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CalendarioPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Calendario hebreo. El calendario israelita se basaba en el año lunisolar o embolismal, pues Jehová Dios estableció que su año sagrado comenzase en la primavera con el mes de Abib y fijó fechas en las que se debían celebrar ciertas fiestas, fiestas que estaban relacionadas con las diferentes cosechas. Para que estas fechas coincidiesen con las cosechas respectivas, los israelitas tenían que sincronizar su calendario con las estaciones correspondientes, compensando la diferencia entre los años lunares y los solares. (Éx 12:1-14; 23:15, 16; Le 23:4-16.)
TABLA: Los meses del calendario bíblico
La Biblia no indica qué método usaron en un principio para determinar cuándo se debían añadir los días adicionales o el mes intercalar. Sin embargo, es lógico pensar que utilizaran los equinoccios de primavera y de otoño para determinar cuándo se retrasaban las estaciones lo suficiente como para que se requiriese un ajuste. Aunque no se menciona específicamente en la Biblia, con este fin los israelitas añadieron un decimotercer mes, llamado en tiempos postexílicos Veadar, es decir, segundo Adar.
El primer calendario judío estandarizado que se conoce es del siglo IV E.C. (c. 359 E.C.), cuando Hillel II especificó que los años de 13 meses deberían ser el tercero, sexto, octavo, undécimo, decimocuarto, decimoséptimo y decimonoveno de cada período de diecinueve años. Este ciclo de diecinueve años se conoce como el ciclo metónico, nombre derivado del matemático griego Metón (del siglo V a. E.C.), aunque hay prueba de que los babilonios perfeccionaron este ciclo con anterioridad. (Véase Babylonian Chronology, 626 B.C.-A.D. 75, de R. A. Parker y W. H. Dubberstein, 1971, págs. 1, 3, 6.) El ciclo toma en cuenta que cada diecinueve años la luna nueva y la luna llena vuelvan a caer en los mismos días del año solar.
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