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Un cabeza de familia ejemplarLa Atalaya 2012 | 1 de abril
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JOSÉ pone el último bulto sobre el asno. Es de noche en la aldea de Belén. Con atentos ojos mira a un lado y otro de la calle, y con sus manos da suaves palmadas al pequeño pero robusto animal de carga. Probablemente piensa en el largo viaje hasta Egipto. Allí, todo será extraño: la gente, el idioma, las costumbres... ¿Logrará adaptarse su pequeña familia?
No debe ser fácil para José contarle a María, su amada esposa, el mensaje divino que le ha transmitido un ángel en un sueño. Pero se arma de valor y le da la mala noticia: ¡el rey Herodes pretende matar a su hijito! Deben apresurarse a salir de Belén (Mateo 2:13, 14). María está preocupadísima. Ni a ella ni a José les cabe en la cabeza que alguien quiera asesinar a su inocente hijo. ¿Qué peligro puede representar un niño indefenso? Aun así, confían en Jehová y se disponen a huir.
Todos los habitantes de Belén duermen ajenos a la tragedia que se avecina. José, María y Jesús abandonan sigilosamente el pueblo en la oscuridad. Mientras el alba despunta por el este y ellos avanzan por la ruta que va al sur, es posible que José piense: “¿Cómo haré yo, un simple carpintero, para proteger a mi familia de enemigos tan poderosos? ¿Podré cubrir siempre las necesidades de los míos? ¿Cumpliré pase lo que pase con la tarea que Jehová me ha confiado de cuidar y criar a este niño tan especial?”. José se enfrentó a obstáculos que podrían haber parecido insalvables.
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Un cabeza de familia ejemplarLa Atalaya 2012 | 1 de abril
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Es entonces, poco después de la partida de los visitantes, cuando el ángel de Jehová alerta a José: “Levántate, toma al niñito y a su madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te diga; porque Herodes está para buscar al niñito para destruirlo” (Mateo 2:13). Así que, como ya vimos al principio de este artículo, José obedece de inmediato. Da prioridad a la seguridad del niño y se lo lleva a Egipto. Y gracias a los valiosos regalos de los astrólogos, la familia dispone de los recursos que podrían ayudarles durante su estancia en el extranjero.
Ciertos mitos y leyendas de origen apócrifo han convertido la huida a Egipto en un viaje lleno de fantasías. Cuentan que el pequeño Jesús acortó de forma milagrosa el camino, logró que peligrosos bandidos no los atacaran e incluso hizo que palmeras datileras se inclinaran para poner sus frutos al alcance de María.c Pero la realidad es que fue un trayecto largo y duro por territorios desconocidos.
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Un cabeza de familia ejemplarLa Atalaya 2012 | 1 de abril
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c La Biblia muestra claramente que Jesús hizo su primer milagro después de bautizarse (Juan 2:1-11). Hallará más información sobre los relatos apócrifos en el artículo de la página 18, titulado “Los evangelios apócrifos: ¿contienen verdades ocultas sobre Jesús?”.
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