BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Andemos con Dios en estos tiempos turbulentos
    La Atalaya 2005 | 1 de septiembre
    • Andemos con Dios en estos tiempos turbulentos

      “Enoc siguió andando con el Dios verdadero. Entonces no fue más, porque Dios lo tomó.” (GÉNESIS 5:24.)

      1. ¿Qué calamidades caracterizan a nuestros tiempos?

      ¡TIEMPOS turbulentos! ¡Qué bien describen esas palabras los años de agitación y violencia que ha padecido la humanidad desde que el Reino mesiánico nació en 1914! A partir de entonces hemos vivido en “los últimos días”. Grandes calamidades, tales como hambres, enfermedades, terremotos y guerras, han plagado al hombre como nunca antes (2 Timoteo 3:1; Revelación [Apocalipsis] 6:1-8). Y los siervos de Jehová no vivimos libres de inquietud. En mayor o menor grado, todos nos encaramos a las dificultades e incertidumbres propias de nuestros tiempos. Las presiones económicas, las luchas políticas, los delitos y las enfermedades figuran entre los problemas que tanto dificultan la vida.

      2. ¿A qué dificultades se enfrentan los siervos de Dios?

      2 Además, muchos siervos de Jehová han soportado una oleada tras otra de persecución a causa de la guerra sin cuartel que Satanás libra contra los que “observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar testimonio de Jesús” (Revelación 12:17). Y aunque no todos experimentemos ataques frontales, el cristiano verdadero tiene que luchar contra el Diablo y contra el espíritu, o actitud, que él fomenta en la humanidad (Efesios 2:2; 6:12). Por consiguiente, debemos mantenernos siempre alerta para no dejarnos influir por dicho espíritu, al que estamos expuestos en el trabajo, en la escuela y dondequiera que tratamos con personas que no se interesan por la adoración pura.

      Andemos con Dios, no con las naciones

      3, 4. ¿En qué se distinguen del mundo los cristianos?

      3 Los cristianos del siglo primero también tuvieron que resistir enérgicamente el espíritu mundano, y tal resistencia los distinguió de quienes no compartían su fe. Pablo explicó esta diferencia al escribir: “Esto, por lo tanto, digo, y de ello doy testimonio en el Señor: que ya no sigan ustedes andando tal como las naciones también andan en la inutilidad de su mente, mientras mentalmente se hallan en oscuridad, y alejadas de la vida que pertenece a Dios, a causa de la ignorancia que hay en ellas, a causa de la insensibilidad de su corazón. Habiendo llegado a estar más allá de todo sentido moral, se entregaron a la conducta relajada para obrar toda clase de inmundicia con avidez” (Efesios 4:17-19).

      4 Esas palabras describen con acierto las tinieblas espirituales y morales en que estaba sumido el mundo en tiempos de Pablo y en las que sigue sumido hoy día. Al igual que en el siglo primero, los cristianos no estamos “andando [...] como las naciones”, sino que disfrutamos del excepcional privilegio de andar con Dios. Aunque haya quienes cuestionen que los seres humanos, tan imperfectos e insignificantes como somos, podamos andar con Jehová, la Biblia muestra que es algo que está a nuestro alcance y, más aún, que él espera que hagamos. En el siglo VIII antes de nuestra era, el profeta Miqueas escribió por inspiración las siguientes palabras: “¿Qué es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti sino ejercer justicia y amar la bondad y ser modesto al andar con tu Dios?” (Miqueas 6:8).

      Cómo y por qué andar con Dios

      5. ¿Cómo es posible que un ser humano imperfecto ande con Dios?

      5 ¿Cómo es posible andar con el Dios todopoderoso e invisible? Obviamente, no andamos con Dios tal como lo hacemos con nuestros semejantes. En la Biblia, “andar” suele referirse a “seguir un cierto proceder”.a De acuerdo con esto, andar con Dios significa vivir como él manda y hacer lo que le agrada. Aunque al obrar así seamos diferentes de la mayor parte de la sociedad que nos rodea, es la única opción válida para el cristiano. ¿Por qué? Por varias razones.

      6, 7. ¿Por qué es andar con Dios la decisión más sabia?

      6 Ante todo, Jehová es el Creador, quien nos da la vida y todo lo necesario para conservarla (Revelación 4:11). Por ese motivo, tiene el derecho exclusivo de decirnos cómo hemos de dirigir nuestros pasos. Además, andar con Jehová Dios es lo más provechoso que podemos hacer, pues de este modo nos beneficiamos del medio que él ha dispuesto para perdonar los pecados y tenemos la esperanza segura de vivir eternamente. Asimismo, nuestro amoroso Padre celestial nos brinda sabios consejos a quienes andamos con él, los cuales nos permiten llevar una vida satisfactoria a pesar de la imperfección y de estar en un mundo que se encuentra en poder de Satanás (Juan 3:16; 2 Timoteo 3:15, 16; 1 Juan 1:8; 2:25; 5:19). Una razón más para andar con Dios es que así contribuimos a que reinen la paz y la unidad en la congregación (Colosenses 3:15, 16).

      7 La última razón, y la más importante, es que cuando andamos con Dios demostramos de qué lado estamos en la gran cuestión que se planteó en el jardín de Edén, a saber, la cuestión de la soberanía (Génesis 3:1-6). Con nuestro modo de vida manifestamos apoyo incondicional a Jehová y proclamamos sin temor que solo él es el legítimo Soberano (Salmo 83:18). Así obramos en armonía con nuestras peticiones de que se santifique su nombre y se haga su voluntad (Mateo 6:9, 10). Los que optan por andar con Dios son sabios. Pueden estar seguros de que van por buen camino porque Jehová es “el único que es sabio” y jamás se equivoca (Romanos 16:27, Biblia del nuevo milenio).

      8. ¿En qué se parecen los tiempos de Enoc y de Noé a los nuestros?

      8 En estos tiempos tan difíciles en los que la mayoría de las personas no se interesan en servir a Jehová, ¿es de veras posible llevar una vida cristiana? Hallaremos la respuesta examinando el ejemplo de hombres de la antigüedad que se mantuvieron fieles en situaciones extremadamente difíciles. Dos de ellos fueron Enoc y Noé. Ambos vivieron en tiempos muy parecidos a los nuestros, en los que reinaba la maldad. En los días de Noé, la Tierra estaba llena de violencia e inmoralidad. Aun así, estos dos hombres resistieron el espíritu del mundo de su época y anduvieron con Jehová. ¿Cómo lo lograron? Para responder a esa pregunta estudiaremos en este artículo el ejemplo de Enoc, y en el siguiente, el de Noé.

      Enoc anduvo con Dios en tiempos turbulentos

      9. ¿Qué sabemos acerca de Enoc?

      9 Enoc es la primera persona de quien las Escrituras dicen que anduvo con Jehová: “Después de engendrar a Matusalén, Enoc siguió andando con el Dios verdadero” (Génesis 5:22). Después de mencionar los años que vivió —muchos para la época actual, pero pocos para aquel entonces—, la Biblia señala que “Enoc siguió andando con el Dios verdadero. Entonces no fue más, porque Dios lo tomó” (Génesis 5:24). Parece que Jehová lo transfirió del mundo de los vivos al sueño de la muerte antes de que pudieran hacerle daño sus enemigos (Hebreos 11:5, 13). Aparte de estos breves versículos, la Biblia habla muy poco de él. Sin embargo, con esta información, además de otros indicios, tenemos buenas razones para concluir que Enoc vivió en tiempos difíciles.

      10, 11. a) ¿Cómo se extendió la corrupción después de la rebelión de Adán y Eva? b) ¿Qué mensaje profético predicó Enoc, y cuál debe de haber sido la reacción de sus oyentes?

      10 Consideremos, por ejemplo, lo rápido que se extendió la corrupción en la humanidad después del pecado de Adán. La Biblia indica que Caín, el primer hijo de Adán, fue el primer humano que cometió un asesinato, pues mató a su hermano Abel (Génesis 4:8-10). Tras la muerte violenta de Abel, Adán y Eva tuvieron otro hijo, al que pusieron por nombre Set. De él leemos: “A Set también le nació un hijo, y él procedió a llamarlo por nombre Enós. En aquel tiempo se dio comienzo a invocar el nombre de Jehová” (Génesis 4:25, 26). Lamentablemente, la acción de “invocar el nombre de Jehová” tenía que ver con la adoración apóstata.b Muchos años después del nacimiento de Enós, un descendiente de Caín llamado Lamec compuso un poema para sus mujeres en el que afirmaba haber matado a un muchacho que lo había herido, y advertía: “Si siete veces ha de ser vengado Caín, entonces Lamec setenta veces y siete” (Génesis 4:10, 19, 23, 24).

      11 Estos breves datos indican que la corrupción que Satanás introdujo en el jardín de Edén se propagó con rapidez entre los descendientes de Adán. Fue en un mundo como ese en el que Enoc sirvió de profeta de Jehová, y sus vigorosas palabras inspiradas aún resuenan hoy. Judas nos revela que pronunció la siguiente profecía: “¡Miren! Jehová vino con sus santas miríadas, para ejecutar juicio contra todos, y para probar la culpabilidad de todos los impíos respecto a todos sus hechos impíos que hicieron impíamente, y respecto de todas las cosas ofensivas que pecadores impíos hablaron contra él” (Judas 14, 15). Estas palabras tendrán su cumplimiento final en Armagedón (Revelación 16:14, 16). Con seguridad, muchos “pecadores impíos” se molestaron al oír la profecía de Enoc. Por eso, en un acto de amor, Jehová lo tomó para librarlo de ellos.

      ¿Qué fortaleció a Enoc para andar con Dios?

      12. ¿En qué se distinguió Enoc de sus contemporáneos?

      12 Al igual que Eva, Adán escuchó a Satanás en el jardín de Edén. Además, se rebeló contra Jehová (Génesis 3:1-6). Sin embargo, su hijo Abel actuó de modo diferente y por eso gozó del favor divino (Génesis 4:3, 4). Desafortunadamente, los descendientes del primer hombre en general no fueron como Abel. Enoc, quien nació siglos después, fue una excepción. ¿En qué se distinguió él de los demás? El apóstol Pablo respondió a esa pregunta cuando escribió: “Por fe Enoc fue transferido para que no viera la muerte, y no fue hallado en ningún lugar, porque Dios lo había transferido; porque antes de su transferencia tuvo el testimonio de haber sido del buen agrado de Dios” (Hebreos 11:5). Enoc formó parte de una gran “nube de testigos” precristianos que fueron excelentes ejemplos de fe (Hebreos 12:1). En efecto, fue la fe lo que le permitió vivir con rectitud durante sus más de trescientos años de existencia, más del triple de la esperanza de vida actual.

      13. ¿Qué clase de fe tuvo Enoc?

      13 Pablo describió la fe de Enoc y de otros testigos en los siguientes términos: “Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen” (Hebreos 11:1). Efectivamente, la fe es la expectativa confiada, asegurada con garantías, de que lo que esperamos se hará realidad. Esta expectativa es tan fuerte que influye en nosotros a la hora de fijar prioridades en la vida. Una fe así fue lo que ayudó a Enoc a andar con Dios aunque el mundo que lo rodeaba no lo hiciera.

      14. ¿Qué conocimiento exacto pudo haber sustentado la fe de Enoc?

      14 La fe verdadera se basa en el conocimiento exacto. ¿Qué conocimiento tenía Enoc? (Romanos 10:14, 17; 1 Timoteo 2:4.) Sin duda, sabía lo que había ocurrido en el jardín de Edén. Es probable que también le hubieran contado cómo era la vida en aquel lugar, que tal vez aún existiera, pero con el acceso prohibido a los seres humanos (Génesis 3:23, 24). Y sabía que Dios se proponía que los descendientes de Adán poblaran la Tierra y la convirtieran en un paraíso semejante al original (Génesis 1:28). Además, de seguro valoraba mucho la promesa de Jehová de producir una Descendencia, la cual aplastaría la cabeza de Satanás y anularía los terribles efectos ocasionados por su engaño (Génesis 3:15). De hecho, la profecía inspirada que él pronunció y que se conserva en la carta de Judas trata de la destrucción de la descendencia de Satanás. Puesto que Enoc tenía fe, sabemos que adoraba a Jehová como el “remunerador de los que le buscan solícitamente” (Hebreos 11:6). Así pues, aunque el conocimiento que Enoc poseía no era tan amplio como el nuestro, fue suficiente para sustentar una fe firme, una fe que le permitió mantenerse fiel en tiempos turbulentos.

      Imitemos el ejemplo de Enoc

      15, 16. ¿De qué maneras seguimos los pasos de Enoc?

      15 Al igual que Enoc, nosotros también deseamos complacer a Jehová en estos tiempos difíciles, por lo que hacemos bien en copiar su ejemplo. Es necesario que adquiramos conocimiento exacto acerca de Jehová y sus propósitos y que no lo olvidemos nunca. Pero no basta con eso. Tenemos que dejar que dicho conocimiento dirija nuestros pasos (Salmo 119:101; 2 Pedro 1:19). Debemos guiarnos por el modo de pensar de Dios y esforzarnos siempre para que todos nuestros pensamientos y actos sean de su agrado.

      16 Aunque las Escrituras no dicen si en los días de Enoc había otras personas que servían a Jehová, es evidente que, o estaba solo, o formaba parte de una pequeña minoría. También nosotros somos una minoría en el mundo, pero eso no nos desanima. Jehová nos apoyará sin importar quiénes se opongan (Romanos 8:31). Enoc anunció con valor la destrucción que vendría sobre los malvados. Del mismo modo, nosotros predicamos con valentía las “buenas nuevas del reino” a pesar de las burlas, la oposición y la persecución (Mateo 24:14). Enoc no vivió tanto tiempo como muchos de su época. Sin embargo, en vez de cifrar sus esperanzas en el mundo, puso sus ojos en algo mucho más elevado (Hebreos 11:10, 35). Asimismo, nosotros tenemos la vista fija en el cumplimiento del propósito de Jehová. Por eso no usamos el mundo a plenitud, sino que, más bien, empleamos nuestras fuerzas y recursos principalmente para servir a Jehová (1 Corintios 7:31).

      17. ¿Qué conocimiento tenemos nosotros que no estuvo al alcance de Enoc, y por eso, qué debemos hacer?

      17 Enoc tenía fe en que la Descendencia prometida se presentaría en el momento que Jehová Dios había fijado. Ya han pasado casi dos mil años desde que dicha Descendencia —Jesucristo— se presentó, pagó el rescate y abrió el camino para que tanto nosotros como Enoc y otros fieles testigos de la antigüedad heredemos la vida eterna. Esta Descendencia, que ya ocupa su trono como Rey del Reino de Dios, ha echado a Satanás del cielo a la Tierra, lo que ha ocasionado grandes sufrimientos por todas partes (Revelación 12:12). Como vemos, hoy disponemos de mucho más conocimiento que Enoc. Por lo tanto, tengamos una fe tan firme como la de él. Dejemos que nuestra confianza en que Dios cumplirá sus promesas influya en todo lo que hagamos. Y, como Enoc, andemos con Dios a pesar de vivir en tiempos turbulentos.

      [Notas]

      a Véase Perspicacia para comprender las Escrituras, vol. 2, pág. 692, párr. 4. Editado por los testigos de Jehová.

      b Antes de Enós, Jehová había hablado con Adán, había aceptado las ofrendas de Abel e incluso se había comunicado con Caín cuando este aún no había dejado que la ira y los celos lo llevaran a cometer un homicidio. Por lo tanto, esta referencia a que se empezara a “invocar el nombre de Jehová” debe de referirse a algo nuevo y ajeno a la adoración pura

  • Nosotros andaremos en el nombre de Jehová, nuestro Dios
    La Atalaya 2005 | 1 de septiembre
    • Nosotros andaremos en el nombre de Jehová, nuestro Dios

      “Nosotros, por nuestra parte, andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre.” (MIQUEAS 4:5.)

      1. ¿Cuál era el clima moral en tiempos de Noé, y en qué se distinguió Noé de los demás?

      EL PRIMER hombre de quien la Biblia dice que anduvo con Dios fue Enoc. El segundo fue Noé. El relato indica: “Noé fue hombre justo. Resultó exento de falta entre sus contemporáneos. Noé andaba con el Dios verdadero” (Génesis 6:9). En tiempos de Noé, la humanidad en general se había desviado de la adoración pura. La situación empeoró cuando ciertos ángeles infieles entablaron una relación contranatural con mujeres y engendraron hijos a los que se llamó nefilim, que fueron “los poderosos”, “los hombres de fama” de aquel entonces. Era natural que la Tierra estuviera llena de violencia (Génesis 6:2, 4, 11). Pero Noé mantuvo una conducta intachable y fue “predicador de justicia” (2 Pedro 2:5). Cuando Dios le mandó construir un arca para que se conservara la vida del hombre y de los animales, “procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Dios. Hizo precisamente así” (Génesis 6:22). Noé en verdad anduvo con Dios.

      2, 3. ¿Qué magnífico ejemplo nos dio Noé?

      2 Pablo incluyó a Noé en su lista de fieles testigos al escribir: “Por fe Noé, habiéndosele dado advertencia divina de cosas todavía no contempladas, mostró temor piadoso y construyó un arca para la salvación de su casa; y por esta fe condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que es según fe” (Hebreos 11:7). ¡Qué magnífico ejemplo! Convencido de que Dios cumpliría su palabra, Noé dedicó tiempo, energías y recursos a obedecer los mandatos divinos. De la misma manera, muchos dan hoy la espalda a las posibilidades que ofrece este mundo y dedican su tiempo, energías y recursos a cumplir los mandatos de Jehová. La fe de estos cristianos es notable y resultará en su propia salvación, así como en la de otras personas (Lucas 16:9; 1 Timoteo 4:16).

      3 Ejercer fe debió de ser tan difícil para Noé y su casa como lo fue para su bisabuelo Enoc, de quien hablamos en el artículo anterior. En ambas épocas los verdaderos siervos de Dios constituían una pequeña minoría: solo ocho personas fueron fieles y sobrevivieron al Diluvio. Noé predicó la justicia en un mundo violento e inmoral; además, ayudado por su familia, construyó una enorme arca como parte de los preparativos para un diluvio universal, aunque nadie había visto una inundación de tal magnitud hasta entonces. Aquello debió de extrañar mucho a quienes los observaban.

      4. ¿Qué error de los contemporáneos de Noé resaltó Jesús?

      4 Es curioso que cuando Jesús aludió al tiempo de Noé no mencionó la violencia, la religión falsa ni la inmoralidad reinantes, a pesar de su gravedad. Más bien, resaltó el error que cometió la gente al desoír la advertencia que se estaba dando. Como dijo él, “estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca”. Comer, beber, casarse, darse en matrimonio: ¿qué tiene eso de malo? La gente sencillamente estaba llevando una vida “normal”. No obstante, se avecinaba un diluvio, y Noé estaba predicando la justicia. Sus palabras y su conducta deberían haberles servido de advertencia; pero “no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos” (Mateo 24:38, 39).

      5. ¿Qué cualidades necesitaron Noé y su familia?

      5 Remontándonos a aquella época, vemos que Noé actuó con sabiduría. Sin embargo, exigió valor ser diferente de los demás en los días previos al Diluvio. Noé y su familia demostraron firme convicción al construir un arca gigantesca y llenarla con ejemplares de los diversos géneros animales. ¿Anhelaron a veces estas fieles personas llamar menos la atención y llevar una vida “normal”? Aun en el caso de que tales ideas les hayan pasado por la mente, estas no debilitaron su integridad. Muchos años después, en realidad, muchos más de los que cualquiera de nosotros tendrá que aguantar en este mundo, la fe de Noé hizo posible que se salvara del Diluvio. Pero Jehová ejecutó a todos los que llevaban una vida “normal” y pasaron por alto el significado de los tiempos en que se hallaban.

      La violencia vuelve a plagar a la humanidad

      6. ¿Qué situación existía después del Diluvio?

      6 Cuando las aguas del Diluvio se retiraron, la humanidad tuvo un nuevo comienzo. Pese a ello, los seres humanos seguían siendo imperfectos, y “la inclinación del corazón del hombre” continuaba siendo “mala desde su juventud” (Génesis 8:21). Además, aunque los demonios ya no podían materializarse en cuerpos carnales, aún se mantenían muy activos. Por su impiedad, el mundo pronto demostró que ‘yacía en el poder del inicuo’, y al igual que en la actualidad, los verdaderos siervos de Dios tuvieron que luchar contra “las maquinaciones del Diablo” (1 Juan 5:19; Efesios 6:11, 12).

      7. ¿Cómo se fue agravando la violencia en el mundo después del Diluvio?

      7 Después del Diluvio, particularmente desde los días de Nemrod en adelante, la Tierra volvió a ser escenario de la violencia, y esta se ha ido agravando con el aumento de la población y el desarrollo de nuevas tecnologías. Antiguamente se combatía con la espada, la lanza, el arco y las flechas, y los carros de guerra. En tiempos más recientes aparecieron el mosquete y el cañón, seguidos por el fusil y la compleja artillería de principios del siglo XX. Con la primera guerra mundial vieron la luz armas más aterradoras, como el avión, el tanque, el submarino y el gas tóxico, que segaron las vidas de millones de personas. ¿Fue este un suceso inesperado? No.

      8. ¿Cómo se ha cumplido Revelación 6:1-4?

      8 En el año 1914, Jesús fue entronizado como Rey del Reino celestial de Dios, y comenzó “el día del Señor” (Revelación 1:10). En una visión recogida en el libro de Revelación se ve a Jesús cabalgando como Rey victorioso sobre un caballo blanco, seguido de otros jinetes que representan diferentes plagas que azotarían a la humanidad. Al que monta el caballo de color de fuego se le concedió “quitar de la tierra la paz para que se degollaran unos a otros; y le fue dada una gran espada” (Revelación 6:1-4). Este caballo y su jinete prefiguran la guerra, y la espada grande representa la destrucción sin precedentes causada por las guerras modernas y sus poderosas armas. Entre estas se cuentan artefactos nucleares, cada uno de los cuales es capaz de matar a decenas de miles de personas; cohetes que pueden transportar dichos artefactos a objetivos situados a miles de kilómetros de distancia, y armas químicas y biológicas de destrucción masiva altamente desarrolladas.

      Nosotros prestamos atención a las advertencias de Jehová

      9. ¿En qué se parece el mundo actual al que existía antes del Diluvio?

      9 En los días de Noé, Jehová arruinó a la humanidad debido a la violencia extrema que cometían los hombres malvados inducidos por los nefilim. ¿Y cuál es la situación presente? ¿Es la Tierra menos violenta que en aquel entonces? Por supuesto que no. Además, así como en los días de Noé, la gente hoy vive ocupada en sus quehaceres, tratando de llevar una vida “normal”, a la vez que rehúsa prestar atención a las advertencias que se le dan (Lucas 17:26, 27). ¿Existe alguna razón, entonces, para dudar de que Jehová volverá a arruinar a la humanidad? No.

      10. a) ¿Qué advertencia se repite en las profecías bíblicas? b) ¿Cuál es el único proceder sensato que podemos seguir hoy día?

      10 Siglos antes de que ocurriera el Diluvio, Enoc profetizó la destrucción que sobrevendrá en nuestros días (Judas 14, 15). Jesús también habló de la venidera “gran tribulación” (Mateo 24:21). Otros profetas advirtieron sobre ese mismo tiempo (Ezequiel 38:18-23; Daniel 12:1; Joel 2:31, 32), y en el libro de Revelación leemos una impactante descripción de dicha destrucción final (Revelación 19:11-21). A nivel individual, nosotros imitamos a Noé y predicamos activamente la justicia; prestamos atención a las advertencias de Jehová y ayudamos con amor al prójimo a hacer lo mismo. En otras palabras, andamos con Dios como lo hizo Noé. De hecho, todo aquel que quiera conservar su vida tiene que seguir andando con Dios. ¿Cómo podemos hacerlo en vista de las presiones que afrontamos a diario? Desarrollando una fe fuerte en que el propósito divino se realizará (Hebreos 11:6).

      Sigamos andando con Dios en tiempos turbulentos

      11. ¿Cómo imitamos a los cristianos del siglo primero?

      11 De los cristianos ungidos del siglo primero se decía que pertenecían “al Camino” (Hechos 9:2). Toda su vida giraba en torno a su fe en Jehová y en Jesucristo. Seguían la senda que su Maestro había trazado. Lo mismo hacemos los cristianos fieles de la actualidad.

      12. ¿Qué pasó después de que Jesús alimentó milagrosamente a una multitud?

      12 La importancia de la fe se evidencia en un suceso que tuvo lugar durante el ministerio de Jesús. En cierta ocasión, él alimentó milagrosamente a unos cinco mil hombres, lo que asombró y deleitó a la muchedumbre. Observemos, sin embargo, lo que pasó a continuación: “Cuando los hombres vieron las señales que él ejecutó, empezaron a decir: ‘Con certeza este es el profeta que había de venir al mundo’. Por lo tanto, Jesús, sabiendo que estaban a punto de venir y prenderlo para hacerlo rey, se retiró otra vez a la montaña, él solo” (Juan 6:10-15). Esa noche se fue a otro lugar. Su negativa a aceptar la dignidad de rey debió decepcionar a muchos. Después de todo, había demostrado que poseía suficiente sabiduría para serlo y que tenía el poder para satisfacer las necesidades físicas del pueblo. No obstante, aún no era el tiempo señalado por Jehová para que gobernara como Rey; además, su Reino habría de ser celestial, no terrenal.

      13, 14. ¿Qué punto de vista manifestaron muchas personas, y cómo se puso a prueba su fe?

      13 Pese a todo, la multitud no se dio por vencida. Siguieron a Jesús y lo encontraron, como señala Juan, “al otro lado del mar”. ¿Por qué fueron en busca de él después de que había rechazado sus intentos de hacerlo rey? Muchos revelaron un punto de vista carnal al aludir claramente al alimento que Jehová suministró a los israelitas en el desierto en los días de Moisés. Insinuaron que Jesús debería seguir encargándose de sus necesidades físicas. Percibiendo sus malos motivos, él empezó a enseñarles verdades espirituales para ayudarlos a corregir su forma de pensar (Juan 6:17, 24, 25, 30, 31, 35-40). Algunos reaccionaron criticándolo, sobre todo cuando dijo a modo de ilustración: “Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes. El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día” (Juan 6:53, 54).

      14 Las ilustraciones de Jesús lograban que las personas demostraran si de verdad querían andar con Dios, y desde luego, esta no fue la excepción, pues provocó fuertes reacciones. Leemos: “Muchos de sus discípulos, al oír esto, dijeron: ‘Este discurso es ofensivo; ¿quién puede escucharlo?’”. Para indicarles que debían buscar el significado espiritual de sus palabras, Jesús dijo: “El espíritu es lo que es dador de vida; la carne no sirve para nada. Los dichos que yo les he hablado son espíritu y son vida”. Aun así, la mayoría no escuchó, pues el pasaje añade: “Debido a esto, muchos de sus discípulos se fueron a las cosas de atrás, y ya no andaban con él” (Juan 6:60, 63, 66).

      15. ¿Qué buena actitud mostraron algunos de los seguidores de Jesús?

      15 Pero no todos los discípulos de Jesús reaccionaron de ese modo. Es cierto que los que fueron leales no entendieron completamente lo que había dicho, pero siguieron confiando en él. Uno de ellos fue Pedro, quien expresó el sentir de los demás al decir: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna” (Juan 6:68). ¡Qué excelente actitud y qué magnífico ejemplo!

      16. ¿De qué maneras pudiéramos ser probados, y qué actitud apropiada debemos adoptar?

      16 Hoy podemos ser probados como aquellos discípulos del pasado. En nuestro caso pudiéramos desilusionarnos al ver que las promesas de Jehová no se cumplen con la prontitud que quisiéramos. O quizás pensemos que las explicaciones bíblicas que aparecen en nuestras publicaciones son difíciles de entender. O tal vez nos decepcione la conducta de cierto hermano en la fe. ¿Estaría bien que dejáramos de andar con Dios por estas razones u otras parecidas? ¡Por supuesto que no! Los discípulos que abandonaron a Jesús manifestaron una forma de pensar carnal. No hagamos nosotros lo mismo.

      “No somos de la clase que se retrae”

      17. ¿Qué puede ayudarnos a seguir andando con Dios?

      17 El apóstol Pablo escribió: “Toda Escritura es inspirada de Dios” (2 Timoteo 3:16). A través de las páginas de la Biblia, Jehová nos dice con claridad: “Este es el camino. Anden en él” (Isaías 30:21). La obediencia a la Palabra de Dios nos ayuda a ‘vigilar cuidadosamente nuestra manera de andar’ (Efesios 5:15). Estudiar la Biblia y reflexionar sobre lo que aprendemos nos ayuda a seguir “andando en la verdad” (3 Juan 3). Como bien dijo Jesús, “el espíritu es [...] dador de vida; la carne no sirve para nada”. La única guía confiable por la que debemos dirigir nuestros pasos es la guía espiritual, la cual nos llega mediante la Palabra, el espíritu y la organización de Jehová.

      18. a) ¿Qué imprudente proceder adoptan algunos? b) ¿Qué clase de fe cultivamos nosotros?

      18 Por lo general, quienes están descontentos debido a su forma de pensar carnal o porque sus expectativas no se han hecho realidad intentan sacarle el mayor partido posible a este mundo. Habiendo perdido el sentido de la urgencia, no ven necesario ‘mantenerse alerta’ y optan por seguir tras metas egoístas, en vez de dar prioridad a los intereses del Reino (Mateo 24:42). Ese proceder es sumamente imprudente. Notemos las siguientes palabras del apóstol Pablo: “Nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma” (Hebreos 10:39). Vivimos en tiempos turbulentos, como Enoc y Noé, pero al igual que ellos, tenemos el privilegio de andar con Dios. Al hacerlo, adquirimos la plena seguridad de que veremos el cumplimiento de las promesas de Jehová: la erradicación de la maldad y el establecimiento de un justo nuevo mundo. ¡Qué perspectiva tan maravillosa!

      19. Según Miqueas, ¿qué proceder siguen los verdaderos siervos de Dios?

      19 El profeta inspirado Miqueas señaló que las naciones del mundo “andar[ían] cada cual en el nombre de su dios”. Luego, hablando de sí mismo y de otros siervos fieles, precisó: “Nosotros, por nuestra parte, andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios hasta tiempo indefinido, aun para siempre” (Miqueas 4:5). Si su resolución es la misma que la de Miqueas, manténgase cerca de Jehová sin importar lo turbulentos que se vuelvan los tiempos (Santiago 4:8). Que cada uno de nosotros desee de corazón andar con Jehová, nuestro Dios, ahora y hasta tiempo indefinido, sí, por toda la eternidad.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir