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Todos hemos de rendir cuenta a DiosLa Atalaya 1996 | 15 de septiembre
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Todos hemos de rendir cuenta a Dios
“Cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios.” (ROMANOS 14:12.)
1. ¿Qué limites se impusieron a la libertad de Adán y Eva?
JEHOVÁ DIOS dotó a nuestros primeros padres, Adán y Eva, de libre albedrío. Aunque inferiores a los ángeles, eran criaturas inteligentes con capacidad para tomar decisiones sabias. (Salmo 8:4, 5.) Sin embargo, la libertad concedida por Dios no los facultaba para regirse de forma autónoma. Eran responsables ante su Creador, y esa responsabilidad se transmitió a la totalidad de sus descendientes.
2. ¿Qué ajuste de cuentas efectuará Jehová en breve, y por qué razón?
2 Al aproximarse la culminación del presente sistema de cosas inicuo, Jehová ajustará cuentas en la Tierra. (Compárese con Romanos 9:28.) En breve, los hombres impíos tendrán que responder ante él por el saqueo de los recursos naturales, la aniquilación de vida humana y, sobre todo, por la persecución de sus siervos. (Revelación [Apocalipsis] 6:10; 11:18.)
3. ¿Qué preguntas analizaremos?
3 Ante tan seria perspectiva es oportuno reflexionar sobre el trato justo de Jehová con sus criaturas en tiempos pretéritos. ¿Cómo pueden ayudarnos las Escrituras a cada uno de nosotros a dar buena cuenta de nuestros actos al Creador? ¿Qué ejemplos son dignos de imitar, y cuáles hay que evitar?
Los ángeles rinden cuenta
4. ¿Cómo sabemos que Dios pide cuentas a los ángeles por sus acciones?
4 Las criaturas angélicas de Jehová en los cielos son tan responsables ante él como nosotros. En la época anterior al Diluvio, en tiempo de Noé, algunos ángeles desobedecieron y se materializaron para unirse sexualmente a las mujeres. Aunque estas criaturas espirituales podían elegir tal proceder en virtud de su libre albedrío, Dios les exigió cuentas. Cuando los ángeles rebeldes volvieron al reino de los espíritus, Jehová no les permitió recuperar su posición original. El discípulo Judas nos dice que fueron “[reservados] con cadenas sempiternas bajo densa oscuridad para el juicio del gran día”. (Judas 6.)
5. ¿Qué caída sufrieron Satanás y sus demonios, y cómo se saldará la cuenta de su rebelión?
5 Los ángeles desobedientes, o demonios, tienen a Satanás el Diablo por gobernante suyo. (Mateo 12:24-26.) Este ángel inicuo se sublevó contra el Creador y puso en tela de juicio la legitimidad de la soberanía de Jehová. Indujo a nuestros primeros padres a pecar, lo que a la larga les acarreó la muerte. (Génesis 3:1-7, 17-19.) Si bien Jehová consintió que Satanás siguiera teniendo acceso a la corte celestial, el libro bíblico de Revelación predijo que, al tiempo determinado por Dios, este inicuo personaje sería arrojado a la vecindad de la Tierra. Todo indica que tal acontecimiento tuvo lugar poco después de que Jesucristo recibió el poder del Reino en 1914. Con el tiempo, el Diablo y sus demonios irán a la destrucción eterna. Resuelta por fin la cuestión de la soberanía, se habrá saldado justamente la cuenta de la rebelión. (Job 1:6-12; 2:1-7; Revelación 12:7-9; 20:10.)
El Hijo de Dios rinde cuenta
6. ¿Cómo ve Jesús el hecho de que tenga que responder ante su Padre?
6 ¡Qué excelente ejemplo puso Jesucristo, el Hijo de Dios! Como hombre perfecto equiparable a Adán, se deleitó en hacer la voluntad divina; además, le alegró ser responsable de cumplir la ley de Jehová. De él profetizó apropiadamente el salmista: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado, y tu ley está dentro de mis entrañas”. (Salmo 40:8; Hebreos 10:6-9.)
7. Al orar la víspera de su muerte, ¿por qué pudo Jesús decir las palabras de Juan 17:4, 5?
7 Pese a la cruel oposición de que fue objeto, Jesús efectuó la voluntad divina y guardó integridad hasta la muerte en el madero de tormento. De ese modo pagó el precio para rescatar al género humano de los efectos mortíferos del pecado de Adán. (Mateo 20:28.) Por ello, la víspera de su muerte oró con confianza: “Yo te he glorificado sobre la tierra, y he terminado la obra que me has dado que hiciera. Así que ahora, Padre, glorifícame al lado de ti mismo con la gloria que tenía al lado de ti antes que el mundo fuera”. (Juan 17:4, 5.) Jesús pudo hablar así a su Padre celestial porque sabía que estaba pasando con éxito la prueba de responsabilidad a la que estaba siendo sometido y que contaba con el beneplácito de Dios.
8. a) ¿Cómo indicó Pablo que tendremos que rendir cuenta de nosotros mismos a Jehová Dios? b) ¿Qué nos ayudará a obtener la aprobación de Dios?
8 A diferencia de Jesucristo, nosotros no somos perfectos; con todo y con eso, responderemos de nuestros actos ante Dios. El apóstol Pablo dijo: “¿Por qué juzgas a tu hermano? ¿O por qué también menosprecias a tu hermano? Pues todos estaremos de pie ante el tribunal de Dios; porque está escrito: ‘Tan ciertamente como que vivo yo —dice Jehová—, ante mí toda rodilla se doblará, y toda lengua hará reconocimiento abierto a Dios’. De manera que cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios”. (Romanos 14:10-12.) A fin de que rindamos buena cuenta de nosotros mismos y podamos obtener su aprobación, Jehová nos ha dotado amorosamente de una conciencia y nos ha proporcionado su Palabra inspirada, la Biblia, las cuales nos sirven de guía en el habla y la conducta. (Romanos 2:14, 15; 2 Timoteo 3:16, 17.) Si aprovechamos al máximo las provisiones espirituales de Jehová y seguimos los dictados de nuestra conciencia educada por la Biblia, obtendremos la aprobación divina. (Mateo 24:45-47.) El espíritu santo, o fuerza activa, de Jehová, constituye otra fuente de fortaleza y dirección. Actuando en armonía con la dirección del espíritu y escuchando la voz de nuestra conciencia orientada por la Biblia, mostraremos que no ‘desatendemos a Dios’, ante quien hemos de dar razón de todos nuestros actos. (1 Tesalonicenses 4:3-8; 1 Pedro 3:16, 21.)
Las naciones responden ante Dios
9. ¿Quiénes eran los edomitas, y qué les ocurrió por el trato que dieron a Israel?
9 Jehová pide cuentas a las naciones. (Jeremías 25:12-14; Sofonías 3:6, 7.) Tal fue el caso del antiguo reino de Edom, situado al sur del mar Muerto y al norte del golfo de Aqaba. Los edomitas eran un pueblo semita consanguíneo de los israelitas. Aunque su antepasado era Esaú, el nieto de Abrahán, no dejaron que estos cruzaran su territorio por “el camino del rey” en su marcha hacia la tierra de promisión. (Números 20:14-21.) En el transcurso de los siglos, la animosidad de Edom degeneró en odio implacable. Finalmente, los edomitas tuvieron que responder por haber incitado a los babilonios a destruir Jerusalén en 607 a.E.C. (Salmo 137:7.) En el siglo VI a.E.C., las tropas babilonias comandadas por el rey Nabonido conquistaron Edom, que vino a estar desolado según el decreto de Jehová. (Jeremías 49:20; Abdías 9-11.)
10. ¿Cómo se portaron los moabitas con Israel, y de qué manera ajustó Dios cuentas con Moab?
10 Moab no corrió mejor suerte. Este reino se encontraba al norte de Edom y al este del mar Muerto. Antes de que los israelitas entraran en la tierra de promisión, los moabitas no los trataron con hospitalidad, y, obviamente, fue solo con ánimo de lucro que les suministraron pan y agua. (Deuteronomio 23:3, 4.) El rey moabita Balac alquiló los servicios del profeta Balaam para que maldijera a los israelitas, y las mujeres moabitas fueron un señuelo para inducirlos a la inmoralidad y la idolatría. (Números 22:2-8; 25:1-9.) No obstante, el odio que Moab le tuvo a Israel no pasó inadvertido a los ojos de Jehová. Como se había profetizado, los babilonios desolaron Moab. (Jeremías 9:25, 26; Sofonías 2:8-11.) En efecto, Dios ajustó cuentas con Moab.
11. ¿Como qué ciudades quedaron Moab y Ammón, y qué indican las profecías bíblicas con relación al presente sistema de cosas inicuo?
11 No solo Moab sino también Ammón tuvo que rendir cuenta a Dios, quien había predicho: “Moab misma llegará a ser lo mismo que Sodoma, y los hijos de Ammón como Gomorra, un lugar poseído por ortigas, y un hoyo de sal, y un yermo desolado, aun hasta tiempo indefinido”. (Sofonías 2:9.) Los países de Moab y Ammón fueron devastados, del mismo modo como Dios había destruido las ciudades de Sodoma y Gomorra. Según la Sociedad Geológica de Londres, los investigadores afirman haber dado con la ubicación de las ruinas de Sodoma y Gomorra, en la costa este del mar Muerto. Toda prueba fidedigna que aún esté por descubrirse solo servirá para sustentar las profecías bíblicas que indican que Jehová Dios también le exigirá cuentas al presente sistema de cosas inicuo. (2 Pedro 3:6-12.)
12. A pesar de que Israel tuvo que responder por sus pecados ante Dios, ¿qué se predijo acerca de un resto judío?
12 Pese a haber recibido muchos favores de Jehová, Israel tuvo que responder ante él por sus pecados. Cuando Jesucristo se presentó en la nación de Israel, la mayoría lo repudió; solo un resto ejerció fe en él y lo siguió. Pablo aplicó algunas profecías a este resto judío al escribir: “Isaías clama respecto a Israel: ‘Aunque el número de los hijos de Israel sea como la arena del mar, es el resto lo que será salvo. Porque Jehová hará un ajuste de cuentas sobre la tierra, concluyéndolo y acortándolo’. También, así como Isaías había dicho en otro tiempo: ‘A menos que Jehová de los ejércitos nos hubiera dejado descendencia, habríamos llegado a ser justamente como Sodoma, y habríamos quedado justamente como Gomorra’”. (Romanos 9:27-29; Isaías 1:9; 10:22, 23.) Tras citar el ejemplo de los siete mil hombres que no se prosternaron ante Baal en los tiempos de Elías, el apóstol agregó: “De esta manera, por lo tanto, también en la época presente ha llegado a haber un resto según una selección que se debe a bondad inmerecida”. (Romanos 11:5.) Aquel resto estaba compuesto de individuos que darían cuenta de su vida a Dios.
Otras personas que rindieron cuenta
13. ¿Qué le sucedió a Caín cuando Dios le pidió cuentas por el asesinato de su hermano Abel?
13 La Biblia cita multitud de casos de individuos que tuvieron que dar razón de sus actos ante Jehová Dios. Tomemos el ejemplo de Caín, el hijo primogénito de Adán. Tanto él como su hermano Abel ofrecieron sacrificios a Jehová, quien aceptó el sacrificio de Abel, mas no el de Caín. Llamado a cuentas por el brutal asesinato de su hermano, Caín respondió a Dios con insensibilidad: “¿Soy yo el guardián de mi hermano?”. Su pecado le valió el destierro “en la tierra de la Condición de Fugitivo, al este de Edén”. Caín no mostró arrepentimiento sincero por su delito; solo se lamentó de su justo castigo. (Génesis 4:3-16.)
14. ¿Cómo ilustra el caso del sumo sacerdote Elí y sus hijos que cada quien rendirá cuenta a Dios?
14 Otro ejemplo de que cada quien rendirá cuenta a Dios es el del sumo sacerdote israelita Elí. Sus hijos, Hofní y Finehás, sacerdotes oficiantes, “cometieron actos de injusticia contra los hombres y de impiedad con Dios y no se abstuvieron de ninguna clase de maldad”, según relata el historiador Josefo. Estos “hombres que no servían para nada” no reconocieron a Jehová, cometieron sacrilegio y se hicieron culpables de flagrante inmoralidad. (1 Samuel 1:3; 2:12-17, 22-25.) Como padre y como sumo sacerdote de Israel, Elí tenía el deber de disciplinarlos, pero se limitó a amonestarlos con suavidad; ‘siguió honrando a sus hijos más que a Jehová’. (1 Samuel 2:29.) La casa de Elí recibió su retribución. Ambos hijos murieron el mismo día que su padre, y su línea sacerdotal terminó de forma definitiva. Así quedó saldada la cuenta. (1 Samuel 3:13, 14; 4:11, 17, 18.)
15. ¿Por qué se premió a Jonatán, el hijo del rey Saúl?
15 Diametralmente opuesto fue el ejemplo que puso Jonatán, el hijo del rey Saúl. Poco después de que David mató a Goliat, “la misma alma de Jonatán se ligó con el alma de David”, y los dos hicieron un pacto de amistad. (1 Samuel 18:1, 3.) Aunque es probable que Jonatán comprendiera que el espíritu de Dios había abandonado a Saúl, su propio celo por la adoración verdadera no mermó. (1 Samuel 16:14.) Jonatán nunca dejó de reconocer la autoridad que Dios le había otorgado a David. Fue consciente de su responsabilidad ante Dios, de modo que Jehová premió su proceder honorable asegurándose de que su linaje se perpetuara por generaciones. (1 Crónicas 8:33-40.)
Ejemplos de la congregación cristiana
16. ¿Quién era Tito, y por qué puede decirse que dio buena cuenta de sí mismo a Dios?
16 Las Escrituras Griegas Cristianas hablan en términos elogiosos de un gran número de hombres y mujeres que rindieron buena cuenta de su vida. Tenemos, por ejemplo, a Tito, un griego del que se cree que abrazó el cristianismo durante el primer viaje misional de Pablo a Chipre. Como es probable que en Pentecostés del año 33 hubiera habido judíos y prosélitos chipriotas en Jerusalén, el cristianismo pudo haber llegado a la isla al poco tiempo. (Hechos 11:19.) Tito fue uno de los fieles colaboradores de Pablo. Acompañó a este y a Bernabé en el viaje a Jerusalén de alrededor del año 49, cuando se resolvió la importante cuestión de la circuncisión. El hecho de que Tito fuera incircunciso añadía peso al argumento de Pablo de que los conversos al cristianismo no debían someterse a la Ley mosaica. (Gálatas 2:1-3.) Las Escrituras dan fe del excelente ministerio de Tito; Pablo incluso le envió una epístola inspirada. (2 Corintios 7:6; Tito 1:1-4.) Al parecer, Tito dio buena cuenta de sí a Dios hasta el final de su vida terrestre.
17. ¿Qué cuenta rindió Timoteo de su vida, y qué efecto debe tener su ejemplo en nosotros?
17 Timoteo fue otro hombre celoso que rindió buena cuenta de su vida a Jehová Dios. Pese a sus problemas de salud, manifestó ‘fe sin hipocresía alguna’ y ‘sirvió como esclavo con Pablo en el adelanto de las buenas nuevas’. Por ello, el apóstol dijo a los hermanos cristianos de Filipos: “No tengo a ningún otro de disposición como la de [Timoteo], que genuinamente cuide de las cosas que tienen que ver con ustedes”. (2 Timoteo 1:5; Filipenses 2:20, 22; 1 Timoteo 5:23.) Nosotros también podemos mostrar fe sincera y dar buena cuenta a Dios de nosotros mismos al enfrentarnos a las flaquezas humanas y a otra clase de pruebas.
18. ¿Quién era Lidia, y qué clase de espíritu manifestó?
18 Lidia fue una mujer piadosa que, por lo visto, dio buena cuenta de sí a Dios. Ella y su casa figuran entre los primeros europeos que abrazaron el cristianismo como resultado de la actividad de Pablo en Filipos hacia el año 50. Oriunda de Tiatira, probablemente era prosélita judía, aunque los judíos debían de ser pocos en Filipos, y no tenían sinagoga. Ella y otras mujeres devotas estaban reunidas a la orilla de un río cuando Pablo les habló. Lidia se hizo cristiana, y suplicó a Pablo y a sus compañeros que se alojaran en su casa. (Hechos 16:12-15.) La hospitalidad de Lidia continúa siendo una virtud distintiva de los cristianos genuinos.
19. ¿Por efectuar qué buenas obras dio Dorcas buena cuenta de sí a Dios?
19 Dorcas fue otra mujer que dio buena cuenta de sí a Jehová Dios. A su muerte, Pedro viajó a Jope a petición de los cristianos de aquel lugar. Los dos hombres que fueron a buscarlo “lo condujeron al aposento de arriba; y todas las viudas se le presentaron llorando y exhibiendo muchas prendas de vestir interiores y exteriores que Dorcas solía hacer mientras estaba con ellas”. Dorcas fue resucitada. ¿Pero debe recordársela únicamente por su magnanimidad? No. Ella era “discípula”, y de seguro participaba en la obra de hacer discípulos. De igual manera, hoy las cristianas ‘abundan en buenos hechos y dádivas de misericordia’. A ellas también les complace tomar parte activa en proclamar las buenas nuevas del Reino y hacer discípulos. (Hechos 9:36-42; Mateo 24:14; 28:19, 20.)
20. ¿Qué preguntas debemos plantearnos?
20 La Biblia indica claramente que tanto naciones como individuos tendrán que rendir cuenta al Señor Soberano Jehová. (Sofonías 1:7.) Por eso, si estamos dedicados a Dios, preguntémonos: ‘¿Cómo veo yo los privilegios y las responsabilidades que Dios me ha conferido? ¿Qué clase de cuentas estoy rindiendo a Jehová Dios y Jesucristo?’.
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Que Jehová le impute el bien a su cuentaLa Atalaya 1996 | 15 de septiembre
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Que Jehová le impute el bien a su cuenta
“Esto [...] recuerda a favor mío, sí, oh Dios mío [...]. Acuérdate de mí, sí, oh Dios mío, para bien.” (NEHEMÍAS 13:22, 31.)
1. ¿De qué ayuda disponen quienes están dedicados a Jehová Dios para dar a él buena cuenta de sus actos?
LOS siervos de Jehová disponen de toda la ayuda necesaria para dar a él buena cuenta de sus actos. ¿Por qué? Porque gozan de una relación estrecha con Dios como parte de su organización terrenal. Él les ha revelado sus propósitos y les ha dado ayuda y entendimiento espiritual por medio de su santo espíritu. (Salmo 51:11; 119:105; 1 Corintios 2:10-13.) Atendiendo a estas circunstancias especiales, Jehová pide amorosamente a sus siervos terrestres que rindan cuenta de lo que son y de lo que logran con la fortaleza que él les imparte y con la ayuda de su espíritu santo.
2. a) ¿De qué manera dio Nehemías buena cuenta de su vida a Dios? b) ¿Con qué súplica concluyó Nehemías el libro bíblico que lleva su nombre?
2 Alguien que dio buena cuenta de su vida a Dios fue Nehemías, copero del rey persa Artajerjes (Longimano). (Nehemías 2:1.) Nombrado gobernador de los judíos, Nehemías reconstruyó la muralla de Jerusalén en medio de enemigos y peligros. Con celo por la adoración verdadera, hizo cumplir la Ley de Dios y se interesó por los oprimidos. (Nehemías 5:14-19.) Ordenó a los levitas que se purificaran con regularidad, que vigilaran las puertas y que santificaran el sábado. Por ende, pudo elevar esta plegaria: “Esto, también, recuerda a favor mío, sí, oh Dios mío, y de veras tenme lástima conforme a la abundancia de tu bondad amorosa”. Fue pertinente asimismo que concluyera su libro divinamente inspirado con la súplica: “Acuérdate de mí, sí, oh Dios mío, para bien”. (Nehemías 13:22, 31.)
3. a) ¿Cómo describiría a una persona que hace el bien? b) ¿Qué preguntas puede suscitar en nosotros el reflexionar sobre la conducta de Nehemías?
3 Quien hace el bien es virtuoso y realiza obras rectas en favor de sus congéneres. Nehemías fue ese tipo de persona. Le tuvo temor reverencial a Dios y mostró gran celo por el culto verdadero; además, agradeció los privilegios que se le concedieron en el servicio divino y dio a Jehová buena cuenta de sus actos. Reflexionar sobre su conducta bien puede suscitar en nosotros las siguientes preguntas: ‘¿Cómo veo yo los privilegios y las responsabilidades que Dios me ha conferido? ¿Qué clase de cuentas estoy rindiendo a Jehová Dios y Jesucristo?’.
El conocimiento trae consigo responsabilidad
4. ¿Qué comisión dio Jesús a sus seguidores, y qué harían los que estuvieran “correctamente dispuestos para vida eterna”?
4 Jesús comisionó a sus seguidores: “Vayan [...] y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos [...], enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado”. (Mateo 28:19, 20.) Harían discípulos enseñando a la gente. Los que aprendieran por este medio y estuvieran “correctamente dispuestos para vida eterna” se bautizarían, como Jesús. (Hechos 13:48; Marcos 1:9-11.) Su deseo de observar todo lo que él había mandado brotaría del corazón. Al adquirir el conocimiento exacto de la Palabra de Dios y aplicarlo, llegarían a dedicarse. (Juan 17:3.)
5, 6. ¿Cómo hemos de entender Santiago 4:17? Ilustre su aplicación.
5 Cuanto más profundo sea nuestro conocimiento de las Escrituras, tanto más sólido será el fundamento de nuestra fe y tanto mayor nuestra responsabilidad ante Dios. Dice Santiago 4:17: “Si uno sabe hacer lo que es correcto y, sin embargo, no lo hace, es para él un pecado”. Esta afirmación es una clara conclusión de lo que el discípulo Santiago acababa de decir sobre jactarse en lugar de depender de Dios por completo. Si uno sabe que no puede lograr nada duradero sin la ayuda de Jehová, pero no actúa en consecuencia, comete pecado. Ahora bien, las palabras de Santiago pueden aplicarse igualmente a los pecados de omisión. En la parábola de Jesús de las ovejas y las cabras, por ejemplo, no se condena a estas últimas por su comisión de actos malos, sino por no haber asistido a los hermanos de Cristo. (Mateo 25:41-46.)
6 Cierto hombre que estudiaba la Biblia con los testigos de Jehová no adelantaba mucho en sentido espiritual porque seguía fumando, aun cuando sabía que debía abandonar el hábito. Un anciano le pidió que leyera Santiago 4:17 y, después de comentar el significado del pasaje, le dijo: “Aunque no te hayas bautizado, tendrás que rendir cuentas a Dios y asumir plenamente la responsabilidad de tu decisión”. Felizmente, el hombre reaccionó, dejó de fumar y pronto reunió las condiciones para bautizarse en símbolo de su dedicación a Jehová Dios.
Somos responsables de nuestro ministerio
7. ¿Cuál es una manera de mostrar gratitud por “el mismísimo conocimiento de Dios”?
7 Debemos desear de corazón agradar al Creador. Una manera de mostrar gratitud por “el mismísimo conocimiento de Dios” es cumplir el cometido de hacer discípulos de su Hijo, Jesucristo, lo cual constituye también una forma de expresar nuestro amor a Dios y al prójimo. (Proverbios 2:1-5; Mateo 22:35-40.) En efecto, el conocimiento de Dios nos hace responsables ante él, y tenemos que ver a nuestros semejantes como futuros discípulos.
8. ¿Por qué puede decirse que Pablo se consideraba responsable de su ministerio ante Dios?
8 El apóstol Pablo sabía que aceptar y obedecer de toda alma las buenas nuevas resulta en salvación, mientras que rechazarlas lleva a destrucción. (2 Tesalonicenses 1:6-8.) Por consiguiente, se consideraba responsable de su ministerio ante Jehová. De hecho, él y sus compañeros tenían en tanta estima el ministerio, que se cuidaban mucho de ni siquiera dar la impresión de que sacaban provecho económico de él. Es más, el corazón de Pablo lo impulsó a decir: “Ahora bien, si declaro las buenas nuevas, eso no es motivo para que me jacte, porque necesidad me está impuesta. Realmente, ¡ay de mí si no declarara las buenas nuevas!”. (1 Corintios 9:11-16.)
9. ¿Qué importante deuda tenemos que saldar los cristianos?
9 Dado que somos siervos dedicados de Jehová, ‘nos está impuesta la necesidad de declarar las buenas nuevas’. Nuestra misión es predicar el mensaje del Reino. Esta es una responsabilidad que asumimos cuando nos dedicamos a Dios. (Compárese con Lucas 9:23, 24.) Por otra parte, tenemos una deuda que pagar. Pablo dijo: “Tanto a griegos como a bárbaros, tanto a sabios como a insensatos, soy deudor: de modo que por mi parte tengo vivo interés en declararles las buenas nuevas también a ustedes, allí en Roma”. (Romanos 1:14, 15.) Pablo estaba en deuda porque sabía que era su deber predicar las buenas nuevas para que la gente las oyera y se salvara. (1 Timoteo 1:12-16; 2:3, 4.) Por esa razón, se empeñó en cumplir su comisión y saldar la deuda con sus semejantes. Como cristianos, nosotros también tenemos que liquidar la misma deuda. Predicar el Reino es, al mismo tiempo, la principal forma de demostrar que amamos a Dios, a su Hijo y al prójimo. (Lucas 10:25-28.)
10. ¿Qué han hecho algunos para expandir su ministerio?
10 Una manera de rendir buena cuenta de nuestros actos a Dios es valernos de las aptitudes que tengamos para expandir nuestro ministerio. Ilustrémoslo: en los últimos años, Gran Bretaña ha recibido una gran afluencia de emigrantes de muchas naciones. Para llegar hasta ellos con las buenas nuevas, más de ochocientos precursores (predicadores del Reino de tiempo completo) y otros centenares de Testigos están aprendiendo diferentes idiomas, lo que ha sido un magnífico incentivo para el ministerio. Una precursora que enseña chino a un grupo comentó: “Nunca me imaginé que un día les enseñaría mi idioma a otros Testigos para que pudieran comunicar la verdad en él. ¡Es muy gratificante!”. ¿Puede usted expandir su ministerio de un modo parecido?
11. ¿En qué resultó el testimonio informal que dio cierta cristiana?
11 En caso de que alguien se estuviera ahogando, seguramente haríamos cuanto pudiéramos por salvarlo. Del mismo modo, los siervos de Jehová anhelamos utilizar nuestras aptitudes para dar testimonio en toda oportunidad. Hace poco, una Testigo se sentó junto a una mujer en el autobús y le habló de las Escrituras. A esta le encantó lo que oyó, y formuló muchas preguntas. Cuando la Testigo se disponía a bajarse, la mujer le suplicó que siguiera hasta su casa, pues aún tenía muchas preguntas que hacerle. La Testigo accedió. ¿Cuál fue el resultado? Se inició un estudio bíblico y seis meses más tarde la mujer era publicadora no bautizada del Reino. Al poco tiempo ya dirigía seis estudios bíblicos. ¡Qué maravillosa recompensa por usar las aptitudes personales en el servicio del Reino!
12. ¿Cómo podemos emplear bien nuestras aptitudes como ministros en el servicio del campo?
12 Podemos emplear eficazmente en el campo nuestras aptitudes como ministros valiéndonos de publicaciones como el libro de 192 páginas El conocimiento que lleva a vida eterna. Para abril de 1996, el Comité de Redacción del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová había aprobado su publicación en más de 140 idiomas, y ya se habían imprimido 30.500.000 ejemplares en 111 idiomas. Esta obra se escribió con la finalidad de que los estudiantes de la Biblia aprendan lo suficiente de la Palabra y los propósitos de Jehová Dios para dedicarse a él y bautizarse. Puesto que los publicadores del Reino no pasarán años enseñando a una misma persona, podrán dar atención a un mayor número de estudiantes o incrementar su participación en la obra de casa en casa y otras facetas del ministerio. (Hechos 5:42; 20:20, 21.) Teniendo presente su responsabilidad ante Dios, los publicadores dirigen la atención a las advertencias divinas. (Ezequiel 33:7-9.) Sin embargo, su principal interés es honrar a Jehová y ayudar a cuantos sea posible a aprender las buenas nuevas en el poco tiempo que le resta a este sistema de cosas inicuo.
Familias que dan buena cuenta a Dios
13. ¿Por qué deben tener las familias devotas un estudio bíblico regular?
13 Toda persona o familia que abrace el cristianismo verdadero ha de rendir cuenta a Dios; por lo tanto, debe ‘pasar adelante a la madurez’ y hacerse ‘sólida en la fe’. (Hebreos 6:1-3; 1 Pedro 5:8, 9.) Por ejemplo, los que han estudiado el libro Conocimiento y se han bautizado necesitan perfeccionar su conocimiento de las Escrituras, para lo cual deben asistir periódicamente a las reuniones y leer la Biblia y otras publicaciones cristianas. Las familias devotas también precisan un estudio regular, pues este es un medio importante para ‘mantenerse despiertos, estar firmes en la fe, portarse como hombres y hacerse poderosos’. (1 Corintios 16:13.) Si usted es cabeza de familia, tiene ante Dios la responsabilidad especial de asegurarse de que los suyos estén bien alimentados espiritualmente. Como el alimento físico nutritivo contribuye a la buena salud, así también el alimento espiritual abundante y regular es indispensable para que usted y su familia continúen “saludables en la fe”. (Tito 1:13.)
14. ¿Qué efecto tuvo el testimonio de una niña israelita bien instruida?
14 Si tiene hijos, Dios le imputará el bien a su cuenta siempre y cuando les imparta sana instrucción espiritual. Tal instrucción les será beneficiosa a ellos, como lo fue para una niña israelita que los sirios cautivaron en los días de Eliseo, el profeta de Dios. Esta jovencita quedó al servicio de la esposa de Naamán, jefe del ejército sirio que padecía lepra. A pesar de ser solo una niña, dijo a su ama: “¡Si solo mi señor estuviera delante del profeta que hay en Samaria! En ese caso él le daría recobro de su lepra”. Como consecuencia de su testimonio, Naamán viajó a Israel, obedeció finalmente las instrucciones que le dio Eliseo de bañarse siete veces en el río Jordán, y quedó limpio de su lepra. Es más, Naamán se convirtió en adorador de Jehová. ¡Qué emoción debió de haber sentido aquella muchachita! (2 Reyes 5:1-3, 13-19.)
15. ¿Por qué es importante que los padres den a sus hijos una buena educación espiritual? Ilustre.
15 No es tarea fácil criar hijos temerosos de Dios en este mundo amoral que yace en el poder de Satanás. (1 Juan 5:19.) Sin embargo, Loida y Eunice, la abuela y la madre de Timoteo, respectivamente, consiguieron educar a Timoteo en las Escrituras desde la infancia. (2 Timoteo 1:5; 3:14, 15.) Enseñar a los hijos la Biblia, llevarlos a las reuniones cristianas con regularidad, y con el tiempo hacer que los acompañen en el ministerio, son actividades que conforman el patrón de educación por el cual los padres darán razón a Dios. Una cristiana de Gales que ahora tiene unos 85 años recuerda que, a principios de los años veinte, su padre la llevaba en un viaje de diez kilómetros de ida por la montaña (y otro tanto de vuelta) con el fin de distribuir tratados bíblicos entre los aldeanos del valle contiguo. “Fue durante aquellos viajes cuando mi padre me inculcó la verdad en el corazón”, señala agradecida.
Los ancianos rinden cuenta. ¿Cómo?
16, 17. a) ¿De qué privilegios disfrutaban los ancianos espiritualmente maduros del antiguo Israel? b) En comparación con la situación del antiguo Israel, ¿por qué se requiere más de los ancianos cristianos hoy día?
16 “La canicie es corona de hermosura cuando se halla en el camino de la justicia”, dijo el sabio Salomón. (Proverbios 16:31.) Pero la mera edad no capacita a un hombre para asumir responsabilidades en la congregación del pueblo de Dios. En el antiguo Israel había ancianos maduros espiritualmente que servían de jueces y oficiales para administrar justicia y conservar la paz, el orden y la salud espiritual. (Deuteronomio 16:18-20.) Si bien ocurre lo mismo en la congregación cristiana, al aproximarse el fin de este sistema de cosas se requiere más de los ancianos. ¿Por qué?
17 Los israelitas eran un ‘pueblo escogido’ a quien Dios había libertado del antiguo Egipto. Desde el momento en que recibieron la Ley a través de su mediador, Moisés, sus descendientes nacieron en el seno de una nación dedicada y estuvieron familiarizados con los preceptos de Jehová. (Deuteronomio 7:6, 11.) Sin embargo, hoy día nadie nace siendo miembro de una nación dedicada, y son relativamente pocos los que se crían en hogares devotos cuyos miembros conocen bien la verdad de la Biblia. Sobre todo quienes han comenzado recientemente a ‘andar en la verdad’ necesitan que se les enseñe a amoldar su vida a los principios bíblicos. (3 Juan 4.) Así pues, los fieles ancianos llevan sobre sus hombros una gran responsabilidad mientras ‘siguen reteniendo el modelo de palabras saludables’ y asistiendo al pueblo de Jehová. (2 Timoteo 1:13, 14.)
18. ¿Qué clase de asistencia deben los ancianos estar preparados para dar, y por qué?
18 El niño que está aprendiendo a caminar puede tropezar y caer; se siente inseguro y precisa la ayuda y el apoyo de sus padres. Igualmente, la persona dedicada a Jehová puede dar un traspié o caer en sentido espiritual. Hasta el apóstol Pablo tuvo que luchar con tenacidad para hacer lo que era recto o bueno a la vista de Dios. (Romanos 7:21-25.) Los pastores del rebaño de Dios deben brindar ayuda amorosa a los cristianos que han errado, pero que de verdad se han arrepentido. Cuando los ancianos visitaron a una mujer dedicada que había cometido un error grave, esta dijo delante de su esposo dedicado: “Sé que me van a expulsar”. No obstante, se echó a llorar cuando los ancianos le dijeron que querían saber cómo podían ayudar a la familia a recuperarse espiritualmente. Conscientes de que tienen que rendir cuenta a Dios, los ancianos estaban felices de poder ayudar a una hermana arrepentida. (Hebreos 13:17.)
Sigamos dando buena cuenta de nosotros mismos
19. ¿Cómo podemos seguir dando a Dios buena cuenta de nuestros actos?
19 Tanto los ancianos de congregación como todos los demás siervos de Jehová Dios necesitamos seguir dando buena cuenta de nuestros actos a él. Esto es posible si nos adherimos a su Palabra y hacemos su voluntad. (Proverbios 3:5, 6; Romanos 12:1, 2, 9.) Queremos hacer el bien especialmente a nuestros hermanos en la fe. (Gálatas 6:10.) Sin embargo, la mies es mucha y los trabajadores son pocos. (Mateo 9:37, 38.) Por eso, obremos el bien para con otros proclamando con diligencia el mensaje del Reino. Jehová nos imputará el bien a nuestra cuenta si cumplimos con nuestra dedicación, efectuamos su voluntad y proclamamos fielmente las buenas nuevas.
20. ¿Qué aprendemos al examinar la conducta de Nehemías?
20 Sigamos, por lo tanto, teniendo mucho que hacer en la obra del Señor. (1 Corintios 15:58.) Y es aconsejable que examinemos la conducta de Nehemías, quien reconstruyó la muralla de Jerusalén, hizo cumplir la Ley divina, fomentó con celo la adoración verdadera y pidió a Jehová Dios que se acordara de él por el bien que había hecho. Que su devoción a Jehová sea como la de Nehemías, y que Jehová le impute el bien a su cuenta.
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