-
Jehová nos fortaleció en tiempos de guerra y en tiempos de pazLa Atalaya (estudio) 2024 | noviembre
-
-
FUERZAS PARA ENFRENTARNOS A UN DESAFÍO INESPERADO
Anne: Llegamos al Betel de Freetown, en Sierra Leona, un lugar seguro donde nos cuidaban muy bien. Pero entonces empecé a revivir lo que habíamos pasado. Durante el día estaba constantemente alerta y con miedo, y todo lo que me rodeaba me parecía borroso e irreal. Y por la noche me despertaba temblando y bañada en sudor frío, pensando que algo malo iba a pasar. Me costaba respirar. Paul me abrazaba y oraba conmigo. Y cantábamos canciones del Reino hasta que dejaba de temblar. Pensé que me estaba volviendo loca y que ya no podría seguir siendo misionera.
Nunca olvidaré lo que pasó después. Esa misma semana recibimos dos revistas. Una fue la ¡Despertad! del 8 de junio de 1996. Contenía un artículo titulado “Qué hacer ante los ataques de pánico”, y entonces entendí lo que me estaba pasando. La otra revista fue La Atalaya del 15 de mayo de 1996, que tenía un artículo titulado “¿De dónde proviene su fuerza?”. Aparecía la imagen de una mariposa con un ala dañada y se explicaba que, tal como una mariposa puede seguir volando y alimentándose a pesar de tener las alas muy dañadas, nosotros con el espíritu de Jehová podemos seguir ayudando a otros aunque hayamos sufrido daños emocionales. Este alimento de Jehová llegó en el momento adecuado y me dio las fuerzas que necesitaba (Mat. 24:45). Algo que también me ayudó fue investigar más este tema y reunir artículos parecidos en una carpeta. Con el tiempo se redujeron mis síntomas de estrés postraumático.
-
-
Jehová nos fortaleció en tiempos de guerra y en tiempos de pazLa Atalaya (estudio) 2024 | noviembre
-
-
VOLVIENDO LA VISTA ATRÁS
Anne: A lo largo de los años he vivido momentos muy difíciles y con mucho miedo. Y es que las situaciones peligrosas o estresantes pueden pasarnos factura en sentido físico y emocional. Jehová no nos va a proteger milagrosamente de eso. Cada vez que oigo disparos o fuego de artillería, se me hace un nudo en el estómago y se me duermen las manos. Pero he aprendido a apoyarme en las fuerzas que Jehová nos da, muchas veces a través de los hermanos y las hermanas. También he comprobado que, si mantenemos una buena rutina espiritual, Jehová nos ayuda a permanecer en nuestra asignación.
-