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¿Cómo puedo enfrentarme al prejuicio racial?¡Despertad! 1989 | 8 de febrero
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Trena, joven de quince años de edad nacida de un matrimonio interracial, muchas veces se siente presionada por todos lados debido al prejuicio. Ella dice: “Si me asocio con los negros, los estudiantes blancos piensan que no quiero estar con ellos. Pero si me asocio con los blancos, entonces los negros creen que me considero mejor que ellos”.
Cómo se sienten las víctimas del prejuicio
Quizás tú también hayas pasado por la experiencia de que no te acepten para un trabajo, no se te permita matricularte en la escuela que deseas, te traten con falta de educación en una tienda o un restaurante o te hostiguen tus compañeros. En ese caso, sabrás que el prejuicio duele. Lucy, una joven de diecisiete años, dice: “El prejuicio me encoleriza”. Como es de ascendencia hispana, conoce bien la frustración que ocasiona el prejuicio. “Estudio y saco buenas notas en la escuela, pero nunca me lo toman en cuenta. Si un blanco hace un buen trabajo, mi profesor lo alaba. Pero no importa cuán arduamente trabajes, si no eres blanco, lo que has hecho nunca está bien del todo.”
Otros jóvenes reaccionan al prejuicio con resignación. Una adolescente negra dice: “La mayoría de los estudiantes de mi escuela son blancos, pero me llevo bastante bien con ellos. Es cierto que me insultan, aunque no me importa mucho, porque ahora ya estoy acostumbrada”.
Sin embargo, hay quienes permiten que los comentarios cortantes y las actitudes de menosprecio de otros aplasten su amor propio. Un joven dice: “Mi padre y mi madre eran de razas diferentes. Durante mi niñez y mi juventud, me he visto menospreciado tanto por unos como por otros. Como consecuencia, he sufrido mucho daño mental y emocional. Puedo recordar ocasiones en que me avergoncé de mi color”.
Cómo hacer frente al prejuicio
Es comprensible que el prejuicio racial haga brotar sentimientos de ira, un deseo de venganza, de desquitarse, de rebelarse.
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¿Cómo puedo enfrentarme al prejuicio racial?¡Despertad! 1989 | 8 de febrero
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[Fotografía en la página 14]
Algunos jóvenes piensan que en la escuela se les pasa por alto por causa del prejuicio racial
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¿Cómo puedo enfrentarme al prejuicio racial?¡Despertad! 1989 | 8 de febrero
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No ‘devuelvas mal por mal’. El ser víctima de un insulto racial o tener que soportar “humor” racial de mal gusto puede producirte resentimiento. Una joven de dieciséis años llamada Tara recuerda: “Iba a una escuela donde la mayoría de los estudiantes eran blancos. Los chicos se susurraban el uno al otro, pero lo suficientemente alto como para que yo lo oyese, todo tipo de comentarios insultantes sobre mi raza”. A veces puede que la tentación de devolverles los insultos sea muy fuerte. Pero recuerda: los que hacen esos comentarios que duelen suelen querer que te enfades y te vengues, pues eso les daría una excusa para hacerte daño físico o causarte más daño verbal. ¡Qué apropiadas son las palabras de Proverbios 14:17: “El que es presto para la cólera comete tontedad”!
De modo que trata de mantenerte calmado. No olvides el consejo de un sabio de la antigüedad: “No hagas caso de todo lo que se dice”. (Eclesiastés 7:21, Versión Popular.) “Si les hubiese prestado atención —recuerda Tara—, me habrían vuelto loca. Pero no dejé que me afectase.”
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