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La última de las grandes potencias mundialesLa Atalaya 1988 | 15 de mayo
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Hace casi 1900 años, cuando se escribió el libro bíblico de Revelación, se dijo en él que cinco “reyes”, o potencias mundiales, ya habían existido. Estas potencias fueron: Egipto, Asiria, Babilonia, Medopersia y Grecia. La sexta potencia mundial, Roma, todavía ‘era’, pero la séptima no había llegado todavía. (Revelación 17:10.)
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La última de las grandes potencias mundialesLa Atalaya 1988 | 15 de mayo
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Después, en el siglo XVIII, ingleses y franceses pelearon en lugares tan distantes entre sí como la América del Norte y la India, situación que culminó en el Tratado de París en 1763. Sobre este tratado William B. Willcox escribió, en su libro Star of Empire—A Study of Britain as a World Power (Estrella imperial.—Un estudio de Gran Bretaña como potencia mundial), que aunque el tratado daba la impresión de ser un acomodo, “en realidad reconoció la nueva posición de Gran Bretaña como la potencia europea que predominaba en el mundo de más allá de Europa”.
Otros historiadores concuerdan con eso, diciendo: “De dos siglos de guerra con españoles, holandeses y franceses, Gran Bretaña salió en 1763 en la condición de principal potencia comercial y colonial del mundo” (Modern Europe to 1870). “En 1763 el Imperio Británico se extendía por el mundo como una Roma revivificada y agrandada.” “Surgió de las guerras de a mediados del siglo como el más grande imperio y la más fuerte —y más profundamente odiada— potencia del mundo.” (Navy and Empire [Armada e imperio], por James L. Stokesbury.) Sí, este ‘cuerno pequeño’ se había convertido en la séptima potencia mundial de la historia bíblica.
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