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  • El sexo opuesto
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • SECCIÓN 1

      El sexo opuesto

      Un muchacho y una muchacha pasean tomados de la mano por los pasillos de tu escuela. ¿Qué sientes al verlos?

      □ Nada especial

      □ Un poco de celos

      □ Mucha envidia

      Vas al cine con tus amigos y te das cuenta de que todos van en pareja menos tú. ¿Cómo te sientes en ese momento?

      □ Normal

      □ Un poco incómodo

      □ Muerto de envidia

      Tu mejor amigo ha empezado a salir con una chica. ¿Cómo reaccionas?

      □ Te alegras por él

      □ Sientes un poco de envidia

      □ Estás muy molesto

      En la escuela, en la calle, en el centro comercial... No importa dónde estés, siempre hay chicos y chicas en pareja. Cuando los ves, te mueres de ganas de salir también con alguien. Pero ¿estás preparado? Si lo estás, ¿cómo puedes saber quién será la persona adecuada? Y si ya la has encontrado, ¿qué puedes hacer para que tu noviazgo sea casto? Lee los capítulos 1 a 5 y ahí encontrarás las respuestas.

  • ¿Estoy preparado para salir con alguien?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • CAPÍTULO 1

      ¿Estoy preparado para salir con alguien?

      “Todo el mundo me presiona para que tenga novio. Y la verdad es que hay muchos chicos guapos.” (Whitney)

      “Algunas chicas te piden que salgas con ellas. A mí me gustaría, pero si se lo pregunto a mis padres, sé lo que me van a decir.” (Felipe)

      AUNQUE seas muy joven, quizá estés deseando tener a alguien que te haga sentir especial y con quien haya buena química. A esto hay que añadirle la presión de los demás. Jenifer recuerda: “Apenas tenía 11 años y ya me presionaban para que tuviera novio”. Brittany dice: “En la escuela no eres nadie si no sales con un chico, no importa quién sea”.

      ¿Y tú? ¿Estás preparado para empezar a salir con alguien? Pero, un momento... Antes de contestar esta pregunta, conviene aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de salir con alguien.

      “¿Somos solo amigos?”

      Vamos a plantearte tres situaciones y una misma pregunta. Marca la casilla que corresponda:

      Llevo tiempo saliendo con la misma persona. ¿Somos solo amigos?

      □ Sí

      □ No

      Me gusta mucho una de mis amigas, y yo también le gusto. Todos los días nos enviamos mensajes de texto o hablamos por teléfono. ¿Somos solo amigos?

      □ Sí

      □ No

      Cada vez que salgo con mi grupo de amigos, cierta muchacha y yo siempre acabamos juntos. ¿Somos solo amigos?

      □ Sí

      □ No

      Es probable que hayas tenido muy clara la respuesta en la primera situación y que en las otras dos hayas dudado. Pero ¿sabes una cosa? En realidad, la respuesta en los tres casos debería ser no. ¿Por qué razón? Porque cuando un muchacho y una muchacha se comunican muy a menudo y muestran interés romántico el uno por el otro, hay algo más que una simple amistad. Dicha relación, no importa cómo la llamemos, puede cultivarse en público o en privado, por teléfono o en persona. Ahora vuelve a preguntarte: “¿Estoy preparado para una relación de ese tipo?”. Veamos tres preguntas que te ayudarán a saberlo.

      “¿Cuáles son mis intenciones?”

      En muchas culturas no está mal visto que un chico y una chica salgan juntos para conocerse mejor. Ahora bien, su objetivo debe ser averiguar si esa es realmente la persona con la que quieren casarse.

      Está claro que hay jóvenes que no se toman muy en serio este asunto. Quizá solo les gusta tener cerca a alguien especial, y el matrimonio es lo último que se les pasa por la cabeza. Puede que algunos incluso traten a su pareja como un simple trofeo o una joya que exhiben en público para satisfacer su ego. Pero la verdad es que estas relaciones tan superficiales no duran mucho. Una joven llamada Heather dijo: “Muchas parejas rompen al cabo de un par de semanas. No ven su relación como algo serio. Pero con esa mentalidad no van camino a un buen matrimonio, sino, en todo caso, a un triste divorcio”.

      Lo cierto es que cuando sales con alguien, también entran en juego los sentimientos de la otra persona. Por eso deberías asegurarte de cuáles son tus intenciones. Piensa en esto: ¿Te gustaría que jugaran con tus sentimientos? ¿Cómo te sentirías si te usaran y luego te tiraran como un juguete viejo? Fíjate en lo que dijo una chica llamada Chelsea: “A veces me gustaría creer que no está mal salir con alguien solo por diversión. Pero sé que no es tan divertido cuando uno se lo toma en serio y el otro no”.

      “¿Tengo la edad suficiente?”

      ¿A qué edad crees que se puede empezar a salir con alguien? ․․․․․

      Ahora hazles la misma pregunta a tus padres y apunta la respuesta. ․․․․․

      Seguro que la edad que tú has escrito es inferior a la que te han dicho tus padres... o puede ser que no. Tal vez seas uno de los muchos jóvenes que prefieren esperar hasta conocerse bien a sí mismos. Eso es justo lo que hizo Danielle, de 17 años. Ella explica: “Si hace dos años me hubieran preguntado qué buscaba en un chico, no habría respondido lo mismo que ahora. Y ni siquiera hoy estoy muy segura de lo que diría. Cuando tenga las cosas claras y vea que durante un par de años sigo pensando igual, entonces me plantearé la idea de tener novio”.

      Pero hay otra buena razón para esperar, y tiene que ver con lo que la Biblia llama “la flor de la juventud”. Así se denomina la etapa de la vida en la que los deseos sexuales y los sentimientos románticos se hacen más fuertes (1 Corintios 7:36). Si durante esta etapa mantuvieras una relación estrecha con una persona del sexo opuesto, podrías dejarte llevar por la pasión y terminar cometiendo un acto inmoral. Claro, a lo mejor eso les importa poco a otros jóvenes, pues muchos de ellos están deseando probar el sexo. Pero tú no debes pensar como ellos (Romanos 12:2). La Biblia dice con claridad: “Huyan de la inmoralidad sexual” (1 Corintios 6:18, Nueva Versión Internacional). Por eso, si esperas a que pase “la flor de la juventud”, te ahorrarás muchos problemas (Eclesiastés 11:10).

      “¿Estoy listo para el matrimonio?”

      Para contestar esta pregunta, hazte el siguiente autoexamen:

      Tu relación con los demás. ¿Cómo tratas a tus padres y hermanos? ¿Pierdes la paciencia y les hablas con dureza o sarcasmo? ¿Qué dirían ellos? Piensa que tal como tratas a tu familia, así tratarás a tu pareja (lee Efesios 4:31).

      Tu actitud. ¿Eres optimista, o pesimista? ¿Eres razonable, o siempre pretendes salirte con la tuya? ¿Te mantienes calmado cuando estás bajo presión? ¿Tienes paciencia? Cultivar el fruto del espíritu de Dios te ayudará a ser mejor esposo o esposa el día que te cases (lee Gálatas 5:22, 23).

      Tú y el dinero. ¿Sabes administrarlo? ¿O estás siempre endeudado? ¿Eres capaz de conservar un empleo? Y si no puedes, ¿por qué? ¿Es por el empleo en sí? ¿Es por culpa de tu jefe? ¿O por algún rasgo de tu personalidad que debes cambiar? Si no sabes llevar tus cuentas, ¿podrías llevar las de una familia? (Lee 1 Timoteo 5:8.)

      Tu espiritualidad. Si eres testigo de Jehová, ¿qué cualidades espirituales tienes? ¿Te preocupas por leer la Palabra de Dios, salir a predicar y comentar en las reuniones? La persona con quien te cases merece un compañero espiritualmente fuerte (lee Eclesiastés 4:9, 10).

      Lo que sí puedes hacer

      Nadie debería presionarte para que salgas con una persona si no estás preparado. Es como si justo al empezar un curso, te obligaran a hacer el examen final. ¿Verdad que sería injusto? Lo razonable sería que tuvieras más tiempo para prepararte bien y así poder contestar las preguntas del examen.

      Lo mismo pasa con las relaciones románticas. Como bien sabes, este es un asunto muy serio. Por eso, antes de concentrarte en alguien en particular necesitas tiempo para prepararte: necesitas aprender a hacer buenos amigos. Esto te ayudará a forjar una relación sólida cuando más adelante encuentres a la persona adecuada. Al fin y al cabo, un buen matrimonio es la unión de dos buenos amigos.

      Esperar no limita tu libertad. Al contrario, te da más oportunidades para disfrutar de la juventud (Eclesiastés 11:9). Además, tendrás más tiempo para prepararte: podrás desarrollar tu personalidad y, sobre todo, tu espiritualidad (Lamentaciones 3:27).

      Mientras tanto, sí que puedes disfrutar de la compañía de jóvenes del sexo opuesto. Claro, saliendo en grupos mixtos bien supervisados. Una chica de nombre Tamara dijo: “Así es más divertido. Es mejor tener muchos amigos”. Y Mónica dice: “Salir en grupo me parece una buena idea porque conoces a gente con personalidades muy diferentes”.

      Si, por el contrario, centras demasiado pronto toda tu atención en una sola persona, seguro que vas a sufrir. Así que no te apresures. Aprovecha tu juventud para aprender a hacer amigos y conservarlos. Y si con el tiempo decides empezar un noviazgo, sabrás mucho mejor cómo eres y cómo debe ser la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida.

      HALLARÁS MÁS INFORMACIÓN EN LOS CAPÍTULOS 29 Y 30 DEL PRIMER VOLUMEN

      EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

      ¿Has pensado alguna vez en iniciar una relación a escondidas de tus padres? Ten cuidado: puedes buscarte muchos problemas.

      TEXTO BÍBLICO CLAVE

      “La gente sabia piensa bien antes de actuar.” (Proverbios 14:15, Traducción en lenguaje actual)

      UNA SUGERENCIA

      Lee 2 Pedro 1:5-7 y elige una cualidad que necesitas desarrollar. Durante un mes, aprende todo lo que puedas de esa cualidad, trata de mejorar como persona y evalúa tu progreso. Esto te será útil para cuando tengas novio y decidas casarte.

      ¿SABÍAS ESTO?

      Según muchos estudios, los matrimonios formados por jóvenes de menos de 20 años tienen más posibilidades de divorciarse antes de su quinto aniversario.

      ¡MANOS A LA OBRA!

      Antes de pensar en casarme, tengo que mejorar en estas cualidades: ․․․․․

      Así es como lo voy a hacer: ․․․․․

      ¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

      Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

      ● ¿Qué ocasiones crees que serían adecuadas para disfrutar de la compañía de jóvenes de ambos sexos?

      ● Imagina que tienes un hermano menor y que él quiere salir con una chica, pero todavía es muy joven para eso. ¿Qué le dirías?

      ● Si sales con alguien pero no tienes ninguna intención de casarte, ¿cómo podría sentirse la otra persona?

      [Comentario de la página 18]

      “No se trata de salir con alguien así porque sí. Para mí, solo debes salir con un chico si él es importante para ti y le ves futuro a la relación.” (Amber)

      [Ilustración de las páginas 16 y 17]

      Si sales con alguien pero no tienes ninguna intención de casarte, eres como el niño que se entretiene con un juguete nuevo hasta que se cansa y lo tira

  • ¿Qué tiene de malo ser novios en secreto?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • CAPÍTULO 2

      ¿Qué tiene de malo ser novios en secreto?

      Natalia no sabía qué hacer. Todo empezó cuando un compañero de clase llamado Hugo se interesó en ella. “Era muy guapo —reconoce Natalia—, y mis amigas decían que no encontraría un chico mejor. Había varias compañeras que suspiraban por él, pero Hugo no les hacía ni caso... Solo tenía ojos para mí.”

      Como era de esperar, Hugo le pidió a Natalia que fuera su novia. Ella le explicó que era testigo de Jehová y que sus padres no la dejaban salir con muchachos que no fueran Testigos. Pero entonces Hugo le dijo: “¿Y no podemos salir juntos sin que se enteren tus padres?”.

      ¿CÓMO responderías si alguien que te gusta te hiciera esa misma pregunta? En el caso de Natalia, ella aceptó la propuesta. “Estaba segura de que podría hacer que él amara a Jehová.” Pues bien, ¿qué fue lo que pasó? Lo sabremos después. Pero antes veamos qué lleva a algunos jóvenes a ser novios en secreto.

      Por qué lo ocultan

      Hay diversas razones por las que algunos adolescentes salen juntos a escondidas de sus padres. Un joven llamado David explica: “Saben que sus padres no los dejarán, así que no se lo dicen”. Jane da otra razón: “Lo haces por pura rebeldía. Como crees que tus padres te tratan como a un niño, no les dices nada y haces lo que te da la gana”.

      ¿Se te ocurren más razones para ocultar una relación? Escríbelas.

      ․․․․․

      Claro, tú ya sabes que, según la Biblia, los hijos deben obedecer a sus padres (Efesios 6:1). También sabes que si no te dejan salir con alguien, es por algo. Aun así, puede que a veces te identifiques con alguno de los siguientes comentarios:

      ● “Me siento como si fuera de otro planeta. Todos tienen novio menos yo.”

      ● “Me gusta alguien que no tiene las mismas creencias que yo.”

      ● “Me gustaría salir con un compañero cristiano, aunque todavía soy muy joven para casarme.”

      Seguramente ya te imaginas cómo responderían tus padres si les dijeras que te sientes así. Y en el fondo reconoces que tienen razón. Aun así, puede que te pase como a Manami, una joven que dijo: “La presión para salir en pareja es superfuerte, y a veces tengo mis dudas. La mayoría de los jóvenes no entienden que no quieras tener novio. Además, tengo que admitir que no es nada divertido estar sola”. Tanta presión hace que algunos adolescentes empiecen una relación a escondidas de sus padres. Pero ¿cómo la mantienen en secreto?

      “Nos pidieron que les guardáramos el secreto”

      La realidad es que para mantener una relación en secreto, muchos se ven obligados a engañar a quienes los rodean. A veces ocultan su relación manteniendo el contacto por teléfono o por Internet. Ante los demás, son solo amigos, pero sus correos electrónicos, llamadas de teléfono y mensajes de texto revelan que son algo más.

      Otra táctica más sutil es organizar una salida en grupo para que ambos jóvenes estén juntos. “Un día —cuenta James— se organizó un grupo para ir a cierto lugar, y al final resultó que todo se había planeado para que un chico y una chica pudieran estar juntos. Luego nos pidieron que les guardáramos el secreto.”

      Como ilustra la experiencia de James, a menudo se recurre a la complicidad de los amigos. “Casi siempre hay alguien que sabe lo que está pasando, pero no dice nada para no traicionarlos”, explica Carol. En algunos casos, estas parejas llegan a mentir descaradamente. “Para que no los descubran, engañan a sus padres: les dicen que van a un sitio y luego van a otro”, dijo una joven de 17 años llamada Beth. Eso era justo lo que hacía Misaki, de 19 años. “Inventaba cuidadosamente cada historia que les contaba a mis padres —admitió—. No quería que desconfiaran de mí, así que solo les mentía en lo que tenía que ver con mi novio.”

      Posibles consecuencias

      Si te sientes tentado a salir con alguien en secreto —o si ya lo estás haciendo—, deberías hacerte dos preguntas:

      ¿Adónde me llevará esta relación? ¿Piensas casarte en un plazo razonablemente corto? “Si sales en pareja y no tienes la intención de casarte, es como poner a la venta algo que no quieres vender”, dijo Evan, de 20 años. ¿Y qué efecto crees que tendrá eso en la persona con la que sales? Proverbios 13:12 lo expresa en pocas palabras: “¡Qué tristeza da que los deseos no se cumplan!” (Traducción en lenguaje actual). ¿De veras quieres hacer sufrir así a alguien a quien aprecias? Pero eso no es todo: si tus padres y otros adultos que se preocupan por ti no saben que mantienes una relación, les resultará muy difícil aconsejarte con cariño para que no caigas en la inmoralidad sexual (Gálatas 6:7).

      ¿Qué piensa Jehová de lo que estoy haciendo? La Biblia dice que “todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”, o sea, a Dios (Hebreos 4:13). De modo que es imposible ocultarle que uno mismo —o un amigo— está saliendo con alguien, pues obviamente él ya lo sabe. Así que, si de algún modo estás engañando a los demás, ten cuidado, pues Jehová odia la mentira. En su Palabra, él da una lista de las cosas que más detesta, y en los primeros puestos aparece “una lengua falsa” (Proverbios 6:16-19).

      No lo ocultes

      Si tienes una relación secreta, lo mejor es que se lo digas cuanto antes a tus padres o a otro cristiano maduro. Y si es un amigo tuyo el que la tiene, no seas su cómplice (1 Timoteo 5:22). Imagina que esa relación acaba mal. ¿No serías en parte responsable?

      Es como si descubrieras que un amigo diabético se da atracones de cosas dulces a escondidas. ¿Qué harías si te pidiera que no dijeras nada? ¿Le guardarías el secreto? ¿O, más bien, harías lo necesario para impedir que pusiera en peligro su vida?

      A ese mismo dilema te enfrentarás si descubres que un amigo tuyo está saliendo con alguien en secreto. No dejes que el miedo a perder su amistad influya en lo que vas a hacer. Si es un amigo de verdad, con el tiempo comprenderá que todo lo que hiciste fue por su bien (Salmo 141:5).

      ¿Relación secreta, o discreta?

      Claro, no todas las parejas que deciden mantener confidencial su relación están tratando de engañar a los demás. Pongamos por caso que dos jóvenes quieren conocerse mejor y, al menos durante un tiempo, no desean que todo el mundo lo sepa. Un muchacho llamado Thomas piensa que algunos quizá no quieran que los molesten con preguntas como: “¿Y para cuándo es la boda?”.

      Hay que reconocer que la presión por parte de otros puede ser perjudicial para la relación (El Cantar de los Cantares 2:7). De ahí que muchas parejas al principio prefieran ser discretas (Proverbios 10:19). “Esto les da tiempo para ver si su relación tiene futuro —explica Anna, de 20 años—. Cuando estén seguros, ya lo harán público.”

      Con todo, no convendría ocultar esa relación a quienes tienen derecho a saberlo, como por ejemplo, tus padres o los de la otra persona. Si no te atreves a decírselo, deberías preguntarte por qué. ¿No será que en el fondo sabes que tus padres tienen buenas razones para oponerse a esa relación?

      “Supe lo que tenía que hacer”

      Natalia, a quien mencionamos al principio, se dio cuenta de su error cuando escuchó la experiencia de otra cristiana que había pasado por una situación similar. “Al oír que ella había dejado a su novio —cuenta Natalia—, supe lo que tenía que hacer.” ¿Le resultó fácil romper con Hugo? Por supuesto que no. “Era el único chico que me había gustado de verdad. Me pasé varias semanas llorando.”

      Pero por encima de todo, Natalia amaba a Jehová y, aunque se había equivocado, quería hacer las cosas bien. Poco a poco, su tristeza fue desapareciendo. “Ahora, mi relación con Jehová está mejor que nunca —dice ella—. ¡Cuánto le agradezco que nos dé la guía necesaria en el momento adecuado!”

      EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

      Estás listo para empezar a salir con alguien y, de hecho, ya has encontrado a una persona que te gusta. ¿Cómo puedes saber si es la adecuada?

      TEXTO BÍBLICO CLAVE

      “Deseamos comportarnos honradamente en todas las cosas.” (Hebreos 13:18)

      UNA SUGERENCIA

      No hace falta que grites a los cuatro vientos que estás saliendo con alguien. Pero sí deberías decírselo a quienes tienen derecho a saberlo: tus padres y los de la otra persona.

      ¿SABÍAS ESTO?

      La confianza es la base de una relación duradera. Cuando uno sale con alguien a escondidas, traiciona la confianza de sus padres y daña su relación de pareja.

      ¡MANOS A LA OBRA!

      ¿Qué debo hacer si tengo una relación secreta con otro cristiano? ․․․․․

      Un amigo mío está saliendo en secreto con una chica. ¿Qué hago? ․․․․․

      ¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

      Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

      ● Vuelve a leer los comentarios en letra negrita que aparecen en la página 22. ¿Te has sentido así alguna vez?

      ● En lugar de dejarte llevar por esos sentimientos y salir con alguien a escondidas, ¿qué puedes hacer?

      ● Si supieras que un amigo tuyo tiene novia en secreto, ¿qué harías? ¿Por qué?

      [Comentario de la página 27]

      “Rompí con Hugo. Y es cierto, fue muy duro verlo todos los días en las clases. Pero Jehová tiene una visión más amplia de las cosas, así que tenemos que confiar en él.” (Natalia)

      [Ilustración de la página 25]

      Encubrir que un amigo tiene una relación secreta es como ocultar que un diabético se da atracones de cosas dulces a escondidas

  • ¿Será esta la persona para mí?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • CAPÍTULO 3

      ¿Será esta la persona para mí?

      Dedica unos minutos a hacer el siguiente test:

      ¿Qué cualidades crees que debe tener la persona con quien te casarías? Marca con ✔ las cuatro características que te parezcan más importantes.

      □ Atractivo/a □ Espiritual

      □ Simpático/a □ Confiable

      □ Popular □ Decente

      □ Divertido/a □ Perseverante

      Cuando eras más joven, ¿alguna vez te enamoraste locamente de alguien? Marca con × la cualidad que más te atrajo de esa persona.

      NINGUNA de estas cualidades tiene nada de malo. Pero si eras muy joven cuando te enamoraste, ¿verdad que te llamaron la atención cualidades más superficiales, como las de la columna izquierda?

      Con el tiempo, al ir madurando, empiezas a fijarte en cualidades como las de la columna derecha. Quizá te das cuenta de que la chica más atractiva de tu vecindario no es muy confiable, o de que el chico más popular de la clase no es muy decente. Y si has pasado la etapa que la Biblia llama la flor de la juventud, lo más probable es que ya no te fijes tanto en los aspectos superficiales para determinar si una persona en particular es la adecuada para ti.

      ¿Te conoces bien?

      Hay algo que debes hacer antes de pensar en iniciar una relación con alguien: conocerte bien a ti mismo. Así que hazte las siguientes preguntas:

      ¿Cuáles son mis puntos fuertes? ․․․․․

      ¿Y mis puntos débiles? ․․․․․

      ¿Qué necesito emocionalmente? ¿Qué necesito para mejorar mi relación con Dios? ․․․․․

      Es verdad que no es fácil conocerse a uno mismo, pero estas preguntas pueden ser un punto de partida. Cuanto mejor te conozcas, más preparado estarás para encontrar a alguien que fomente tus virtudes en vez de tus defectos.a ¿Y si crees que has encontrado a la persona ideal?

      ¿Da igual quién sea?

      “Me gustaría conocerte mejor.” Dependiendo de quién te haga esta propuesta, tal vez pienses: “Trágame tierra” o, por el contrario, te digas: “Tengo que estar soñando”. Pues bien, supongamos que aceptas. ¿Cómo sabrás si esta persona será la adecuada para ti?

      Imagina que estás buscando unos zapatos. Vas a una zapatería y enseguida encuentras el modelo que te gusta. Te los pruebas y... ¡qué decepción! No te entran y no hay otros más grandes. ¿Verdad que no te los comprarías? Lo lógico sería buscar otros, pues no tiene sentido llevarte unos zapatos que no son de tu número.

      En cierto modo, algo parecido sucede a la hora de decidir con quién vas a casarte. Puede que con el paso del tiempo te hayan gustado varias personas, pero ninguna resultó ser la adecuada. Por eso sigues buscando a alguien con quien te sientas cómodo, alguien que encaje perfectamente con tu personalidad y con tus metas (Génesis 2:18; Mateo 19:4-6). Si crees que has encontrado a alguien así, ¿cómo sabrás si de verdad es la persona para ti?

      Yendo más allá de lo obvio

      Para empezar, no te apresures y procura conocer bien a tu amigo, o a tu amiga. Trata de ser objetivo, pues quizá solo veas lo que quieres ver. Claro, esto va a requerir esfuerzo, como cualquier decisión importante de la vida. Digamos, por ejemplo, que estás pensando en comprarte un automóvil. ¿Cuánto tiempo dedicarías a estudiar los diferentes modelos del mercado? ¿Mirarías solo el diseño? ¿O también te informarías sobre lo que no se ve a simple vista, como las características del motor?

      Encontrar pareja es muchísimo más importante que comprar un automóvil. No obstante, muchos jóvenes únicamente se fijan en los aspectos superficiales de la persona con quien salen y enseguida destacan las cosas que tienen en común: “Nos gusta la misma música”, “Nos encanta hacer las mismas cosas”, “¡Estamos de acuerdo en todo!”. Pero como dijimos antes, si de verdad has pasado la flor de la juventud, seguro que ya no te fijas tanto en las características superficiales, sino en “la persona secreta del corazón” (1 Pedro 3:4; Efesios 3:16).

      En vez de destacar los puntos que los dos tienen en común, sería mejor ver qué sucede cuando surgen diferencias de opinión. Piensa en estas preguntas: ¿Cómo reacciona tu amigo o tu amiga cuando surgen desacuerdos? ¿Quiere salirse siempre con la suya? ¿Tiene ataques de ira? ¿Te insulta? (Gálatas 5:19, 20; Colosenses 3:8.) ¿O, por el contrario, es razonable y está dispuesto a ceder cuando se trata de una cuestión de gustos en la que no entra en juego ningún principio bíblico? (Santiago 3:17.)

      Algunas preguntas más: ¿Es una persona celosa, posesiva o manipuladora? ¿Quiere saber lo que haces en todo momento? “Conozco a parejas que se pelean porque a uno de ellos le molesta muchísimo que el otro no lo llame por teléfono a cada rato —dice Nicole—. No creo que eso sea una buena señal.” (1 Corintios 13:4.)

      Hasta aquí hemos hablado de cuestiones relacionadas con la personalidad y la conducta. Otro aspecto importante que no debes pasar por alto es la reputación. ¿Qué piensan los demás de la persona con la que estás saliendo? ¿Hablan bien de ella? Quizá pudieras preguntarles a quienes conocen a esa persona desde hace tiempo, como es el caso de los hermanos maduros de su congregación (Hechos 16:1, 2).

      Una vez analizados estos tres aspectos, ¿por qué no evalúas a tu amigo o amiga?

      Personalidad ․․․․․

      Conducta ․․․․․

      Reputación ․․․․․

      En los recuadros “¿Será un buen esposo?” (página 39) o “¿Será una buena esposa?” (página 40) encontrarás más preguntas que te ayudarán a evaluar si tu pareja en realidad te conviene.

      ¿Y si resulta que no es la persona adecuada para ti? En tal caso, te enfrentas a un verdadero dilema.

      “¿Deberíamos romper?”

      A veces esta es la mejor opción. Mira lo que le pasó a Julia. Ella relata: “Al principio me gustaba que mi novio siempre quisiera saber dónde estaba, qué hacía y con quién andaba. Pero llegó un momento en que le molestaba que estuviera con alguien que no fuera él. Hasta sentía celos de mi familia, sobre todo de mi padre. Cuando rompí con él, me quité un gran peso de encima”.

      Sara tuvo una experiencia parecida. Empezó a ver que su novio, Juan, era sarcástico, exigente y maleducado. “Un día llegó a mi casa tres horas tarde. Cuando mi madre le abrió la puerta, ni siquiera la saludó; solo me dijo: ‘Vamos, que llegamos tarde’. ¡Ni que fuera yo la que se había retrasado! Como mínimo, tendría que haberse disculpado y haberme dado una explicación. Pero lo que más me dolió fue cómo trató a mi madre.” ¿Sabes qué hizo Sara? Puso fin a su relación, y no lo hizo solo por aquel incidente. A fin de cuentas, el que tu pareja haga o diga algo desconsiderado alguna vez no quiere decir que la relación esté condenada al fracaso (Salmo 130:3). Sara rompió con su novio porque se dio cuenta de que él siempre era así.

      ¿Qué harás tú si también te das cuenta de que la persona con la que sales en realidad no te conviene? Por favor, no cierres los ojos a la realidad. Aunque te cueste admitirlo, quizá lo mejor sería terminar la relación. Proverbios 22:3 dice: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse”. En resumen, si tu pareja manifiesta cualquiera de las señales de peligro que aparecen en las páginas 39 y 40, deberías poner fin a la relación, al menos hasta que se corrija el problema. Sabemos que esto no será fácil. Sin embargo, recuerda que el matrimonio es una unión permanente, así que es mejor sufrir un poco ahora que arrepentirte el resto de tu vida.

      “¿Cómo se lo digo?”

      ¿Cómo vas a poner fin a la relación? Primero elige el momento y el lugar adecuados. Piensa en cómo te gustaría a ti que te dijeran algo así (Mateo 7:12). ¿Querrías que te lo dijeran delante de todo el mundo? Claro que no. Y a menos que las circunstancias lo exijan, no sería buena idea terminar una relación con un mensaje de texto, un correo electrónico o mediante el contestador automático. Así que busca el momento y el lugar adecuados para hablar de este asunto tan serio.

      Pues bien, llegó el momento... ¿Qué vas a decirle a tu pareja? El apóstol Pablo recomendó a los cristianos que siempre dijeran la verdad (Efesios 4:25). Así que lo mejor es decir las cosas claras; eso sí, con tacto. Dile sin rodeos por qué piensas que la relación no va a funcionar. No hace falta que recites una larga lista de defectos ni que te pongas a criticarle. En vez de centrarte en lo que hace o deja de hacer, explícale cómo te sientes. Podrías decir algo así como: “Yo necesito a alguien que...” o “Creo que debemos romper porque...”.

      Recuerda que tienes buenas razones para romper, de modo que sé firme y no te dejes convencer. Ten cuidado, tu pareja quizá trate de manipularte sutilmente para que cambies de opinión. “Cuando rompí con mi novio —explica una joven llamada Loli—, se veía muy deprimido. Creo que su intención era hacerme sentir mal. Y lo consiguió, pero no permití que su reacción me hiciera cambiar de opinión.” Haz como Loli: ella sabía lo que quería y se mantuvo firme en su decisión. Cuando dices que no, es que no (Santiago 5:12).

      Después de romper

      No te sorprendas si después de la ruptura te sientes hundido. A lo mejor te pasa como al salmista, que dijo: “Me he desconcertado, me he inclinado hasta grado extremo; todo el día he andado triste” (Salmo 38:6). Puede que algunos amigos bienintencionados insistan en que le des otra oportunidad a la relación. Pero no te engañes. Eres tú quien vivirá con las consecuencias de esa decisión, no tus amigos. Así que no des marcha atrás por muy triste que estés.

      Ya verás que poco a poco desaparece tu dolor. Mientras tanto, puedes hacer muchas cosas para superar la situación. Aquí tienes unas cuantas ideas.

      Desahógate con alguien de confianza (Proverbios 15:22).b Habla con Jehová del asunto (Salmo 55:22). Ten siempre algo que hacer (1 Corintios 15:58). No te aísles (Proverbios 18:1). Cuanto antes, vuelve a salir en grupo con personas que te levanten la moral. Piensa en cosas positivas (Filipenses 4:8).

      Con el tiempo tal vez encuentres a alguien especial. Seguro que entonces, gracias a la experiencia ganada, estarás mejor preparado para determinar si esa es la persona para ti. Y quién sabe, es posible que efectivamente así sea.

      HALLARÁS MÁS INFORMACIÓN EN EL CAPÍTULO 31 DEL PRIMER VOLUMEN

      EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

      Si ya has empezado un noviazgo, ¿dónde debes poner el límite a las muestras de cariño?

      [Notas]

      a También te ayudarán a conocerte mejor las preguntas que aparecen en el capítulo 1 bajo el subtítulo “¿Estoy listo para el matrimonio?”.

      b Acude a tus padres o a otros adultos, como los ancianos. Tal vez descubras que ellos también pasaron por una situación similar cuando eran jóvenes.

      TEXTO BÍBLICO CLAVE

      “Por sus [acciones] el muchacho se da a conocer en cuanto a si su actividad es pura y recta.” (Proverbios 20:11)

      UNA SUGERENCIA

      Trata de conocer bien a la otra persona:

      ● Estudiando juntos la Biblia.

      ● Observándola en las reuniones y en la predicación.

      ● Colaborando juntos en la limpieza y en los trabajos de mantenimiento del Salón del Reino.

      ¿SABÍAS ESTO?

      Las estadísticas son muy claras: los matrimonios de personas de diferentes religiones tienen más probabilidades de terminar en divorcio.

      ¡MANOS A LA OBRA!

      Esto es lo que voy a hacer si me gusta alguien que no comparte mis creencias: ․․․․․

      ¿Cómo puedo averiguar qué reputación tiene la persona con la que estoy saliendo? ․․․․․

      ¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

      Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

      ● ¿Qué cualidades tienes que pueden contribuir a un buen matrimonio?

      ● ¿Qué cualidades debería tener la persona con quien te gustaría casarte?

      ● ¿Qué problemas podrían surgir si te casaras con alguien que no comparte tus creencias religiosas?

      ● ¿Cómo puedes conocer mejor la personalidad, conducta y reputación de la persona con la que estás saliendo?

      [Comentario de la página 37]

      “Que te quede claro: te va a tratar a ti de la misma manera como trata a su familia.” (Tony)

      [Recuadro de la página 34]

      “no lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos”

      Seguro que este principio, que se encuentra en 2 Corintios 6:14, te parece razonable, pues nos advierte del peligro de tener una relación muy estrecha con quienes no comparten nuestras creencias religiosas. Aun así, tal vez te guste una persona que no cree en lo mismo que tú. ¿Cómo es eso posible? A veces es cuestión de atracción física. “La veía en la clase de gimnasia —contó un chico llamado Mark—, y ella siempre buscaba la manera de acercarse para hablar. No tardamos en hacernos amigos.”

      Si sabes lo que te conviene, confías en los principios cristianos y tienes la suficiente madurez para no dejarte llevar por tus sentimientos, sabrás lo que tienes que hacer. Esa persona —por más atractiva, encantadora o decente que parezca— no te ayudará a estrechar tu amistad con Dios (Santiago 4:4).

      Claro, si ya te encuentras en medio de una relación, no será nada fácil ponerle fin. Eso fue lo que le pasó a Gloria. “Me pasaba el día entero llorando —admite—. Pensaba en él a todas horas, incluso durante las reuniones. Lo quería tanto que hubiera preferido morir a perderlo.” Con el tiempo, Gloria agradeció que su madre le aconsejara cortar la relación. Explica: “Me alegro de haber roto con él. Estoy segura de que Jehová sabrá cuidarme”.

      ¿Te encuentras en la misma situación que Gloria? Recuerda que no estás solo: puedes acudir a tus padres. Es justo lo que hizo Jim cuando vio que se estaba enamorando de una compañera de clase. “Hablé con mis padres —dijo—, y ellos me ayudaron a luchar contra esos sentimientos.” También podrías hablar con algún anciano de tu congregación y contarle lo que te ocurre (Isaías 32:1, 2).

      [Ilustración y recuadro de la página 39]

      Página de ejercicios o actividades

      ¿será un buen esposo?

      preguntas básicas

      □ ¿Abusa de la autoridad? (Mateo 20:25, 26.)

      □ ¿Qué metas tiene? (1 Timoteo 4:15.)

      □ ¿Se está esforzando por alcanzarlas? (1 Corintios 9:26, 27.)

      □ ¿Cómo trata a su familia? (Éxodo 20:12.)

      □ ¿Qué amistades tiene? (Proverbios 13:20.)

      □ ¿De qué temas habla? (Lucas 6:45.)

      □ ¿Cuál es su actitud hacia el dinero? (Hebreos 13:5, 6.)

      □ ¿Qué hace en su tiempo libre? (Salmo 97:10.)

      □ ¿Qué pruebas hay de que ama a Jehová? (1 Juan 5:3.)

      cualidades importantes

      □ ¿Es trabajador? (Proverbios 6:9-11.)

      □ ¿Administra bien el dinero? (Lucas 14:28.)

      □ ¿Tiene buena reputación? (Hechos 16:1, 2.)

      □ ¿Es amable con los demás? (Filipenses 2:4.)

      señales de peligro

      □ ¿Se enfada fácilmente? (Proverbios 22:24.)

      □ ¿Ha tratado de que participes en conducta inmoral? (Gálatas 5:19.)

      □ ¿Maltrata física o verbalmente a otras personas? (Efesios 4:31.)

      □ ¿Tiene que tomar alcohol para divertirse? (Proverbios 20:1.)

      □ ¿Es celoso y egoísta? (1 Corintios 13:4, 5.)

      [Ilustración y recuadro de la página 40]

      Página de ejercicios o actividades

      ¿será una buena esposa?

      preguntas básicas

      □ ¿Respeta la autoridad en casa y en la congregación? (Efesios 5:21, 22.)

      □ ¿Cómo trata a su familia? (Éxodo 20:12.)

      □ ¿Qué amistades tiene? (Proverbios 13:20.)

      □ ¿De qué temas habla? (Lucas 6:45.)

      □ ¿Cuál es su actitud hacia el dinero? (1 Juan 2:15-17.)

      □ ¿Qué metas tiene? (1 Timoteo 4:15.)

      □ ¿Se está esforzando por alcanzarlas? (1 Corintios 9:26, 27.)

      □ ¿Qué hace en su tiempo libre? (Salmo 97:10.)

      □ ¿Qué pruebas hay de que ama a Jehová? (1 Juan 5:3.)

      cualidades importantes

      □ ¿Es trabajadora? (Proverbios 31:17, 19, 21, 22, 27.)

      □ ¿Administra bien el dinero? (Proverbios 31:16, 18.)

      □ ¿Tiene buena reputación? (Rut 3:11.)

      □ ¿Es amable con los demás? (Proverbios 31:20.)

      señales de peligro

      □ ¿Discute por todo? (Proverbios 21:19.)

      □ ¿Ha tratado de que participes en conducta inmoral? (Gálatas 5:19.)

      □ ¿Maltrata física o verbalmente a otras personas? (Efesios 4:31.)

      □ ¿Tiene que tomar alcohol para divertirse? (Proverbios 20:1.)

      □ ¿Es celosa y egoísta? (1 Corintios 13:4, 5.)

      [Ilustración de la página 30]

      Al comprar zapatos, buscas tu número. En el matrimonio, busca a la persona adecuada

      [Ilustración de la página 31]

      ¿Verdad que al comprar un automóvil no te fijas solo en el exterior? Pues tampoco lo hagas al buscar pareja

  • Buenos ejemplos: La sulamita
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • Buenos ejemplos: La sulamita

      La joven sulamita sabe que, en cuestiones de amor, debe tener las cosas claras. Por eso les dice a sus compañeras: “Las he puesto bajo juramento [...] de que no traten de despertar ni excitar amor en mí hasta que este se sienta inclinado”. Ella es consciente de que el corazón puede jugarle una mala pasada. Sabe que podría ceder ante la presión de los demás y terminar aceptando a la persona equivocada. También sabe que sus sentimientos podrían nublarle el juicio. Por eso, decide ser tan firme como “un muro” (El Cantar de los Cantares 8:4, 10).

      Y tú, ¿ves las relaciones románticas con la misma madurez que la sulamita? ¿Eres capaz de pensar con la cabeza y no con el corazón? (Proverbios 2:10, 11.) Puede que otras personas te presionen para que inicies una relación antes de estar preparado. O puede que seas tú quien esté alimentando ese deseo. Por ejemplo, cuando ves a un chico y una chica paseando agarrados de la mano, ¿sientes unas ganas locas de tener pareja? ¿Llegarías al punto de salir con una persona que no tiene tus mismas creencias religiosas? La sulamita actuó con madurez, y tú también puedes hacerlo.

  • ¿Dónde está el límite?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • CAPÍTULO 4

      ¿Dónde está el límite?

      Indica si es verdadero o falso:

      Todo contacto físico entre novios es pecado.

      □ Verdadero

      □ Falso

      Una pareja puede ser culpable de fornicación aunque no llegue al coito.

      □ Verdadero

      □ Falso

      Los novios que no se toman ciertas libertades de carácter sexual no se quieren.

      □ Verdadero

      □ Falso

      SI ESTÁS saliendo con alguien, este es un tema al que de seguro le habrás dado muchas vueltas. Y es que no es fácil saber dónde poner el límite a las expresiones de cariño. Examinemos una a una estas afirmaciones y veamos cómo puede ayudarnos la Biblia a responder la pregunta del capítulo.

      ● Todo contacto físico entre novios es pecado.

      Falso. La Biblia no condena las expresiones de afecto sanas. Tomemos por caso la historia de amor entre la joven sulamita y el pastor. Su noviazgo fue casto y, sin embargo, se sabe que intercambiaron muestras de cariño (El Cantar de los Cantares 1:2; 2:6; 8:5). Hoy, algunas parejas que están pensando seriamente en casarse tampoco ven mal ciertas demostraciones de afecto.a

      Aun así, deben tener mucho cuidado. Los besos, los abrazos y otras muestras de cariño que avivan los deseos sexuales pueden hacer que la pareja pierda el control. Por honorables que sean sus intenciones, es muy fácil dejarse llevar por la pasión y caer en la inmoralidad sexual (Colosenses 3:5).

      ● Una pareja puede ser culpable de fornicación aunque no llegue al coito.

      Verdadero. La palabra griega que se traduce “fornicación” (pornéia) es un término muy amplio. Engloba todo tipo de relaciones sexuales fuera del matrimonio y se refiere al uso indebido de los órganos genitales. Así que la fornicación no se limita al coito propiamente dicho; también abarca actos como masturbar a otra persona y practicar el sexo oral o anal.

      Pero la Biblia no solo condena la fornicación. El apóstol Pablo dio una lista de lo que se conoce como “las obras de la carne”, las cuales, además de la fornicación, incluyen la “inmundicia” y la “conducta relajada”. Y agregó: “Los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:19-21).

      Pero ¿qué se entiende por “inmundicia”? El término griego que Pablo usó abarca todo tipo de impureza, ya sea en lo que se dice o en lo que se hace. Algunos ejemplos claros de inmundicia serían manosear a otra persona bajo la ropa, desnudarla o acariciar ciertas partes de su cuerpo que son más íntimas, como pudieran ser los pechos. Según la Biblia, ciertas muestras de cariño, como acariciar los pechos, están limitadas a las parejas casadas (Proverbios 5:18, 19).

      Por otro lado, hay jóvenes que desobedecen descaradamente las normas divinas. Se pasan de la raya a sabiendas, o hasta buscan con avidez personas con quienes puedan realizar estas prácticas inmundas. Algunos han llegado a caer en lo que Pablo llamó “conducta relajada”. La palabra griega original se aplica a “actos escandalosos” o “excesos”, y conlleva una actitud de “insolencia”, “desenfreno sexual” o “descaro”. Obviamente, ningún cristiano quiere convertirse en un desvergonzado que esté “más allá de todo sentido moral” y se entregue a “la conducta relajada para obrar toda clase de inmundicia con avidez” (Efesios 4:17-19).

      ● Los novios que no se toman ciertas libertades de carácter sexual no se quieren.

      Falso. Pese a lo que algunos piensan, tomarse libertades de carácter sexual no fortalece la relación de pareja. Al contrario, daña la confianza y el respeto mutuo. Fijémonos en lo que le pasó a Laura. “Un día que mi madre no estaba en casa, mi novio vino para ver televisión. Al principio, solo me tomó de la mano, pero de pronto empezó a ir más allá. No me atreví a decirle nada porque pensé que se molestaría conmigo y se marcharía.”

      ¿Qué opinas? ¿Crees que el novio de Laura de veras se interesaba en ella, o solo pensaba en sí mismo? Si alguien trata de convencerte para que hagas algo inmundo, ¿crees que de verdad te quiere?

      El joven que presiona a su novia para que pase por alto su conciencia y educación cristiana viola la ley de Dios. Además, cuesta creer que lo que siente por ella sea amor verdadero. Por su parte, la chica que voluntariamente cede a la presión deja que él se aproveche de ella y, peor aún, se hace cómplice de un acto inmundo, quizá incluso de fornicación (1 Corintios 6:9, 10).b

      Fija límites claros

      Pues bien, si ya has iniciado un noviazgo, ¿cómo puedes impedir que la situación se te escape de las manos? Lo más prudente es poner límites de antemano. Como dice Proverbios 13:10: “Con los que consultan juntos hay sabiduría”. Así que ponte de acuerdo con tu pareja sobre qué muestras de cariño están bien. No esperes a verte en una situación romántica cargada de pasión para hacerlo. Sería como esperar a que ardiera tu casa para entonces instalar una alarma contra incendios.

      Es posible que te resulte difícil o te dé vergüenza conversar sobre este tema tan delicado, sobre todo al principio del noviazgo. Pero a la larga te conviene. Los límites actúan como detectores de humo: activan la alarma a la menor señal de peligro. Además, poder hablar con la otra persona de temas como estos te permitirá determinar, hasta cierto punto, el futuro de la relación. Estos límites también te ayudarán a desarrollar cualidades como el autodominio, la paciencia y el altruismo, que sentarán las bases para una vida sexual satisfactoria en el matrimonio (1 Corintios 7:3, 4).

      Es cierto, seguir las normas divinas no es nada fácil. Pero haz caso a los consejos de Jehová. A fin de cuentas, como dice Isaías 48:17, él “te enseña para que te beneficies a ti mismo” y “te hace pisar en el camino en que debes andar”. Nunca olvides que Jehová siempre quiere lo mejor para ti.

      HALLARÁS MÁS INFORMACIÓN EN EL CAPÍTULO 24 DEL PRIMER VOLUMEN

      EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

      No te avergüences de ser virgen. Al contrario, debes sentirte orgulloso. ¿Sabes por qué?

      [Notas]

      a En algunos lugares, las expresiones de afecto en público entre personas no casadas se consideran de mal gusto e incluso ofensivas. En estos casos, los cristianos procuramos no dar motivos para que otros nos critiquen (2 Corintios 6:3).

      b Por supuesto, a veces puede ser ella quien ejerza la presión.

      TEXTO BÍBLICO CLAVE

      “El amor [...] no se porta indecentemente.” (1 Corintios 13:4, 5)

      UNA SUGERENCIA

      Cuando salgas con tu pareja, procura que sea en grupo o, por lo menos, con alguien más. Evita situaciones arriesgadas, como quedarse a solas en un automóvil estacionado, en una casa o en un apartamento.

      ¿SABÍAS ESTO?

      Es verdad que los novios tienen que hablar de ciertos temas íntimos antes de la boda. Pero cuidado: hablar explícitamente de temas eróticos a fin de excitarse es una forma de inmundicia, aunque se haga con mensajes de texto o por teléfono.

      ¡MANOS A LA OBRA!

      Si siento la tentación de pasarme de la raya, esto es lo que voy a hacer: ․․․․․

      ¿Qué haré si la persona con la que salgo me presiona para hacer algo inmoral? ․․․․․

      ¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

      Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

      ● ¿Qué límites pondrías al contacto físico con una persona del sexo opuesto?

      ● Explica la diferencia entre fornicación, inmundicia y conducta relajada.

      [Comentario de la página 46]

      “Mi novio y yo hemos leído juntos algunos artículos bíblicos sobre la castidad que nos han ayudado mucho a tener una conciencia limpia.” (Leticia)

      [Recuadro de la página 44]

      ¿y si ya has cruzado el límite?

      ¿Qué vas a hacer si ya has cometido un error grave? No te engañes pensando que puedes resolver el problema por tu cuenta. “Le pedía constantemente a Jehová que nos ayudara a no repetirlo —confesó una joven—, y aunque a veces funcionaba, otras no.” Lo mejor es hablar con tus padres cuanto antes. También sería bueno que, como aconseja la Biblia, acudieras a los ancianos de la congregación (Santiago 5:14). Estos pastores cristianos pueden corregirte y darte buenos consejos. Así podrás restaurar tu relación con Dios.

      [Ilustraciones de la página 47]

      ¿Verdad que no esperarías a que ardiera tu casa para instalar una alarma? Pues tampoco esperes a que se despierte la pasión para poner límites

  • ¿Por qué debería seguir siendo virgen?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • CAPÍTULO 5

      ¿Por qué debería seguir siendo virgen?

      “La presión para probar el sexo es muy fuerte.” (Kelly)

      “Nunca he estado con una chica y me siento raro.” (Jim)

      “¿YA LO has hecho alguna vez?” Tiemblas de solo pensar que te pregunten eso. Y es normal. En muchos lugares, los jóvenes inician su vida sexual en la adolescencia, y los que no lo hacen son considerados seres de otro planeta.

      La fuerza del deseo y la presión de grupo

      Si eres cristiano, sabes que la Biblia anima a los siervos de Dios a que se “abstengan de la fornicación” (1 Tesalonicenses 4:3). Aun así, quizá te cueste controlar tus deseos sexuales. Un joven llamado Pablo confesó: “A veces me vienen pensamientos eróticos, y no sé por qué”. Estas sensaciones son naturales, al menos hasta cierto punto.

      A esta presión interna hay que añadirle otra: el acoso o las burlas constantes de los demás. Quizá tus compañeros te digan que hasta que no hagas el amor no eres un hombre o una mujer de verdad. Elena dice: “Tus compañeros quieren que creas que hacer el amor sin estar casado es una experiencia alucinante y totalmente normal. Si no aprovechas las ocasiones que se te presentan, eres la rara del grupo”.

      Ahora bien, hay algo que tus compañeros no te cuentan. María recuerda lo que sintió después de haberse acostado con su novio: “Me sentí avergonzada, y también enojada conmigo misma y con él”. Esta reacción es más habitual de lo que piensa la mayoría de los jóvenes. Lo cierto es que en el caso de muchos adolescentes, su primer encuentro sexual es una experiencia traumática que puede llegar a tener serias consecuencias.

      En cualquier caso, quizá te preguntes lo mismo que una joven llamada Shanda: “¿Por qué hizo Dios que los jóvenes sintiéramos deseos sexuales si no podemos satisfacerlos hasta que nos casemos?”. Esta es una buena pregunta que vale la pena analizar.

      ¿Son los impulsos sexuales los únicos deseos intensos que tienes? Está claro que no. Jehová te creó con la capacidad de sentir una amplia variedad de deseos y emociones.

      ¿Obedeces ciegamente todos tus impulsos? No, pues Dios también te creó con la capacidad de controlarte.

      La conclusión a la que llegamos es que tal vez no podamos evitar sentir un impulso, pero lo que sí podemos hacer es controlar cómo respondemos a ese impulso. Querer satisfacer todos los deseos sexuales que sientas sería tan ilógico como golpear a una persona cada vez que sientas el deseo de hacerlo.

      Dios siempre ha dejado claro que no debemos utilizar mal nuestros órganos sexuales. La Biblia dice: “Que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso [o cuerpo] en santificación y honra” (1 Tesalonicenses 4:4). Tal como hay “tiempo de amar y tiempo de odiar”, también hay un momento para satisfacer los deseos sexuales y otro para reprimirlos (Eclesiastés 3:1-8). Por eso, ten la seguridad de que sí puedes controlar tus impulsos.

      Pero ¿qué harás si alguien se burla de ti porque no puede creer que nunca te hayas acostado con alguien? No te dejes intimidar. Si lo único que pretende es humillarte, podrías decirle: “Pues sí, nunca lo he hecho. ¿Y sabes qué? Me alegro mucho”. O quizá: “Eso es algo privado de lo que no hablo con nadie” (Proverbios 26:4; Colosenses 4:6).a Ahora bien, si crees que la persona en cuestión merece saber más, podrías explicarle tu postura bíblica.

      ¿Qué más le dirías a quien se burle de ti porque eres virgen?

      ․․․․․

      Un precioso regalo

      ¿Sabes cómo se siente Dios cuando la gente tiene relaciones sexuales antes de casarse? Pongamos un ejemplo. Supón que tienes guardado un regalo para un amigo y antes de que puedas dárselo, él lo encuentra y, por curiosidad, lo abre. ¿Verdad que te molestaría? Pues imagínate cómo se sentirá Dios si no esperas al matrimonio para abrir su regalo: las relaciones sexuales (Génesis 1:28).

      Entonces, ¿qué harás cada vez que tengas deseos sexuales? En pocas palabras, aprender a controlarlos. Y eso es algo que tú puedes lograr. Pídele a Jehová su espíritu y verás que él te ayuda a desarrollar autodominio (Gálatas 5:22, 23). Recuerda que Jehová “no retendrá nada que sea bueno de los que andan exentos de falta” (Salmo 84:11). Un chico llamado Gordon dijo: “A veces pienso que si tuviera relaciones antes de casarme, no sería tan malo. Pero luego me doy cuenta de que mi espiritualidad se vendría abajo. No hay ningún pecado por el que valga la pena perder mi relación con Jehová”.

      El hecho es que la virginidad no convierte a nadie en un ser de otro planeta ni es algo de qué avergonzarse. Lo que realmente humilla, degrada y perjudica es la inmoralidad sexual. Así que no te dejes llevar por la propaganda de este mundo que trata de convencerte de que lo normal es pasar por alto las normas bíblicas. Si te mantienes virgen hasta el matrimonio, protegerás tu salud, tu equilibrio emocional y, más importante aún, tu relación con Dios.

      HALLARÁS MÁS INFORMACIÓN EN EL CAPÍTULO 24 DEL PRIMER VOLUMEN

      [Nota]

      a Jesús, por ejemplo, se quedó callado cuando Herodes lo interrogó (Lucas 23:8, 9). A veces, no decir nada es la mejor forma de responder a una pregunta impertinente.

      TEXTO BÍBLICO CLAVE

      “Si alguno [...] ha tomado esta decisión en su propio corazón, [la] de guardar su propia virginidad, hará bien.” (1 Corintios 7:37)

      UNA SUGERENCIA

      No te juntes con personas que no tengan elevadas normas morales, aunque afirmen tener tus mismas creencias religiosas.

      ¿SABÍAS ESTO?

      La persona con una conducta sexual muy liberal no suele cambiar al casarse. Por otra parte, es más probable que la persona soltera que respeta las normas morales de Dios sea fiel a su pareja una vez casada.

      ¡MANOS A LA OBRA!

      Si quiero llegar virgen al matrimonio, esto es lo que tengo que hacer: ․․․․․

      Si por culpa de mis amistades me cuesta trabajo mantener mi decisión, pienso hacer esto: ․․․․․

      ¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

      Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

      ● ¿Por qué hay quienes se burlan cuando se enteran de que alguien nunca ha tenido relaciones?

      ● ¿Por qué es difícil seguir siendo virgen?

      ● ¿Qué beneficios hay de llegar virgen al matrimonio?

      ● ¿Qué le dirías a tu hermano menor para convencerlo de las ventajas de mantenerse virgen?

      [Comentario de la página 51]

      “Lo que me ayuda a no caer en la tentación es recordar que ni los fornicadores ni los inmundos heredarán el Reino de Dios.” (Lidia, citando de Efesios 5:5)

      [Recuadro de la página 49]

      Página de ejercicios o actividades

      lo que nunca te cuentan

      La mayoría de los jóvenes, así como la industria del entretenimiento, ocultan las desagradables consecuencias que sufren quienes tienen relaciones sexuales sin estar casados. Vamos a plantearte tres situaciones y algunas preguntas. Piensa en cómo contestarías.

      ● Un compañero de clase presume de haberse acostado con un montón de chicas. Dice que es genial y que no hace daño a nadie. ¿Es cierto lo que dice? Y las chicas, ¿cómo se sienten? ․․․․․

      ● En una película, una pareja de adolescentes se acuestan juntos como muestra de su amor. ¿Qué crees que pasaría después en la vida real? ¿Ahí terminaría todo? ․․․․․

      ● Conoces a un chico guapísimo que quiere acostarse contigo. Te dice que nadie tiene por qué enterarse. ¿Qué sucedería si aceptaras? ․․․․․

      [Ilustración de la página 54]

      Tener relaciones antes de casarte es como abrir un regalo antes de que te lo den

  • Buenos ejemplos: José
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • Buenos ejemplos: José

      José se enfrenta a una difícil situación. La esposa de su amo le ha pedido una y otra vez que se acueste con ella. Pero él no ha caído en la tentación. Ahora que ella vuelve a insistir, José le dice con firmeza: “¿Cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?”. La mujer no acepta un no como respuesta y se abalanza sobre él, quien, sin pensarlo dos veces, sale corriendo de la casa. Está claro, pues, que José era una persona de firmes valores morales (Génesis 39:7-12).

      Tal vez algún día se te presente una tentación similar. Para resistir, no solo necesitas autodominio: necesitas tener el firme deseo de complacer a tu Creador, Jehová. José tenía deseos sexuales, como puedes tenerlos tú, pero jamás se le pasó por la cabeza satisfacerlos ofendiendo a su Creador. Ten claro que si pasas por alto las normas morales de la Biblia, ofenderás a Dios y con el tiempo sufrirás. Así que, esfuérzate por adquirir y conservar los mismos valores que tenía José.

  • Tus reflexiones: El sexo opuesto
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • SECCIÓN 1

      Tus reflexiones: El sexo opuesto

      Si quieres casarte, anota dos cualidades que te gustaría que tuviera tu pareja y explica por qué son tan importantes para ti. Si has decidido seguir soltero, al menos por un tiempo, escribe dos ventajas de la soltería.

      ․․․․․

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