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  • La congregación refleja el punto de vista de Jehová sobre los pecadores
    La Atalaya (estudio) 2024 | agosto
    • ARTÍCULO DE ESTUDIO 33

      CANCIÓN 130 Aprendamos a perdonar

      La congregación refleja el punto de vista de Jehová sobre los pecadores

      “Si alguno comete un pecado, tenemos un ayudante” (1 JUAN 2:1).

      TEMA

      Qué aprendemos de la manera como se trató un caso de un pecado grave en la congregación de Corinto.

      1. ¿Cuál es el deseo de Jehová?

      JEHOVÁ creó a los seres humanos con libertad de elección. Todos los días usamos ese regalo al tomar decisiones. La decisión más importante que puede tomar una persona es la de dedicarse a Jehová y llegar a ser parte de su familia. De hecho, Jehová desea que todo el mundo tome esa decisión. ¿Por qué? Porque ama a las personas y quiere lo mejor para ellas. Quiere que disfruten de su amistad y vivan para siempre (Deut. 30:19, 20; Gál. 6:7, 8).

      2. ¿Qué quiere Jehová que hagan quienes han cometido un pecado grave y no se han arrepentido? (1 Juan 2:1).

      2 Jehová no obliga a nadie a servirle, sino que deja que cada uno decida lo que va a hacer. Ahora bien, ¿qué pasa si un cristiano bautizado comete un pecado grave? Si no se arrepiente, se le debe sacar de la congregación (1 Cor. 5:13). Pero, incluso en ese caso, Jehová desea de todo corazón que vuelva a él. De hecho, una razón importante por la que dio el rescate es para poder perdonar a quienes se arrepienten de sus pecados (lea 1 Juan 2:1). Nuestro Dios es tan amoroso que les tiende la mano a los pecadores y los anima a arrepentirse (Zac. 1:3; Rom. 2:4; Sant. 4:8).

      3. ¿Qué veremos en este artículo?

      3 Jehová quiere que imitemos su manera de ver los pecados y a quienes cometen pecados graves. Este artículo nos ayudará a lograrlo. Primero veremos cómo se trató en el siglo primero un caso de un pecado grave que hubo en la congregación de Corinto. Después analizaremos las instrucciones que dio el apóstol Pablo cuando el pecador se arrepintió. Y, por último, hablaremos de cómo Jehová ve a quienes cometen un pecado grave.

      CÓMO SE TRATÓ EN EL SIGLO PRIMERO UN CASO DE UN PECADO GRAVE

      4. ¿Qué estaba pasando en la congregación de Corinto? (1 Corintios 5:1, 2).

      4 (Lea 1 Corintios 5:1, 2). Durante su tercer viaje misionero, Pablo se enteró de algo terrible que estaba sucediendo en la recién formada congregación de Corinto: un cristiano estaba teniendo relaciones sexuales con su madrastra. Pablo describió esa situación como “un caso de inmoralidad tan grave que ni siquiera se da entre los no creyentes”. La congregación no solo toleraba su conducta, sino que es posible que hasta se sintiera orgullosa. Quizás algunos pensaban que eso demostraba lo misericordioso y comprensivo que es Dios con las imperfecciones humanas. Pero Jehová no tolera el pecado en su pueblo. Seguramente aquel hombre estaba dañando la buena reputación de la congregación con esa actitud tan descarada. Y también podía estar siendo una mala influencia para otros cristianos de la congregación. Entonces, ¿qué instrucciones les dio Pablo a los hermanos de Corinto?

      5. ¿Qué le escribió Pablo a la congregación, y qué quiso decir? (1 Corintios 5:13; vea también la imagen).

      5 (Lea 1 Corintios 5:13). Pablo les escribió por inspiración que debían sacar de la congregación al pecador que no se había arrepentido. ¿Cómo debían tratarlo los cristianos fieles? Pablo les dijo que dejaran de relacionarse con él y que ni siquiera comieran con él (1 Cor. 5:11). Cuando comemos con una persona, normalmente eso nos lleva a conversar y a pasar más tiempo con ella. Así que Pablo quiso decir que los hermanos de la congregación no debían socializar con aquel hombre. De esa manera se protegería a la congregación de su mala influencia (1 Cor. 5:5-7). Además, eso podría hacer que el hombre viera que había herido a Jehová, que sintiera vergüenza por lo que había hecho y que se sintiera motivado a arrepentirse.

      El apóstol Pablo escribe en un rollo.

      Por inspiración, Pablo les escribió a los corintios que sacaran de la congregación al pecador que no se había arrepentido. (Vea el párrafo 5).


      6. ¿Qué efecto tuvo la carta de Pablo en la congregación y en el pecador?

      6 Después de enviarle la carta a la congregación de Corinto, Pablo empezó a preguntarse cuál sería la reacción de los hermanos. Al cabo de un tiempo, Tito le dio una buenísima noticia: habían reaccionado bien y habían seguido las instrucciones del apóstol (2 Cor. 7:6, 7). Además, algún tiempo después de que Pablo enviara su carta, aquel hombre se arrepintió. Cambió su conducta y su actitud, y empezó a obedecer las justas normas de Jehová (2 Cor. 7:8-11). ¿Qué instrucciones le daría Pablo ahora a la congregación?

      CÓMO DEBÍA TRATAR LA CONGREGACIÓN AL PECADOR ARREPENTIDO

      7. ¿Qué se logró al sacar de la congregación al pecador? (2 Corintios 2:5-8).

      7 (Lea 2 Corintios 2:5-8). Pablo dijo: “Ese hombre ya tiene suficiente con la reprensión que le dio la mayoría”. En otras palabras, la disciplina había cumplido su objetivo: llevar a aquel hombre al arrepentimiento (Heb. 12:11).

      8. ¿Qué le dijo luego Pablo a la congregación?

      8 A continuación, Pablo les dijo lo que tenían que hacer con el hermano que había cometido ese pecado: “Deben perdonarlo bondadosamente y consolarlo”. Y añadió: “Les aconsejo que le confirmen que lo aman”. Como vemos, Pablo no solo quería que le permitieran volver a la congregación, sino que además le demostraran con sus palabras y sus acciones que de verdad lo habían perdonado y lo querían. Así aquel hombre arrepentido sentiría que los hermanos de la congregación se alegraban de que hubiera vuelto.

      9. ¿Por qué es posible que a algunos les costara perdonar al pecador que se había arrepentido?

      9 ¿Les costó a algunos hermanos recibir con los brazos abiertos a aquel pecador que se había arrepentido? El relato no lo dice, pero es posible. Al fin y al cabo, sus acciones habían perjudicado a la congregación en conjunto y tal vez habían herido a algunos hermanos en particular. Puede ser que a algunos les pareciera injusto que se recibiera con tanto cariño a aquel hombre que había hecho cosas terribles, cuando ellos se habían esforzado tanto por obedecer los mandatos de Jehová (compare con Lucas 15:28-30). Pero ¿por qué era tan importante que le demostraran amor sincero al hermano que había vuelto a la congregación?

      10, 11. Si los ancianos se hubieran negado a perdonar al pecador arrepentido, ¿qué podría haber pasado?

      10 ¿Qué habría pasado si los ancianos no le hubieran permitido volver a la congregación después de haberse arrepentido o si los hermanos de la congregación lo hubieran tratado sin cariño? El pecador arrepentido podría haberse sentido “abrumado por estar demasiado triste”. Podría haber pensado que era un caso perdido o incluso haber dejado de esforzarse por reparar su amistad con Jehová.

      11 Y eso no es lo peor. Si los hermanos de la congregación se hubieran negado a perdonar al pecador arrepentido, habrían puesto en peligro su propia amistad con Dios. ¿Por qué? Porque no habrían reflejado la actitud de Jehová —quien está dispuesto a perdonar a los pecadores que se arrepienten— sino la de Satanás, quien es duro y cruel. Habrían llegado a ser herramientas que el Diablo podría usar para destruir la espiritualidad de ese hombre (2 Cor. 2:10, 11; Efes. 4:27).

      12. ¿Cómo podía la congregación imitar a Jehová?

      12 Entonces, ¿cómo podía la congregación de Corinto imitar a Jehová y no a Satanás? Tratando a los pecadores arrepentidos igual que los trata Jehová. Fijémonos en lo que dijeron sobre Dios algunos escritores de la Biblia. David le dijo: “Eres bueno y estás dispuesto a perdonar” (Sal. 86:5). Miqueas escribió: “¿Quién es un Dios como tú, que perdona el error y pasa por alto la ofensa [...]?” (Miq. 7:18). Además, Isaías dijo: “Que el hombre malvado deje su camino y el hombre malo sus pensamientos; que regrese a Jehová, quien tendrá misericordia de él, que vuelva a nuestro Dios, pues lo perdonará generosamente” (Is. 55:7).

      13. ¿Por qué era la decisión correcta readmitir a aquel hombre? (Vea el recuadro “¿Cuándo fue readmitido el hombre de Corinto?”).

      13 Para imitar a Jehová, la congregación de Corinto tenía que recibir al hombre arrepentido con los brazos abiertos y mostrarle cuánto lo querían. Pablo dijo que, si perdonaban al hombre arrepentido, demostrarían “ser obedientes en todo” (2 Cor. 2:9). Es cierto que habían pasado solo unos meses desde que lo habían sacado de la congregación, pero la disciplina lo había motivado a arrepentirse. Así que no había ningún motivo para que los ancianos demoraran su readmisión.

      ¿Cuándo fue readmitido el hombre de Corinto?

      Parece ser que el hombre del que se habla en el capítulo 5 de 1 Corintios fue readmitido después de un periodo relativamente corto. ¿Por qué lo decimos?

      Pensemos en cuándo escribió Pablo las dos cartas a los corintios. Escribió la primera durante su tercer viaje misionero, probablemente a principios del año 55. Y todo parece indicar que escribió la segunda más tarde ese mismo año.

      Recordemos también que en la primera carta Pablo les dijo que los cristianos de Judea estaban pasando hambre y necesitaban ayuda. Como había vidas en juego, seguramente no tardó mucho en escribirles su segunda carta, en la que les pedía que tuvieran listas sus donaciones (1 Cor. 16:1; 2 Cor. 9:5).

      El apóstol tenía otra buena razón para enviar su segunda carta lo antes posible. Le había llegado la noticia de que aquel hombre se había arrepentido. Como en aquella época tomaría un tiempo que una carta llegara a su destino, Pablo probablemente escribió enseguida su segunda carta para darle más instrucciones a la congregación.

      Los cristianos de Corinto saludan con alegría al hombre readmitido y le dan la bienvenida.

      En vista de todo esto, parece lógico pensar que pasó poco tiempo —quizás solo unos meses— desde que los ancianos sacaron de la congregación a ese hombre hasta que Pablo les dijo que lo readmitieran.

      QUÉ APRENDEMOS DE LA JUSTICIA Y LA MISERICORDIA DE JEHOVÁ

      14, 15. ¿Qué nos enseña la manera como se trató este caso de un pecado grave en la congregación de Corinto? (2 Pedro 3:9; vea también la imagen).

      14 Jehová hizo que se escribiera en su Palabra “para nuestra enseñanza” el relato sobre cómo se trató este caso en la congregación de Corinto (Rom. 15:4). Esto nos enseña que Dios no tolera los pecados graves en su pueblo. Algunos piensan que, como él es misericordioso, permite que una persona que no se ha arrepentido siga formando parte de la congregación. Pero eso no es cierto. Jehová sí es misericordioso, pero no es permisivo ni rebaja sus normas (Jud. 4). De hecho, no sería misericordioso de su parte dejar que un pecador que no se arrepiente siga en su pueblo porque eso pondría en peligro a toda la congregación (Prov. 13:20; 1 Cor. 15:33).

      15 Ahora bien, este relato también nos enseña que Jehová no quiere que nadie sea destruido. Su deseo es salvar a las personas siempre que sea posible. Les muestra misericordia a quienes cambian de actitud y se esfuerzan por reparar su amistad con él (Ezeq. 33:11; lea 2 Pedro 3:9). Por eso, cuando el hombre de Corinto se arrepintió y dejó atrás su mala conducta, Jehová le dijo a la congregación mediante Pablo que debían perdonarlo y recibirlo de vuelta.

      En el Salón del Reino, una hermana abraza a otra hermana que acaba de ser readmitida. Otros se acercan con alegría.

      La congregación imita el amor y la misericordia de Jehová recibiendo con los brazos abiertos a quienes son readmitidos. (Vea los párrafos 14 y 15).


      16. ¿Qué siente usted por Jehová al meditar en cómo se trató el caso de ese pecado grave en Corinto?

      16 Repasar el ejemplo de la congregación de Corinto nos ha ayudado a ver el amor, la justicia y la rectitud de Jehová (Sal. 33:5). ¿Verdad que esas cualidades de nuestro Dios refuerzan nuestro deseo de alabarlo? Al fin y al cabo, todos nosotros sin excepción somos pecadores y necesitamos su perdón. Le estamos muy agradecidos por el rescate, que hace posible el perdón de nuestros pecados. Nos consuela muchísimo saber que Jehová de verdad ama a sus siervos y quiere lo mejor para ellos.

      17. ¿Qué analizaremos en los siguientes artículos?

      17 ¿Y qué sucede hoy en día? Si alguien comete un pecado grave, ¿cómo pueden los ancianos imitar el amor de Jehová y ayudar a la persona a arrepentirse? ¿Y cómo deberíamos reaccionar si los ancianos deciden sacar a alguien de la congregación o readmitirlo? Analizaremos esas preguntas en los siguientes artículos.

  • Cómo se les muestra amor y misericordia a quienes cometen un pecado grave
    La Atalaya (estudio) 2024 | agosto
    • ARTÍCULO DE ESTUDIO 34

      CANCIÓN 107 Dios nos enseñó a amar

      Cómo se les muestra amor y misericordia a quienes cometen un pecado grave

      “En su bondad Dios está tratando de llevarte hacia el arrepentimiento” (ROM. 2:4).

      TEMA

      Qué hacen los ancianos de la congregación para tratar de ayudar a quien ha cometido un pecado grave.

      1. Cuando alguien comete un pecado grave, ¿qué es posible conseguir a veces?

      EN EL artículo anterior, vimos que el apóstol Pablo le dijo a la congregación de Corinto cómo atender el caso de un hombre que había cometido un pecado grave. Como no se había arrepentido, tuvieron que sacarlo de la congregación. Sin embargo, como indica el texto temático, es posible llevar a una persona al arrepentimiento (Rom. 2:4). ¿Cómo usa Jehová a los ancianos para tratar de ayudar a un pecador a arrepentirse?

      2, 3. ¿Qué debemos hacer si nos enteramos de que un hermano ha cometido un pecado grave, y por qué?

      2 Supongamos que nos enteramos de que un hermano ha cometido un pecado grave, es decir, ha hecho algo por lo que podrían sacarlo de la congregación. ¿Qué deberíamos hacer en ese caso? Por supuesto, para que los ancianos puedan ayudarlo, primero tienen que conocer el asunto. Así que deberíamos animarlo a ir a los ancianos y pedirles ayuda (Is. 1:18; Hech. 20:28; 1 Ped. 5:2).

      3 Pero ¿qué pasa si la persona no quiere contárselo a los ancianos? Como queremos asegurarnos de que reciba la ayuda que necesita, iríamos nosotros a hablar con ellos. Esa es una muestra de amor, porque no queremos perder a nuestro hermano. Si no cambia, dañará todavía más su amistad con Jehová y puede que también manche el buen nombre de la congregación. Por eso, aunque sea difícil, seremos valientes y hablaremos con los ancianos por amor a Jehová y al hermano (Sal. 27:14).

      CÓMO AYUDAN LOS ANCIANOS A QUIEN HA COMETIDO UN PECADO GRAVE

      4. ¿Cuál es el objetivo de los ancianos al reunirse con una persona que ha cometido un pecado grave?

      4 Cuando un hermano comete un pecado grave, el cuerpo de ancianos elige de entre ellos a tres ancianos capacitados para que formen un comitéa y se reúnan con él. Ellos deben ser modestos y humildes, y reconocer que aunque tratarán de ayudarlo a arrepentirse no pueden obligarlo a cambiar (Deut. 30:19). Comprenden que no todos los pecadores reaccionan de manera positiva, como sí lo hizo el rey David (2 Sam. 12:13). Hay quienes deciden no hacer caso a los consejos de Jehová (Gén. 4:6-8). Aun así, el objetivo de los ancianos es hacer todo lo posible por llevar al pecador al arrepentimiento. ¿Qué principios guían al comité de ancianos al reunirse con la persona?

      5. ¿Qué consejo deben recordar los ancianos al reunirse con el pecador? (2 Timoteo 2:24-26; vea también la imagen).

      5 Los ancianos ven al pecador como una valiosa oveja de Jehová que se ha perdido (Luc. 15:4, 6). Esto se refleja en su actitud y en su manera de hablarle y de tratarlo cuando se reúnen con él. No son duros ni severos, ni ven esa reunión como un frío procedimiento o un simple trámite. Más bien, demuestran las cualidades que se mencionan en 2 Timoteo 2:24-26 (léalo). En todo momento se comportan con amabilidad, bondad y apacibilidad para tratar de llegarle al corazón.

      Un pastor va con su rebaño y está buscando a una oveja que se ha perdido. La oveja está enredada en un arbusto espinoso y tiene una herida en una pata.

      Al igual que los pastores de la antigüedad, los ancianos hacen todo lo posible por recuperar a las ovejas perdidas. (Vea el párrafo 5).


      6. ¿Cómo preparan su corazón los ancianos antes de reunirse con el pecador? (Romanos 2:4).

      6 Los ancianos preparan su propio corazón. Tienen presentes las palabras de Pablo: “En su bondad Dios está tratando de llevarte hacia el arrepentimiento” (lea Romanos 2:4). Así que se esfuerzan por imitar la bondad con la que Jehová trata a los pecadores. Tienen que recordar que por encima de todo son pastores y que deben seguir las instrucciones y el ejemplo de Cristo (Is. 11:3, 4; Mat. 18:18-20). Antes de reunirse con el pecador, el comité le ora a Jehová para pedirle que los ayude a llevarlo al arrepentimiento. Buscan información en la Biblia y en nuestras publicaciones, y le piden a Jehová que les dé discernimiento para entender a la persona y la situación. Determinan lo que necesitan saber sobre los factores que han podido influir en la actitud y la manera de pensar y actuar de la persona (Prov. 20:5).

      7, 8. ¿De qué maneras pueden imitar los ancianos la paciencia de Jehová al reunirse con un pecador?

      7 Los ancianos imitan la paciencia de Jehová. Tienen presente la manera como Jehová trató a los pecadores en el pasado. Por ejemplo, razonó pacientemente con Caín y le dijo que podía volver a tener su aprobación, pero le advirtió de lo que pasaría si no cambiaba (Gén. 4:6, 7). En otra ocasión, para corregir al rey David, Jehová envió al profeta Natán, y este utilizó un ejemplo para tocarle el corazón (2 Sam. 12:1-7). Además, Jehová le envió sus profetas “vez tras vez” a la desobediente nación de Israel (Jer. 7:24, 25). No esperó a que sus siervos primero se arrepintieran para después ayudarlos, sino que tomó la iniciativa y les pidió que se arrepintieran mientras todavía estaban pecando.

      8 ¿Qué hacen los ancianos para seguir el ejemplo de Jehová al tratar de ayudar a quien ha cometido un pecado grave? Tal y como indica 2 Timoteo 4:2, es necesario que lo traten “con mucha paciencia”. Siempre deben controlarse y hablarle con calma para motivarlo a hacer lo que es correcto. Si los ancianos se dejaran llevar por el enojo o la frustración, la persona podría dejar de escuchar o incluso negarse a arrepentirse.

      9, 10. ¿Qué pueden hacer los ancianos para ayudar a razonar al hermano que ha pecado?

      9 Los ancianos tratan de averiguar qué pasos llevaron al hermano a cometer el pecado. Por ejemplo, ¿se ha debilitado poco a poco porque ha dejado de estudiar o predicar con regularidad? ¿Ha ido descuidando la cantidad y la calidad de sus oraciones? ¿Ha ido dejando que los malos deseos echen raíces en su interior? ¿Puede ser que las malas compañías o el entretenimiento inapropiado hayan influido en su corazón? ¿Comprende el efecto que sus decisiones y sus actos han tenido en su Padre, Jehová?

      10 Los ancianos le harán al hermano preguntas bien pensadas, pero sin pedirle detalles privados innecesarios. Al tratarlo con amabilidad, lo ayudarán a expresarse con libertad y a comprender qué fue lo que le llevó a pecar (Prov. 20:5). Además, tal como hizo Natán con David, pueden utilizar ejemplos para ayudar al hermano a ver por qué lo que hizo está mal. Es posible que durante la primera reunión con él empiece a lamentar sinceramente lo que hizo o incluso se arrepienta.

      11. ¿Cómo trató Jesús a los pecadores?

      11 Los ancianos se esfuerzan por imitar a Jesús. Por ejemplo, él le preguntó a Saulo de Tarso: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Le hizo esta pregunta tan acertada para ayudarlo a comprender que lo que estaba haciendo estaba mal (Hech. 9:3-6). Y en Apocalipsis 2:20, 21 mencionó a una tal “Jezabel” y dijo: “Le di tiempo para que se arrepintiera”.

      12, 13. ¿Qué pueden hacer los ancianos para darle tiempo a la persona para que se arrepienta? (Vea también las imágenes).

      12 Al igual que Jesús, los ancianos no se apresuran a llegar a la conclusión de que la persona no quiere arrepentirse. Hay quienes se arrepienten durante la primera reunión con el comité, pero otros necesitan más tiempo. Así que los ancianos pueden reunirse con el pecador más de una vez. Quizás después de la primera reunión se quede pensando seriamente en lo que le han dicho y le pida perdón humildemente a Jehová en una oración (Sal. 32:5; 38:18). Puede ser que en la siguiente reunión su actitud haya cambiado por completo.

      13 Para ayudar a la persona a llegar al arrepentimiento, los ancianos deben mostrar empatía y bondad. Le piden a Jehová que bendiga los esfuerzos que están haciendo, con la esperanza de que la persona recobre el juicio y se arrepienta (2 Tim. 2:25, 26).

      Serie de imágenes: 1. Tres ancianos están reunidos con un hermano. Ellos le están hablando, pero él mira hacia otro lado. 2. En otra ocasión, los ancianos se vuelven a reunir con el hermano. Ellos le están hablando, y él les presta atención.

      Los ancianos pueden reunirse más de una vez con la persona que ha pecado a fin de darle tiempo para que se arrepienta. (Vea el párrafo 12).


      14. Cuando un pecador se arrepiente, ¿de quién es el mérito, y por qué?

      14 Si un pecador se arrepiente, este es un motivo para estar muy felices (Luc. 15:7, 10). Pero ¿de quién es el mérito? ¿De los ancianos? Recordemos que Pablo dijo que “quizás Dios les dé el arrepentimiento” a los pecadores (2 Tim. 2:25). Así que el mérito de este cambio tan importante de mentalidad y de actitud no es de ningún humano, sino de Jehová, que ayuda al cristiano que se ha descarriado a cambiar. A continuación, Pablo mencionó algunos de los excelentes resultados de ese arrepentimiento: lleva al pecador a conocer la verdad de manera más exacta, lo ayuda a recobrar el juicio y le permite escapar de las trampas de Satanás (2 Tim. 2:26).

      15. ¿Cómo pueden seguir ayudando los ancianos al pecador que se arrepiente?

      15 Si la persona se arrepiente, los ancianos seguirán haciéndole visitas de pastoreo para ayudarla a fortalecer su fe, a resistir las tentaciones de Satanás y a hacer rectos los caminos para sus pies (Heb. 12:12, 13). Por supuesto, los ancianos no le van a revelar a nadie detalles de lo que hizo este hermano. Pero ¿qué podría ser necesario informar a la congregación?

      “CENSURA DELANTE DE TODOS LOS PRESENTES”

      16. ¿A quiénes se refería Pablo en 1 Timoteo 5:20 cuando habló de “los presentes”?

      16 (Lea 1 Timoteo 5:20). Pablo le dijo a Timoteo —que también era anciano— que censurara a los pecadores “delante de todos los presentes”. ¿A quiénes se refería? No necesariamente a toda la congregación, sino a los pocos hermanos que tal vez ya sepan lo que hizo el pecador, sea porque lo vieron con sus propios ojos o porque él mismo se lo confesó. De manera discreta, los ancianos les dirán solo a estos hermanos que el asunto se atendió y el pecador fue corregido.

      17. Si el pecado es ampliamente conocido en la congregación o es probable que llegue a serlo, ¿qué anuncio se hará, y para qué?

      17 En algunos casos, el pecado es ampliamente conocido en la congregación o es probable que llegue a serlo. Entonces “los presentes” serían toda la congregación. Así que un anciano le anunciaría a la congregación que el hermano o hermana ha sido censurado. ¿Para qué? Pablo explicó: “Para que sirva de advertencia a los demás” y no cometan un pecado grave.

      18. ¿Qué hacen los ancianos cuando un menor bautizado comete un pecado grave? (Vea también la imagen).

      18 ¿Qué pasa si el cristiano bautizado que cometió el pecado grave tiene menos de 18 años? El cuerpo de ancianos elegirá a dos ancianos para que se reúnan con el menor y con sus padres Testigos.b Estos ancianos averiguarán qué pasos han dado ya los padres para ayudar a su hijo a hacer los cambios necesarios y arrepentirse. Si el menor tiene una buena actitud y está aceptando la ayuda de sus padres, los dos ancianos pueden decidir que no es necesario que un comité se reúna con ellos. A fin de cuentas, Dios les ha dado a los padres la responsabilidad de corregir con amor a sus hijos (Deut. 6:6, 7; Prov. 6:20; 22:6; Efes. 6:2-4). Después, los ancianos hablarán de vez en cuando con los padres para asegurarse de que el menor sigue recibiendo la ayuda que necesita. Ahora bien, ¿qué pasa si el menor bautizado no se arrepiente y se niega a cambiar? En ese caso, un comité de ancianos se reunirá con él y con sus padres Testigos.

      Dos ancianos reunidos con un menor bautizado y con sus padres en la casa de ellos. Uno de los ancianos les está leyendo un texto de la Biblia.

      Si un menor de edad comete un pecado grave, dos ancianos se reunirán con él y con sus padres Testigos. (Vea el párrafo 18).


      “JEHOVÁ ES MUY CARIÑOSO Y MISERICORDIOSO”

      19. ¿Cómo imitan a Jehová los ancianos al tratar con quienes cometen un pecado grave?

      19 Los ancianos que sirven en comités quieren asegurarse de mantener limpia la congregación porque es una responsabilidad que les ha dado Jehová (1 Cor. 5:7). Pero también desean hacer todo lo posible para ayudar al cristiano que ha pecado a arrepentirse, y por eso mantienen una actitud optimista y positiva. De esa manera imitan a Jehová, que es “muy cariñoso y misericordioso” (Sant. 5:11). Fijémonos en estas afectuosas palabras que el apóstol Juan escribió cuando ya era muy mayor: “Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan un pecado. Pero, si alguno comete un pecado, tenemos un ayudante que está junto al Padre: Jesucristo, uno que es justo” (1 Juan 2:1).

      20. ¿Qué veremos en el último artículo de esta serie?

      20 Lamentablemente, hay ocasiones en las que el cristiano que ha cometido un pecado grave se niega a arrepentirse. Si eso sucede, es necesario sacarlo de la congregación. ¿Cómo atienden los ancianos estos casos? Lo veremos en el último artículo de esta serie.

  • Cómo se ayuda a los que han sido sacados de la congregación
    La Atalaya (estudio) 2024 | agosto
    • ARTÍCULO DE ESTUDIO 35

      CANCIÓN 123 Seamos leales y sumisos al orden teocrático

      Cómo se ayuda a los que han sido sacados de la congregación

      “Habrá más felicidad en el cielo por un pecador que se arrepiente que por 99 justos que no necesitan arrepentirse” (LUC. 15:7).

      TEMA

      Por qué hay que sacar de la congregación a algunas personas y cómo los ancianos pueden ayudarlas a arrepentirse y a recuperar su amistad con Jehová.

      1, 2. a) ¿Cómo ve Jehová a quienes cometen un pecado y no se arrepienten? b) ¿Qué desea Jehová?

      JEHOVÁ no es un Dios permisivo ni tolera los pecados (Sal. 5:4-6). Él espera que respetemos las justas normas que nos ha dado en la Biblia. Claro está, no espera perfección de nosotros porque sabe que somos imperfectos (Sal. 130:3, 4). Pero al mismo tiempo rechaza a los “hombres irreverentes, que convierten la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para su conducta descarada” (Jud. 4). De hecho, la Biblia dice que Dios destruirá a “la gente irreverente” en la guerra de Armagedón (2 Ped. 3:7; Apoc. 16:16).

      2 Ahora bien, Jehová no quiere que nadie sea destruido. Como vimos en los artículos anteriores, la Biblia deja muy claro que él desea “que todos lleguen a arrepentirse” (2 Ped. 3:9). Los ancianos imitan a Jehová tratando de ayudar con paciencia a quienes han cometido un pecado grave a arrepentirse y recuperar su amistad con él. Sin embargo, no todos aceptan esa ayuda (Is. 6:9). Hay quienes se niegan a cambiar a pesar de que los ancianos intentan varias veces llevarlos al arrepentimiento. ¿Qué se debe hacer en esos casos?

      “SAQUEN A LA PERSONA MALVADA”

      3. a) Según la Biblia, ¿qué se debe hacer cuando alguien comete un pecado grave y no se arrepiente? b) Si una persona no se arrepiente, ¿por qué podemos decir que ella misma ha elegido ser sacada de la congregación?

      3 Si alguien comete un pecado grave y no se arrepiente, a los ancianos no les queda más opción que seguir el mandato de 1 Corintios 5:13: “Saquen a la persona malvada que está entre ustedes”. En cierto sentido, podría decirse que él mismo ha tomado esa decisión; está recogiendo lo que sembró (Gál. 6:7). ¿Por qué? Porque se ha negado a aceptar la ayuda que los ancianos le han ofrecido repetidas veces (2 Rey. 17:12-15). Sus acciones demuestran que ha decidido no obedecer los mandatos de Jehová (Deut. 30:19, 20).

      4. Cuando se saca a una persona de la congregación, ¿por qué se hace un anuncio?

      4 Cuando se saca de la congregación a alguien que no se ha arrepentido de un pecado grave, se hace un anuncio para informar a la congregación que esa persona ya no es testigo de Jehová.a Por supuesto, no se hace para humillarla, sino para que la congregación pueda seguir el mandato bíblico de dejar de relacionarse con ella y ni siquiera comer con ella (1 Cor. 5:9-11). Jehová dio esa instrucción por un buen motivo. El apóstol Pablo escribió: “Un poco de levadura fermenta toda la masa” (1 Cor. 5:6). Si no se sacara de la congregación a quien se niega a arrepentirse, los demás hermanos podrían llegar a la conclusión de que no es necesario esforzarse por vivir de acuerdo con las justas normas de Jehová (Prov. 13:20; 1 Cor. 15:33).

      5. ¿Cómo debemos ver a quien ya no es testigo de Jehová, y por qué?

      5 Entonces, ¿cómo debemos ver a quien ya no es testigo de Jehová? Aunque no socializamos con él, no lo vemos como un caso perdido, sino como una oveja que se ha perdido y que puede volver al rebaño. No olvidemos que en algún momento le dedicó su vida a Jehová. Lamentablemente, ahora no está viviendo de acuerdo con esa promesa, así que está en una situación muy peligrosa (Ezeq. 18:31). No obstante, mientras haya tiempo y Jehová esté dispuesto a mostrar misericordia, no perdemos la esperanza de que la persona regrese. Así pues, ¿cómo pueden ayudar los ancianos a quien ha dejado de formar parte de la congregación?

      CÓMO AYUDAN LOS ANCIANOS A LAS PERSONAS QUE HAN SIDO SACADAS DE LA CONGREGACIÓN

      6. ¿Qué pasos dan los ancianos para ayudar a alguien que ha sido sacado de la congregación?

      6 Cuando se saca a alguien de la congregación, ¿qué hacen los ancianos? ¿Lo abandonan por completo y dejan de intentar ayudarlo para que regrese a Jehová? ¡Por supuesto que no! Cuando el comité de ancianos le informe a la persona que no podrá seguir formando parte de la congregación, le explicarán los pasos que debe dar para volver. Pero eso no es todo. En la mayoría de los casos, le dirán que les gustaría volver a reunirse con ella unos pocos meses después para ver si ha cambiado de actitud. Si dice que sí, en esa siguiente reunión los ancianos la invitarán con cariño a arrepentirse y regresar. ¿Y si en ese momento no ha cambiado de actitud? Aun así, los ancianos en el futuro seguirán haciendo esfuerzos de manera periódica por reunirse con ella.

      7. ¿Cómo imitan los ancianos la compasión de Jehová al tratar a la persona que ha sido sacada de la congregación? (Jeremías 3:12).

      7 Los ancianos deben esforzarse por imitar la compasión de Jehová al tratar a la persona que deja de formar parte de la congregación. Por ejemplo, cuando los israelitas de la antigüedad eran desobedientes, Jehová no se quedaba de brazos cruzados esperando a que volvieran. Más bien, daba el primer paso y trataba de ayudarlos incluso antes de que mostraran cualquier signo de arrepentimiento. Como vimos en el segundo artículo de esta serie, Jehová utilizó el caso del profeta Oseas para mostrar lo compasivo que es. Le dijo a Oseas que, aunque su esposa todavía estaba pecando, le ofreciera reconciliarse con él (Os. 3:1; Mal. 3:7). Al igual que Jehová, los ancianos desean de corazón que la persona se arrepienta y vuelva a la organización, y no le hacen difícil dar ese paso (lea Jeremías 3:12).

      8. ¿Cómo nos ayuda la parábola del hijo perdido a comprender mejor la compasión de Jehová? (Lucas 15:7).

      8 Recordemos también la parábola del hijo perdido, de la que hablamos en el segundo artículo de esta serie. Tan pronto como su padre alcanzó a verlo, “corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó con ternura” (Luc. 15:20). Notemos que no esperó a que le pidiera perdón. De hecho, tomó la iniciativa, como cualquier padre amoroso haría. Los ancianos sienten algo parecido por las ovejas que se han perdido, y se esfuerzan por ayudarlas a “volver a casa” (Luc. 15:22-24, 32). Cuando un pecador regresa, hay felicidad en el cielo... ¡y también en la Tierra! (Lea Lucas 15:7).

      9. ¿Qué cariñosa invitación les hace Jehová a quienes han cometido un pecado grave?

      9 Todo lo que hemos analizado hasta ahora ha dejado claro que Jehová no tolera que quien comete un pecado grave y no se arrepiente siga formando parte de la organización. Al mismo tiempo, él no le da la espalda a esa persona, sino que quiere que regrese. En Oseas 14:4 leemos cómo ve Jehová a quienes se arrepienten: “Sanaré su infidelidad. Los amaré por voluntad propia, porque mi furia se ha alejado”. ¡Qué importante es que los ancianos estén atentos a cualquier señal de que alguien ha empezado a arrepentirse! ¡Y qué importante es que quienes han dejado a Jehová den cuanto antes los pasos necesarios para regresar a él!

      10, 11. ¿Cómo tratan de ayudar los ancianos a las personas a las que se sacó de la congregación en el pasado?

      10 ¿Qué pasa con las personas a las que se sacó de la congregación en el pasado, tal vez muchos años atrás? Puede que ya no estén cometiendo el pecado por el que se les sacó, y en algunas situaciones tal vez ni siquiera recuerden cuál fue el motivo. Sea como sea, los ancianos tratarán de localizar y visitar a todas estas personas. Cuando las visiten, incluso se ofrecerán a orar con ellas y las animarán con cariño a regresar a la congregación. Por supuesto, si alguien lleva muchos años fuera de la organización, está claro que en sentido espiritual estará muy débil. Por eso, si dice que desea volver, los ancianos pueden decidir que algún hermano o hermana le dé clases de la Biblia, incluso aunque todavía no haya sido readmitido. Y siempre serán los ancianos quienes organicen esta medida.

      11 Los ancianos quieren imitar la compasión de Jehová. Por eso se esfuerzan por buscar y ayudar a tantas personas como sea posible a saber que, si desean volver, la puerta está abierta. Si alguien muestra que está arrepentido y abandona el pecado, se le puede readmitir sin demora (2 Cor. 2:6-8).

      12. a) ¿En qué situaciones deben tener los ancianos una precaución especial? b) ¿Por qué no debemos afirmar que quienes cometen ciertos tipos de pecados nunca podrán recibir la misericordia de Jehová? (Vea también la nota).

      12 Hay algunas situaciones en las que los ancianos deben tener una precaución especial antes de readmitir a alguien, como por ejemplo si fue culpable de abuso de menores, si cometió apostasía o si tramó poner fin a un matrimonio. En esos casos, los ancianos tienen que asegurarse de que esté arrepentido de verdad (Mal. 2:14; 2 Tim. 3:6). Ellos tienen que proteger a las ovejas. Pero al mismo tiempo debemos comprender que Jehová aceptará de nuevo en su pueblo a cualquier persona que se arrepienta de corazón y deje de cometer pecados graves. Por tanto, aunque los ancianos tomarán las debidas precauciones al tratar con aquellos que en el pasado se comportaron de manera cruel o traicionera, no llegarán al punto de afirmar que quienes cometen ciertos tipos de pecados nunca podrán recibir la misericordia de Jehová (1 Ped. 2:10).b

      QUÉ PUEDE HACER LA CONGREGACIÓN

      13. ¿Cómo tratamos a quien se censura, pero cómo tratamos a quien se saca de la congregación?

      13 Como vimos en el artículo anterior, a veces se hace un anuncio de que alguien ha sido censurado. En ese caso, podemos seguir relacionándonos con él porque sabemos que se ha arrepentido y ha dejado de cometer el pecado (1 Tim. 5:20). Sigue formando parte de la congregación y necesita que los hermanos lo animen a continuar haciendo lo que es correcto (Heb. 10:24, 25). Ahora bien, la situación es muy diferente cuando se saca a alguien de la congregación. En ese caso, dejamos de relacionarnos con él y ni siquiera comemos con él (1 Cor. 5:11).

      14. ¿Qué debe decidir cada cristiano, basándose en su conciencia educada por la Biblia, respecto a las personas que han sido sacadas de la congregación? (Vea también las imágenes).

      14 ¿Significa todo esto que, cuando se saca a una persona de la congregación, debemos ignorarla por completo? No necesariamente. Está claro que no vamos a socializar con ella. Pero los cristianos pueden usar su conciencia educada por la Biblia para decidir si invitarán a alguien que fue sacado de la congregación —quizás un familiar o alguien que solía ser un amigo cercano— a una reunión de congregación. ¿Y cómo hay que tratarlo si asiste? En el pasado, no lo habríamos saludado. Pero, en este caso también, cada cristiano debe usar su conciencia educada por la Biblia. Puede que algunos se sientan cómodos saludando a la persona o dándole la bienvenida. Ahora bien, lo que no haríamos sería tener una conversación larga o socializar con ella.

      Serie de imágenes: 1. Una hermana llama por teléfono a una mujer que fue sacada de la congregación y la invita a una reunión de congregación. 2. La hermana y su esposo saludan con cariño a la mujer en el Salón del Reino.

      Cada cristiano puede utilizar su conciencia educada por la Biblia para decidir si invitará a una reunión a alguien a quien se sacó de la congregación o si le dará la bienvenida con un saludo breve cuando asista a una reunión. (Vea el párrafo 14).


      15. ¿A quiénes se refiere 2 Juan 9-11? (Vea también el recuadro “¿Estaban hablando Juan y Pablo del mismo tipo de pecado?”).

      15 Puede que nos preguntemos: “¿Pero no dice la Biblia que quien saluda a estas personas ‘se hace cómplice de sus malas acciones’?” (lea 2 Juan 9-11). El contexto indica que estos versículos se refieren a apóstatas y a los que promueven activamente la mala conducta (Apoc. 2:20). Por tanto, si una persona promueve activamente enseñanzas apóstatas u otros pecados, los ancianos no harían planes para visitarla. Por supuesto, todavía existe la posibilidad de que cambie. Pero, mientras eso no suceda, no la saludaríamos ni la invitaríamos a asistir a una reunión de congregación.

      ¿Estaban hablando Juan y Pablo del mismo tipo de pecado?

      En su segunda carta, el apóstol Juan escribió por inspiración: “Si alguien viene a ustedes y no trae estas enseñanzas, no lo reciban en sus casas ni lo saluden. Porque el que lo saluda se hace cómplice de sus malas acciones” (2 Juan 10, 11).

      Por otro lado, en 1 Corintios 5:11, Pablo dijo que los cristianos debemos dejar de relacionarnos con quienes han sido sacados de la congregación. Ahora bien, ¿estaban Juan y Pablo hablando de personas que han cometido el mismo tipo de pecado? Todo indica que no.

      Notemos que cada apóstol se estaba refiriendo a una situación diferente. Pablo hablaba de un hombre que había caído en la inmoralidad sexual. Sin embargo, unos 43 años después, Juan estaba hablando de apóstatas y de otras personas que enseñan activamente ideas falsas y animan a otros a hacer cosas que la Biblia condena. Por ejemplo, algunos estaban enseñando que Jesús no era el Cristo (1 Juan 2:22; 4:2, 3).

      Cuando Juan escribió sus cartas, la apostasía ya estaba bastante extendida. Aunque sabía que no podría detenerla, como apóstol cumplió con su responsabilidad de actuar “como restricción” frenándola tanto tiempo como fuera posible (2 Tes. 2:7).

      Juan les advirtió a los hermanos que no se dejaran engañar por aquellos falsos maestros. Les mandó que nunca les permitieran entrar en sus casas ni los saludaran. Saludar a un apóstata sería darle una oportunidad para que enseñe sus ideas retorcidas y corruptas. Lo mismo sucedería si respondiéramos a lo que los apóstatas publican en las redes sociales o en páginas de internet. Si alguien saludara a un apóstata, se haría “cómplice de sus malas acciones”.

      En cambio, como se ve en el capítulo 5 de 1 Corintios, Pablo habló de sacar de la congregación a un hombre que había caído en la inmoralidad sexual. Todo indica que no era un apóstata ni estaba animando activamente a otras personas a violar las leyes de Dios (compare con Apocalipsis 2:20). Así que, aunque Pablo les mandó a los cristianos que dejaran de relacionarse con él y que ni siquiera comieran con él, no les dijo que nunca pudieran saludarlo de manera breve.

      IMITEMOS LA COMPASIÓN Y LA MISERICORDIA DE JEHOVÁ

      16, 17. a) ¿Qué desea Jehová que hagan los pecadores? (Ezequiel 18:32). b) ¿Cómo pueden los ancianos colaborar con Jehová?

      16 ¿Qué hemos aprendido en estos cinco artículos? Que Jehová no quiere que nadie sea destruido (lea Ezequiel 18:32). Quiere que los pecadores se reconcilien con él (2 Cor. 5:20). Por eso tantas veces a lo largo de la historia Jehová les ha pedido a quienes lo han abandonado que se arrepientan y vuelvan a él. Y qué privilegio tienen los ancianos de poder colaborar con Jehová en ayudar a arrepentirse a quienes han cometido un pecado grave (Rom. 2:4; 1 Cor. 3:9).

      17 ¡Qué bonito es imaginar la alegría que se produce en el cielo cuando los pecadores se arrepienten! Nuestro Padre celestial, Jehová, se siente muy feliz cada vez que una de sus ovejas perdidas regresa a la congregación. Continuemos meditando siempre en la compasión, la misericordia y la bondad inmerecida de Jehová, y así el amor que sentimos por él se hará cada día más fuerte (Luc. 1:78).

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