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“Quitémonos nosotros también todo peso”La Atalaya 1991 | 15 de octubre
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Jesús dijo que su yugo era suave y su carga era ligera, pero no dijo que era sin peso en absoluto. El yugo que Jesús nos invitó a tomar sobre nosotros no es uno de ociosidad. Es un yugo de dedicación completa a Dios como discípulo de Jesucristo. Por lo tanto, el ser cristiano genuino implica algún peso o presión sobre nosotros. (Mateo 16:24-26; 19:16-29; Lucas 13:24.) A medida que empeoren las condiciones mundiales, las presiones van a aumentar. Sin embargo, tenemos razón para optimismo, pues la invitación de Jesús da a entender que otros podían ponerse debajo de Su yugo con él y que él los ayudaríaa. Como se ve, mientras sigamos la dirección de Cristo podremos llevar nuestra carga, porque él nos ayuda.
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“Quitémonos nosotros también todo peso”La Atalaya 1991 | 15 de octubre
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a La nota al pie de la página dice: “Pónganse debajo de mi yugo conmigo”.
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