferior a la que se debe a Dios mismo.

      La realidad es que se venera a esas imágenes. Hasta la misma enciclopedia católica ya mencionada hace referencia a “la adoración que se debe a la imagen”. No obstante, Jesucristo descartó el uso de imágenes como ayudas para acercarse a Dios cuando dijo: “Nadie viene al Padre sino por mí”. (Juan 14:6.) Por eso no sorprende que los cristianos del primer siglo rechazaran el uso de imágenes en la adoración.

      Con todo, hoy las religiones de la cristiandad sobrepasan a las demás religiones en la cantidad de sus imágenes. Sí, a pesar de toda la prueba histórica y bíblica de la insensatez de venerar imágenes, por todo el mundo personas que afirman ser cristianas siguen postrándose y orando ante imágenes en su búsqueda sincera de Dios. ¿Por qué?

      Engañados por un enemigo

      El profeta Isaías declaró que los que en su tiempo adoraban imágenes no se percataban de la insensatez de sus actos porque tenían los ojos ‘embadurnados para que no vieran; su corazón, para que no tuvieran perspicacia’. (Isaías 44:18.) ¿Quién pudiera ejercer tal influencia en humanos? El concilio iconoclasta de 754 E.C. declaró que la veneración de imágenes fue introducida por Satanás con el propósito de apartar del Dios verdadero al hombre. ¿Era correcta aquella conclusión?

      Sí; pues armoniza con la Biblia, que fue escrita por inspiración, y que siglos antes de eso había declarado que el principal enemigo de Dios, Satanás el Diablo, “ha cegado las mentes” de la gente para que “no pase a ellos la iluminación” de la verdad. (2 Corintios 4:4.) Así, pues, en vez de acercarse a Dios, en verdad el que venera una imagen hace lo que conviene a los demonios. (1 Corintios 10:19, 20.)

      Cómo acercarse a Dios

      Las imágenes no nos pueden ayudar a acercarnos a Dios. El Magnífico Creador, Jehová Dios, detesta la veneración de imágenes. (Deuteronomio 7:25.) “Jehová es un Dios que exige devoción exclusiva.” (Nahúm 1:2.) Dice: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; y a ningún otro daré yo mi propia gloria, ni mi alabanza a imágenes esculpidas”. (Isaías 42:8.) Por consiguiente, la Biblia advierte que los que veneran imágenes “no heredarán el reino de Dios”. (Gálatas 5:19-21.)

      Sin embargo, Jehová también es un Dios misericordioso que perdona. La Biblia habla de personas que se volvieron de sus ídolos a Dios y fueron declaradas justas después de abandonar sus prácticas idolátricas. (1 Corintios 6:9-11; 1 Tesalonicenses 1:9.) Prestaron atención a estas palabras de Jesús: “Dios es un Espíritu, y los que lo adoran tienen que adorarlo con espíritu y con verdad”. (Juan 4:24.)

      Un estudio diligente de la Biblia le permitirá darse cuenta de que no es difícil acercarse a Dios. (Hechos 17:26-28.) Él es de personalidad bondadosa, amorosa y abierta al trato, y nos invita a entrar en una relación estrecha con él, y espera que hagamos eso. (Isaías 1:18.)

      Los testigos de Jehová le invitan a adquirir conocimiento de nuestro Padre celestial como Persona, a aprender acerca de su nombre —Jehová— y de sus cualidades y tratos con la humanidad. Mediante las páginas de su Palabra, la Biblia, usted comprenderá por qué no necesita ayudas visuales —tales como estatuas o cuadros— para acercarse a Dios. Sí, ‘acérquese a Dios, y él se acercará a usted’. (Santiago 4:8.)

      [Recuadro en la página 6]

      Los historiadores reconocen que...

      ◻ “Es un hecho bien conocido que el budismo, fundado en el siglo VI a.E.C., no comenzó a usar imágenes de su fundador sino hasta alrededor del siglo y I E.C.”

      “Por siglos la tradición hindú básicamente careció de ídolos o imágenes.”

      “Al principio, ni el hinduismo ni el budismo emplearon imágenes, pero con el tiempo fueron aceptándolas en su adoración. El cristianismo hizo igual.”—The Encyclopedia of Religion, por Mircea Eliade.

      ◻ “Queda patente, por diversos relatos bíblicos, que la adoración verdadera de Dios carecía por completo de imágenes. [...] En el NT [Nuevo Testamento] también se prohíbe la adoración de dioses e ídolos extranjeros.”—New Catholic Encyclopedia.

      ◻ “No se conocía la adoración de imágenes entre los cristianos primitivos.”—Cyclopedia of Biblical, Theological, and Ecclesiastical Literature, por McClintock y Strong.

      ◻ “Ni en el Nuevo Testamento ni en escrito genuino alguno de comienzos del cristianismo se puede descubrir rastro del uso de estatuas o cuadros en la adoración de los cristianos, fuera en público o en privado.”—A Concise Cyclopedia of Religious Knowledge, por Elias Benjamin Sanford.

      ◻ “Los cristianos primitivos se habrían horrorizado ante la más mínima insinuación de colocar imágenes en las iglesias, y habrían considerado idolatría el postrarse ante ellas u orarles.”—History of the Christian Church, por John Fletcher Hurst.

      ◻ “En la iglesia primitiva se presentó oposición consecuente a la fabricación y veneración de retratos de Cristo y de los santos.”—The New Encyclopædia Britannica.

      ◻ “Aunque la Iglesia primitiva no se opuso al arte, no tuvo imágenes de Cristo.”—Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge.

      [Ilustración en la página 7]

      Jesús recalcó que Dios busca a los que ‘adoran al Padre con espíritu y con verdad’

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