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¡Qué profunda es “la sabiduría [...] de Dios”!Acerquémonos a Jehová
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La creación demuestra la sabiduría de Dios
9, 10. a) ¿Qué clase de sabiduría demuestra Jehová, y cómo lo hace? b) ¿Cómo se refleja en la célula la sabiduría de Jehová?
9 ¿Nos asombra el ingenio de un artesano que crea objetos hermosos y a la vez prácticos? ¡Esta clase de sabiduría nos deja boquiabiertos! (Éxodo 31:1-3). Jehová es la fuente de esa sabiduría y nadie lo supera. De hecho, el rey David le dijo: “Te alabo porque estoy hecho de forma maravillosa, impresionante. Tus obras son maravillosas, y eso lo sé muy bien” (Salmo 139:14). Y es que, cuanto más aprendemos sobre el cuerpo humano, más nos impresiona lo sabio que es Jehová.
10 Todos empezamos siendo una sola célula: un óvulo fertilizado por un espermatozoide. Enseguida, esta célula empezó a dividirse hasta llegar a ser un cuerpo formado por 100 billones de células. Unas 10.000 células de tamaño medio caben en la cabeza de un alfiler. Pero, aunque son microscópicas, son mucho más complejas que cualquier máquina o fábrica diseñada por el hombre. Según los científicos, la célula es comparable a una ciudad protegida por un muro. Cuenta con entradas y salidas controladas, sistemas de transporte, redes de comunicaciones, centrales eléctricas, instalaciones industriales y plantas de reciclaje y tratamiento de residuos. También tiene cuerpos de defensa y hasta una especie de gobierno central en el núcleo. Además, es capaz de duplicarse en pocas horas.
11, 12. a) ¿Dónde está programada la función de las células, y cómo confirma esto lo que dice Salmo 139:16? b) ¿Qué características del cerebro demuestran que estamos hechos de forma maravillosa?
11 No todas las células son iguales. Según crece un embrión, se generan distintos tipos de células con diferentes funciones. Algunas serán parte del sistema nervioso y otras de los huesos, los músculos, la sangre o los ojos. Dentro de cada célula está programada la función que tendrá, y esos datos se almacenan en una “biblioteca” gigante: el ADN. El rey David también le dijo a Dios por inspiración: “Tus ojos me vieron hasta cuando yo era un embrión; todas sus partes estaban escritas en tu libro” (Salmo 139:16).
12 Hay partes del cuerpo sumamente complejas; por ejemplo, el cerebro. Según la ciencia, es único y no hay nada igual en el universo. Contiene unos 100.000 millones de neuronas, quizá tantas como las estrellas de nuestra galaxia. Cada una de ellas se conecta con miles de neuronas más. Los científicos dicen que el cerebro podría contener la información que hay en todas las bibliotecas del mundo, y a lo mejor mucho más que eso. Con todo, reconocen que tal vez nunca lleguen a comprender por completo cómo funciona, y eso que llevan décadas estudiando este órgano que está “hecho de forma maravillosa”.
13, 14. a) ¿Por qué decimos que las hormigas y otros animales son instintivamente sabios, y qué nos enseña esto sobre el Creador? b) ¿Por qué es la telaraña un ejemplo de la sabiduría de Jehová?
13 Ahora bien, aparte del ser humano, hay muchos ejemplos más de la sabiduría de Jehová. Salmo 104:24 dice: “¡Cuántas son tus obras, oh, Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus creaciones”. Esta cualidad de Dios se puede ver en todo lo que nos rodea. Pensemos en las hormigas, que son “instintivamente sabias” (Proverbios 30:24). Sus colonias son un ejemplo impresionante de organización. En algunas de ellas hay pulgones, unos insectos que les dan alimento a las hormigas a cambio de hospedaje y protección. Además, hay hormigas que cultivan y cuidan sus propias “plantaciones” de hongos. Pero Jehová también les ha dado a muchos otros seres vivos capacidades así de increíbles. Por ejemplo, las moscas realizan acrobacias aéreas que ni el avión más moderno puede repetir. Y las aves migratorias se orientan por las estrellas, por el campo magnético terrestre o por algún tipo de mapa interno. A los biólogos les toma años entender las extraordinarias habilidades que estos animales tienen por instinto. ¡Imaginemos lo sabio que debe ser Jehová, quien puso en ellos ese instinto!
14 La ciencia ha aprendido mucho de la sabiduría que se ve en la creación. Hay incluso una rama de la ingeniería, la biomimética, que trata de imitar los diseños de la naturaleza. ¿Qué ocurre, por ejemplo, cuando vemos una telaraña? Quizá nos asombre su belleza. Pero un ingeniero irá más allá y se fijará en su estructura. Sus hilos parecen frágiles, pero en proporción son más fuertes que el acero y más resistentes que las fibras de un chaleco antibalas. De hecho, si ampliáramos una telaraña al tamaño de una red de pescar, podría detener un avión comercial en pleno vuelo. Está claro que Jehová ha hecho todo esto con sabiduría.
¿Quién hizo que fueran instintivamente sabios?
Más allá de la Tierra
15, 16. a) ¿Qué nos enseñan las estrellas sobre la sabiduría de Jehová? b) ¿Cómo demuestra la forma en que Jehová dirige a tantos ángeles que él es muy sabio?
15 La sabiduría de Dios se ve por todo el universo. En el capítulo 5 vimos que Jehová organizó las estrellas y los planetas mediante “las leyes que rigen los cuerpos celestes” (Job 38:33). Así, agrupó las estrellas en galaxias, las galaxias en cúmulos, y los cúmulos en supercúmulos. ¡Qué sabiduría! Con razón Dios mismo dice que las estrellas y los planetas son “como un ejército” (Isaías 40:26). Pero hay otro ejército que refleja con más claridad su sabiduría.
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