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  • ¿Cuánto amamos la Palabra de Dios?
    La Atalaya 1999 | 1 de noviembre
    • ¿Cuánto amamos la Palabra de Dios?

      “¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día ella es mi interés intenso.” (SALMO 119:97.)

      1. ¿De qué manera demuestran las personas temerosas de Dios que aman Su Palabra?

      CIENTOS de millones de hombres y mujeres poseen un ejemplar de la Biblia. Pero existe una diferencia entre tener una Biblia y amar la Palabra de Dios. ¿Puede decir alguien que la ama si casi nunca la lee? Por supuesto que no. Sin embargo, algunas personas que antes no tenían ningún interés en la Biblia ahora la leen todos los días. Han aprendido a amar la Palabra de Dios y, al igual que el salmista, se interesan en ella “todo el día” (Salmo 119:97).

      2. ¿Qué sostuvo la fe de un testigo de Jehová cuando se halló en condiciones difíciles?

      2 Una de estas personas que ha aprendido a amar la Palabra de Dios es Nasho Dori, que ha servido a Jehová con aguante junto a sus hermanos en la fe por muchas décadas en su Albania natal. Durante gran parte de ese tiempo los testigos de Jehová estuvieron proscritos en el país, y estos fieles cristianos recibieron muy pocas publicaciones bíblicas. No obstante, la fe del hermano Dori no se debilitó. ¿Por qué? “Me puse la meta —dijo— de leer la Biblia por lo menos una hora al día, lo que hice durante unos sesenta años antes de que me fallara la vista.” Hasta hace poco no existía la Biblia entera en albanés, pero el hermano Dori aprendió griego de pequeño y le fue posible leerla en ese idioma. La lectura regular de la Biblia sostuvo al hermano Dori en varias pruebas, y también puede sostenernos a nosotros.

      ‘Desarrollemos el anhelo’ por la Palabra de Dios

      3. ¿Qué actitud hacia la Palabra de Dios deben cultivar los cristianos?

      3 “Como criaturas recién nacidas —escribió el apóstol Pedro—, desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra.” (1 Pedro 2:2.) Tal como el niño ansía la leche materna, los cristianos que tienen conciencia de su necesidad espiritual se deleitan en la lectura de la Palabra de Dios. ¿Es así en nuestro caso? Si no, no perdamos la esperanza. Todos podemos cultivar ese anhelo.

      4. ¿Qué se necesita para convertir en un hábito la lectura diaria de la Biblia?

      4 Con ese fin, primero debemos disciplinarnos para convertir en un hábito la lectura de la Biblia; de ser posible, un hábito diario (Hechos 17:11). Quizá no podamos dedicar una hora todos los días a la lectura bíblica como Nasho Dori, pero es muy probable que sí podamos apartar algo de tiempo diariamente para analizar la Palabra de Dios. Muchos cristianos se levantan unos minutos antes para meditar sobre un pasaje bíblico. ¿Qué mejor manera podría haber de empezar el día? Otros prefieren terminar el día leyendo la Biblia antes de acostarse. También hay quienes lo hacen en otros momentos convenientes. Lo importante es leerla con regularidad. Luego, dediquemos un rato a meditar sobre lo que hemos leído. Veamos algunos ejemplos de personas que se beneficiaron de leer la Palabra de Dios y meditar sobre ella.

      Un salmista que amaba la ley de Dios

      5, 6. Aunque no conozcamos su nombre, ¿qué podemos saber del escritor del Salmo 119 al leer lo que escribió y meditar sobre ello?

      5 El escritor del Salmo 119 apreciaba profundamente la Palabra de Dios. ¿Quién escribió ese salmo? La Biblia no lo dice. Sin embargo, el contexto nos permite conocer algunos detalles que nos indican que no tuvo una vida fácil. Algunos de sus compañeros, supuestos adoradores de Jehová, no amaban los principios bíblicos como él. No obstante, el salmista no permitió que la actitud de aquellos hombres le impidiera hacer lo que era debido (Salmo 119:23). Si vivimos o trabajamos con alguien que no respeta las normas bíblicas, es posible que veamos similitudes entre la situación del escritor del salmo y la nuestra.

      6 Aunque el salmista era un hombre piadoso, no adolecía de un sentimiento de superioridad moral. Reconocía con franqueza sus propias imperfecciones (Salmo 119:5, 6, 67). Sin embargo, no permitió que el pecado lo controlara. “¿Cómo limpiará un joven su senda?”, se preguntó. Y respondió: “Manteniéndose alerta conforme a tu palabra” (Salmo 119:9). Luego, subrayando la influencia positiva de la Palabra de Dios, el salmista añadió: “En mi corazón he guardado cual tesoro tu dicho, a fin de no pecar contra ti” (Salmo 119:11). Una fuerza que pueda ayudarnos a no pecar contra Dios tiene que ser verdaderamente poderosa.

      7. ¿Por qué deben ser especialmente conscientes los jóvenes en cuanto a la necesidad de leer la Biblia todos los días?

      7 Los jóvenes cristianos hacen bien en reflexionar sobre las palabras del salmista, pues se ven sometidos a muchas presiones. Al Diablo le encantaría corromper a la nueva generación de adoradores de Jehová. Su objetivo es tentar a los jóvenes cristianos para que se entreguen a los deseos carnales y quebranten las leyes de Dios. Las películas y los programas de televisión a menudo reflejan el modo de pensar del Diablo. Las estrellas de tales programas parecen atractivas y simpáticas, y las relaciones inmorales que mantienen se presentan como normales. El mensaje es: “Está bien que los no casados tengan relaciones sexuales en tanto se amen mutuamente”. Lamentablemente, todos los años varios jóvenes cristianos sucumben a tal modo de pensar, y la fe de algunos naufraga. De modo que la presión es fuerte. Pero ¿es tan intensa que es imposible que los jóvenes cristianos la superen? De ninguna manera. Jehová ha provisto el medio para que los cristianos jóvenes venzan los deseos insanos. Pueden resistir todas las armas del Diablo ‘manteniéndose alerta conforme a la Palabra de Dios, guardando cual tesoro los dichos de Dios en su corazón’. ¿Cuánto tiempo inviertes regularmente en la lectura personal de la Biblia y en meditar sobre su contenido?

      8. ¿Cómo pueden ayudarnos los ejemplos que se citan en este párrafo a valorar más la Ley mosaica?

      8 El escritor del Salmo 119 exclamó: “¡Cómo amo tu ley [...]!” (Salmo 119:97). ¿A qué ley se refería? A la palabra revelada de Jehová, que incluye el código de la Ley mosaica. Quizá haya quienes desechen a primera vista el código de la Ley por anticuado y se pregunten cómo puede alguien amarlo. Sin embargo, al meditar sobre los diferentes rasgos de la Ley mosaica, como lo hizo el salmista, podemos percibir la sabiduría que encierra esa Ley. Aparte de sus muchos aspectos proféticos, se encuentran en ella estipulaciones sanitarias y dietéticas, que fomentaban la limpieza y la buena salud (Levítico 7:23, 24, 26; 11:2-8). La Ley promovía la honradez en los negocios y exhortaba a los israelitas a compadecerse de sus congéneres necesitados (Éxodo 22:26, 27; 23:6; Levítico 19:35, 36; Deuteronomio 24:17-21). Las decisiones judiciales tenían que ser imparciales (Deuteronomio 16:19; 19:15). Cuando el escritor del Salmo 119 tuvo más experiencia en la vida, pudo comprobar lo bien que les resultaban las cosas a los que seguían la Ley de Dios, lo cual acrecentó el amor que le profesaba. De igual modo hoy, el amor y el aprecio que los cristianos tienen a la Palabra de Dios se intensifica a medida que experimentan los buenos resultados de observar los principios bíblicos en su vida.

      Un príncipe que se atrevió a ser diferente

      9. ¿Qué actitud cultivó Ezequías con respecto a la Palabra de Dios?

      9 El contenido del Salmo 119 encaja bien con lo que sabemos de Ezequías cuando aún era un príncipe joven. Según algunos biblistas, él fue el escritor de ese salmo. Aunque esa afirmación no está confirmada, lo que sí sabemos es que Ezequías profesaba un gran respeto a la Palabra de Dios. Su vida demostró que concordaba de corazón con las palabras de Salmo 119:97. La Biblia dice de Ezequías: “Él siguió adhiriéndose a Jehová. No se desvió de seguirlo, sino que continuó guardando sus mandamientos que Jehová había mandado a Moisés” (2 Reyes 18:6).

      10. ¿Qué ánimo pueden obtener del ejemplo de Ezequías los cristianos que no han sido criados por padres piadosos?

      10 Ezequías no fue criado en el seno de una familia piadosa. Su padre, el rey Acaz, fue un infiel idólatra que quemó vivo por lo menos a uno de sus hijos —un hermano de Ezequías— como sacrificio a un dios falso (2 Reyes 16:3). Pese a ese mal ejemplo, Ezequías pudo ‘limpiar su senda’ de influencias paganas familiarizándose con la Palabra de Dios (2 Crónicas 29:2).

      11. ¿Qué pudo comprobar Ezequías en cuanto a los resultados de los actos de su padre infiel?

      11 Ezequías vio por sí mismo, a medida que crecía, cómo se encargaba su padre idólatra de los asuntos de Estado. Judá estaba rodeada de enemigos. Por ejemplo, Rezín, el rey de Siria, se alió con el rey Péqah de Israel para sitiar Jerusalén (2 Reyes 16:5, 6). Los edomitas y los filisteos hicieron incursiones en Judá y hasta tomaron algunas ciudades (2 Crónicas 28:16-19). ¿Cómo reaccionó Acaz en esos momentos difíciles? En vez de pedir a Jehová que lo ayudara contra Siria, recurrió al rey de Asiria, sobornándolo con oro y plata tomados del tesoro del templo. Pero esta maniobra no resultó en paz duradera para Judá (2 Reyes 16:6, 8).

      12. ¿Qué impidió que Ezequías repitiera los errores de su padre?

      12 Con el tiempo, Acaz murió y Ezequías ascendió al trono a los 25 años de edad (2 Crónicas 29:1). Era relativamente joven, lo cual no impidió que fuera un buen rey. Ezequías no imitó la conducta de su padre infiel, sino que observó la Ley de Jehová, que incluía un mandato especial para los reyes: “Cuando [el rey] se siente sobre el trono de su reino, tiene que escribir para sí en un libro una copia de esta ley, de aquella que está a cargo de los sacerdotes, los levitas. Y esta tiene que continuar con él, y él tiene que leer en ella todos los días de su vida, a fin de que aprenda a temer a Jehová su Dios para guardar todas las palabras de esta ley” (Deuteronomio 17:18, 19). Al leer la Palabra de Dios todos los días, aprendería el temor de Jehová y evitaría los errores de su padre impío.

      13. ¿Cómo puede estar seguro el cristiano de que, en sentido espiritual, todo lo que haga tenga éxito?

      13 No se dijo solo a los reyes de Israel que meditaran constantemente sobre la Palabra de Dios, sino que este era el deber de todos los israelitas piadosos. El primer Salmo describe al hombre verdaderamente feliz como alguien cuyo “deleite está en la ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja” (Salmo 1:1, 2). De tal hombre, el salmista dice: “Todo lo que haga tendrá éxito” (Salmo 1:3). Por el contrario, del que no tiene fe en Jehová Dios la Biblia dice: “Es un hombre indeciso, inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:8). Todos queremos ser felices y tener éxito. La lectura regular y con sentido de la Biblia puede contribuir a nuestra felicidad.

      La Palabra de Dios sostuvo a Jesús

      14. ¿Cómo demostró Jesús que amaba la Palabra de Dios?

      14 Una vez los padres de Jesús lo encontraron sentado en medio de los maestros en el templo de Jerusalén. Estos expertos en la Ley de Dios “quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas” (Lucas 2:46, 47). El incidente tuvo lugar cuando Jesús contaba 12 años de edad. Está claro que Jesús, aun de niño, amaba la Palabra de Dios. Posteriormente, utilizó las Escrituras para reprender al Diablo, diciendo: “No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová” (Mateo 4:3-10). Poco después, predicó a los habitantes de su ciudad, Nazaret, utilizando las Escrituras (Lucas 4:16-21).

      15. ¿Cómo dio Jesús el ejemplo al predicar al prójimo?

      15 Jesús citó frecuentemente de la Palabra de Dios para apoyar sus enseñanzas. Sus oyentes ‘quedaban atónitos por su modo de enseñar’ (Mateo 7:28). Y no es de extrañar, pues las enseñanzas de Jesús procedían de Jehová Dios mismo. Él dijo: “Lo que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me ha enviado. El que habla por sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que lo envió, este es veraz, y no hay injusticia en él” (Juan 7:16, 18).

      16. ¿Hasta qué grado demostró Jesús que amaba la Palabra de Dios?

      16 A diferencia del escritor del Salmo 119, en Jesús ‘no había injusticia’. Era el Hijo de Dios, sin pecado, que “se humilló y se hizo obediente hasta la muerte” (Filipenses 2:8; Hebreos 7:26). Sin embargo, aun siendo perfecto, estudió y obedeció la Ley de Dios. Este fue un factor clave que le permitió mantenerse íntegro. Cuando Pedro usó una espada a fin de impedir que se arrestara a su Maestro, Jesús reprendió al apóstol y le preguntó: “¿Crees que no puedo apelar a mi Padre para que me suministre en este momento más de doce legiones de ángeles? En tal caso, ¿cómo se cumplirían las Escrituras en el sentido de que tiene que suceder de esta manera?” (Mateo 26:53, 54). En efecto, el cumplimiento de las Escrituras significaba más para Jesús que escapar de una muerte cruel y humillante. ¡Qué sobresaliente amor a la Palabra de Dios!

      Otros imitadores de Cristo

      17. ¿Qué importancia tenía la Palabra de Dios para el apóstol Pablo?

      17 El apóstol Pablo escribió a sus compañeros cristianos: “Háganse imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo” (1 Corintios 11:1). Al igual que su Maestro, Pablo amaba las Escrituras, pues confesó: “En lo íntimo de mi ser, me complazco en la Ley de Dios” (Romanos 7:22, Serafín de Ausejo, 1976). Pablo citaba con frecuencia de la Palabra de Dios (Hechos 13:32-41; 17:2, 3; 28:23). Cuando dio las instrucciones finales a Timoteo, un amado ministro compañero suyo, recalcó el papel importante que la Palabra de Dios debía desempeñar en la vida diaria de todo “hombre de Dios” (2 Timoteo 3:15-17).

      18. Mencione un ejemplo de tiempos modernos de alguien que respetó la Palabra de Dios.

      18 Muchos siervos fieles de Jehová de tiempos modernos han imitado de igual modo el amor que Jesús tuvo a la Palabra de Dios. A principios de este siglo, un joven recibió una Biblia de una amiga. Luego explicó el efecto que tuvo en él aquel valioso regalo: “Me resolví a leer sin falta una parte de la Biblia todos los días”. Aquel joven era Frederick Franz, y su amor a la Biblia le permitió disfrutar de una vida larga y satisfactoria de servicio a Jehová. Se le recuerda con cariño por recitar de memoria capítulos enteros de la Biblia.

      19. ¿Cómo programan algunos hermanos su lectura semanal de la Biblia para la Escuela del Ministerio Teocrático?

      19 Los testigos de Jehová conceden mucha importancia a la lectura regular de la Biblia. Todas las semanas leen varios capítulos de esta como parte de la preparación para una de sus reuniones, la Escuela del Ministerio Teocrático. Durante esta reunión se comentan algunos de los puntos principales de la lectura bíblica programada. A algunos Testigos les resulta práctico dividir esa lectura semanal en siete secciones más pequeñas y leer una de ellas todos los días. Después de hacerlo, reflexionan sobre lo que han leído. Y, de ser posible, buscan información complementaria en otras publicaciones bíblicas.

      20. ¿Qué tenemos que hacer a fin de disponer de tiempo para la lectura regular de la Biblia?

      20 Quizá tengamos que ‘comprar el tiempo’ de otras actividades a fin de leer la Biblia con regularidad (Efesios 5:16). Sin embargo, los beneficios superarán con creces cualquier sacrificio que haya que hacer. A medida que desarrollemos el hábito de leer la Biblia todos los días, nuestro amor por la Palabra de Dios crecerá. En poco tiempo nos veremos motivados a decir con el salmista: “¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día ella es mi interés intenso” (Salmo 119:97). Tal actitud nos será de gran beneficio ahora y en el futuro, como veremos en el siguiente artículo.

  • Beneficios de amar la Palabra de Dios
    La Atalaya 1999 | 1 de noviembre
    • Beneficios de amar la Palabra de Dios

      “Ámala [la sabiduría], y ella te salvaguardará. [...] Te glorificará porque la abrazas.” (PROVERBIOS 4:6, 8.)

      1. ¿Qué implica el verdadero amor a la Palabra de Dios?

      LEER la Biblia es esencial para los cristianos. Sin embargo, su mera lectura no es de por sí indicación de que se ama la Palabra de Dios. ¿Qué podría decirse de alguien que leyera la Biblia, pero que luego practicara lo que esta condena? Obviamente, tal persona no amaría la Palabra de Dios como la amó el escritor del Salmo 119. Amar la Palabra de Dios significaría vivir en armonía con sus requisitos (Salmo 119:97, 101, 105).

      2. ¿Que beneficios reporta la sabiduría basada en la Palabra de Dios?

      2 Vivir en armonía con la Palabra de Dios requiere corregir constantemente la manera de pensar y de vivir. Tal proceder refleja sabiduría piadosa, que supone hacer una aplicación práctica del conocimiento y el entendimiento que se consiguen al estudiar la Biblia. “Ámala [la sabiduría], y ella te salvaguardará. Estímala altamente, y ella te ensalzará. Te glorificará porque la abrazas. Dará a tu cabeza una guirnalda de encanto; te otorgará una corona de hermosura.” (Proverbios 4:6, 8, 9.) Este es un buen incentivo para cultivar amor a la Palabra de Dios y dejarse guiar por ella. ¿Quién no quiere ser salvaguardado, ensalzado y glorificado?

      Protección contra el daño permanente

      3. ¿Por qué necesitan los cristianos más que nunca que se les salvaguarde, y de quiénes?

      3 ¿De qué manera nos salvaguarda la sabiduría que conseguimos al estudiar y seguir la Palabra de Dios? Por una parte, nos salvaguarda de Satanás el Diablo. Jesús enseñó a sus seguidores a pedir en oración que se les librara del inicuo, Satanás (Mateo 6:13). En la actualidad, es muy urgente incluir esta petición en nuestras oraciones. Satanás y sus demonios fueron arrojados del cielo después de 1914, y por ello el Diablo tiene ‘gran cólera, sabiendo que le queda un corto espacio de tiempo’ (Revelación [Apocalipsis] 12:9, 10, 12). En esta fecha tardía su cólera debe estar al rojo vivo, pues está perdiendo la guerra contra aquellos que “observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar testimonio de Jesús” (Revelación 12:17).

      4. ¿Cómo se salvaguarda a los cristianos de las presiones y trampas satánicas?

      4 En su ira, Satanás continúa fomentando dificultades y persecución violenta contra estos ministros cristianos, o poniendo otros obstáculos a su actividad. También intenta hacer que los proclamadores del Reino se interesen, por ejemplo, en la prominencia mundana, el ocio, la adquisición de bienes materiales y la búsqueda de placeres, más bien que en la obra de predicar el Reino. ¿Qué salvaguarda a los siervos fieles de Dios para que no se rindan ante la presión de Satanás ni caigan en sus trampas? La oración, la estrecha relación personal con Jehová y la fe en la seguridad de Sus promesas son sin duda factores fundamentales. Pero todo ello está relacionado con el conocimiento y acatamiento de los recordatorios de la Palabra de Dios. Estos nos llegan por medio de la lectura de la Biblia y las publicaciones bíblicas, la asistencia a las reuniones cristianas, el consejo bíblico que pueda darnos un hermano en la fe, o simplemente meditando con oración sobre los principios bíblicos que el espíritu de Dios nos ayuda a recordar (Isaías 30:21; Juan 14:26; 1 Juan 2:15-17).

      5. ¿De qué maneras nos salvaguarda la sabiduría basada en la Palabra de Dios?

      5 A los que aman la Palabra de Dios se les salvaguarda de otras maneras. Por ejemplo, estos evitan la angustia emocional y las enfermedades físicas que resultan de prácticas como el consumo de drogas, el fumar y la inmoralidad sexual (1 Corintios 5:11; 2 Corintios 7:1). No contribuyen al deterioro de las relaciones contando chismes ni hablando de manera descortés (Efesios 4:31). Tampoco les asalta la duda por ahondar en las engañosas filosofías de la sabiduría del mundo (1 Corintios 3:19). El amor a la Palabra de Dios los salvaguarda de todo aquello que pueda privarlos de su relación con Dios y de la esperanza de la vida eterna. Se mantienen ocupados ayudando al prójimo a poner fe en las maravillosas promesas de la Biblia, sabiendo que de esta manera ‘se salvarán a sí mismos y también a los que les escuchan’ (1 Timoteo 4:16).

      6. ¿Cómo puede salvaguardarnos aun en circunstancias difíciles la sabiduría basada en la Palabra de Dios?

      6 Es cierto que todos, aun los que amamos la Palabra de Dios, estamos sujetos al “tiempo y el suceso imprevisto” (Eclesiastés 9:11). Es inevitable que algunos seamos víctimas de desastres naturales, enfermedades graves, accidentes o de una muerte prematura. En cualquier caso, estamos salvaguardados. Ninguna calamidad puede dañar de manera permanente a quienes verdaderamente aman la Palabra de Dios. De modo que no deberíamos preocuparnos demasiado por lo que pueda suceder en el futuro. Después de haber tomado todas las precauciones razonables, es mejor dejar los asuntos en manos de Jehová y no permitir que la inseguridad de la vida actual nos arrebate la paz (Mateo 6:33, 34; Filipenses 4:6, 7). Tengamos presente la certeza de la esperanza de la resurrección y de una vida mejor cuando Dios ‘haga nuevas todas las cosas’ (Revelación 21:5; Juan 11:25).

      Demostremos ser “tierra buena”

      7. ¿Qué ilustración relató Jesús a las muchedumbres que acudieron a escucharle?

      7 En una de las parábolas de Jesús se destaca la importancia de tener un punto de vista apropiado sobre la Palabra de Dios. Cuando Jesús proclamaba las buenas nuevas por Palestina, las muchedumbres se reunían para oírlo (Lucas 8:1, 4). Sin embargo, no todos amaban realmente la Palabra de Dios. Muchos acudían a oírle porque querían ver milagros o porque les gustaba su maravillosa manera de enseñar. Por ello, Jesús relató a las muchedumbres una ilustración: “Un sembrador salió a sembrar su semilla. Pues bien, al ir sembrando, parte de ella cayó a lo largo del camino y fue hollada, y las aves del cielo se la comieron. Otra parte cayó sobre la masa rocosa, y, después de brotar, se secó por no tener humedad. Otra parte cayó entre los espinos, y los espinos que crecieron con ella la ahogaron. Otra parte cayó sobre la tierra buena, y, después de brotar, produjo fruto de a ciento por uno” (Lucas 8:5-8).

      8. ¿Qué representa la semilla de la ilustración de Jesús?

      8 La parábola de Jesús indicó que la gente respondería de diferentes maneras a la predicación de las buenas nuevas, según su condición de corazón. La semilla que se siembra es “la palabra de Dios” (Lucas 8:11). O, según otra versión de la parábola, “la palabra del reino” (Mateo 13:19). Jesús pudo utilizar cualquiera de esas expresiones, porque el tema de la Palabra de Dios es el Reino celestial, con Jesucristo como Rey, mediante el cual Jehová vindicará Su soberanía y santificará Su nombre (Mateo 6:9, 10). Así, la semilla es de hecho el mensaje de las buenas nuevas que contiene la Palabra de Dios, la Biblia. Los testigos de Jehová destacan este mensaje del Reino cuando siembran la semilla tal como lo hizo el Sembrador original, Jesucristo. ¿Qué respuesta hallan?

      9. ¿Qué representa la semilla que cae a) a lo largo del camino? b) sobre la roca? c) en terreno espinoso?

      9 Jesús dijo que parte de la semilla cae en el camino y es hollada. Esta circunstancia hace alusión a las personas que están demasiado absortas en sus asuntos como para que la semilla del Reino arraigue en su corazón. Antes de que lleguen a amar la Palabra de Dios, “viene el Diablo y quita la palabra de su corazón para que no crean y sean salvos” (Lucas 8:12). Parte de la semilla cae en la roca. Esta alude a la gente que se siente atraída por el mensaje de la Biblia, pero que no permite que este afecte su corazón. Cuando se les presenta oposición o cuando resulta difícil seguir el consejo de la Biblia, “se apartan” porque no tienen raíz (Lucas 8:13). Luego están aquellos que oyen la palabra, pero que se hallan demasiado preocupados por “las inquietudes y las riquezas y los placeres de esta vida”. Con el tiempo “son completamente ahogados”, como en el caso de las plantas que los espinos sofocan (Lucas 8:14).

      10, 11. a) ¿A quiénes representa la buena tierra? b) ¿Qué debemos hacer para ‘retener’ la Palabra de Dios en el corazón?

      10 Finalmente está la semilla que cae en buena tierra. Esta tiene que ver con la gente que recibe el mensaje “con un corazón excelente y bueno”. Naturalmente, todos quisiéramos creer que pertenecemos a esta categoría. Pero, al fin y al cabo lo que cuenta es el punto de vista de Dios (Proverbios 17:3; 1 Corintios 4:4, 5). Su Palabra dice que el hecho de tener “un corazón excelente y bueno” se demuestra por el modo de actuar desde el tiempo presente hasta la muerte o hasta que Dios ponga fin a este inicuo sistema de cosas. Está muy bien que nuestra respuesta inicial al mensaje del Reino sea positiva. Sin embargo, los que tienen un corazón excelente y bueno aceptan la Palabra de Dios y “la retienen y llevan fruto con aguante” (Lucas 8:15).

      11 La única manera segura de retener la Palabra de Dios en nuestro corazón es leerla y estudiarla en privado y en compañía de nuestros hermanos en la fe. Ello incluye aprovecharse plenamente del alimento espiritual provisto por el conducto designado para atender los intereses espirituales de los verdaderos seguidores de Jesús (Mateo 24:45-47). Así, el amor motiva a los que retienen la Palabra de Dios en su corazón a ‘llevar fruto con aguante’.

      12. ¿Qué fruto debemos llevar con aguante?

      12 ¿Qué fruto produce la tierra excelente? En el mundo físico, la semilla se convierte en una planta que lleva fruto dotado de la misma clase de semilla, la cual luego puede sembrarse para que produzca más fruto. De igual modo, la semilla de la palabra crece en aquellos que tienen un corazón excelente y bueno, y los hace progresar en sentido espiritual hasta que ellos mismos pueden sembrar la semilla en el corazón de otras personas (Mateo 28:19, 20). Su obra de sembrar se caracteriza además por el aguante. Jesús mostró la importancia del aguante al sembrar cuando dijo: “El que haya aguantado hasta el fin es el que será salvo. Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:13, 14).

      ‘Llevemos fruto en toda buena obra’

      13. ¿Cómo relacionó Pablo en oración el llevar fruto con el conocimiento de la Palabra de Dios?

      13 El apóstol Pablo habló también de la necesidad de llevar fruto, y relacionó esta acción con la Palabra de Dios. Pidió en oración que a sus hermanos en la fe “se les [llenara] del conocimiento exacto de [la] voluntad [de Dios] en toda sabiduría y comprensión espiritual, para que [anduvieran] de una manera digna de Jehová a fin de que le [agradaran] plenamente mientras [seguían] llevando fruto en toda buena obra” (Colosenses 1:9, 10; Filipenses 1:9-11).

      14-16. ¿Qué fruto producen los que aman la Palabra de Dios, según la oración de Pablo?

      14 Pablo muestra así que conseguir conocimiento de la Biblia no es un fin en sí mismo, sino que el amor a la Palabra de Dios debe motivarnos a ‘andar de una manera digna de Jehová’ al ‘llevar fruto en toda buena obra’. ¿Qué buenas obras? La predicación de las buenas nuevas del Reino es la principal tarea que se ha encomendado a los cristianos en estos últimos días (Marcos 13:10). Además, los que aman la Palabra de Dios hacen todo lo posible por apoyar económicamente esta obra de manera regular. Lo consideran un privilegio, pues saben que “Dios ama al dador alegre” (2 Corintios 9:7). Sus contribuciones se utilizan para sufragar los gastos de funcionamiento de más de cien complejos de Betel, desde los que se dirige la actividad de la predicación del Reino y en algunos de los cuales se imprimen Biblias y publicaciones bíblicas. Esas contribuciones también ayudan a sufragar los gastos de grandes asambleas cristianas y de los superintendentes viajantes, misioneros y otros evangelizadores de tiempo completo.

      15 Otras buenas obras tienen que ver con la construcción y mantenimiento de los centros que se usan para la adoración verdadera. El amor a la Palabra de Dios motiva a Sus siervos a no descuidar los Salones de Asambleas ni los Salones del Reino (compárese con Nehemías 10:39). Dado que el nombre de Dios aparece en la fachada de estos edificios, es muy importante que se mantengan limpios y atractivos tanto por dentro como por fuera, y que la conducta de los que asisten a ellos sea irreprochable (2 Corintios 6:3). A algunos cristianos les es posible hacer aún más. El amor a la Palabra de Dios los motiva a viajar largas distancias a fin de participar en la construcción de nuevos lugares de culto en zonas del mundo donde se les necesita debido a la falta de medios o de especialistas (2 Corintios 8:14).

      16 ‘Llevar fruto en toda buena obra’ también significa atender las obligaciones familiares e interesarse por los compañeros cristianos. El amor a la Palabra de Dios hace que seamos sensibles a las necesidades de “los que están relacionados con nosotros en la fe” y que ‘practiquemos devoción piadosa en nuestra propia casa’ (Gálatas 6:10; 1 Timoteo 5:4, 8). A este respecto, es una buena obra visitar a los enfermos y consolar a los que están de duelo. También efectúan una obra excelente los ancianos de las congregaciones y los Comités de Enlace con los Hospitales que ayudan a quienes se enfrentan a situaciones médicas delicadas (Hechos 15:29). Luego están los muchos desastres, algunos de ellos naturales y otros causados por la insensatez humana. Con la ayuda del espíritu de Dios, los testigos de Jehová se han labrado una buena reputación en muchas partes de la Tierra al socorrer con prontitud a sus hermanos en la fe y otras víctimas de catástrofes y accidentes. Todo ello es parte del buen fruto que manifiestan los que aman la Palabra de Dios.

      Gloriosos beneficios futuros

      17, 18. a) ¿Qué logra la siembra de la semilla del Reino? b) ¿Qué impresionantes acontecimientos verán pronto los que aman la Palabra de Dios?

      17 La siembra de la semilla del Reino continúa produciendo grandes beneficios para la humanidad. En los últimos años, más de trescientas mil personas han permitido anualmente que arraigue en su corazón el mensaje de la Palabra de Dios al grado de dedicar su vida a Jehová y simbolizar esa dedicación mediante el bautismo en agua. ¡Qué glorioso futuro les aguarda!

      18 Los que aman la Palabra de Dios saben que pronto Jehová actuará para engrandecer su nombre. “Babilonia la Grande”, el imperio mundial de la religión falsa, será destruida (Revelación 18:2, 8). A continuación el Rey Jesucristo dará muerte a los que no quieran vivir en conformidad con la Palabra de Dios (Salmo 2:9-11; Daniel 2:44). Luego el Reino de Dios eliminará para siempre el crimen, la guerra y otros desastres. Ya no habrá necesidad de consolar a la gente por causa del dolor, la enfermedad o la muerte (Revelación 21:3, 4).

      19, 20. ¿Qué glorioso futuro espera a los que verdaderamente aman la Palabra de Dios?

      19 En aquel tiempo los que aman la Palabra de Dios efectuarán gloriosas buenas obras. Los supervivientes de Armagedón empezarán la gozosa tarea de transformar esta Tierra en un paraíso. Tendrán el emocionante privilegio de hacer los preparativos para satisfacer las necesidades de los humanos muertos que ahora descansan en la tumba y a quienes Dios tiene en su memoria con la perspectiva de recibir una resurrección (Juan 5:28, 29). Entonces los habitantes de la Tierra disfrutarán de la guía perfecta del Señor Soberano, Jehová, mediante su Hijo ensalzado, Jesucristo. ‘Se abrirán rollos’ que revelarán las instrucciones de Jehová para la vida en el nuevo mundo (Revelación 20:12).

      20 Al debido tiempo de Jehová, el grupo completo de fieles cristianos ungidos habrá sido levantado para su recompensa celestial como ‘coherederos de Cristo’ (Romanos 8:17). Durante el Reinado de Mil Años de Cristo se elevará a la perfección mental y corporal a todos los seres humanos de la Tierra que amen la Palabra de Dios. Cuando demuestren su fidelidad en una prueba final, se les recompensará con la vida eterna y disfrutarán de “la gloriosa libertad de los hijos de Dios” (Romanos 8:21; Revelación 20:1-3, 7-10). ¡Qué maravilloso será ese tiempo! Sea que Jehová nos haya dado una esperanza celestial o terrenal, el amor permanente a su Palabra y la determinación de vivir según la sabiduría divina será una salvaguarda. Y, en el futuro, ‘nos glorificará porque la abrazamos’ (Proverbios 4:6, 8).

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