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    ¡Despertad! 2011 | mayo
    • Un libro digno de confianza. Séptima parte

      La séptima potencia mundial

      Este es el último de la serie de artículos publicados en ¡Despertad! sobre las siete potencias mundiales de la historia bíblica. Su objetivo es demostrar que la Biblia es confiable e inspirada por Dios y que transmite el esperanzador mensaje de que por fin acabará el sufrimiento causado por la cruel dominación del hombre por el hombre.

      VIVIMOS en un tiempo muy especial y significativo: el tiempo en que aparecería la séptima potencia mundial de la historia bíblica. Esta es, además, la única potencia anunciada como profecía pura, ya que las seis anteriores estaban entretejidas en la trama histórica de la Biblia. Con respecto a las siete potencias, o “reyes”, se pronosticó: “Hay siete reyes: cinco han caído, uno es, el otro todavía no ha llegado, pero cuando sí llegue tiene que permanecer un corto tiempo” (Revelación [Apocalipsis] 17:10).a

      Cuando se escribieron esas palabras, hace más de mil novecientos años, cinco de los siete reyes, o imperios políticos, habían caído, a saber: Egipto, Asiria, Babilonia, Medopersia y Grecia. La expresión “uno es” hace alusión a Roma. Pero Roma no perduraría para siempre. Otro imperio la sucedería, aunque según la profecía todavía no había llegado. Conforme a la predicción bíblica, el séptimo “rey” irrumpió en la escena mundial. ¿Quién resultó ser? ¿Dominará indefinidamente? Si no, ¿cómo desaparecerá de escena? La Biblia no nos deja en la ignorancia respecto a este asunto.

      Profecía confiable

      La séptima potencia empezó a tomar forma cuando Inglaterra, situada en el extremo noroccidental del Imperio romano, emergió de la oscuridad. Para la década de 1760, esta isla-nación se había convertido en el poderoso Imperio británico. Gran Bretaña fue aumentando en poder y riquezas, y ya para el siglo XIX era la nación más rica y poderosa del planeta. “El Imperio británico [...] era el mayor jamás visto en el mundo [...]. Tenía una población de 372 millones de habitantes y abarcaba una extensión de más de 28.000.000 de kilómetros cuadrados [11.000.000 de millas cuadradas].” (Britain 1846-1964: The Challenge of Change.)

      ALIANZA NOTABLE

      En una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro David Cameron, del Reino Unido, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó en julio de 2010: “Nunca está de más decirlo: Estados Unidos y el Reino Unido gozan de una relación verdaderamente especial; celebramos una herencia común; defendemos los mismos valores. [...] Sobre todo, nuestra alianza crece porque promueve nuestros intereses comunes. [...] Cuando Estados Unidos y el Reino Unido actúan juntos, nuestros pueblos —y los de todo el mundo— están más seguros y son más prósperos. Resumiendo, Estados Unidos no tiene un aliado más cercano ni un socio más poderoso que Gran Bretaña”.

      Sin embargo, la primera guerra mundial (1914-1918) llevó a Gran Bretaña a forjar un vínculo especial con Estados Unidos, una antigua colonia; como consecuencia, el Imperio británico dio paso a la alianza angloamericana. Esta es, en muchos sentidos, una potencia dual de habla inglesa que ha subsistido hasta el presente (véase el recuadro “Alianza notable”).

      La profecía de Revelación 17:10 complementa a otra contenida en el libro de Daniel. Este profeta escribió sobre una “imagen inmensa” que contempló el rey babilonio Nabucodonosor en una visión dada por Dios (Daniel 2:28, 31-43). Daniel hizo saber al monarca que las distintas secciones de la imagen representaban los imperios políticos que se sucederían a partir de Babilonia, la potencia mundial de aquella época (Egipto y Asiria ya habían ascendido y caído). La historia confirma lo siguiente:

      La cabeza de oro representó al Imperio babilónico.

      El pecho y los brazos de plata simbolizaron a Medopersia.

      El vientre y los muslos de cobre señalaron a la antigua Grecia.

      Las piernas de hierro prefiguraron al Imperio romano.

      Los pies, de una amalgama de hierro y barro, simbolizaron la falta de cohesión social y política que existiría durante el dominio de la potencia mundial angloamericana.

      Según Revelación 17:10, la séptima potencia mundial “tiene que permanecer un corto tiempo”.

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