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Las otras ovejas y el nuevo pactoLa Atalaya 1998 | 1 de febrero
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En esa misma visión Juan vio “una gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas [...], clamando con voz fuerte [...]: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero’” (Revelación 7:9, 10). Al decir “la salvación se la debemos [...] al Cordero”, la gran muchedumbre muestra que también se bendice por medio de la Descendencia de Abrahán.
2. ¿Cuándo apareció la gran muchedumbre, y qué sabemos de su identidad?
2 A esta gran muchedumbre se la reconoció en 1935, y hoy la componen más de cinco millones de personas. A sus miembros, marcados para sobrevivir a la gran tribulación, se les separará para vida eterna cuando Jesús divida a “las ovejas” de “las cabras”. Estos cristianos de la gran muchedumbre pertenecen a las “otras ovejas” de la ilustración de Jesús sobre los apriscos. Tienen la esperanza de vivir para siempre en una Tierra paradisíaca (Mateo 25:31-46; Juan 10:16; Revelación 21:3, 4).
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Las otras ovejas y el nuevo pactoLa Atalaya 1998 | 1 de febrero
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Los miembros de la gran muchedumbre no son partícipes del nuevo pacto. Sin embargo, se relacionan con el Israel de Dios y viven con él en su “tierra” (Isaías 66:8). Por tanto, es razonable decir que ellos también llegan a estar bajo la bondad inmerecida de Jehová y bajo la ley para con Cristo. Aunque no son partícipes del nuevo pacto, son beneficiarios de él.
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Las otras ovejas y el nuevo pactoLa Atalaya 1998 | 1 de febrero
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Los “extranjeros” y el “Israel de Dios”
4, 5. a) ¿Qué grupo sería ministro de Jehová, según Isaías? b) ¿Cómo se cumple Isaías 56:6, 7 en la gran muchedumbre?
4 El profeta Isaías escribió: “A los extranjeros que se han unido a Jehová para ministrarle y para amar el nombre de Jehová, a fin de llegar a ser siervos de él, a todos los que guardan el sábado para no profanarlo, y que se asen de mi pacto, yo también ciertamente los traeré a mi santa montaña y haré que se regocijen dentro de mi casa de oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán para aceptación sobre mi altar” (Isaías 56:6, 7). En Israel esto significaba que los “extranjeros”, es decir, los que no eran israelitas, adorarían a Jehová amando su nombre, obedeciendo el pacto de la Ley, guardando el sábado y ofreciendo sacrificios en el templo, la “casa de oración” de Dios (Mateo 21:13).
5 En nuestro día, “los extranjeros que se han unido a Jehová” son los miembros de la gran muchedumbre. Estos son ministros de Jehová junto con el Israel de Dios (Zacarías 8:23). Ofrecen los mismos sacrificios aceptables que el Israel de Dios (Hebreos 13:15, 16). Adoran en el templo espiritual de Dios, su “casa de oración” (compárese con Revelación 7:15). ¿Guardan ellos el sábado semanal? Ni a los ungidos ni a las otras ovejas se les ha mandado que lo hagan (Colosenses 2:16, 17). Sin embargo, Pablo dijo a los cristianos ungidos hebreos: “Queda un descanso sabático para el pueblo de Dios. Porque el hombre que ha entrado en el descanso de Dios ha descansado él mismo también de sus propias obras, así como Dios de las suyas” (Hebreos 4:9, 10). Aquellos hebreos entraron en este “descanso sabático” cuando se sujetaron a “la justicia de Dios” y descansaron de tener que justificarse por las obras de la Ley (Romanos 10:3, 4). Los cristianos ungidos gentiles disfrutan del mismo descanso al sujetarse a la justicia de Jehová, y la gran muchedumbre se une a ellos en ese descanso.
6. ¿Cómo se asen las otras ovejas hoy del nuevo pacto?
6 Además, las otras ovejas se asen del nuevo pacto tal como los extranjeros de tiempos antiguos se asían del pacto de la Ley. ¿De qué manera? No haciéndose partícipes de él, sino sometiéndose a sus leyes y beneficiándose de sus provisiones (compárese con Jeremías 31:33, 34). Como sus compañeros ungidos, las otras ovejas tienen la ley de Jehová escrita ‘en el corazón’. Aman profundamente a Jehová y obedecen sus mandamientos y principios (Salmo 37:31; 119:97). Conocen a Jehová, al igual que los cristianos ungidos (Juan 17:3). ¿Qué puede decirse de la circuncisión? Unos mil quinientos años antes de instituirse el nuevo pacto, Moisés dijo a los israelitas: “Ustedes tienen que circuncidar el prepucio de sus corazones” (Deuteronomio 10:16; Jeremías 4:4). Aunque la circuncisión obligatoria de la carne desapareció con la Ley, tanto los ungidos como las otras ovejas deben ‘circuncidarse’ el corazón (Colosenses 2:11). Finalmente, Jehová perdona el error de las otras ovejas sobre la base de la “sangre del pacto” que Jesús derramó (Mateo 26:28; 1 Juan 1:9; 2:2). Dios no los adopta como hijos espirituales, como hace con los 144.000. No obstante, los declara justos, del mismo modo que Abrahán fue declarado justo como amigo de Dios (Mateo 25:46; Romanos 4:2, 3; Santiago 2:23).
7. ¿Qué perspectiva se abre hoy ante las otras ovejas, a quienes se ha declarado justas como Abrahán?
7 Al ser declarados justos, los 144.000 pueden abrazar la esperanza de gobernar con Jesús en el Reino celestial (Romanos 8:16, 17; Gálatas 2:16). En el caso de las otras ovejas, el que se las declare justas como amigas de Dios les permite abrigar la esperanza de vivir eternamente en la Tierra paradisíaca, ya sea sobreviviendo al Armagedón como parte de la gran muchedumbre o mediante la ‘resurrección de los justos’ (Hechos 24:15). ¡Qué privilegio abrigar tal esperanza y ser amigo del Soberano del universo, ser un “huésped en [su] tienda”! (Salmo 15:1, 2.) En efecto, tanto los ungidos como las otras ovejas reciben una maravillosa bendición por medio de Jesús, la Descendencia de Abrahán.
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