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República Democrática del CongoAnuario de los testigos de Jehová 2004
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La obra de la Sociedad Watch Tower está proscrita en el Congo Belga desde el [12] de enero de 1949. Los verdaderos testigos de Jehová han sufrido por culpa de estos falsos informes. Se ha escrito al ministro de las colonias protestando por la situación y se han adjuntado suficientes pruebas que demuestran que los testigos de Jehová y la Sociedad Watch Tower no tienen nada que ver con el grupo subversivo Kitawala, pero no ha habido respuesta alguna.
Se ha tratado de suprimir la ‘predicación de la Palabra’ en el Congo Belga mediante la tergiversación, la persecución, las multas, las palizas, los encarcelamientos y la deportación.
1952: ¡En África central también hay una cortina de hierro (telón de acero)! En lo relativo a los testigos de Jehová, esta cortina se extiende por la frontera del Congo Belga. Sigue proscrita la predicación en este territorio predominantemente católico.
Los pocos informes que salen del país relatan la deportación, el encarcelamiento, las palizas y otras penalidades de los publicadores africanos. En algunos lugares parece que está aumentando la crueldad. A los hermanos congoleños se les envía a campos de trabajo si se les atrapa predicando o con publicaciones de la Watchtower. Hasta tener la Biblia se toma como indicativo de que su dueño es testigo de Jehová.
Las casas de los hermanos están bajo constante vigilancia y las registran a menudo. Así lo expresó un hermano: “[La policía del Congo Belga] no descansa a causa nuestra; su único objetivo es encontrarnos. La situación se ha puesto más difícil”.
Llegó a esta sucursal un informe aislado de la actividad de treinta publicadores durante el mes de agosto en el que se citaba de 1 Tesalonicenses 5:25: “Hermanos, continúen orando por nosotros” (NW).
Como mencionamos antes, varios Testigos africanos de Rhodesia del Norte entraron al Congo. Sin embargo, cuando los apresaron, fueron encarcelados y posteriormente deportados. Aunque la mayoría cumplió breves penas de prisión, algunos pasaron varios años en campos de trabajo. Cierto hermano estuvo casi cinco años en varias prisiones congoleñas. Sus captores lo golpeaban con frecuencia y, según le decían, solo lo liberarían si dejaba de predicar.
Fue en 1952 cuando este fiel hermano dijo: ‘Somos como granos de maíz africano en un saco. Allá donde se nos esparce, llega la lluvia y nos multiplicamos’. La sucursal de los testigos de Jehová de Rhodesia del Norte escribió al respecto: “No cabe duda de que los ‘granos de maíz africano’ se están diseminando por el Congo a pesar, o más bien, a causa de la persecución. En cierta ocasión, la sucursal de Lusaka recibió informes de varios centenares de personas que se reunían con los Testigos en la región de Kolwezi. No obstante, parece ser que están llevándose a los hermanos a otras partes del país”. Dicho traslado favoreció la expansión de la obra de hacer discípulos.
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República Democrática del CongoAnuario de los testigos de Jehová 2004
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dirigir estudios bíblicos, se realiza con muy pocas publicaciones o sin ellas, pues los hermanos nunca saben cuándo las autoridades van a registrar sus hogares. Un hermano que fue delatado por uno de sus “amigos” por tener un par de folletos pasó dos meses en la prisión Central de Élisabethville.
1954: La proscripción total de la Sociedad y las actividades de los testigos de Jehová sigue vigente en el Congo Belga [...]. Los hermanos fieles encarcelados predican a los demás presos, quienes con pequeños trozos de lápiz toman notas en pedazos de papel para consultar la Biblia que la prisión les ha prestado. Sin duda debido a esta predicación, en algunas cárceles se ha separado a los Testigos de los demás internos.
Tanto las actividades de los testigos de Jehová como las del movimiento Kitawala fueron proscritas. Las autoridades confiscaron las publicaciones que llegaban al país. Algunas partidas que no se detectaron fueron interceptadas por miembros del Kitawala, quienes las utilizaron para promover su causa. Los testigos de Jehová y los miembros del Kitawala fueron arrestados, golpeados y conducidos a campos de concentración. No obstante, Jesús declaró: “Por sus frutos los reconocerán” (Mat. 7:16). El gobierno colonial observó la magnífica conducta de los hermanos y comenzó a darse cuenta de la diferencia entre ambos grupos.
1955: Aunque no parece que la proscripción vaya a desaparecer pronto, no ha disminuido el celo de quienes aman y sirven a Jehová. Los numerosos encarcelamientos y deportaciones del año pasado no los han hecho desistir.
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