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“¡Miren! Este es nuestro Dios”La Atalaya 2003 | 1 de julio
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“¡Miren! Este es nuestro Dios”
Estos dos artículos se basan en el libro Acerquémonos a Jehová, presentado en las asambleas de distrito que se celebraron por todo el mundo durante los años 2002 y 2003 (véase el artículo “Ha llenado un vacío en mi corazón”, en la página 20).
“¡Miren! Este es nuestro Dios. Hemos esperado en él, y él nos salvará. Este es Jehová.” (ISAÍAS 25:9.)
1, 2. a) ¿Cómo se refirió Jehová al patriarca Abrahán, y qué pudiéramos preguntarnos en vista de ello? b) ¿Cómo nos asegura la Biblia que podemos disfrutar de una estrecha relación con Dios?
“MI AMIGO.” Así es como Jehová, el Creador de los cielos y la Tierra, se refirió al patriarca Abrahán (Isaías 41:8). Imagínese: ¡un simple ser humano, amigo del Señor Soberano del universo! Tal vez usted se pregunte: “¿Podré yo estar tan cerca de Dios?”.
2 La Biblia nos asegura que podemos disfrutar de una relación estrecha con él. A Abrahán se le concedió gozar de tal intimidad porque “puso fe en Jehová” (Santiago 2:23). Y también hoy día, Jehová “tiene intimidad con los rectos” (Proverbios 3:32). “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes”, nos insta la Palabra de Dios en Santiago 4:8. Está claro que si damos pasos para acercarnos a Jehová, él no nos rechazará. De hecho, se acercará a nosotros. Ahora bien, ¿significan estas palabras inspiradas que nosotros, humanos imperfectos y pecadores, somos los que damos el primer paso? Ni mucho menos. La intimidad con Jehová solo es posible porque nuestro Dios amoroso ha dado dos pasos importantes (Salmo 25:14).
3. ¿Gracias a qué dos pasos que ha dado Jehová podemos gozar de su amistad?
3 En primer lugar, Jehová dispuso que Jesús “[diera] su alma en rescate en cambio por muchos” (Mateo 20:28). Tal sacrificio redentor hace posible que nos acerquemos a Dios. “En cuanto a nosotros, amamos, porque él nos amó primero”, declara la Biblia (1 Juan 4:19). En efecto, puesto que él “nos amó primero”, sentó las bases para que gozáramos de su amistad. En segundo lugar, Jehová nos ha revelado su modo de ser. Toda amistad se basa en conocer a fondo a la persona y apreciarla por sus virtudes. Piense en lo que esto implica. Si Jehová fuera un Dios escondido e inaccesible, jamás podríamos aproximarnos a él. Sin embargo, lejos de ocultarse de nosotros, quiere que lo lleguemos a conocer (Isaías 45:19). Y al revelarse a sí mismo en su Palabra, la Biblia, en términos que nos resultan comprensibles, no solo demuestra que nos ama, sino también que desea que lo conozcamos y lo amemos como nuestro Padre celestial.
4. ¿Cómo nos sentiremos respecto a Jehová al entender mejor sus cualidades?
4 ¿Alguna vez ha visto a un niño pequeño señalar a su padre y, con toda inocencia, decir con alegría y orgullo a sus amigos: “Ese es mi papá”? Los adoradores de Jehová tienen sobradas razones para sentirse así respecto a él. La Biblia predice que llegará el día en que todos los fieles exclamarán: “¡Miren! Este es nuestro Dios” (Isaías 25:8, 9). Cuanto mejor entendamos las cualidades de Jehová, más seguros estaremos de tener el mejor Padre y el más allegado Amigo que pudiéramos desear. Sí, aumentar nuestra comprensión de ellas nos da múltiples razones para acercarnos a él. Por tanto, examinemos lo que revelan las Escrituras sobre los cuatro atributos cardinales de Jehová, a saber, su poder, justicia, sabiduría y amor. En este artículo analizaremos los tres primeros.
“Sublime en poder”
5. ¿Por qué es apropiado que Jehová sea el único que reciba la designación “el Todopoderoso”, y de qué maneras emplea su imponente poder?
5 Jehová es “sublime en poder” (Job 37:23). Jeremías 10:6 dice: “De ninguna manera hay alguien semejante a ti, oh Jehová. Tú eres grande, y tu nombre es grande en poderío”. A diferencia de toda criatura, el poder de Dios es ilimitado. Por este motivo, es el único que recibe la designación “el Todopoderoso” (Revelación [Apocalipsis] 15:3). Él emplea su imponente poder para crear, destruir, proteger y restaurar. Veamos tan solo dos ejemplos: su poder creador y su poder protector.
6, 7. ¿Cuánta potencia tiene el Sol, y de qué importante verdad da prueba esto?
6 Cuando se encuentra al aire libre en un luminoso día de verano, ¿qué siente en la piel? El calor del Sol. Sin embargo, lo que siente en realidad son los resultados del poder creador de Jehová. ¿Cuánta potencia tiene el Sol? Pues bien, en su núcleo la temperatura es de unos 15.000.000 oC. Si sacáramos de allí un fragmento del tamaño de la cabeza de un alfiler y lo trajéramos a la Tierra, tendríamos que alejarnos de esa diminuta fuente de calor unos 140 kilómetros para no sufrir ningún daño. De hecho, el Sol emite cada segundo una energía equivalente a la explosión de centenares de millones de bombas atómicas. No obstante, la Tierra gira en torno a este colosal horno termonuclear justo a la distancia adecuada. Si se aproximara más, se evaporarían las aguas, y si se alejara, se congelarían. Tanto un extremo como el otro borrarían la vida del planeta.
7 Sin embargo, aunque su vida misma depende del Sol, muchas personas lo dan por sentado y por ello pierden de vista las lecciones que nos enseña. Salmo 74:16 dice de Jehová: “Preparaste la lumbrera, aun el sol”. Así es, este astro ensalza a Jehová, “el Hacedor del cielo y de la tierra” (Salmo 146:6). Con todo, no es más que una de las numerosas creaciones que nos revelan Su inmenso poder. De modo que cuanto más aprendemos sobre el poder creador de Jehová, mayor es el asombro reverente que nos inspira.
8, 9. a) ¿Qué conmovedora imagen literaria muestra la disposición de Jehová a proteger y cuidar a sus adoradores? b) ¿Cómo cuidaba a sus ovejas el pastor de tiempos bíblicos, y qué nos enseña esto de nuestro Gran Pastor?
8 Jehová también se vale de su inmenso poder para proteger y cuidar a sus adoradores. La Biblia contiene imágenes literarias impactantes pero conmovedoras con las que describe las promesas divinas de brindar cuidado protector. Por ejemplo, veamos Isaías 40:11. En este pasaje, Dios se compara a sí mismo a un pastor, y a sus siervos los compara a ovejas. Leemos: “Como pastor pastoreará su propio hato. Con su brazo juntará los corderos; y en su seno los llevará. Conducirá con cuidado a las que están dando de mamar”. ¿Puede visualizar la imagen que transmite este versículo?
9 Hay pocos animales tan indefensos como la oveja doméstica. El pastor de tiempos bíblicos tenía que ser valiente para proteger su rebaño de los lobos, los osos y los leones (1 Samuel 17:34-36; Juan 10:10-13). Pero a veces su labor requería ternura. Por poner un caso: cuando alguna oveja paría lejos del aprisco, ¿cómo protegía el pastor al indefenso corderito? Lo llevaba, a veces durante días, “en su seno”, es decir, en los pliegues de su vestidura exterior. Ahora bien, ¿cómo lograba el corderito que el pastor lo pusiera allí? Tal vez se le acercara e incluso le empujara levemente la pierna. Sin embargo, era el pastor quien tenía que inclinarse a recogerlo para entonces colocarlo al amparo de su seno. ¡Qué imagen tan tierna de la disposición del Gran Pastor a proteger y cuidar a sus siervos!
10. ¿Qué protección nos brinda Jehová hoy, y por qué es tan importante para nosotros?
10 Jehová no se ha limitado a prometer su protección. En tiempos bíblicos realizó milagros con los que demostró que tiene la capacidad de “librar de la prueba a personas de devoción piadosa” (2 Pedro 2:9). ¿Qué puede decirse de la actualidad? Entendemos que él ya no se vale de su poder para librarnos de todas las calamidades. Pero sabemos que nos brinda algo mucho más importante: su protección espiritual. En efecto, nuestro amoroso Dios nos ampara de daños espirituales dotándonos de todo lo necesario para soportar las pruebas y salvaguardar nuestra relación con él. Por ejemplo, Lucas 11:13 declara: “Si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!”. Esta potentísima fuerza nos ayuda a encarar cualquier prueba o dificultad que nos sobrevenga (2 Corintios 4:7). De este modo, Jehová actúa para preservarnos la vida, no solo unos cuantos años, sino toda la eternidad. Con esa perspectiva, veremos cualquier tribulación que nos ocasione este sistema como “momentánea y liviana” (2 Corintios 4:17). ¿Verdad que nos atrae un Dios que con tanto amor emplea su poder para nuestro bien?
“Jehová es amador de la justicia”
11, 12. a) ¿Por qué nos atrae a Jehová su justicia? b) ¿A qué conclusión llegó David sobre la justicia de Jehová, y cómo nos reconfortan esas palabras divinamente inspiradas?
11 Jehová hace lo que es correcto y equitativo, y actúa así siempre, sin parcialidad alguna. La justicia de Jehová no es una cualidad fría y severa que nos inspire rechazo, sino que es atrayente y nos acerca a él. Como indica la Biblia con claridad, es un atributo reconfortante. Analicemos, pues, tres formas en que Jehová manifiesta su justicia.
12 En primer lugar, la justicia de Jehová lo mueve a ser fiel y leal con sus siervos. El salmista David pudo constatar por sí mismo esta faceta de la rectitud divina. ¿A qué conclusión lo llevó su propia experiencia y el estudio de los caminos de Dios? Él declaró: “Jehová es amador de la justicia, y no dejará a los que le son leales. Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados” (Salmo 37:28). ¡Qué garantía tan reconfortante! Ni por un momento abandonará Jehová a sus leales. Por lo tanto, podemos confiar en que estará cerca de nosotros y nos cuidará con cariño, pues su justicia lo garantiza (Proverbios 2:7, 8).
13. ¿Cómo se evidencia en la Ley que Jehová dio a Israel su interés por los desfavorecidos?
13 En segundo lugar, la justicia divina es sensible a las necesidades de los afligidos. Si examinamos la Ley que Jehová dio a Israel, resulta evidente que él se interesa por los desfavorecidos. Por ejemplo, vemos disposiciones especiales para asegurar el cuidado de huérfanos y viudas (Deuteronomio 24:17-21). Como Jehová reconocía lo difícil que solía ser la vida para ellos, él mismo se convirtió en su Juez y Protector paternal (Deuteronomio 10:17, 18). Además, advirtió a los israelitas que no se aprovecharan de tales mujeres y niños desamparados, porque oiría sin falta su clamor. “Verdaderamente se encenderá mi cólera”, declaró, tal como indica Éxodo 22:22-24. Aunque la cólera no es una de sus cualidades dominantes, siente justa indignación ante los abusos deliberados, sobre todo si los sufren personas indefensas (Salmo 103:6).
14. ¿Qué notable prueba tenemos de la imparcialidad de Jehová?
14 En tercer lugar, la Biblia nos asegura en Deuteronomio 10:17 que Jehová “no trata a nadie con parcialidad ni acepta soborno”. A diferencia de muchos seres humanos poderosos o influyentes, él no deja que pesen en sus decisiones las riquezas materiales o las apariencias, ni tiene prejuicios ni favoritismos de ningún tipo. He aquí una prueba sobresaliente de su imparcialidad: Dios no limita a una minoría selecta la oportunidad de ser sus adoradores verdaderos, con vida eterna en mira. Por el contrario, según indica Hechos 10:34, 35, “en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto”. Ofrece esta perspectiva a todas las personas, sin importar la posición social, el color de la piel ni el país donde vivan. ¿No es esta la mejor justicia posible? No cabe duda de que una mayor comprensión de la justicia de Jehová nos acerca a él.
‘¡Oh la profundidad de la sabiduría de Dios!’
15. ¿En qué consiste la sabiduría, y cómo la demuestra Jehová?
15 Como señala Romanos 11:33, el apóstol Pablo se sintió impulsado a exclamar: “¡Oh la profundidad [...] de la sabiduría y del conocimiento de Dios!”. En efecto, al examinar los diversos aspectos de la inmensa sabiduría de Jehová, no podemos menos que llenarnos de asombro. Pero ¿cómo definiríamos esta cualidad? La sabiduría aúna conocimiento, discernimiento y entendimiento, y los pone en acción. Basándose en la amplitud de su conocimiento y en la profundidad de su entendimiento, Jehová siempre toma las mejores decisiones y las lleva a cabo del mejor modo imaginable.
16, 17. ¿Cómo evidencian las creaciones de Jehová la infinita sabiduría divina? Dé un ejemplo.
16 ¿Cuáles son algunas muestras de la infinita sabiduría divina? Dice Salmo 104:24: “¡Cuántas son tus obras, oh Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus producciones”. Así es, cuanto más aprendemos sobre las creaciones de Jehová, más nos admiramos de Su sabiduría. Hasta los científicos han aprendido mucho estudiando las obras divinas. Hay incluso una rama de la ingeniería, la biomimética, que tiene por finalidad imitar los diseños del mundo natural.
17 Por ejemplo, tal vez usted se haya maravillado ante la belleza de la telaraña, un verdadero prodigio de diseño. Sus hebras parecerán frágiles, pero en proporción son más fuertes que el acero y más resistentes que las fibras de un chaleco antibalas. ¿Qué significa esto, exactamente? Pues bien, si ampliáramos la telaraña al tamaño de una red de pescar, sería capaz de detener un avión comercial en pleno vuelo. Sin lugar a dudas, Jehová ha hecho todas estas cosas “con sabiduría”.
18. ¿Cómo manifiesta sabiduría el hecho de que Jehová utilizara seres humanos para escribir su Palabra, la Biblia?
18 Encontramos la mayor muestra de la sabiduría de Dios en su Palabra, la Biblia. Ciertamente, los sabios consejos que encierran sus páginas nos enseñan el mejor modo de vivir (Isaías 48:17). Pero la incomparable sabiduría de Jehová también se revela en la forma en que se escribió la Biblia. ¿De qué manera? En su infinita sabiduría, Jehová decidió utilizar seres humanos para ponerla por escrito. ¿Habrían tenido las Escrituras inspiradas el mismo atractivo si hubiera empleado ángeles para esa labor? Es cierto que ellos habrían podido presentar al Todopoderoso desde su excelsa perspectiva, así como expresar la devoción que le profesan. Pero ¿nos identificaríamos con los puntos de vista de criaturas espirituales perfectas, que nos superan por mucho en conocimiento, experiencia y fortaleza? (Hebreos 2:6, 7.)
19. ¿Qué ejemplo muestra que emplear escritores humanos confirió a la Biblia más calidez y atractivo?
19 El hecho de que fueran hombres los que escribieron la Biblia logró que fuera muy cálida y atrayente. Aquellos siervos de Dios eran semejantes a nosotros tanto en los sentimientos que tenían como en las pruebas y presiones que afrontaban, dado que también eran imperfectos. A veces refirieron en primera persona sus emociones y luchas (2 Corintios 12:7-10). De ese modo pusieron por escrito palabras que ningún ángel podría haber expresado. Veamos, por ejemplo, las que aparecen en el Salmo 51, cuyo encabezamiento indica que lo compuso David tras cometer un pecado grave. En él reveló sus sentimientos más íntimos y su profundo dolor, e imploró el perdón divino. Los versículos 2 y 3 dicen así: “Lávame cabalmente de mi error, y límpiame aun de mi pecado. Pues mis transgresiones yo mismo conozco, y mi pecado está enfrente de mí constantemente”. Fijémonos en el versículo 5: “¡Mira! Con error fui dado a luz con dolores de parto, y en pecado me concibió mi madre”. El versículo 17 añade: “Los sacrificios para Dios son un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y aplastado, oh Dios, no lo despreciarás”. ¿Verdad que se percibe la angustia del escritor? ¿Quién sino un ser humano imperfecto podría expresar tales sentimientos?
20, 21. a) ¿Por qué puede decirse que la Biblia contiene la sabiduría de Jehová, pese a haberse utilizado a hombres para escribirla? b) ¿Qué examinaremos en el siguiente artículo?
20 Al recurrir a escritores humanos, Jehová nos dio justo lo que necesitábamos: una crónica “inspirada de Dios” que al mismo tiempo preserva el elemento humano (2 Timoteo 3:16). En efecto, estos hombres recibieron la guía del espíritu santo. Por consiguiente, no pusieron por escrito la sabiduría de ellos, sino la de Jehová, la cual merece nuestra total confianza. Es tan superior a nuestra sabiduría, que Dios nos dirige esta amorosa exhortación: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas” (Proverbios 3:5, 6). Si prestamos atención a este sabio consejo, nos acercaremos más a nuestro sapientísimo Dios.
21 La cualidad más bella y atrayente de Jehová es el amor. En el siguiente artículo examinaremos de qué forma lo ha expresado.
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“Dios es amor”La Atalaya 2003 | 1 de julio
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“Dios es amor”
“El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor.” (1 JUAN 4:8.)
1-3. a) ¿Qué dice la Biblia sobre el atributo divino del amor, y en qué sentido es singular dicha afirmación? b) ¿Por qué dice la Biblia que “Dios es amor”?
TODOS los atributos de Jehová son incomparables, perfectos y fascinantes, pero el más atractivo de todos es el amor. Nada nos impulsa tanto a acercarnos a Dios como esta cualidad que, felizmente, es la dominante. ¿Cómo lo sabemos?
2 La Biblia dice algo del amor que no dice de ninguna otra virtud cardinal de Jehová. Nunca afirma que Dios sea poder o justicia, ni siquiera sabiduría. Cierto, él posee estas tres cualidades y es la fuente primaria de ellas. Pero las Escrituras dicen algo más profundo sobre el cuarto atributo en 1 Juan 4:8: “Dios es amor”. En efecto, esta cualidad impregna todo su ser, es su misma esencia o naturaleza. En líneas generales, podemos verlo de la siguiente manera: las acciones de Jehová son posibles por su poder y están guiadas por la justicia y la sabiduría; sin embargo, son motivadas por el amor, cualidad siempre presente cuando él hace uso de sus demás atributos.
3 Oímos a menudo que Jehová es la personificación del amor. Por tanto, para aprender acerca del amor, es preciso adquirir conocimiento de Dios. Examinemos, pues, algunas facetas de su incomparable amor.
La mayor muestra de amor
4, 5. a) ¿Cuál ha sido la mayor muestra de amor de toda la historia? b) ¿Por qué puede afirmarse que a Jehová y su Hijo los unen los lazos afectivos más firmes que pueda haber?
4 Aunque Jehová ha demostrado su amor de múltiples maneras, hay una que se destaca sobre las demás. ¿A cuál nos referimos? Al hecho de que enviara a su Hijo a sufrir y morir por nosotros. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que se trata de la mayor muestra de amor de toda la historia. ¿Qué nos da tanta seguridad?
5 La Biblia llama a Jesús “el primogénito de toda la creación” (Colosenses 1:15). Pensémoslo detenidamente: el Hijo de Jehová existió antes que el universo físico. Entonces, ¿cuánto tiempo estuvieron juntos Padre e Hijo? Según cálculos científicos, la edad del cosmos asciende a trece mil millones de años. Sin embargo, incluso si esta cifra fuera correcta, no bastaría para abarcar la existencia del Hijo primogénito de Jehová. ¿Qué hizo Jesús durante tantos millones de años? Servir gustoso a su Padre en calidad de “obrero maestro” (Proverbios 8:30; Juan 1:3). Jehová y su Hijo trabajaron juntos para formarlo todo, disfrutando de momentos llenos de dicha y emoción. ¿Quién de nosotros, entonces, puede hacerse una mínima idea de la fuerza de un vínculo que ha existido por un período tan inmenso? Es patente que los unen los lazos afectivos más firmes que pueda haber.
6. ¿Cómo expresó Jehová sus sentimientos para con su Hijo cuando este se bautizó?
6 Con todo, Dios envió a la Tierra a su Hijo para que naciera como humano, lo que implicó tener que privarse por algunas décadas de la estrecha relación con él en el cielo. Desde allí lo observó con gran interés durante todo su crecimiento hasta que llegó a ser un hombre perfecto. Cuando se bautizó, tenía unos 30 años, y el Padre habló personalmente en aquella ocasión desde las alturas y dijo: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado” (Mateo 3:17). En vista de que Jesús cumplió fielmente todas las profecías y todo lo que se le había pedido, su Padre tuvo que sentirse muy complacido (Juan 5:36; 17:4).
7, 8. a) ¿Qué tuvo que soportar Jesús el 14 de Nisán del año 33 E.C., y cuál fue el efecto en su Padre celestial? b) ¿Por qué permitió Jehová que su Hijo sufriera y muriera?
7 Ahora bien, ¿cómo se sintió Jehová el día 14 de Nisán del año 33 E.C. al ver que Jesús era traicionado, que era arrestado por una turba furiosa, que recibía burlas, que le escupían y le daban puñetazos, que lo flagelaban hasta dejarle la espalda hecha jirones, y que lo clavaban de pies y manos en un poste donde sufrió terribles humillaciones públicas? Sí, ¿qué sentimientos le causó que su Hijo amado clamara a él en su agonía, exhalara su último suspiro y, por vez primera desde el principio de la creación, dejara de existir? (Mateo 26:14-16, 46, 47, 56, 59, 67; 27:26, 38-44, 46; Juan 19:1.)
8 El dolor que la muerte de su Hijo debió causarle a Jehová, quien tiene profundos sentimientos, nos resulta imposible de expresar. Lo que sí podemos saber es por qué permitió Jehová que ocurriera, por qué estuvo dispuesto a aguantar tal sufrimiento. El Creador nos revela algo maravilloso en Juan 3:16, un versículo tan importante que ha sido llamado el Evangelio en miniatura: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”. Los motivos de Jehová se resumen en una sola palabra: amor. Nadie jamás ha demostrado un amor tan grande.
Jehová nos garantiza su amor
9. ¿Qué desea hacernos creer Satanás sobre lo que piensa Jehová de nosotros, pero qué nos garantiza el Creador?
9 Sin embargo, surge una cuestión muy importante. ¿Nos ama Dios a cada uno de nosotros? Hay quienes aceptan que él quiere a la humanidad en general, como indica Juan 3:16, pero piensan: “Dios nunca podría amarme a mí”. Lo cierto es que a Satanás le encantaría hacernos creer que Jehová no nos ama ni valora. Por otro lado, por más inútiles e indignos de ser amados que nos creamos, Jehová nos garantiza que considera valioso a cada uno de sus siervos fieles.
10, 11. ¿Cómo nos enseña la ilustración de Jesús sobre los gorriones que somos valiosos a los ojos de Jehová?
10 Por ejemplo, veamos las palabras de Jesús referidas en Mateo 10:29-31. Para ilustrar cuánto valían sus discípulos, Cristo dijo: “¿No se venden dos gorriones por una moneda de poco valor? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin el conocimiento de su Padre. Mas los mismísimos cabellos de la cabeza de ustedes están todos contados. Por lo tanto, no tengan temor: ustedes valen más que muchos gorriones”. Pensemos en el significado de estas palabras para los oyentes del siglo primero.
11 En tiempos de Jesús se consideraba el gorrión un ave comestible, la más barata del mercado: dos por una monedita. Además, como leemos en Lucas 12:6, 7, Cristo indicó posteriormente que el comprador que pagara dos moneditas no adquiriría cuatro aves, sino cinco, ya que se añadía una gratis, como si careciera de valor. Aunque la gente considerara que aquellos pájaros no valían nada, ¿cómo los veía el Creador? “Ni uno de ellos [ni siquiera el que se regalaba] está olvidado delante de Dios”, afirmó Jesús. Ahora tal vez comencemos a captar el punto que quería destacar: si Jehová tiene en tal estima a un solo gorrión, ¡cuánto más valor le concederá a un ser humano! Como indicó Cristo, el Altísimo nos conoce al detalle. Efectivamente, sabe hasta el número de cabellos que tenemos.
12. ¿Por qué tenemos la certeza de que la afirmación de Jesús de que están contados nuestros cabellos es realista?
12 Habrá a quien le parezca exagerada la afirmación de Jesús. No obstante, pensemos en la resurrección. ¡Qué conocimiento tan íntimo de cada ser humano tiene que poseer Jehová para recrearlo! Dios nos valora tanto que recuerda todos los detalles, incluido el complejo código genético y las experiencias y recuerdos acumulados en el transcurso de los años. En comparación con esta proeza, contar los cabellos —unos cien mil en la cabeza promedio— es una labor sencilla. ¡De qué manera tan hermosa nos garantizan las palabras de Jesús que Jehová se interesa personalmente por cada uno de nosotros!
13. ¿Cómo demuestra el caso del rey Jehosafat que Jehová busca nuestros puntos buenos pese a que somos imperfectos?
13 La Biblia revela otra garantía de que Jehová nos ama: él busca lo bueno en nosotros y lo valora. Veamos el ejemplo de Jehosafat. Cuando este buen rey cometió una locura, el profeta de Dios le recriminó: “Por esto hay indignación contra ti procedente de la persona de Jehová”. El mensaje era sin duda impactante, pero contenía la siguiente puntualización: “No obstante, hay cosas buenas que se han hallado contigo” (2 Crónicas 19:1-3). Vemos, pues, que la justa cólera que sentía el Todopoderoso no le impidió ver las “cosas buenas”, o aspectos positivos, del monarca. ¿No es tranquilizador saber que tenemos un Dios que busca nuestros puntos buenos pese a que somos imperfectos?
Un Dios “listo para perdonar”
14. ¿Qué sentimientos aplastantes quizá tengamos por haber pecado, pero cómo podemos obtener el perdón de Jehová?
14 Cuando pecamos, puede que la decepción, la vergüenza y la culpa nos induzcan a creernos indignos de servir a Jehová. Recordemos, sin embargo, que Jehová está “listo para perdonar” (Salmo 86:5). En efecto, si nos arrepentimos y luchamos por no repetir los errores, obtendremos el perdón divino. Veamos cómo describe la Biblia esta maravillosa faceta del amor de Jehová.
15. ¿Cuánto aleja de nosotros los pecados Jehová?
15 El salmista David describió la disposición de Dios a perdonar con una imagen muy gráfica: “Como está de lejos el oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras transgresiones” (cursivas nuestras; Salmo 103:12, La Biblia de las Américas). ¿Cuánta separación hay entre ambos puntos cardinales? En cierto sentido, la mayor concebible, ya que nunca pueden encontrarse. Un comentarista indica que esta frase quiere decir “lo más lejos que sea posible o que alcancemos a figurarnos”. Las palabras inspiradas de David significan que cuando Jehová nos perdona, aparta de nosotros los pecados a la mayor distancia imaginable.
16. Cuando Jehová nos perdona los pecados, ¿por qué podemos estar seguros de que a partir de ese momento nos ve limpios?
16 ¿Ha intentado usted sacar una mancha de una prenda de color claro? Es posible que, a pesar del empeño que pusiera, siguiera notándose. Pues bien, observe cómo describe Jehová su capacidad de perdonar: “Aunque los pecados de ustedes resulten ser como escarlata, se les hará blancos justamente como la nieve; aunque sean rojos como tela de carmesí, llegarán a ser aun como la lana” (Isaías 1:18). El “escarlata” era un rojo vivo, y el “carmesí”, el color intenso de ciertas telas teñidas.a Nunca lograremos eliminar la mancha del pecado con nuestros propios esfuerzos, pero Dios consigue que, por así decirlo, transgresiones escarlatas y carmesíes se vuelvan blancas como la nieve o la lana sin teñir. No debemos creer que la mancha de los errores que él nos ha perdonado perdurará por el resto de nuestra vida.
17. ¿En qué sentido arroja Jehová tras sus espaldas nuestros pecados?
17 En una conmovedora canción a Jehová, compuesta para agradecerle que lo hubiera librado de una enfermedad mortal, Ezequías señaló: “Has arrojado tras tus espaldas todos mis pecados” (Isaías 38:17). En esta imagen, Dios aparece llevándose las faltas del arrepentido y arrojándolas tras de sí, donde ya no las verá ni reparará en ellas. De acuerdo con una obra especializada, esta es la idea que se quiere transmitir: “Has hecho que [mis pecados] sean como si no hubiesen ocurrido”. ¿Verdad que es reconfortante?
18. ¿Cómo indica el profeta Miqueas que cuando Jehová perdona elimina nuestros pecados definitivamente?
18 El profeta Miqueas expresó en una promesa de restauración su convencimiento de que el Altísimo perdonaría a Su pueblo arrepentido: “¿Quién es un Dios como tú, [...] [que] pasa por alto la transgresión del resto de su herencia? [...] [Tú] arrojarás a las profundidades del mar todos sus pecados” (Miqueas 7:18, 19). Imaginemos el sentido de estas palabras para quienes vivían en tiempos bíblicos. ¿Había alguna posibilidad de recuperar lo que se lanzara “a las profundidades del mar”? De modo que las palabras de Miqueas revelan que cuando Jehová perdona, elimina nuestros pecados definitivamente.
“La tierna compasión de nuestro Dios”
19, 20. a) ¿Qué significa el verbo hebreo que se traduce “mostrar misericordia” y “tener piedad”? b) ¿Cómo se vale la Biblia de los sentimientos de la madre hacia su bebé para enseñarnos en qué consiste la compasión de Jehová?
19 La compasión es otra faceta del amor de Jehová. ¿En qué consiste? En la Biblia encontramos una estrecha relación entre la misericordia y la compasión, a la que se alude con varias voces hebreas y griegas. Una de ellas es el verbo hebreo ra·jám, que suele traducirse “mostrar misericordia” y “tener piedad”. Este vocablo, que Jehová se aplica a sí mismo, está relacionado con el término para “matriz” y denota “compasión maternal”.
20 La Biblia nos enseña en qué consiste la compasión de Dios comparándola con los sentimientos de una mujer para con su bebé. En Isaías 49:15 leemos: “¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, para no compadecerse [ra·jám] del hijo de sus entrañas? Aunque ella se olvide, yo nunca te olvidaré” (Nueva Reina-Valera). Cuesta creer que una mujer se olvide de alimentar y cuidar a su hijo lactante, quien está indefenso y requiere su atención día y noche. Pero, lamentablemente, no es raro oír de madres que incumplen sus deberes, sobre todo en estos “tiempos críticos” (2 Timoteo 3:1, 3). En cambio, Jehová dice: “Yo nunca te olvidaré”. La tierna compasión que siente por sus siervos es infinitamente más fuerte que el más entrañable afecto imaginable: el que suele tener la madre para con su pequeño.
21, 22. ¿Qué experimentaron los israelitas en el antiguo Egipto, y cómo respondió Jehová a sus clamores?
21 ¿Cómo muestra Jehová la compasión de un padre amoroso? Esta cualidad resulta evidente en el trato que dispensó al antiguo Israel. A finales del siglo XVI a.E.C., millones de israelitas vivían bajo el yugo opresor de los egipcios (Éxodo 1:11, 14). En medio de sus tribulaciones, imploraron la ayuda de Jehová. ¿Cómo respondió el Dios de la compasión?
22 Jehová se conmovió y dijo: “He visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído el clamor de ellos [...]; porque conozco bien los dolores que sufren” (Éxodo 3:7). No pudo menos que apiadarse al ver sus padecimientos y oír sus clamores, pues es un Dios que demuestra empatía (la capacidad de sentir en sí mismo el sufrimiento ajeno), virtud muy relacionada con la compasión. Pero él no solo se condolió de su pueblo, sino que se sintió impulsado a auxiliarlo. Como indica Isaías 63:9: “En su amor y en su compasión él mismo los recompró”. “Con mano fuerte” rescató a los israelitas de Egipto (Deuteronomio 4:34). Luego les proporcionó alimento milagroso y los condujo libres a una tierra fértil que pasó a ser suya.
23. a) ¿Cómo nos garantizan las palabras del salmista que Jehová se interesa profundamente por cada uno de nosotros? b) ¿De qué maneras nos ayuda Jehová?
23 Jehová no se compadece de sus siervos tan solo a nivel colectivo. Nuestro amoroso Dios se interesa profundamente por cada uno de nosotros y es consciente de todos nuestros sufrimientos. El salmista escribió: “Los ojos de Jehová están hacia los justos, y sus oídos están hacia su clamor por ayuda. Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y salva a los que están aplastados en espíritu” (Salmo 34:15, 18). ¿Cómo nos da Jehová ayuda individual? No es que necesariamente vaya a eliminar la causa del sufrimiento. Sin embargo, ha dispuesto muchísimos medios para beneficio de quienes imploran su auxilio. En su Palabra, la Biblia, ofrece consejos prácticos que pueden mejorar nuestra situación. En la congregación proporciona superintendentes capacitados en sentido espiritual que procuran reflejar la compasión divina al dar asistencia a sus hermanos en la fe (Santiago 5:14, 15). Además, el “Oidor de la oración” concede “espíritu santo a los que le piden” (Salmo 65:2; Lucas 11:13). Todas estas dádivas son expresiones de “la tierna compasión de nuestro Dios” (Lucas 1:78).
24. ¿Cómo responderá usted al amor de Jehová?
24 ¿Verdad que es emocionante meditar en el amor de nuestro Padre celestial? El artículo anterior nos recordó que Jehová ha ejercitado con amor su poder, justicia y sabiduría a fin de beneficiarnos. Y en este hemos visto que él ha expresado directamente su amor por la humanidad —y por cada uno de nosotros— de formas extraordinarias. Por tanto, conviene que individualmente nos preguntemos: “¿Cómo responderé yo al amor de Jehová?”. Amémoslo con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas (Marcos 12:29, 30). Vivamos día tras día de tal modo que demostremos el sincero deseo de acercarnos cada vez más a él. ¡Y que Jehová, el Dios que es amor, se acerque cada vez más a nosotros, por toda la eternidad! (Santiago 4:8.)
[Nota]
a Un comentarista señala que el escarlata “era un color sólido, o inalterable, que no desteñían el rocío, la lluvia, el lavado ni el uso prolongado”.
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