BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Los amigos
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • SECCIÓN 3

      Los amigos

      ¿Es importante para ti tener amigos?

      □ No

      □ Un poco

      □ Sí, mucho

      ¿Te cuesta hacer amigos?

      □ Sí

      □ No

      ¿Tienes algún amigo íntimo?

      □ Sí

      □ No

      ¿Qué cualidad valoras más en un amigo? ․․․․․

      La Biblia dice que “un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia” (Proverbios 17:17). Esta es la clase de amistades que necesitas. Pero hacer amigos puede ser difícil, y mantenerlos, aún más. ¿Te gustaría saber cómo encontrar y conservar amigos de verdad? Hallarás consejos muy prácticos en los capítulos 9 a 12.

  • ¿Qué puedo hacer si me siento solo?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • CAPÍTULO 9

      ¿Qué puedo hacer si me siento solo?

      Hace un día precioso, y estás en tu casa aburrido sin nada que hacer. En cambio, todos tus amigos han salido a divertirse. Te has vuelto a quedar solo. Que no te inviten ya es bastante malo de por sí, pero lo que esto implica puede ser incluso peor. Piensas que quizá hay algo de ti que no les gusta y que por eso no quieren estar contigo.

      ES POSIBLE que en más de una ocasión te hayas visto en una situación parecida a la que se describe en la página anterior. Sientes como si hubiera un obstáculo que te separara de los demás. La voz te sale entrecortada cada vez que tratas de iniciar una conversación. Y cuando tienes la oportunidad de estar con otros jóvenes, la timidez te paraliza. ¡Qué difícil puede resultar relacionarse con la gente!

      En vez de darte por vencido, ¿qué puedes hacer para superar los obstáculos que encuentres? Veamos algunas sugerencias.

      ● Primer obstáculo: una opinión negativa de ti mismo. Algunos jóvenes son demasiado críticos consigo mismos. Están convencidos de que no le caen bien a nadie y de que no tienen nada interesante que decir. Si tú también tienes esa actitud, se agrandará la distancia que te separa de otros jóvenes.

      Solución: concéntrate en tus puntos fuertes (2 Corintios 11:6). Piensa en tus virtudes y habilidades, y anótalas aquí.

      ․․․․․

      Es verdad que tienes defectos, y es bueno estar al tanto de cuáles son (1 Corintios 10:12). Pero también tienes mucho que ofrecer. Si estás consciente de tus puntos fuertes, te sentirás más seguro y podrás librarte de la mala opinión que tienes de ti mismo.

      ● Segundo obstáculo: la timidez. Te encantaría entablar una conversación, pero cuando se presenta la oportunidad, te quedas mudo. Elisa, de 19 años, admite: “No consigo librarme de la timidez. Admiro a quienes son capaces de conversar en las reuniones cristianas, porque a mí me cuesta muchísimo”. Tal vez te pase como a ella, y creas que no hay manera de vencer este obstáculo.

      Solución: interésate por los demás. No te preocupes: no tienes por qué convertirte ahora en la persona más extrovertida del mundo. Comienza interesándote por alguien en particular. Jorge dice: “El simple hecho de preguntarle a alguien cómo está o qué tal le va en el trabajo puede ayudarte a conocerlo mejor”.

      Una sugerencia: no te limites a hablar con gente de tu edad. Algunas de las grandes amistades que se mencionan en la Biblia surgieron entre personas con una gran diferencia de edad, como Rut y Noemí, David y Jonatán, y Timoteo y Pablo (Rut 1:16, 17; 1 Samuel 18:1; 1 Corintios 4:17). Por cierto, recuerda que una conversación es un diálogo entre dos personas, no un monólogo. A la gente le gusta que la escuchen. Y esto es un punto a tu favor: no tienes que llevar el peso de la conversación.

      Anota el nombre de dos adultos a los que te gustaría conocer mejor.

      ․․․․․

      ¿Por qué no tratas de entablar una conversación con alguno de ellos? Cuantos más hermanos cristianos incluyas en tu círculo de amigos, menos solo te sentirás (1 Pedro 2:17).

      ● Tercer obstáculo: un trato desagradable. ¿Conoces al típico sabelotodo que siempre tiene listo un comentario sarcástico y humillante para todo el mundo? ¿Y al individuo que se cree tan justo que siempre está tratando de imponer sus opiniones y criticando a los que no viven según sus normas? (Eclesiastés 7:16.) Seguro que no soportas estar con gente así. Pero ¿pudiera ser que fueras tú quien estuviera actuando de esa manera? La Biblia dice que “el tonto habla muchas palabras” y que “en la abundancia de palabras no deja de haber transgresión” (Eclesiastés 10:14; Proverbios 10:19).

      Solución: aprende a ponerte en el lugar de los demás (1 Pedro 3:8). Aunque no estés de acuerdo con los demás, ten paciencia y deja que cada cual diga lo que piensa. Céntrate en las cosas en las que sí concuerdas. Y si opinas algo diferente y crees que debes decirlo, hazlo con tacto y con calma.

      Háblales a los demás como te gustaría que te hablaran a ti. Fíjate en este consejo de la Biblia: “Sigan haciendo todas las cosas libres de murmuraciones y discusiones” (Filipenses 2:14). Si discutes constantemente, te ríes de la gente e insultas o criticas a los demás con aires de superioridad, nadie querrá estar a tu lado. Caerás mucho mejor si sigues el siguiente consejo bíblico: “Sean siempre amables e inteligentes al hablar” (Colosenses 4:6, La Palabra de Dios para Todos).

      ¿Amigos a toda costa?

      Tras este breve análisis, es posible que hayas leído alguna sugerencia que te ayude a superar los obstáculos que te separan de los demás. Claro, tienes que ser realista: no es lógico pensar que vas a caerle bien a todo el mundo. Jesús dijo que algunos odiarían incluso a los que hacen lo que está bien (Juan 15:19). Por eso, no vale la pena tratar de hacer amigos a toda costa.

      Aun así, haz lo posible por llevarte bien con los demás, pero no hasta el punto de traicionar tus valores cristianos. Samuel, un joven de tiempos bíblicos, decidió que iba a esforzarse por complacer a Dios. ¿Y cómo le fue? Siguió “haciéndose más agradable, tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres” (1 Samuel 2:26). Y tú también lo lograrás si pones de tu parte.

      HALLARÁS MÁS INFORMACIÓN EN EL CAPÍTULO 8 DEL PRIMER VOLUMEN

      Encontrarás más información en el DVD Los jóvenes preguntan... ¿Cómo conseguir amigos verdaderos?, disponible en más de cuarenta idiomas

      EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

      ¿Qué puedes hacer si tu mejor amigo de repente te trata como si fuera tu peor enemigo?

      TEXTO BÍBLICO CLAVE

      “El que da, también recibe.” (Proverbios 11:25, Versión Popular)

      UNA SUGERENCIA

      Trata de que la conversación no se detenga. Por ejemplo, cuando te pregunten cómo te fue el fin de semana, no respondas simplemente con un “bien”. Explica lo que hiciste y luego pregúntale a la otra persona cómo le fue.

      ¿SABÍAS ESTO?

      En la Biblia hay indicios de que Moisés, Jeremías y Timoteo tuvieron problemas de timidez (Éxodo 3:11, 13; 4:1, 10; Jeremías 1:6-8; 1 Timoteo 4:12; 2 Timoteo 1:6-8).

      ¡MANOS A LA OBRA!

      Este es mi principal obstáculo: ․․․․․

      Esto es lo que pienso hacer para superarlo: ․․․․․

      ¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

      Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

      ● ¿Por qué se sienten solos algunos cristianos?

      ● ¿Qué puedes hacer para librarte de la mala opinión que tienes de ti mismo?

      ● Si tuvieras un hermano menor que se siente muy solo, ¿qué le dirías para ayudarlo?

      [Comentario de la página 88]

      “Había una hermana de la congregación que quería hacerse amiga mía, pero yo no le hacía mucho caso. Sin embargo, con el tiempo la conocí mejor y me di cuenta de lo tonta que había sido. Ahora es una de mis mejores amigas, y eso que tiene veinticinco años más que yo.” (María)

      [Ilustración de la página 87]

      Tú puedes acortar la distancia que te separa de los demás jóvenes

  • ¿Cómo pudo mi amigo hacerme algo así?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • CAPÍTULO 10

      ¿Cómo pudo mi amigo hacerme algo así?

      “Como Kerry era mi amiga y no tenía auto, yo iba a buscarla todos los días después del trabajo. Pero al poco tiempo empecé a sentirme utilizada.

      ”Se subía al auto hablando por teléfono o enviando mensajes de texto. Nunca me daba las gracias por llevarla y dejó de ayudarme con los gastos de la gasolina. Además, todo lo que decía era negativo. Llegó un punto en el que me enojé conmigo misma por aguantarle todo aquello.

      ”Un día le dije, de buena manera, que ya no podía pasar a buscarla. Desde entonces dejó de llamarme, lo que confirmó mi sospecha: andaba conmigo por conveniencia. ¡Cuánto me dolió eso!” (Nicole)

      LES pasa hasta a los mejores amigos. Un día son inseparables, y al siguiente ni siquiera se hablan. ¿Cómo puede romperse una buena amistad de un día para otro?

      ● Para Jeremy, todo cambió cuando su mejor amigo se mudó a cientos de kilómetros de distancia. “Desde que se fue —cuenta él—, no me ha vuelto a llamar, y eso me duele.”

      ● Doris empezó a notar cambios en la que había sido su mejor amiga durante los pasados cinco años. “Me preocupaban su actitud y sus conversaciones. Era muy sarcástica y criticaba cosas que para mí eran muy importantes. Cuando nos pusimos a hablar del tema, dijo que yo me creía mejor que nadie y que era una mala amiga. ¡Incluso llegó a decir que no era una buena influencia para ella!”

      ● Gloria perdió a una íntima amiga suya de la noche a la mañana sin saber por qué. “Desde el principio nos llevábamos superbién. Hasta me dijo que era como una hermana para ella. Y, de repente, empezó a evitarme y a buscar excusas tontas para no estar conmigo.”

      ● El problema entre Daniela y Laura surgió cuando una le robó el novio a la otra. Laura cuenta: “Aunque Daniela sabía que él era mi novio, se pasaba horas hablando por teléfono con él. El mundo se me vino abajo: mi mejor amiga me traicionó y, al mismo tiempo, perdí al hombre con quien pude haberme casado.”

      ¿Qué fue lo que pasó?

      Como todos nos equivocamos, tarde o temprano un amigo tuyo dirá o hará algo que te moleste. De seguro recordarás alguna ocasión en la que tú también ofendiste a alguien (Eclesiastés 7:22). Una chica llamada Lisa dice: “Nadie es perfecto. De vez en cuando, todos hacemos algo que molesta a nuestros amigos”. Por lo general, bastará con una conversación breve para cerrar cualquier brecha causada por un simple malentendido.

      Sin embargo, habrá otros casos en los que el distanciamiento no se deba a algo en concreto. A veces, la brecha se abre a medida que ambos amigos notan que no son tan parecidos como pensaban. Recuerda que tus gustos cambian con los años, y lo mismo les ocurre a tus amigos. Entonces, ¿qué puedes hacer si ves que la relación que tenías con tu amigo ya no es como antes?

      ¿Se puede salvar una amistad?

      ¿Qué harías si por accidente rasgaras tus pantalones favoritos? ¿Los tirarías? ¿O los arreglarías? Todo dependerá de cómo hayan quedado y del valor que tengan para ti. Si de veras te gustan, intentarás arreglarlos. Algo parecido ocurre cuando se deteriora una amistad. Dependiendo de lo que haya sucedido y de lo mucho que valores esa amistad, buscarás la forma de salvarla.a

      Imagínate que un amigo dice o hace algo que te duele. Tal vez puedas resolver el asunto siguiendo el consejo de Salmo 4:4: “Digan lo que quieran en su corazón, sobre su cama, y callen”. Así que antes de poner punto final a esa amistad, piénsalo bien. ¿Actuó tu amigo con mala intención? Si no estás seguro, ¿por qué no le das el beneficio de la duda? En muchas ocasiones podrás perdonarlo, pues “el amor cubre una multitud de pecados” (1 Pedro 4:8).

      También deberías pensar si tú has contribuido de algún modo al problema. Por ejemplo, si un amigo tuyo revela algo que le confiaste, ¿no será que decírselo fue en realidad una imprudencia de tu parte? O si un amigo se burla de ti, ¿no será porque tal vez hablaste demasiado o porque dijiste algo sin pensar? (Proverbios 15:2.) Ahora pregúntate: “¿Tengo que hacer algún cambio para que mi amigo me respete más?”.

      “¿No crees que deberíamos hablar?”

      Pues bien, supongamos que no puedes hacer borrón y cuenta nueva. ¿Qué opción te queda? Lo más recomendable es que hables con tu amigo. Eso sí, no lo hagas cuando estés enojado. La Biblia dice: “Un hombre enfurecido suscita contienda, pero el que es tardo para la cólera apacigua la riña” (Proverbios 15:18). De modo que espera a calmarte antes de intentar resolver la situación.

      Cuando por fin vayas a hablar con tu amigo, recuerda que el objetivo no es devolver “mal por mal” (Romanos 12:17). Lo que buscas es aclarar las cosas y recuperar su amistad (Salmo 34:14). Sé sincero; háblale con el corazón en la mano. Podrías empezar diciendo algo así como: “Somos amigos desde hace tiempo. ¿No crees que deberíamos hablar de lo que ha pasado?”. Una vez que sepas cuál es la causa del problema, será más fácil resolverlo. Pero aun en el caso de que tu amigo no te cuente lo que le pasa, te sentirás mejor sabiendo que al menos tú intentaste hacer las paces.

      En resumen, aunque siempre habrá “compañeros dispuestos a hacerse pedazos” unos a otros, no dudes de que podrás encontrar “un amigo más apegado que un hermano” (Proverbios 18:24). Es cierto que entre los buenos amigos también hay tensiones. Pero cuando eso suceda, esfuérzate por salvar la amistad. Al estar dispuesto a resolver las diferencias, demostrarás que te estás convirtiendo en un adulto maduro y responsable.

      HALLARÁS MÁS INFORMACIÓN EN EL CAPÍTULO 8 DEL PRIMER VOLUMEN

      EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

      Algunos de tus compañeros pasan largas horas chateando. ¿Por qué les gusta tanto?

      [Nota]

      a Hay amistades que no vale la pena salvar. Este es el caso, por ejemplo, del amigo que ha dejado de comportarse como un cristiano (1 Corintios 5:11; 15:33).

      TEXTO BÍBLICO CLAVE

      “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, sean pacíficos con todos los hombres.” (Romanos 12:18)

      UNA SUGERENCIA

      Antes de sacar conclusiones apresuradas, escucha la versión de tu amigo (Proverbios 18:13).

      ¿SABÍAS ESTO?

      En una relación sana, cada amigo respeta el espacio del otro (Proverbios 25:17). Pero la persona que acapara el tiempo y la atención de sus amigos acaba asfixiando la amistad.

      ¡MANOS A LA OBRA!

      Si voy a hablar con un amigo porque hizo algo que me dolió, puedo empezar diciendo... ․․․․․

      Por muy molesto que esté con mi amigo, voy a intentar hacer las paces con él. Para eso, tengo que... ․․․․․

      ¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

      Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

      ● ¿Qué crees que puede distanciar a dos amigos?

      ● Supón que un amigo te ofende. ¿En qué casos podrías simplemente olvidarte del asunto? ¿En cuáles tendrías que hablar con él?

      ● ¿Qué puedes aprender de una mala experiencia con un amigo?

      ● Para que haya menos posibilidades de que un amigo te ofenda, ¿qué precauciones puedes tomar?

      [Comentario de la página 95]

      “Si pudiera volver atrás en el tiempo, no esperaría que mi amigo fuera perfecto. Lo escucharía y lo apoyaría más en vez de centrarme en sus defectos. Ahora sé que el éxito de una amistad depende de aprender a superar las dificultades.” (Keenon)

      [Ilustración de la página 94]

      Al igual que la ropa, una amistad deteriorada también se puede arreglar

  • Buenos ejemplos: Lidia
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • Buenos ejemplos: Lidia

      Lidia, aunque es una cristiana recién bautizada, toma la iniciativa y ofrece hospitalidad al apóstol Pablo y a sus acompañantes (Hechos 16:14, 15). Gracias a eso, tiene el gran privilegio de disfrutar de la compañía de estos fieles cristianos. ¿Y adónde crees que vuelven Pablo y Silas poco después cuando los liberan de la prisión? A la casa de Lidia, por supuesto (Hechos 16:40).

      ¿Y tú? ¿Puedes tomar la iniciativa y tratar de conocer a los demás, como hizo Lidia? ¿Sabes cómo hacerlo? Ve paso a paso. No pienses que, cuando vayas a las reuniones de tu congregación, tendrás que conversar con todo el mundo. Más bien, ponte la meta de iniciar una conversación con una persona en cada reunión. Trata de sonreír. Si no sabes qué decir, haz preguntas o cuenta algo de ti mismo. Aprende a escuchar. Con el tiempo irás ganando confianza y adquiriendo más soltura. Por lo general, a todos nos gusta que nos hablen con sinceridad y amabilidad (Proverbios 16:24). Lidia llegó a tener muy buenos amigos por ser amigable y hospitalaria. ¡Lo mismo te ocurrirá a ti si sigues su ejemplo!

  • ¿Qué hay de malo en hacer amigos por Internet?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • CAPÍTULO 11

      ¿Qué hay de malo en hacer amigos por Internet?

      ¿De qué modo prefieres comunicarte?

      □ Cara a cara

      □ Por teléfono

      □ Por computadora

      ¿Con quiénes te resulta más fácil conversar?

      □ Con tus compañeros de clase

      □ Con tu familia

      □ Con los hermanos cristianos

      ¿Dónde te sientes más cómodo para hablar?

      □ En la escuela

      □ En tu casa

      □ En las reuniones de congregación

      ¿CÓMO respondiste a la primera pregunta? ¿Eres de los que prefieren comunicarse por computadora y no cara a cara? Pues no eres el único. Hay multitud de jóvenes que hacen amigos por Internet. “Es genial. Puedo conocer a gente de cualquier parte del mundo que de otro modo nunca conocería”, explica una joven llamada Elena. Tammy, de 19 años, indica otro atractivo de Internet: “Puedo controlar la opinión que los demás tienen de mí. Es diferente cuando estás cara a cara: si no encajas en el grupo, no hay nada que hacer”.

      Regresemos a las preguntas. ¿Qué contestaste a las otras dos? No te sorprendas si descubres que se te hace más fácil conversar con tus compañeros en la escuela que con otros cristianos en las reuniones de congregación. “En clase es más fácil encontrar gente que está pasando por lo mismo que tú —dice Jasmine, de 18 años—. Y eso hace que te sientas mucho más cómodo con ellos.”

      Así pues, es normal que te guste chatear con tus compañeros. Tammy reconoce que ella también lo hizo durante un tiempo: “Todos se conectaban para conversar, y yo no quería ser la excepción”.a Natalie, de 20 años, creó una página web para mantenerse en contacto con sus amigos. “La tecnología no se detiene —comenta—. Cada vez aparecen nuevas formas de comunicarse. Esta es tan solo una de ellas, y me gusta.”

      No pases por alto los peligros

      Está claro que para algunos es más fácil hacer amigos por Internet. “La Red te da una seguridad en ti misma que de otra manera nunca tendrías”, cuenta Natalie. Tammy concuerda con ella: “Internet es ideal para los que somos tímidos. Te permite pensar lo que vas a decir”.

      Sin embargo, no todo es color de rosa. También hay peligros, y sería una imprudencia pasarlos por alto. ¿Verdad que jamás se te ocurriría pasear por un vecindario peligroso con los ojos vendados? Pues tampoco sería lógico “pasear” por la Red sin estar al tanto de los peligros.

      Piensa, por ejemplo, en los riesgos de hacer amigos en Internet. “Es más que probable que te encuentres con gente sin escrúpulos”, dice Elena, a quien le gustaba chatear con otras personas aunque no las conociera. Y agrega: “A veces, en cuestión de minutos hay gente que te hace comentarios obscenos o te pregunta si eres virgen, si practicas el sexo oral, o cosas así. ¡Algunos hasta te proponen tener cibersexo!”.

      “Sí, bueno, pero yo chateo con gente de confianza”, puede que digas. Aun en ese caso debes tener cuidado. “No es bueno pasar muchas horas hablando con alguien del sexo opuesto, por muy amigo tuyo que sea —dice Julieta—. Cuanto más tiempo pasas chateando, más estrecha se hace la amistad y más probable es que la conversación se vuelva demasiado íntima.”

      “Los que esconden lo que son”

      El rey David sabía muy bien lo peligroso que era relacionarse con las personas equivocadas. En una ocasión escribió: “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son” (Salmo 26:4).

      ¿Te has encontrado alguna vez en Internet con la clase de personas de las que habló David? ¿Por qué crees que algunos cibernautas “esconden lo que son”? ․․․․․

      Ahora bien, ¿pudieras ser tú de “los que esconden lo que son”? Quizá haces lo mismo que Abigaíl cuando entraba en los chats. “Solía mostrarme como una persona totalmente diferente para encajar en la conversación”, confiesa.

      Una chica de nombre Leonor también recurría al engaño, pero de un modo diferente. “Un muchacho de una congregación vecina y yo nos escribíamos —cuenta ella—. Al poco tiempo ya nos estábamos diciendo lo que sentíamos el uno por el otro. Cuando mis padres pasaban cerca, minimizaba la ventana de la pantalla para que no se enteraran de lo que estaba haciendo. Creo que nunca se les pasó por la cabeza que su hija de 13 años pudiera estar escribiéndole poemas de amor a un chico de 14.”

      Toma precauciones

      Por supuesto, no podemos negar que Internet es un instrumento muy útil. Muchas personas —adultos incluidos— usan la Red para mantenerse en contacto con sus amigos. Si tú también navegas por el ciberespacio, ¿qué precauciones deberías tomar? Veamos algunas.

      ● Controla el tiempo que pasas en línea y no sacrifiques cosas más importantes, como dormir. “Algunos compañeros dicen que se quedan conectados a Internet hasta las tres de la madrugada”, explica un adolescente llamado Brian (Efesios 5:15, 16).

      ● Comunícate solamente con gente que conoces o con aquellos cuya identidad puedes comprobar. Hay muchos individuos indeseables que navegan por la Red en busca de jóvenes ingenuos para aprovecharse de ellos (Romanos 16:18).

      ● Si haces alguna transacción comercial, ten mucho cuidado. Piénsalo muy bien antes de dar tus datos personales. De lo contrario, podrías ser víctima de un fraude... o de algo mucho peor (Mateo 10:16).

      ● Antes de enviar una foto tuya a tus amigos, pregúntate si es digna de un siervo de Dios (Tito 2:7, 8).

      ● Actúa como si hablaras cara a cara. Si una conversación en línea se desvía hacia “cosas que no son decorosas”, ponle fin de inmediato (Efesios 5:3, 4).

      ● Nunca ocultes lo que haces en Internet. Si eres de “los que esconden lo que son” a sus padres, es que algo anda mal. “Soy totalmente sincera con mi madre —dice una adolescente de nombre Kari—. Siempre le enseño lo que estoy haciendo en Internet.” (Hebreos 13:18.)

      “Vale la pena esperar”

      Es normal que quieras tener amigos. Los seres humanos fuimos creados para disfrutar de la compañía de otros (Génesis 2:18). Así que está claro que esa necesidad es parte de tu naturaleza. Pero recuerda que debes ser prudente al escoger a tus amigos.

      Puedes estar seguro de que, si sigues las pautas de la Palabra de Dios, encontrarás la mejor clase de amistades. Como dijo una chica de 15 años: “Es difícil encontrar amigos que amen a Jehová y que, además, te quieran a ti. Pero cuando los encuentras, te das cuenta de que vale la pena esperar”.

      EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO

      ¿Verdad que las palabras pueden herir? Más aún los chismes, que pueden hacer tanto daño como una puñalada. ¿Se les puede poner fin de algún modo?

      [Nota]

      a En el capítulo 17 se hablará de las amistades con los compañeros de clase.

      TEXTO BÍBLICO CLAVE

      “No me he sentado con hombres de falsedad; ni entro con los que esconden lo que son.” (Salmo 26:4)

      UNA SUGERENCIA

      ¿Verdad que el tiempo pasa volando cuando navegas por la Red? Pues fíjate un límite y no te pases de él. Si es necesario, pon la alarma del reloj.

      ¿SABÍAS ESTO?

      Basta con que des unos pocos datos por Internet —tu apellido, el nombre de tu centro de estudios y tu número de teléfono, por ejemplo— para que alguien con malas intenciones pueda localizarte.

      ¡MANOS A LA OBRA!

      Este es el tiempo máximo que quiero dedicar a Internet a la semana: ․․․․․

      ¿Cómo puedo conseguirlo?

      Si me doy cuenta de que estoy chateando con un desconocido, voy a hacer lo siguiente: ․․․․․

      ¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

      Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

      ● ¿Qué ventajas le ves a la comunicación en línea con respecto a las conversaciones cara a cara? ¿Y qué desventajas?

      ● ¿Por qué es tan fácil mostrarse como una persona diferente en Internet?

      ● ¿Cómo puedes limitar la cantidad de tiempo que pasas conectado?

      ● ¿En qué situaciones puede ser útil la comunicación por Internet?

      [Comentario de la página 103]

      “Nunca incluyo en mi lista de contactos a gente que no conozco o con la que no me relacionaría en persona.” (Julieta)

      [Ilustración de las páginas 100 y 101]

      ¿Verdad que nunca se te ocurriría pasear por un vecindario peligroso con los ojos vendados? Pues tampoco navegues por la Red sin estar al tanto de los peligros

  • ¿Qué tiene de malo hablar de otros?
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • CAPÍTULO 12

      ¿Qué tiene de malo hablar de otros?

      “Una vez fui a una fiesta, y al día siguiente todo el mundo estaba diciendo que me había acostado con uno de los chicos. ¡¿Cómo puede ser la gente tan mentirosa?!” (Linda)

      “A veces se corre el rumor de que estoy saliendo con una chica, cuando en realidad ni siquiera la conozco. Muchas personas no se toman la molestia de comprobar si lo que dicen es cierto.” (Miguel)

      SI UNO creyera todos los rumores que circulan por ahí, pensaría que la vida de la gente es como una telenovela. Mira lo que cuenta Amber, de 19 años: “Han dicho que he estado embarazada, que he abortado varias veces, que consumo drogas y hasta que trafico con ellas. No me dejan vivir en paz. De verdad que no entiendo por qué se inventan todo eso”.

      Gracias al correo electrónico y a los mensajes de texto, cualquier persona malintencionada puede echar a perder tu reputación sin siquiera abrir la boca. Solo tiene que presionar unas cuantas teclas para enviar un mensaje falso a esa gente que siempre quiere estar al tanto de todo. De hecho, en Internet hay páginas creadas únicamente para desacreditar a alguien. Y muchos diarios personales colgados en la Red —conocidos como blogs— están llenos de comentarios que nadie se atrevería a hacer cara a cara.

      Pues bien, ¿quiere decir esto que nunca se puede hablar de nadie?

      ¿Se puede hablar de otros?

      Marca verdadero o falso:

      Siempre está mal hablar de los demás. □ Verdadero □ Falso

      ¿Cuál es la respuesta correcta? Depende. Conversando de manera informal, a veces se habla de ciertas personas, y eso no es necesariamente malo. A fin de cuentas, la Biblia recomienda que los cristianos “se preocupen” por “las cosas de los demás” (Filipenses 2:4, Martín Nieto, edición popular latinoamericana). Claro, eso no quiere decir que podamos entrometernos en la vida de la gente (1 Pedro 4:15). Sin embargo, estas charlas informales nos permiten saber quién se ha casado, quién ha tenido hijos, y así por el estilo. Seamos francos: es difícil decir que nos interesamos por los demás si nunca hablamos de ellos.

      De todas formas, este tipo de conversaciones pueden dar pie a un chisme. Un comentario tan inocente como “Pedro y Ana harían buena pareja” puede convertirse fácilmente en “Pedro y Ana son pareja”, sin que ellos sepan nada de su supuesta relación. “Eso no tiene tanta importancia”, puede que digas, pero pregúntales a Pedro y a Ana...

      Una joven de 18 años llamada Julie sufrió mucho por culpa de los chismes. “Me enfadé tanto que empecé a preguntarme si valía la pena confiar en alguien.” A Jane, de 19 años, le pasó algo parecido: “Acabé evitando al chico con el que decían que estaba saliendo. Y no me pareció justo, porque éramos amigos. No es normal que cada vez que hables con alguien comiencen a circular rumores”.

      Haz que la conversación tome otro giro

      Pues bien, ¿qué puedes hacer cuando te veas tentado a contar un chisme? Para responder a esta pregunta, imagina que vas conduciendo por una carretera con mucho tránsito. Es probable que de repente surja algo que te obligue a cambiar de carril, ceder el paso a otro automóvil o frenar en seco. Si estás atento, verás el peligro y sabrás cómo reaccionar.

      Pues lo mismo pasa con una conversación. Por lo general, uno nota cuándo está entrando en “terreno peligroso”. Ese sería un buen momento para hacer que la conversación tome otro giro. De lo contrario, podríamos causar mucho daño. “Una vez hice un comentario negativo sobre una muchacha —cuenta Miguel—, algo así como que estaba loca por los chicos, y ella se enteró. Nunca olvidaré el tono de su voz cuando vino a hablar conmigo. Era evidente que le habían dolido mucho mis palabras. Y aunque arreglamos las cosas, me sentí muy mal por haberle hecho tanto daño.”

      Está claro que las palabras pueden ser un arma peligrosa. La misma Biblia reconoce que hay quien “habla irreflexivamente como con las estocadas de una espada” (Proverbios 12:18). Así que piensa bien lo que vas a decir. Obviamente, se necesita mucha fuerza de voluntad para poner fin a una conversación jugosa. Carolina, de 17 años, comenta: “Hay que tener cuidado con lo que uno repite. Si la fuente no es confiable, pudieras estar esparciendo mentiras”. Ante la duda, lo mejor es seguir este consejo del apóstol Pablo: “Hagan todo lo posible por vivir en paz. Cada uno preocúpese por lo suyo” (1 Tesalonicenses 4:11, La Palabra de Dios para Todos).

      Entonces, ¿cómo puedes interesarte por los demás y al mismo tiempo respetar su privacidad? Cuando sientas la tentación de hablar de alguien, pregúntate: “¿Estoy seguro de que es cierto lo que voy a decir? ¿Cuáles son mis intenciones? ¿Puedo manchar también mi reputación?”. Esta última pregunta es muy importante, pues tener fama de chismoso es a menudo peor que ser víctima del chisme.

      Cuando tú eres el blanco de las habladurías

      ¿Y qué pasa si es de ti de quien se habla? Eclesiastés 7:9 recomienda: “No te des prisa en [...] sentirte ofendido”. Así pues, evita hacer una montaña de un grano de arena. Como dice la Biblia, “no hay que poner atención a todo lo que dice la gente, [...] pues sabes muy bien que también muchas veces tú has hablado mal de otros” (Eclesiastés 7:21, 22, La Palabra de Dios para Todos).

      Es cierto, el chisme nunca está justificado. Pero reaccionar exageradamente podría perjudicarte más que el propio chisme. ¿Por qué no haces como Renata? “Aunque me duele que hablen mal de mí, trato de no darle mucha importancia —dice—. Al fin y al cabo, seguro que a los pocos días estarán hablando de otra cosa.”a

      En resumen: debes ser sensato y cambiar de conversación cuando se empieza a hablar mal de alguien. Y si alguna vez llega a tus oídos un comentario poco amable sobre ti, sé maduro y procura no hacer un drama. Deja que tus buenas obras hablen por ti (1 Pedro 2:12). De este modo, te llevarás bien con todo el mundo y conservarás tu reputación ante Jehová.

      [Nota]

      a Habrá ocasiones en las que debas abordar con tacto a quien haya esparcido el rumor. Pero por lo general ni siquiera eso será necesario, pues “el amor cubre una multitud de pecados” (1 Pedro 4:8).

      TEXTO BÍBLICO CLAVE

      “Cuidar las palabras es cuidarse uno mismo; el que habla mucho se arruina solo.” (Proverbios 13:3, Versión Popular)

      UNA SUGERENCIA

      Si alguien te quiere contar un chisme, puedes decirle que no te gusta hablar de la gente, y menos cuando la persona no está presente para defenderse.

      ¿SABÍAS ESTO?

      Cuando le prestas atención a un chismoso, te conviertes en su cómplice, pues le estás dando luz verde para que siga esparciendo sus chismes.

      ¡MANOS A LA OBRA!

      La próxima vez que sienta la tentación de esparcir un rumor voy a... ․․․․․

      Si circulan chismes sobre mí, voy a hacer lo siguiente: ․․․․․

      ¿Qué quiero preguntarle a mi padre o a mi madre sobre este tema? ․․․․․

      Y TÚ, ¿QUÉ PIENSAS?

      ● ¿Cuándo estaría bien hablar de los demás?

      ● ¿Has sido alguna vez blanco de los chismes? ¿Qué te enseñó la experiencia?

      ● ¿Por qué perjudica tu propia reputación esparcir rumores?

      [Comentario de la página 107]

      “Aprendí bien la lección cuando la persona a la que había criticado se enteró y me lo echó en cara. ¿Qué excusa podía darle? Finalmente entendí que es mejor decir las cosas en la cara que hablar a espaldas de los demás.” (Paula)

      [Ilustración de la página 108]

      El chisme es un arma peligrosa que puede echar a perder la reputación de una persona

  • Tus reflexiones: Los amigos
    Lo que los jóvenes preguntan. Respuestas prácticas (volumen 2)
    • SECCIÓN 3

      Tus reflexiones: Los amigos

      ¿Recuerdas algún problema que hayas tenido hace poco con un amigo? Explícalo.

      ․․․․․

      Si en aquel momento hubieras leído esta sección, ¿habrías actuado de manera diferente? ¿Qué habrías hecho?

      ․․․․․

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir