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  • Una amenaza creciente y mortífera
    ¡Despertad! 1989 | 22 de octubre
    • Una amenaza creciente y mortífera

      El satanismo o adoración al Diablo es un fenómeno en aumento caracterizado por sacrificios animales y humanos, abusos deshonestos y otros actos delictivos. ¿Qué creen los que practican el satanismo? ¿Y a qué se debe que su religión tenga tanto atractivo? “¡Despertad!” responde a estas preguntas y también desenmascara a quien está detrás de esta espantosa religión.

      ¿PALIDECE de horror al pensar en adultos que están al acecho de otras personas y que, como si fuesen leones hambrientos, matan a su presa, se beben su sangre y se comen su corazón y otras partes del cuerpo... en nombre de su religión?

      ¿Le entran escalofríos de pensar en madres y padres que ofrecen a sus propios hijos para el abuso deshonesto y para que al final los sacrifiquen sobre un altar ante todos los presentes a fin de satisfacer las demandas de su religión?

      ¿Le desconcierta pensar en hombres que tienen relaciones sexuales con cadáveres en una funeraria para complacer a una criatura espíritu que consideran divina?

      ¿Se queda aturdido emocionalmente cuando lee de niños pequeños que matan a sus padres y luego mutilan sus cadáveres sin ningún tipo de remordimiento... todo para hacer feliz al Diablo?

      ¿Menea la cabeza en señal de absoluta incredulidad cuando se habla de personas que abren sepulturas para robar cabezas y desmembrar articulaciones de los dedos a fin de utilizarlas en ceremonias religiosas?

      ¿Qué opina de una religión que aboga por que se utilice como reproductoras a los miembros femeninos que tienen entre trece y veinticinco años, a fin de disponer de bebés para ofrecerlos en sacrificios sangrientos?

      “¿Cuál será la próxima ocurrencia de los directores de cine?”, tal vez se esté preguntando mientras lee estas líneas. “Al fin y al cabo, solo son fantasías”, quizás diga. Pero, ¿son solo fantasías?

      Lo que acaba de leer son hechos reales, no el producto de la imaginación de un guionista. Puede que esos sucesos hayan ocurrido en su ciudad, y si todavía no ha sido así, cada vez aumentan más los temores de que lleguen a ocurrir.

      La religión que incluye entre sus ceremonias el sacrificio de animales y humanos, los abusos deshonestos de niños, la violación de vírgenes adolescentes, la promiscuidad sexual y otras actividades de esa índole se llama satanismo o adoración al Diablo. Las prácticas del satanismo son tan grotescas, tan fuera de lo normal, que muchos funcionarios y ciudadanos comunes rehúsan creer que haya gente que practique tales actos como parte de su adoración.

      Hace tan solo unos años, el satanismo tenía un número de seguidores relativamente pequeño, pero ahora se ha convertido en una amenaza creciente y mortífera. “El satanismo es el culto de la década de los ochenta”, informó un oficial de policía de San Francisco (California, E.U.A.). “El satanismo es parte del crimen organizado de Australia —dijo uno de los criminólogos más destacados de ese país—. Calculo que por toda Australia tiene un núcleo de 20.000 seguidores, que participan activamente en la adoración a Satanás, orgías sexuales, sacrificios de animales y quizás hasta de seres humanos. Creo que este movimiento también está implicado en la desaparición de niños y en la profanación de cementerios, y sus miembros están muy metidos en las drogas.”

      Por lo general, las sectas satánicas están organizados en grupos de nueve a trece miembros cada uno, o quizás más, según las circunstancias. Las autoridades calculan que en Estados Unidos había aproximadamente 10.000 grupos en 1946; 48.000, en 1976, y 135.000, en 1985. No se sabe cuántos de estos no son violentos y cuáles tratan de distanciarse de los que sí lo son. Según el periódico National Catholic Reporter del 7 de marzo de 1986, en la ciudad de El Paso (Texas, E.U.A.) “hay 150 grupos activos que cuentan con 2.000 satanistas de todas las edades”, y la revista Bulletin de la policía estatal de Pensilvania comenta: “El satanismo va en aumento en América. Es difícil que transcurra un día sin que haya informes de actos violentos llevados a cabo por satanistas”.

      Además, el satanismo se jacta de que sus miembros proceden de profesiones respetadas: médicos, abogados, hombres de negocios, policías, monjas, sacerdotes, amas de casa y militares. Sin embargo, han sido reclutados nuevos miembros de institutos y universidades de todo el mundo, con resultados terribles. Por consiguiente, hoy día en muchos lugares la mayoría de los miembros de los grupos satánicos son adolescentes.

      El periódico New Zealand Herald del 26 de agosto de 1988 informó: “Se estaba entrampando en el mundo del satanismo a adolescentes de tan solo catorce años”. Un oficial canadiense dijo: “Los chicos que se [...] meten en el satanismo representan una amenaza tan grande como la de los (satanistas) acérrimos”.

      Un empleado de un centro de detención canadiense dijo sobre los muchos jóvenes que cumplen condena allí: “Estoy sorprendido de ver cuántos de estos chicos son satanistas. Se tatúan símbolos satánicos en el cuerpo, llevan a cabo rituales, verdaderamente creen en el Diablo”.

      Una reclusa de dieciocho años reconoció que el satanismo es muy popular entre sus compañeras. Un joven canadiense admitió pertenecer a una secta satánica de 400 miembros que actuaba en Alberta (Canadá). “No se debería tomar a la ligera a los adolescentes adoradores del Diablo”, dijo una autoridad canadiense sobre el tema.

      Los miembros de la secta hacen un fuerte compromiso con el grupo que los obliga toda la vida y que incluye un estricto voto de silencio. “A los miembros no se les permite desasociarse por su cuenta del grupo después de haber descubierto sus diversas actividades delictivas”, informa The National Sheriff, y añade que “el miembro que quebranta el código de silencio pone en serio peligro su vida y la de su familia”. “Se les programa para que no digan nada —comentó una autoridad en la materia procedente de Chicago—. Si lo hacen, están programados para quitarse la vida.”

      Los miembros de los grupos satánicos también tratan de permanecer anónimos y desconocidos para la policía. Cierta fuente dijo que “creen que Satanás no recompensará sus actos malvados y delictivos si las autoridades los identifican y enjuician”. Por consiguiente, la identificación de alguna secta satánica como perpetradora de un crimen suele producirse por pura casualidad. Solo ha sido en años recientes cuando algunas autoridades han llegado a relacionar con prácticas ocultistas señales reveladoras dejadas en la escena de crímenes mortales, como, por ejemplo, páginas de la Biblia boca abajo y cerca de ellas cruces dibujadas en el polvo del suelo o la cifra 666 escrita con la sangre de la víctima.

      Pero, ¿por qué utilizar violencia en el nombre de la religión? Considere algunas espantosas razones para ello en el artículo siguiente.

      [Recuadro en la página 3]

      Difícil de creer, pero cierto

      La publicación “Bulletin”, de la unidad de personas desaparecidas de la policía estatal de Pensilvania, dice: “A los investigadores tal vez les cueste creer las extrañas y grotescas historias de actos criminales cometidos por personas vestidas con ropas de sacerdote y adornadas con símbolos diabólicos”.

      Sin embargo, según el “Bulletin”, “es difícil que transcurra un día sin que haya informes de actos violentos llevados a cabo por satanistas. Por todo el país las autoridades reciben noticias de homicidios, mutilaciones, ataques, suicidios, abusos deshonestos de niños y mutilaciones de animales, vinculados al culto satánico”.

  • Una cruzada de violencia, ¿por qué?
    ¡Despertad! 1989 | 22 de octubre
    • Una cruzada de violencia, ¿por qué?

      EL SATANISMO o adoración al Diablo se remonta al tiempo de los primeros humanos. La presencia encubierta de Satanás en el jardín de Edén apartó del Creador, Jehová Dios, a la primera pareja de humanos (Génesis 3:1-6; Revelación 12:9) y los marcó para siempre como los primeros aliados de Satanás.

      Durante los siguientes milenios, el satanismo alzó su repelente y oculta cabeza adoptando diversas formas: brujería, magia negra, hechicería y otras muchas. Pero a fin de engañar a la gente, el nombre de Satanás y la identidad de su adoración por lo general se mantuvieron ocultos a sus adherentes y practicantes.

      No obstante, desde principios del siglo XX ha habido un reavivamiento claro y descarado de la adoración satánica, que hoy día ya ha invadido muchas partes del mundo. El satanismo ha aparecido en la escena religiosa con una imagen nueva y visible. Ya no se esconde en el anonimato, cubierto con una apariencia de benevolencia que disimula sus defectos. Ahora se adora a Satanás de las maneras más violentas que se puedan imaginar.

      Uno de los primeros fundadores del satanismo en este siglo fue un inglés llamado Aleister Crowley. En el año 1905, Crowley organizó en la ciudad de Los Ángeles (California, E.U.A.) un grupo satanista denominado “Ordo Templi Orientis”. Pronto se convirtió en el líder aceptado de una secta creciente. En su obra Book of Law (Libro de la ley), Crowley defendió una nueva fórmula de creencia religiosa: “Toda la ley será ‘haz lo que quieras’”. Basándose en esta filosofía, Crowley abogó en favor de violar todo código moral y principio bíblico conocido por el hombre. El asesinato, la violencia, la violación y el sacrificio de seres humanos se convirtió, por consiguiente, en parte de un ritual religioso.

      Crowley escribió lo siguiente sobre los sacrificios humanos: “El sacrificio de seres humanos es, para casi todos los propósitos, el mejor, y la víctima más satisfactoria y adecuada es un niño varón de perfecta inocencia y gran inteligencia”. En una ocasión Crowley se refirió a sí mismo como el “hombre más inicuo del mundo”. Después de pasar un tiempo en un manicomio, murió convertido en un heroinómano en una casa de huéspedes de mala reputación de Inglaterra.

      Pero, lamentablemente, su filosofía de ser libre “para hacer lo que a uno le plazca” en el nombre de la religión no murió con él. Obsérvese este comentario de un escritor: “La sombra de Aleister Crowley cobra mucha importancia en la [zona de Los Ángeles], pero sus excesos palidecen en comparación con los de los adoradores del Diablo de nuestro día”.

      Lealtad al Diablo

      Los adoradores de Satanás creen que el Diablo gobierna el mundo. Además, de acuerdo con lo que Robert J. Barry escribió en The National Sheriff, “cuando venga el fin del mundo, las fuerzas de Lucifer subyugarán a las de Dios y Cristo y gobernarán en el cielo. Por consiguiente, el satanista jura lealtad al Diablo, no solo para que le ayude en este mundo, sino también en el venidero”.

      Se dice que otros adoradores de Satanás creen que “Cristo y Satanás han unido sus fuerzas para traer el fin del mundo”. Un culto satánico afirma que Cristo utiliza a Satanás como asesino a sueldo. Por consiguiente, como declara Maury Terry en su libro The Ultimate Evil (El mal definitivo), “adorar a Satanás era parecido a adorar a Cristo, y matar en el nombre de Satanás era, en realidad, matar por Cristo: una misión divina”.

      Fue Aleister Crowley quien dijo que deseaba que “la blasfemia, el asesinato, la violación, la revolución, cualquier cosa mala”, formasen parte de la doctrina y prácticas religiosas del culto. Lo cierto es que uno de sus líderes hizo el siguiente llamamiento: “¡TIENES QUE MATAR!”, y es obvio que esto es precisamente lo que los miembros de las sectas satánicas han estado haciendo.

      Una persona explicó qué razones la movían a actuar con violencia: “Las violaciones tienen el propósito de desflorar a una virgen, algo de especial importancia para los adoradores de Satanás. El incendio premeditado es un símbolo de gran conflagración o Armagedón, y los asesinatos se cometen para esparcir confusión y cumplir la profecía de Daniel: ‘Pero los inicuos actuarán inicuamente’”.

      Una mirada a las doctrinas de ciertos adoradores de Satanás también revela que creen que Adolfo Hitler merece ser adorado. Un escritor hasta dijo: “Miran a la destrucción fraguada por Hitler como a un preludio de lo que va a venir, y quieren estar en ese magno acontecimiento”.

      ¿En qué se basan para ensalzar a Hitler? El periodista investigador Maury Terry explica que una de sus bases “era una tabla numérica esotérica, en la que cada letra del alfabeto tenía asignado un número. De acuerdo con este sistema, a la letra A le correspondía el 100 y a la Z, el 125. Los números que correspondían a las letras del apellido Hitler (107, 108, 119, 111, 104, 117) sumaban 666, el número de la gran bestia del libro bíblico de Revelación, el número del Diablo”.

      Esto ayuda a explicar el extenso uso dado al número 666, que aparece pintado en las paredes de los lugares de reunión de los grupos satanistas o en paredes y puentes públicos. Se dice que las letras HT y HH simbolizan a Hitler y los rayos de las SS alemanas, la “fuerza del cielo al infierno”. Los satanistas también utilizan la esvástica. “Todas son marcas de la bestia a quien sirven, Satanás-Hitler”, dijo una persona informada.

      Las reuniones producen violencia

      Se informa que hay más de veinte ocasiones especiales durante el año para celebrar reuniones de brujería, muchas de las cuales coinciden con celebraciones llamadas cristianas. Esto está en conformidad con lo que consideran un medio de profanar lo que se juzga como bueno o santo. Una de las principales fiestas satánicas se celebra la víspera de Todos los Santos. Las reuniones, o sábados, se llevan a cabo en lugares secretos, que pueden cambiar según las circunstancias. “Antes de toda reunión de brujería —escribió Terry—, hay que apaciguar a Satanás violando a una virgen [jovencita], provocando un holocausto [incendio premeditado] o matando de acuerdo con un ritual a una persona o un animal.”

      Una de las prácticas más comunes del culto es el sacrificio de perros y gatos. Por ejemplo: en un lugar cercano a la ciudad de Nueva York, durante un período de doce meses se encontraron 85 pastores alemanes y dobermans desollados, y todos los casos se atribuyen a satanistas. Muchas veces extraen partes del cuerpo y las consumen en la creencia de que poseen poderes mágicos. La sangre se la pasan de unos a otros y la beben en cálices de plata robados de iglesias, todo como parte de la adoración a Satanás. Por supuesto, el sacrificio de un ser humano se considera la ofrenda suprema que más le complace, y muchas veces se le apacigua de esta forma.

      Pero, ¿quién es Satanás? ¿Existe de verdad, o es tan solo el producto de una imaginación febril?

      [Recuadro en la página 7]

      Sacrificios para apaciguar al Diablo

      El pasado mes de abril el mundo se conmocionó ante el descubrimiento de los restos de más de una docena de hombres, asesinados como parte de un sacrificio ritual a las afueras de la ciudad mexicana de Matamoros, cerca de la frontera con Texas (E.U.A.). La revista Time informó:

      “A fin de congraciarse con el Diablo, los asesinos hirvieron los cerebros y los corazones de sus víctimas, y los mezclaron con huesos de las piernas y los brazos, así como con cabezas de animales. Los adoradores del Diablo fueron tan depravados que a dos patólogos les tomó [...] casi cuatro días terminar las autopsias.”

      Los adoradores del Diablo creían que recibirían protección de su dios si lo apaciguaban con sacrificios humanos. Un teniente de la policía dijo que los asesinos rezaban al Diablo para que “la policía no los detuviera, las balas no los alcanzaran y el negocio siguiera prosperando”.

  • Satanás tras la máscara
    ¡Despertad! 1989 | 22 de octubre
    • Satanás tras la máscara

      HOY día Satanás está recibiendo la atención de todo el mundo. Se han escrito montones de artículos sobre él en periódicos, revistas y tratados religiosos, y se han dedicado programas de radio y televisión a la religión que lleva su nombre.

      Se puede ver la palabra “Satanás”, escrita al derecho y al revés, en bancos públicos, pintada en puentes y en paredes y fachadas de edificios y tiendas abandonados, así como en lunas de escaparates y ventanas. La religión que lleva el nombre de Satanás tiene un gran atractivo y por eso ha entrampado a muchas personas, en especial a jóvenes.

      No obstante, a pesar de esta amplia publicidad, existen diversas opiniones respecto a quién o qué es en realidad Satanás. Para muchos, incluso para sus más devotos seguidores, Satanás está encubierto en el anonimato. “Hay un sinfín de creencias —dice un profesor de Religión—, desde los que creen que Satanás es una persona literal, hasta los que se van al otro extremo y opinan que se trata de una figura retórica simbólica y sencillamente descartan la idea.”

      Cuando en un seminario teológico bautista otro profesor de Religión llamó a Satanás “siervo de Dios” en lugar de su archienemigo, provocó una oleada de furor religioso. La compañía editora de dicha Iglesia recibió muchas llamadas telefónicas y cartas que objetaban a esta interpretación. “Aceptar a Satanás como siervo de Dios —dijo un ministro bautista conservador— convierte a Dios en nuestro adversario.” No obstante, otro ministro bautista y profesor de Religión contestó con la observación de que los miembros de la junta bautista ‘no habían definido en votación la postura oficial bautista’ respecto a Satanás.

      La verdad es que los miembros de muchas iglesias no saben en realidad qué enseña su religión acerca de Satanás. Un escritor de un periódico comentó: “Pocas iglesias tienen una doctrina que diga lo que sus miembros deberían creer con respecto a Satanás, por lo que ese tema llega a ser una cuestión sumamente personal”. Hay quienes hasta enseñan que el Diablo tan solo representa el mal que hay en nuestro interior. Por ejemplo: el ministro presbiteriano A. D. Ellison afirma que a Jesús no le tentó en el desierto un ser satánico sobrenatural, sino su propio egocentrismo.

      No es de extrañar que los miembros de las iglesias tengan dudas sobre la identidad de Satanás, pues sus líderes religiosos también las tienen.

      Quién es

      Sin embargo, las Escrituras son muy claras y categóricas respecto a la identidad de Satanás. El Dios Todopoderoso creó muchas criaturas espíritus, que tienen acceso a Él en los cielos y que son sus siervos. La Biblia revela que cuando Dios ‘fundó la Tierra’, creándola para que en el futuro fuese habitada por seres humanos, “todos los hijos de Dios [criaturas espíritus angelicales] empezaron a gritar en aplauso”. (Job 38:4, 7.) Con el tiempo, uno de esos ángeles se volvió en contra de su Creador, y de ese modo se convirtió en un rebelde, un opositor.

      Este opositor original, o Satanás (que significa “Resistidor”), utilizó una serpiente como portavoz cuando habló a Eva para inducirla a desobedecer a Dios (Génesis 3:1-6), por lo que también se le denomina “la serpiente original”. (Revelación 12:9.) Jesús mismo dijo de él lo siguiente: “Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él”. (Juan 8:44; 1 Juan 3:8.) Por consiguiente, Jesús identificó a Satanás como alguien que en su día había disfrutado del favor de Jehová Dios, pero que luego se rebeló contra Él.

      Aunque hay quienes dicen que con la palabra Diablo solo se hace referencia a un principio abstracto del mal, las cualidades y acciones atribuidas a Satanás en la Biblia solo se pueden atribuir a una persona. En efecto: la Biblia indica que Satanás es una persona espíritu real e invisible cuyo propósito declarado es apartar a la humanidad de servir al Creador, Jehová Dios. Era imposible que a Jesús le tentara en el desierto una mera cualidad del mal o ‘su propio egocentrismo’, pues ni el mal ni el egoísmo podían morar en él, ya que la Biblia deja claro que era “sin engaño, incontaminado, separado de los pecadores”. (Hebreos 7:26; Lucas 4:1-13.)

      En busca de poder

      Satanás se rebeló contra Dios en busca de poder, pues deseaba gobernar sobre otros, ser su dios, ser adorado. (2 Corintios 4:4.) A Adán y Eva les ofreció poder y libertad, ser “como Dios” en lo que respecta a tomar sus propias decisiones tocante a lo que es bueno o malo, correcto o incorrecto (Génesis 3:5), y poder y libertad es lo que sigue ofreciendo a sus adoradores.

      Por eso un satanista adolescente llamado Sean, que acababa de matar a sus padres y a una tercera víctima, escribió: “Soy libre. Puedo matar sin remordimiento”. En otra ocasión escribió con su propia sangre: “Repudio a Dios, repudio a Cristo, solo serviré a Satanás [...]. Viva Satanás”.

      Randy Shores, un adolescente ex miembro de un culto satánico, explicó: “Entonces era estupendo, cuando tenía todo aquel poder”. Shores enfatizó que “el poder era el aliciente, el poder que viene del grupo para protegerte, el que viene de los rituales y hechizos realizados para hacer daño a otros y el que viene del secreto”.

      Sí, muchos de los adoradores de Satanás creen que él dará poder a los que siguen sus enseñanzas, y algunos satanistas están convencidos de que esto significa poder para matar sin recibir castigo. Los asesinatos confesados por adoradores de Satanás revelan que ellos creen de verdad que asesinando pueden congraciarse con el Diablo. De modo que es necesario tomar en serio la amenaza creciente de la adoración satánica.

      No se deje engañar

      Recuerde: Satanás es un ser real, no el producto de la imaginación de nadie. En lo que más se deleita es en desacreditar a Dios y Su Palabra, la Biblia, así como en entrampar a tantos como pueda en su red de destrucción. Pero Dios ya ha empezado a tomar acción contra él, y por eso autorizó que se le echara de los cielos a los confines de la Tierra. Sin duda, el que se haya confinado a Satanás en la Tierra tiene mucho que ver con el reciente resurgimiento del satanismo. (Revelación 12:7-12.)

      Los padres tienen que estar atentos. En muchos casos, los jovencitos han abrazado el satanismo porque sus padres no les daban el amor y la atención que necesitaban. Los niños se resentían por el aparente abandono de sus padres y se convirtieron en presa fácil para los reclutadores satánicos.

      Sin embargo, felizmente el fin de Satanás y de su influencia está cerca. Pronto él y sus seguidores serán derrotados y totalmente destruidos. El gran Dios Jehová, a quien Satanás y sus demonios se han jactado en desafiar, utilizará a Su Rey-Guerrero, Jesucristo, para quitar de en medio a estas personas inicuas. (1 Juan 3:8; Revelación 20:1-3, 10.) Mientras tanto, que usted se encuentre entre los que resisten a Satanás y hallan protección en la amorosa hermandad de los adoradores organizados del Dios verdadero Jehová.

      [Recuadro en la página 9]

      La fuente de verdadera protección

      En una carta al periódico The Times Herald Record, de Middletown (Nueva York), un hombre narró cómo se introdujo en la búsqueda de poderes ocultos. Le habían atraído los escritos de dos psicoterapeutas que habían compilado una receta para adquirir dichos poderes. “Seguí con afán la receta —explicó—, pero pagué por ello con seis semanas de terror nocturno.

      ”Afortunadamente —continuó—, dos testigos de Jehová me aconsejaron que, entre otras cosas, orase a Jehová, y eso fue lo que hice todas las noches tan pronto como empezaba a experimentar sensaciones extrañas.” ¿Cómo acabó todo?

      “La última noche de terror —dijo—, lo que fuera que me estaba poseyendo me soltó [...]. A partir de entonces ya no he tenido más experiencias de ese tipo.” Esta persona aprendió, como escribió al periódico, que “Dios condena a los que participan en prácticas ocultas (Deuteronomio 18:10-13)”.—27 de febrero de 1988.

      El texto bíblico al que hizo referencia dice en parte: “No debería hallarse en ti [...] nadie que emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero, ni uno que ate a otros con maleficio ni nadie que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de sucesos ni nadie que pregunte a los muertos. Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová”.

      [Recuadro en la página 10]

      Padres, estén al tanto de cualquier indicio

      Debido al atractivo que la adoración al Diablo tiene para los jóvenes, los padres deberían estar alerta a cualquier indicio que hiciese sospechar de su posible participación. Evon Peterson, autoridad en sectas satánicas, aconsejó:

      “[Los jóvenes] necesitan alguien que crea en ellos. [...] Están rogando que alguien les preste atención [...], los escuche. Las sectas son muy hábiles en lo que tiene que ver con escuchar. Si los padres no están cerca, lo estarán los miembros de la secta.”

      Angelo Pierri, consejero de Nueva Jersey, advierte: “Sé que probablemente estará diciendo: ‘Tan solo es una manía pasajera’, pero eso es justo lo que los satanistas quieren que usted piense. No quieren ser descubiertos, no quieren que se arroje luz sobre sus actividades”.

      Algo sumamente vital es vigilar la música que escuchan los jóvenes. Mucha de la música heavy metal está saturada de mensajes y simbolismos satánicos. “Es extremadamente desnaturalizada —comenta Peterson—, y tiene mensajes de matar y hacer daño. Satisface los impulsos del chico de dar rienda suelta a la violencia.”

      El año pasado, un joven de catorce años mató a puñaladas a su madre y luego se suicidó. Las paredes de su habitación estaban cubiertas de pósteres de músicos de heavy metal. Después, el padre del muchacho suplicaba: “Digan a los padres que vigilen la clase de música que escuchan sus hijos”. Comentó que durante toda aquella semana su hijo había estado cantando una canción de rock “sobre sangre y matar a tu madre”.

      En efecto, el satanismo es una amenaza creciente y mortífera. El primer paso para combatirla es estar informado. Lo siguiente es hacerle frente. Sí, la Biblia está en lo cierto cuando dice que tenemos una lucha “contra las fuerzas espirituales inicuas”. (Efesios 6:12.) Satanás y sus demonios efectivamente existen, y están detrás de todas estas prácticas diabólicas.

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