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El complejo ecosistema mundial¡Despertad! 2001 | 22 de noviembre
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¿Es necesaria tanta variedad?
¿Debe preocuparnos la pérdida de la biodiversidad? ¿Necesitamos realmente tantas especies? Muchos expertos de renombre sostienen que sí. De ellas obtenemos alimento, sustancias químicas útiles y muchos otros productos y servicios. Piense asimismo en los beneficios que pudieran reportarnos los seres vivos aún no descubiertos. Por ejemplo, se ha calculado que 120 de los 150 fármacos principales que se prescriben en Estados Unidos se extraen de compuestos naturales. Por consiguiente, con la pérdida de la flora, perdemos también la oportunidad de encontrar nuevos remedios y compuestos químicos. Sir Ghillean Prance, director de los jardines de Kew (Londres), comenta: “Cada vez que desaparece una especie, desaparece una opción futura; perdemos una posible cura para el sida o tal vez plantas y animales resistentes a los virus. Así pues, debemos frenar como sea este proceso, no solo por el bien del planeta, sino por el nuestro”.
Los ecosistemas saludables desempeñan otras funciones esenciales para nosotros y el resto de los seres vivos, como la producción de oxígeno, la purificación del agua, la filtración de los agentes contaminantes y la prevención de la erosión del suelo.
Por si fuera poco, los insectos polinizan las flores; las ranas, los peces y las aves mantienen bajo control ciertas plagas; los mejillones y otros organismos acuáticos purifican el agua, y las plantas y los microorganismos dan origen a distintos tipos de suelo. El valor económico de todos estos servicios que nos presta la biodiversidad mundial es inmenso. Según cálculos moderados, asciende a unos 3.000.000.000.000 de dólares anuales, de acuerdo con los precios de 1995.
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¿Qué futuro le aguarda a la biodiversidad?¡Despertad! 2001 | 22 de noviembre
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El científico Anthony C. Janetos escribió en la revista Consequences: “Mucha gente concordará en que, como sociedad, tenemos la obligación ética de proteger la habitabilidad del planeta y de administrar de forma responsable su riqueza biológica para el bienestar presente y futuro del género humano. Si deseamos lograr este objetivo, tenemos que valorar la biodiversidad —tanto por lo que aporta al mundo natural, como a nosotros— y comprometernos a conservarla”.
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