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Un padre con hijos rebeldesLas profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
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b Las palabras de Isaías reflejan la práctica médica de su tiempo. El investigador de la Biblia E. H. Plumptre señala: “‘Cerrar’ o ‘apretar’ la herida purulenta, para limpiarla de pus, era lo primero que se intentaba; a continuación se ‘vendaba’ con una cataplasma —como en el caso de Ezequías (Isaías cap. XXXVIII, vs 21)—, y luego se usaba algún aceite tónico o ungüento —probablemente aceite y vino, como en Lucas X, 34— para limpiar la úlcera”.
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Un padre con hijos rebeldesLas profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
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13, 14. a) ¿Qué lesiones se le han causado a Judá? b) ¿Hacen los sufrimientos de Judá que esta recapacite en cuanto a su proceder de rebeldía?
13 Isaías sigue describiendo el lamentable estado de Judá: “Heridas y magulladuras y contusiones frescas... no han sido exprimidas ni vendadas, ni ha habido ablandamiento con aceite”(Isaías 1:6b). El profeta hace alusión a tres tipos de lesiones: heridas (cortaduras, como las infligidas con una espada o cuchillo), magulladuras (verdugones causados por golpes) y contusiones frescas (llagas recientes y abiertas que parecen incurables). La imagen que se presenta es la de un hombre al que se ha castigado con severidad de toda manera imaginable, sin que ninguna parte de su cuerpo haya quedado indemne. Judá está verdaderamente maltrecha.
14 ¿Hace la lamentable condición de Judá que esta se vuelva a Jehová? No. Judá es como el rebelde del que habla Proverbios 29:1: “Un hombre censurado repetidas veces, pero que hace dura su cerviz, de repente será quebrado, y eso sin curación”. La nación no parece tener cura. Como dice Isaías, sus heridas “no han sido exprimidas ni vendadas, ni ha habido ablandamiento con aceite”.b En cierto sentido, toda Judá es una llaga, abierta y sin vendar.
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