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¿Cómo puedo protegerme del acoso?Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
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Cómo hacer frente al acoso sexual
Si eres víctima de acoso sexual, tienes motivos de sobra para sentir rabia e indignación. Pero ¿qué puedes hacer? Aquí tienes algunas ideas.
Rechaza con firmeza toda insinuación. No dejes lugar a dudas: los acosadores pueden interpretar un suave “no” como un “sí”, o al menos como un “quizá”. Así que deja claro que se trata de un “no” (Mateo 5:37). Por mucha vergüenza que sientas, nunca reacciones con risitas ni con timidez, pues podrías estar enviando el mensaje equivocado. Responde con firmeza y claridad; esa es tu mejor defensa.
Ponlo en evidencia. Eso fue lo que tuvo que hacer Anita, la joven mencionada antes: “Lo dejé en ridículo delante de sus amigos gritándole que ni se le ocurriera volver a tocarme”. ¿Y sabes qué? Dio resultado. “Todos sus amigos se rieron de él —explica—. Se mantuvo distante durante unos días, pero luego se disculpó y, tiempo después, incluso me defendió cuando otro compañero quiso pasarse de la raya.”
Si hablando no consigues nada, vete. Mejor todavía, vete corriendo. Y si no puedes, defiéndete; estás en tu derecho (Deuteronomio 22:25-27). Una cristiana cuenta: “Cuando un chico intentó agarrarme, le di un puñetazo con todas mis fuerzas y salí corriendo”.
Cuéntaselo a alguien. “Al final, eso fue lo que tuve que hacer —dice Adrienne, de 16 años—. Hablé con mis padres cuando vi que un chico al que yo consideraba un buen amigo no me dejaba en paz. Cuanto más le decía que no, más insistía. Tal vez pensaba que aquello era un juego.” Gracias a los consejos de sus padres, Adrienne supo cómo abordar el problema. Seguro que tus padres también pueden ayudarte.
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¿Cómo puedo protegerme del acoso?Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
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[Recuadro de la página 125]
cómo prevenir el acoso sexual
Nunca coquetees. Estarías dando pie al acoso. La Biblia advierte: “Si te echas brasas en el pecho, te quemarás la ropa” (Proverbios 6:27, Traducción en lenguaje actual). Recuerda: coquetear es jugar con fuego.
Vigila tus compañías. Por lo general, los demás pensarán que tienes los mismos valores que las personas con quienes andas. Una joven llamada Carla dice: “Si te juntas con los que parecen disfrutar de los comentarios subidos de tono o que quieren ser el centro de atención, tú recibirás el mismo trato que ellos” (1 Corintios 15:33).
Ten cuidado con la ropa que usas. Si te vistes de forma sensual, muchas personas del sexo opuesto entenderán que quieres llamar su atención. Y eso es precisamente lo que conseguirás (Gálatas 6:7).
Di que eres cristiano. De lo contrario, nadie va a esperar que respetes los principios bíblicos (Mateo 5:15, 16).
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[Ilustración de la página 127]
Rechaza con firmeza al acosador
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