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Un tiempo de prueba (1914 - 1918)Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Al acercarse el tiempo para la elección persistía la pregunta: ¿Quién sucedería a Russell como presidente? The Watch Tower del 15 de enero de 1917 informó del resultado de la reunión anual, y explicó: “El hermano Pierson, con declaraciones muy oportunas y expresiones de agradecimiento y de amor hacia el hermano Russell, dijo que como poderhabiente había recibido de hermanos de todo el país la encomienda de votar por la elección de J. F. Rutherford como presidente; añadió además que concordaba por completo con aquello”. Después de proponer el nombre de Rutherford y tras recibir el apoyo necesario, no se propuso ningún otro nombre, de modo que “el secretario, en conformidad con lo estipulado, dio paso a la votación, y los asambleístas eligieron como presidente, por unanimidad, al hermano Rutherford”.
Después de la elección, ¿cómo se recibió al nuevo presidente? El número de The Watch Tower ya mencionado informó: “Los hermanos de todas partes habían orado fervorosamente pidiendo que el Señor guiara y dirigiera la elección; y cuando concluyó, todos quedaron contentos y felices, pues estaban seguros de que el Señor había guiado sus deliberaciones y contestado sus oraciones. Entre los presentes reinó armonía perfecta”.
No obstante, aquella “armonía perfecta” no duró mucho. El nuevo presidente recibió la cálida acogida de muchos, pero no de todos.
El nuevo presidente sigue adelante
La intención del hermano Rutherford no era cambiar el rumbo de la organización, sino seguir el modo de obrar progresivo establecido por Russell. Los representantes viajeros de la Sociedad (conocidos como peregrinos) aumentaron de 69 a 93. Se aceleró la distribución de los tratados gratuitos de la Sociedad, que se hacía de vez en cuando los domingos frente a las iglesias y con regularidad en el ministerio de casa en casa.
También se dio impulso a la “obra pastoral” iniciada por Russell antes de su muerte. Esta consistía en visitar de nuevo a los que habían mostrado interés, una actividad similar a la obra de revisitas que efectúan actualmente los testigos de Jehová. A fin de revitalizar la predicación, el nuevo presidente de la Sociedad amplió la obra de los repartidores. El número de ellos (que precedieron a los precursores de hoy) aumentó de 372 a 461.
The Watch Tower del 15 de diciembre de 1917 declaró: “El año 1917 no presentaba buenas perspectivas en su comienzo”. Sí, después de la muerte de C. T. Russell hubo inquietudes, dudas y temores. Sin embargo, al finalizar el año el informe fue muy alentador; la actividad en el campo había aumentado. Se hacía patente que la obra seguía hacia adelante. ¿Habían superado con éxito los Estudiantes de la Biblia otra prueba, la muerte de C. T. Russell?
Esfuerzos por tomar el control
No todos apoyaban al nuevo presidente. C. T. Russell y J. F. Rutherford diferían mucho el uno del otro. Eran de personalidades muy distintas y tenían diferentes antecedentes. A algunos se les hacía difícil aceptar aquellas diferencias. Pensaban que nadie podría reemplazar al hermano Russell.
Algunos, especialmente en la oficina central, hasta llegaron a albergar resentimiento contra el hermano Rutherford. No les impresionaba ni el que la obra siguiera adelante ni el que el nuevo presidente estuviera haciendo cuanto le era posible por seguir las disposiciones que Russell había dejado establecidas. Pronto aumentó la oposición. Cuatro miembros de la junta de directores de la Sociedad llegaron hasta el punto de intentar arrebatar de las manos de Rutherford el control administrativo. La situación culminó durante el verano de 1917, cuando se presentó el libro The Finished Mystery (El misterio terminado), el séptimo tomo de Estudios de las Escrituras.
El hermano Russell tenía la intención de publicar este tomo, pero no pudo realizarlo durante su vida. Después de su muerte, el Comité Ejecutivo de la Sociedad dispuso que dos hermanos, Clayton J. Woodworth y George H. Fisher, prepararan este libro, que consistía en un comentario sobre Revelación, El Cantar de los Cantares y Ezequiel. Se basó en parte en lo que Russell había escrito sobre estos libros bíblicos, con comentarios y explicaciones adicionales. El manuscrito ya completo fue aprobado para su publicación por los directores principales de la Sociedad y fue presentado a la familia de Betel reunida en el comedor el martes 17 de julio de 1917. En aquella ocasión se hizo un anuncio que causó sorpresa: los cuatro miembros opositores de la junta directiva habían sido destituidos, y el hermano Rutherford había efectuado otros cuatro nombramientos para llenar las vacantes. ¿Qué reacción produjo el anuncio?
Fue como si hubiera estallado una bomba. Los cuatro directores destituidos aprovecharon la oportunidad para provocar ante la familia de Betel una acalorada disputa de cinco horas sobre cómo se manejaban los asuntos de la Sociedad. Algunos miembros de la familia simpatizaban con los opositores. Esta oposición continuó por varias semanas, en las que los agitadores amenazaron, según sus propias palabras, con “derrocar la tiranía existente”. Sin embargo, el hermano Rutherford tenía base sólida para la acción que había tomado. ¿Cuál era esta base?
Aunque los cuatro directores que se oponían habían sido nombrados por el hermano Russell, estos nombramientos nunca fueron confirmados mediante el voto de los miembros de la corporación en la reunión anual de la Sociedad. Por lo tanto, aquellos cuatro no eran miembros legítimos de la junta de directores. Desde el comienzo Rutherford sabía esto, pero no había mencionado nada. ¿Por qué no? No había querido dar la impresión de que iba contra los deseos del hermano Russell. Sin embargo, cuando se hizo patente que no tenían intención de abandonar su oposición, Rutherford actuó en armonía con la autoridad y la responsabilidad que como presidente tenía para reemplazarlos por otras cuatro personas cuyos nombramientos serían confirmados en la siguiente reunión anual, que se celebraría en enero de 1918.
El 8 de agosto los ex directores descontentos y sus apoyadores dejaron la familia de Betel; se les pidió que salieran debido a la perturbación que habían estado causando. Poco después empezaron a difundir su oposición mediante una gran campaña de discursos públicos y cartas en Estados Unidos, Canadá y Europa. El resultado de esto fue que, después del verano de 1917, algunas congregaciones de los Estudiantes de la Biblia se dividieron en dos grupos: el de los que eran leales a la Sociedad y el de los que habían sido presa fácil del habla melosa de los opositores.
Pero ¿tratarían los directores destituidos de influir en los que asistieran a la reunión anual, para apoderarse del control de la organización? Previendo que esto sucedería, Rutherford consideró apropiado llevar a cabo un plebiscito en todas las congregaciones. ¿Qué indicó este? Según el informe publicado en The Watch Tower del 15 de diciembre de 1917, los que votaron apoyaron arrolladoramente a J. F. Rutherford y a los directores que cooperaban con él. Esto quedó confirmado en la reunión anual.d Los esfuerzos de los opositores por tomar el control habían fracasado.
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Un tiempo de prueba (1914 - 1918)Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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d En la reunión anual celebrada el 5 de enero de 1918 las siete personas que recibieron la mayor cantidad de votos fueron J. F. Rutherford, C. H. Anderson, W. E. Van Amburgh, A. H. Macmillan, W. E. Spill, J. A. Bohnet y G. H. Fisher. De entre estos siete miembros de la junta se escogió a los tres directores principales: J. F. Rutherford como presidente, C. H. Anderson como vicepresidente y W. E. Van Amburgh como secretario y tesorero.
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