‘No podía dejar de leerlo’

Una chica de diecisiete años escribió lo siguiente en una cuartilla con membrete de un hotel:

“Estamos a mitad de camino a casa desde el lugar de la asamblea y todavía nos quedan por delante cuatro horas de carretera. Ya llevo leídos diez capítulos.”

Hubo quienes, después de tan solo leer la tabla de materias ya no pudieron dejarlo:

“Cuando leí la tabla de materias, fue como si viera reflejada mi propia vida. Muchas de las preguntas me las había formulado en alguna ocasión.”—Kathy, de dieciséis años.

Hasta algunos que no les gusta la lectura también llegaron a interesarse:

“No me gusta mucho leer, pero este libro es tan bueno que cuando comienzo a leerlo, no puedo dejarlo. En tres días lo he leído casi entero.”—Jennifer, de quince años.

“No leo mucho ni tampoco lo hago muy bien. Cuando llegué a casa de la asamblea, me sentía cansada y apenas podía mantener los ojos abiertos. Pero me puse a hojear esta publicación, comencé a leerla, y llegué a leerme un capítulo entero. Desde entonces, he leído un capítulo cada día y hoy ¡he leído dos!”—Tiffany, de diecisiete años.

También hubo quienes mostraron cierto escepticismo:

“Como pensé que sería algo mayor para algunas partes del libro, empecé a leer la sección 6: ‘Lo sexual y la moralidad’. La información me ayudó mucho a tomar algunas decisiones importantes. ¡Nadie es demasiado mayor para este libro!”—Sabrina, de diecinueve años.

A decir verdad, una vez terminado, muchos piensan que no basta con leerlo una sola vez:

“Me bauticé hace un año, pero tuve problemas y me deprimí. Un día hasta llegué a escaparme de casa. Por eso, cuando recibí el nuevo libro, sentí que Jehová sabía exactamente lo que necesitaba. ¡Es magnífico! Ya lo he leído dos veces.”—J. S.

“Estoy anotando en el libro, palabra por palabra, cada uno de los textos que aparecen, lo que me facilitará leerlo por segunda vez. No exagero cuando digo que este libro me ha hecho mejor persona.”—Aida, de dieciocho años.

‘Nunca sientes que te está diciendo lo que debes hacer’

Aunque hace ya más de un año que se presentó el libro Lo que los jóvenes preguntan todavía se siguen recibiendo expresiones de agradecimiento. Sin lugar a dudas, una de las razones de su amplia aceptación es que a pesar de ir dirigido a los jóvenes, no se trata de un libro infantil, ni está escrito de una forma que a los lectores les dé la sensación de que se los está sermoneando. Ciertos jóvenes se expresan de la siguiente manera:

“Este libro incluso tiene unos toques de humor, y está respaldado por la Palabra de Dios, la Biblia. Esto hace que sea mucho mejor que cualquier revista para adolescentes.”

“Nunca sientes que te está diciendo lo que has de hacer, sino que por el contrario, el libro apunta a diferentes posibilidades y las consecuencias de cada una. Siempre se indica con claridad cuál es el punto de vista de Jehová, y se respalda con textos bíblicos.”

Muchos otros dijeron que agradecían el tono en que está escrito y lo bien que llega a entender sus sentimientos.

“Mi padre nunca me ha demostrado ningún tipo de afecto, pero el consejo contenido en el libro parecía proceder de un padre amoroso que nos aconseja para nuestro bien.”—Stefano, Italia.

“En seguida me dio la sensación de que hablaba con alguien que me conocía muy bien y no de que estaba leyendo una página impresa.”—Myriam, Italia.

“Un buen número de los ejemplos utilizados resultan muy familiares. Me podía identificar plenamente con ellos.”—Una adolescente.

“Sé que ningún miembro del Cuerpo Gobernante es adolescente. Sin embargo, todo lo que escriben acerca de los jóvenes es sumamente exacto; es como si el propio Jehová lo hubiese dicho directamente.”—Aubree, de quince años.

Respuestas verdaderamente prácticas

Por supuesto, lo que demuestra el valor de este libro no es su popularidad sino su utilidad. En otras palabras, ¿son sus respuestas verdaderamente prácticas? Muchos jóvenes lo afirman entusiasmados:

“Antes de leer este libro acompañaba a mi madre y a mi hermana al Salón del Reino solo porque no podía quedarme sola en casa. Estaba llevando una doble vida. Pero ahora todo ha tomado un giro positivo.”

“Se puede dejar la verdad, pero ella no nos deja. A la edad de veintisiete años traté de volver al Salón del Reino... sola, asustada y arrepentida. Había adquirido muy malas costumbres y pensaba que Dios nunca podría perdonarme. Pero una hermana mayor me dio el nuevo libro Lo que los jóvenes preguntan. Me di cuenta de que consideraba todos mis problemas y decía cómo resolverlos. Lloré. No encuentro palabras para expresar mi agradecimiento por este libro. Respuestas prácticas... ¡y qué prácticas!”

“El libro me hizo meditar seriamente. Al principio no me consideraba testigo de Jehová, pues salía con una chica, me relacionaba con personas del mundo, y hasta acostumbraba a robar. Pero después de leer el libro me di cuenta de que no iba por buen camino. Oré a Jehová para que me perdonase y le di las gracias por darme este nuevo libro tan maravilloso.”

“Se me llenaron los ojos de lágrimas cuando vi la magnífica información que contenía el libro. Además, el que se tratase de un regalo del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová para los jóvenes puso de manifiesto lo mucho que se interesan en nosotros.”—Margie, de dieciocho años.