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  • Los delitos violentos. ¿Qué está sucediendo?
    ¡Despertad! 2003 | 8 de julio
    • Los delitos violentos. ¿Qué está sucediendo?

      FRANK y Gabriella paseaban por una playa de Oregón (EE.UU.) a primera hora de la mañana, contemplando el amanecer. No podían ni imaginarse que en breves minutos morirían de un disparo a quemarropa en la cabeza. ¿Fue por venganza? ¿Por celos? No. El asesino, un total desconocido, vio realizado su sueño: saber lo que se siente al matar a alguien.

      “El domingo 28 de abril de 1996, Martin Bryant captó la atención del mundo occidental. Decidido a pasárselo en grande, se puso a disparar a todo el que se encontraba en su camino mientras paseaba por la ciudad de Port Arthur (Tasmania), lo cual le proporcionó una maravillosa sensación de júbilo y poder.” (A Study of Our Decline [Estudio de nuestra decadencia], de Philip Atkinson.) Aquel día, Bryant mató a 35 personas.

      Un jubilado canadiense de 65 años paseaba en bicicleta temprano por la mañana, como era su costumbre, cuando un automovilista lo embistió por detrás y huyó, dándolo por muerto y arrastrando la bicicleta 700 metros. Al principio todo parecía indicar que el conductor se había dado a la fuga, pero las investigaciones revelaron que tal individuo había robado el vehículo para dar un paseo y que, según parece, derribar a un ciclista formaba parte de la “diversión”.

      ¿Una clase diferente de delitos?

      Siempre ha habido crímenes, pero los que acabamos de mencionar hacen que las personas exclamen: “¿Por qué? ¿Cómo es posible que a alguien se le ocurra algo así?”. Mientras que algunos delitos corrientes, como el robo y el fraude, no llaman mucho la atención, hay una creciente categoría de delitos que acaparan los medios informativos y hacen que la gente se diga: “¡Esto es absurdo! ¿Qué le está pasando al mundo?”.

      Tales delitos son diferentes. Nos referimos al asesinato —a menudo horrible, despiadado y sin motivo aparente— de personas inocentes que, como en los ejemplos mencionados, no conocen a los perpetradores. La lista de casos de violencia gratuita es interminable.

      En abril de 1999, dos estudiantes de Colorado (EE.UU.) mataron a tiros en la escuela a doce de sus compañeros y a un profesor, y después se suicidaron. En 1982, un hombre murió en California tras tomar un medicamento sin receta al que alguien había echado estricnina. En 1993, dos niños de 10 años raptaron a James Bulger, de dos años de edad, mientras su madre compraba en la carnicería de un centro comercial de Bootle (Merseyside, Inglaterra). Lo llevaron a una vía férrea y lo golpearon hasta matarlo.

      Algunos crímenes caen en la categoría de actos terroristas. Por ejemplo, en 1995, la nación japonesa quedó consternada cuando miembros de una secta introdujeron un gas venenoso en el metro de Tokio, dejando un saldo de doce muertos y miles de afectados. Por otro lado, pocos pueden olvidar la destrucción del World Trade Center de Nueva York y el ataque al Pentágono (Washington, D.C.), que se cobraron unas tres mil vidas, o los atentados con bomba que tuvieron lugar en Bali (Indonesia) el año pasado, en los que fallecieron casi doscientas personas.

      Es obvio que los delitos violentos se están extendiendo; se han convertido en un problema mundial que afecta a muchas naciones y a distintas clases de gente.

      En algunos casos parece que los autores compiten entre sí para ver quién comete el crimen más atroz. También son cada vez más comunes los asesinatos a manos de grupos extremistas que se ensañan cruelmente con personas cuyo único “defecto” es pertenecer a otra raza, etnia o religión, como sucedió en 1994 cuando unos ochocientos mil tutsis fueron masacrados en Ruanda.

      Todos estos sucesos hacen que muchas personas se pregunten: “¿Qué está sucediendo? ¿Era igual en el pasado? ¿Qué hay detrás de crímenes tan horrendos? ¿Qué posibilidades hay de reducirlos o de eliminarlos?”. Los siguientes artículos responderán a estas y otras preguntas.

      [Comentario de la página 4]

      A menudo se asesina a personas elegidas al azar y sin ningún motivo aparente

  • ¿Por qué se cometen tantos delitos violentos?
    ¡Despertad! 2003 | 8 de julio
    • ¿Por qué se cometen tantos delitos violentos?

      TODOS los homicidios son horribles, pero los perpetrados sin ningún motivo aparente resultan más difíciles de comprender. La ausencia de un móvil definido desconcierta a los investigadores. Por otra parte, a través de los medios de comunicación —cada vez más eficaces— millones o hasta miles de millones de personas se enteran de lo sucedido en cuestión de horas. Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud, “la violencia está presente en todos los países del planeta; casi ninguna comunidad es inmune a ella”.

      Se han visto casos de violencia gratuita incluso en lugares que hasta hace poco se consideraban bastante seguros. Por ejemplo, Japón tuvo durante mucho tiempo un bajo índice de agresiones de esta clase. Sin embargo, en junio de 2001, un hombre armado con un cuchillo de carnicero entró en una escuela de la ciudad de Ikeda y comenzó a dar cuchilladas a diestro y siniestro. En quince minutos mató a ocho niños e hirió a quince más. Si se tienen en cuenta este y otros sucesos ocurridos en Japón —se han dado casos de jóvenes que asesinan a desconocidos por la simple emoción de hacerlo—, uno se percata de que, sin lugar a dudas, las cosas han cambiado.

      Incluso en países donde los índices de criminalidad son altos, algunas masacres irracionales han provocado la repulsa de la sociedad. Eso fue lo que pasó a raíz del ataque contra el World Trade Center (Nueva York) el 11 de septiembre de 2001. El psicólogo Gerard Bailes comentó al respecto: “[Este atentado] ha convertido el mundo en un lugar peligroso y totalmente extraño en el que es imposible predecir lo que va a suceder”.

      ¿Por qué lo hacen?

      No existe un único factor que explique las distintas manifestaciones de violencia. Ahora bien, hay crímenes que resultan más difíciles de entender pues escapan totalmente a la razón. Por ejemplo, cuesta asimilar el que un individuo se acerque a un desconocido y lo apuñale hasta matarlo o que alguien pase en automóvil por delante de una casa y se ponga a disparar sin ningún motivo.

      Algunas personas sostienen que la violencia es inherente al hombre. Sin embargo, hay quienes consideran que este rasgo no forma parte de la naturaleza humana (véase el recuadro “¿Somos violentos por naturaleza?”).

      Según un gran número de especialistas, existen muchos factores y circunstancias que pueden inducir a alguien a cometer un acto de violencia irracional. Un informe publicado por la academia estadounidense del FBI (Buró Federal de Investigación) llega a decir: “La persona que está en su sano juicio no comete un homicidio”. Es posible que algunas autoridades no concuerden del todo con esta afirmación, pero sí concuerdan con lo que da a entender. Por algún motivo, el agresor ya no piensa con normalidad. Algo ha afectado su raciocinio, de modo que es capaz de actos impensables. ¿Qué factores pueden contribuir a que un individuo decida matar a alguien sin ninguna razón aparente? Examinemos algunas de las posibles causas mencionadas por los expertos.

      La desintegración familiar

      ¡Despertad! entrevistó a Marianito Panganiban, portavoz de la Oficina Nacional de Investigación de las Filipinas, quien comentó respecto a los antecedentes de los homicidas irracionales: “Provienen de familias rotas. Carecen de amor y afecto. No tienen principios morales por los que guiarse y, por tanto, se descarrían”. Muchos investigadores señalan que, por lo general, los criminales más agresivos han crecido en un entorno familiar violento en el que las relaciones interpersonales dejaban mucho que desear.

      El National Center for the Analysis of Violent Crime, de Estados Unidos, hizo público un informe que enumeraba ciertos factores que ayudan a identificar a los jóvenes con propensión a cometer delitos violentos en los centros educativos. Según el informe, la vida familiar de tales jóvenes suele tener las siguientes características: una relación turbulenta entre padres e hijos; padres incapaces de darse cuenta de los problemas de sus hijos; distanciamiento entre los miembros de la familia; padres que ponen poca o ninguna restricción a sus hijos, y, por último, hijos extremadamente reservados que llevan una doble vida a espaldas de sus progenitores.

      Hoy en día, muchos niños sufren a causa de la ruptura de su familia. Otros tienen padres que apenas les dedican tiempo, de modo que crecen sin la atención y la instrucción moral que necesitan. Algunos expertos creen que, debido al entorno que les rodea, estos niños no desarrollan la capacidad de establecer vínculos afectivos, por lo que les resulta más fácil acabar con la vida de otras personas, a menudo sin ningún remordimiento.

      Los grupos extremistas y las sectas

      Los hechos indican que algunos grupos extremistas, así como algunas sectas, han desempeñado un papel fundamental en la comisión de ciertos crímenes. Un chico de raza negra de 19 años de Indiana (EE.UU.) apareció muerto en un lado de la calle con un tiro en la cabeza. El muchacho acababa de salir de un centro comercial y caminaba de regreso a su casa cuando un joven lo eligió al azar y le disparó. ¿Por qué? Supuestamente porque quería ingresar en una organización que defendía la supremacía blanca y deseaba ganarse el tatuaje de una tela de araña con el que dicho grupo premiaba a quienes asesinaban a alguien de raza negra.

      Tanto en el atentando con gas nervioso perpetrado en el metro de Tokio en 1995, como en el suicidio colectivo de Jonestown (Guyana) y el fallecimiento de 69 adeptos de la Orden del Templo Solar (en Suiza, Canadá y Francia), se observa la influencia de alguna secta. Estos ejemplos demuestran cuánto logran influir ciertos grupos en la forma de pensar de algunas personas. De hecho, líderes carismáticos han inducido a la gente a hacer cosas “impensables” tentándolas con supuestas recompensas.

      La violencia y los medios de comunicación

      Según algunos observadores, hay indicios de que varios medios de comunicación modernos fomentan la conducta agresiva. Estos sostienen que contemplar constantemente las escenas violentas que aparecen en la televisión, las películas, los videojuegos e Internet insensibiliza la conciencia e induce a cometer delitos violentos. El doctor Daniel Borenstein, presidente de la Asociación Americana de Psiquiatría, señaló: “Ahora mismo existen más de mil estudios, respaldados por más de treinta años de investigación, que demuestran que hay una relación causal entre las violentas imágenes que emiten los medios de comunicación y el comportamiento agresivo de algunos niños”. Delante de un comité del Senado de Estados Unidos, el doctor Borenstein testificó: “Estamos convencidos de que la repetida exposición al entretenimiento violento en todas sus formas tiene significativas repercusiones en la salud pública” (véase el recuadro titulado “Los videojuegos violentos: el punto de vista de un médico”).

      A menudo se citan ejemplos para demostrar la veracidad de tales afirmaciones. En el juicio del hombre que mató a sangre fría a la pareja que contemplaba la salida del Sol en la playa —suceso al que aludimos en el artículo anterior—, los abogados de la acusación presentaron pruebas de que el asesino se había inspirado en una película violenta que solía ver vez tras vez. Y en el caso del tiroteo escolar en el que perecieron quince personas, incluidos los autores de la tragedia, se dijo que estos últimos pasaban muchas horas todos los días jugando con videojuegos violentos, además de ver reiteradamente películas que exaltaban la violencia y el asesinato.

      Las drogas

      En Estados Unidos, el número de homicidios cometidos por adolescentes se triplicó en un período de ocho años. Según las autoridades, ¿a qué se debe dicho aumento? Entre otras razones, a las pandillas, en especial a las que trafican con crack. De los más de quinientos asesinatos perpetrados recientemente en Los Ángeles (California), “la policía atribuye el 75% de ellos a las pandillas”.

      Un informe publicado por la citada academia del FBI señala: “Las drogas están implicadas en una exorbitante cantidad de homicidios”. Algunas personas cuyo raciocinio está afectado por el consumo de estupefacientes cometen asesinatos bajo los efectos de estas sustancias. Por otro lado, los traficantes protegen su negocio utilizando la violencia. Así pues, es obvio que las drogas constituyen una importante razón por la que la gente comete crímenes horrendos.

      La fácil obtención de armas destructivas

      Como se mencionó en el artículo anterior, un solo hombre armado provocó en Tasmania (Australia) la muerte de 35 personas y dejó heridas a diecinueve. El asesino empuñaba armas semiautomáticas de estilo militar, razón por la que muchos concluyen que el aumento de los delitos violentos se debe también a la facilidad con que se obtienen este tipo de aparatos.

      Según cierto informe, en 1995 hubo en Japón tan solo 32 muertes por armas de fuego, relacionadas en su mayoría con ajustes de cuentas entre mafiosos. En cambio, en Estados Unidos se produjeron más de quince mil asesinatos con esta clase de armas. ¿A qué se debe la diferencia? A juicio de algunos especialistas, a que en Japón existen leyes estrictas que regulan la tenencia de armas.

      La incapacidad de afrontar los problemas

      Al escuchar la noticia de un cruel asesinato, algunas personas quizá reaccionen diciendo: “¡El que lo hizo debe de estar loco!”. Sin embargo, no todos los individuos que comenten tales actos están trastornados, aunque muchos sí tienen problemas para afrontar las presiones de la vida. De ahí que los expertos apunten que la conducta violenta también puede deberse a ciertos defectos de la personalidad del agresor. Entre estos se cuentan los siguientes: las deficiencias de aprendizaje; la dificultad para relacionarse con los demás; los trastornos psicológicos debido al maltrato físico o el abuso sexual; las tendencias antisociales; la aversión a un determinado sector de la sociedad, como por ejemplo, las mujeres; la falta de remordimiento, y el deseo de manipular a otros.

      Algunas personas llegan a abrumarse tanto por su problema, sea cual sea, que su mente se altera y se comportan de forma extraña. Este fue el caso de una enfermera que tenía un ansia patológica de llamar la atención. Para saciar tal ansia, inyectaba un relajante muscular a los niños pequeños a fin de provocarles un paro respiratorio. Entonces disfrutaba de la atención que se le brindaba cuando los “salvaba”. Lamentablemente, no siempre logró que los niños volvieran a respirar, de modo que fue condenada por asesinato.

      Como hemos visto, existen varios factores que pueden inducir a la gente a cometer delitos violentos. No obstante, la lista quedaría incompleta si no mencionamos otra importante razón.

      La respuesta bíblica

      La Biblia nos ayuda a comprender lo que está sucediendo en la actualidad y por qué hay personas que actúan de semejante forma. Describe con precisión algunas de las actitudes que observamos diariamente. Por ejemplo, en 2 Timoteo 3:3, 4 dice que la gente no tendría “cariño natural” ni “autodominio” ni “amor del bien”, y que, además, sería testaruda y feroz. En otro libro de la Biblia se recogen las siguientes palabras de Jesús: “Se enfriará el amor de la mayor parte” (Mateo 24:12).

      Las Escrituras también señalan: “En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar” (2 Timoteo 3:1). En efecto, lo que estamos viviendo es prueba de que este sistema de cosas está a punto de acabarse. Las circunstancias actuales, así como las actitudes de la gente, se van deteriorando cada vez más. ¿Podemos esperar que pronto mejore la situación? La Biblia responde: “Los hombres inicuos e impostores avanzarán de mal en peor” (2 Timoteo 3:13).

      ¿Significa esto que la humanidad se halla atrapada en un ciclo interminable de violencia despiadada y crímenes cada vez más frecuentes? El siguiente artículo responderá a esta pregunta.

      [Recuadro de la página 6]

      ¿SOMOS VIOLENTOS POR NATURALEZA?

      Hay quienes sostienen que la inclinación a la violencia y el asesinato es innata en el ser humano. Los evolucionistas afirman que, como venimos de los animales, hemos heredado su temperamento violento. Según estas teorías, estamos atrapados en un ciclo de violencia del que es imposible escapar.

      Sin embargo, existen numerosas pruebas que demuestran lo contrario. Las teorías mencionadas no explican por qué el número y la clase de delitos violentos varían tanto de una cultura a otra. No aclaran por qué en algunas sociedades lo común es reaccionar de forma violenta, mientras que en otras se producen muy pocas agresiones y prácticamente ningún asesinato. El psicoanalista Erich Fromm puso en evidencia un punto débil de la teoría de que heredamos la agresividad de los primates al señalar que, si bien algunos de estos animales son violentos cuando tienen alguna necesidad física o se sienten atacados, el hombre es —que se sepa— el único ser que mata por puro placer.

      En su libro The Will to Kill—Making Sense of Senseless Murder (El impulso de matar: cómo comprender lo incomprensible), los profesores James Alan Fox y Jack Levin observan: “Algunos individuos son más propensos a la violencia que otros, pero no pierden por ello su libre albedrío. Aunque el impulso de matar esté gobernado por numerosas fuerzas internas y externas, sigue habiendo libertad de elección, y por tanto, culpabilidad y responsabilidad de los propios actos”.

      [Ilustración y recuadro de la página 7]

      LOS VIDEOJUEGOS VIOLENTOS: EL PUNTO DE VISTA DE UN MÉDICO

      En un discurso dirigido a un grupo de médicos de Filadelfia (Pensilvania, EE.UU.) que se acababan de graduar, el doctor Richard F. Corlin, ex presidente de la Asociación Médica Americana, habló de los videojuegos que promueven la violencia. Algunos de estos dan puntos por causar a alguien una herida superficial, más puntos por una herida de bala, y más puntos aún por un tiro en la cabeza. Todo se llena de sangre, y los sesos se desparraman por toda la pantalla.

      El doctor Corlin comentó que no permitimos que nuestros hijos conduzcan, beban alcohol o fumen cuando son demasiado jóvenes. Y añadió: “Sin embargo, dejamos que aprendan a disparar a una edad en la que no saben controlar sus impulsos y no tienen la madurez ni la disciplina necesarias para usar sin peligro las armas con las que juegan. [...] Tenemos que enseñarles desde pequeños que la violencia siempre [acarrea] consecuencias, graves consecuencias”.

      Lamentablemente, los niños que desconocen el precio de la violencia a menudo son víctimas inocentes de ella. Según las estadísticas, en Estados Unidos mueren diariamente diez niños a causa de las armas de fuego. El citado médico señaló: “En Estados Unidos fallecen más niños por herida de bala que en cualquier otra nación del mundo”. ¿A qué conclusión llegó? “Es un hecho que la violencia, aunada a las armas, es una amenaza para la salud pública de nuestro país.”

      [Recuadro de la página 9]

      FACTORES QUE CONTRIBUYEN A QUE SE COMETAN DELITOS VIOLENTOS

      Muchos expertos destacan los siguientes puntos como posibles factores que inducen a la violencia sin sentido:

      La desintegración familiar

      Los grupos extremistas

      Las sectas peligrosas

      El entretenimiento violento

      La exposición directa a la violencia

      El consumo de drogas

      La incapacidad para afrontar los problemas

      El fácil acceso a armas mortíferas

      Ciertos trastornos mentales

      [Ilustración de la página 8]

      Uno de los cinco atentados con bomba que mataron al menos a doce personas e hirieron a más de ochenta en la ciudad de Quezón (Filipinas)

      [Reconocimiento]

      AP Photo/Aaron Favila 30 de diciembre de 2000

      [Ilustración de las páginas 8 y 9]

      Dos chicos matan a doce estudiantes y un profesor del centro de enseñanza secundaria Columbine High School, en Colorado (EE.UU.), y a continuación se suicidan

      [Reconocimiento]

      AP Photo/Jefferson County Sheriffʹs Department 20 de abril de 1999

      [Ilustración de las páginas 8 y 9]

      Un atentado con coche bomba mata al menos a 182 personas y hiere a otras 132 en un club nocturno de Bali (Indonesia)

      [Reconocimiento]

      Maldonado Roberto/GAMMA 12 de octubre de 2002

  • ¿Existirá una solución realista?
    ¡Despertad! 2003 | 8 de julio
    • ¿Existirá una solución realista?

      PARECE que los delitos violentos forman parte integrante de la sociedad moderna. Pese a los bienintencionados esfuerzos de la policía, los trabajadores sociales y los especialistas en la rehabilitación de delincuentes, el mundo resulta cada vez más peligroso. ¿Hay alguna solución?

      La Biblia muestra que se avecina un gran cambio. Sin embargo, este no se deberá a ningún gobierno político. Todos los gobernantes humanos tienen limitaciones, independientemente de cuán nobles sean sus intenciones. Carecen del poder y los recursos necesarios para erradicar las causas de la criminalidad y garantizar de forma permanente la seguridad ciudadana.

      El cambio del que habla la Biblia se deberá a la intervención de nuestro Creador. Puesto que él es el Hacedor del universo, tiene el derecho legal de intervenir y el poder para hacerlo, a diferencia de los seres humanos. Las Escrituras dicen que Dios es “Aquel que reduce a nada a los altos funcionarios, que ha hecho a los mismísimos jueces de la tierra como una simple irrealidad [...], porque él también es vigoroso en poder” (Isaías 40:23-26). ¿Qué cambio promete Dios, y por qué constituye este una esperanza real de un mundo mejor?

      Salmo 37:10 recoge la siguiente promesa divina: “Solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será; y ciertamente darás atención a su lugar, y [el inicuo] no será”. Dios se propone eliminar a las personas malvadas que no tienen intenciones de cambiar; pero no destruirá a todo el mundo. Quienes están dispuestos a convertirse en personas mansas, humildes y pacíficas pueden confiar en esta promesa del salmista: “Espera en Jehová y guarda su camino, y él te ensalzará para tomar posesión de la tierra. Cuando los inicuos sean cortados, tú lo verás”. Con la desaparición de la gente malvada, los seres humanos que queden en la Tierra podrán disfrutar de “abundancia de paz” en un mundo sin delitos de ninguna clase (Salmo 37:11, 34).

      Se necesita un cambio en la mente y el corazón

      Para resolver el problema de la criminalidad de una vez por todas, no basta con solo eliminar a las personas malas y salvar a las buenas. Los delitos violentos suelen deberse a que los agresores carecen de una formación adecuada que les moldee la mente y el corazón. Sin embargo, el gobierno de Dios hará lo que ningún otro gobierno puede hacer: enseñar a sus súbditos a amar la justicia. Isaías 54:13 señala: “Todos tus hijos serán personas enseñadas por Jehová, y la paz de tus hijos será abundante”.

      Los resultados serán más que satisfactorios. La Biblia habla metafóricamente de los cambios que efectuarán algunas personas con características propias de animales. Dice: “El lobo realmente morará por un tiempo con el cordero, y el leopardo mismo se echará con el cabrito, y el becerro y el leoncillo crinado y el animal bien alimentado todos juntos”. ¿Por qué será así? “Porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar.” (Isaías 11:6, 9.) Ahora bien, usted y su familia no tienen que esperar para beneficiarse de tales cambios. ¿Por qué decimos eso?

      Benefíciese ya

      Muchas personas están haciendo ya los cambios necesarios a fin de prepararse para vivir en una sociedad sin delito. Están cultivando una nueva personalidad, la clase de personalidad que Dios desea que tengan quienes vivirán en su nuevo mundo (2 Pedro 3:13). Lo hacen al aplicar en su vida los principios bíblicos. Observe el interesante consejo que da la Biblia: “Deben ser hechos nuevos en la fuerza que impulsa su mente, y deben vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad” (Efesios 4:23, 24).

      Colosenses 3:12-14 enumera las buenas cualidades que muchas personas de corazón recto están cultivando. Allí dice: “Como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de los tiernos cariños de la compasión, la bondad, la humildad mental, la apacibilidad y la gran paciencia. Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes. Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión”.

      ¿Le gustaría que lo ayudaran a ponerse la nueva personalidad cristiana? Millones de personas de todo el mundo ya lo están haciendo con la ayuda de los testigos de Jehová. Al asistir a las reuniones que estos celebran regularmente en los Salones del Reino, así como a sus grandes asambleas, incluso quienes tenían un carácter violento han aprendido a cultivar la apacibilidad.a Si desea beneficiarse de este excelente programa de educación bíblica, no dude en escribir a los editores de esta revista, quienes con gusto le ayudarán a prepararse ahora para vivir en el nuevo mundo de Dios, un mundo en el que no existirá el delito.

      [Nota]

      a En la revista ¡Despertad! del 8 de mayo de 2001, págs. 8-10, encontrará algunos ejemplos.

      [Ilustraciones de la página 10]

      Millones de personas reciben educación a fin de poder vivir en un mundo sin delito

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