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  • Moisés elige adorar a Jehová
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • Míriam ve que la hija del faraón encuentra al bebé Moisés

      LECCIÓN 17

      Moisés elige adorar a Jehová

      Mientras todavía vivían en Egipto, a las personas que eran de la familia de Jacob se les llamó israelitas. Después que Jacob y José murieron, un nuevo faraón empezó a gobernar. Este faraón tenía miedo porque los israelitas se estaban volviendo más poderosos que los egipcios. Así que los convirtió en esclavos. Los obligaba a hacer ladrillos y a trabajar duro en el campo. Aunque los egipcios los trataban cada vez peor, los israelitas eran cada vez más. Como al faraón no le gustaba eso, mandó matar a todos los niños israelitas recién nacidos, pero sin matar a las niñas. ¿Te imaginas qué asustados estarían los israelitas?

      Una mujer israelita que se llamaba Jokébed tuvo un hermoso bebé. Para protegerlo, lo puso en una canasta que escondió entre las cañas del río Nilo. Míriam, la hermana del bebé, se quedó cerca para ver lo que pasaba.

      La hija del faraón fue al río a bañarse y vio la canasta. Dentro vio a un bebé llorando, y le dio lástima. Míriam le preguntó: “¿Quieres que vaya a buscar a una mujer para que le dé el pecho al niño por ti?”. Ella dijo que sí, y Míriam fue a traer a su propia madre. La hija del faraón le dijo a Jokébed: “Llévate a este bebé, cuídalo por mí y yo te pagaré”.

      Moisés huye

      Cuando el niño creció, Jokébed se lo llevó a la hija del faraón. Ella lo llamó Moisés y lo crio como si fuera su hijo. Moisés creció siendo príncipe y podía tener todo lo que quisiera. Pero nunca se olvidó de Jehová. Moisés sabía que él en realidad era israelita, no egipcio, y eligió servir a Jehová.

      A la edad de 40 años, Moisés decidió ayudar a la gente de su pueblo. Un día, vio a un egipcio pegándole a un esclavo israelita. Al ver eso, Moisés golpeó al egipcio con tanta fuerza que lo mató, y escondió el cuerpo en la arena. Cuando el faraón se enteró, quiso matar a Moisés, pero él huyó y se fue a Madián. Allí Jehová cuidó de él.

      “Por la fe, Moisés [...] se negó a ser llamado hijo de la hija del faraón. Escogió ser maltratado con el pueblo de Dios” (Hebreos 11:24, 25).

      Preguntas: ¿Cómo trataban a los israelitas en Egipto? ¿Por qué huyó Moisés de Egipto?

      Génesis 49:33; Éxodo 1:1-14, 22; 2:1-15; Hechos 7:17-29; Hebreos 11:23-27.

  • El arbusto en llamas
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • Moisés frente al arbusto en llamas

      LECCIÓN 18

      El arbusto en llamas

      Moisés vivió 40 años en Madián. En ese tiempo, se casó y tuvo hijos. Un día estaba cuidando sus ovejas cerca del monte Sinaí y vio algo increíble. Un arbusto estaba en llamas, ¡pero no se quemaba! Cuando Moisés se acercó a ver qué pasaba, oyó una voz que salía del arbusto. La voz le dijo: “¡Moisés! No te acerques más. Quítate las sandalias porque estás pisando suelo santo”. Era Jehová, que estaba usando un ángel para hablar con Moisés.

      A Moisés le dio miedo, así que se tapó la cara. La voz le explicó: “He visto que los israelitas están sufriendo mucho. Voy a rescatarlos de los egipcios y llevarlos a una tierra buena. Y quiero que tú saques a mi pueblo de Egipto”. ¿Crees que Moisés se sorprendió?

      Moisés le preguntó: “¿Qué debo decir cuando quieran saber quién me envió?”. Dios le respondió: “Diles que Jehová, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob te envió”. Moisés dijo: “¿Y si el pueblo no me hace caso?”. Jehová le dio una prueba para mostrarle que lo ayudaría. Le dijo que tirara su bastón al suelo y, cuando lo hizo, ¡el bastón se convirtió en una serpiente! Luego, Moisés agarró la serpiente por la cola, y se convirtió otra vez en un bastón. Entonces Jehová le explicó: “Cuando hagas este milagro, demostrarás que yo te envié”.

      Pero Moisés dijo: “No soy muy bueno hablando delante de la gente”. Jehová le prometió: “Yo te diré lo que debes decir y, además, enviaré a tu hermano Aarón para que te ayude”. Ahora que Moisés sabía que Jehová lo iba a ayudar, regresó a Egipto y se llevó a su esposa y sus hijos.

      “No se angustien pensando en lo que van a decir o cómo lo van a decir, porque cuando llegue el momento se les indicará lo que deben decir” (Mateo 10:19).

      Preguntas: ¿Qué vio Moisés cuando estaba cuidando sus ovejas? ¿Qué le pidió Jehová a Moisés que hiciera?

      Éxodo 3:1-4:20; Hechos 7:30-36.

  • Las primeras tres plagas
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • Moisés y Aarón delante del faraón

      LECCIÓN 19

      Las primeras tres plagas

      Los israelitas eran esclavos, y los egipcios los obligaban a trabajar muy duro. Jehová envió a Moisés y a Aarón a darle este mensaje al faraón: “Deja que mi pueblo se vaya para que me adore en el desierto”. El faraón era muy orgulloso y respondió: “No me importa lo que diga Jehová. No voy a dejar que los israelitas se vayan”. Después de eso, el faraón los obligó a trabajar aún más duro. Pero Jehová le iba a dar una lección. ¿Qué hizo? Envió las 10 plagas a Egipto. Jehová le dijo a Moisés: “El faraón no me hace caso. Por la mañana él estará en el río Nilo. Ve y dile que toda el agua del río se convertirá en sangre porque no ha dejado que mi pueblo se vaya”. Moisés obedeció y fue a ver al faraón. El faraón vio a Aarón golpear el Nilo con su bastón, y el agua se convirtió en sangre. El río empezó a oler mal, no se podía beber agua de él, y los peces murieron. Pero el faraón todavía no quería dejarlos ir al desierto.

      Siete días después, Jehová volvió a mandar a Moisés a darle un mensaje al faraón: “Si no dejas salir a mi pueblo, Egipto se llenará de ranas”. Como el faraón no hizo caso, Aarón levantó su bastón, y todo el país se llenó de ranas. Había ranas en las casas de la gente, en sus camas, en sus platos de comida... ¡Estaban por todas partes! El faraón le dijo a Moisés: “Pídele a Jehová que la plaga termine. Luego, dejaré salir a los israelitas”. Así que Jehová paró la plaga, y los egipcios hicieron muchos montones de ranas muertas. La tierra empezó a oler mal, pero de nuevo el faraón no dejó que el pueblo se fuera.

      Después, Jehová le dijo a Moisés: “Que Aarón golpee el suelo con su bastón. Cuando lo haga, el polvo se convertirá en mosquitos”. Y así fue, por todos lados aparecieron mosquitos que picaban a la gente. Algunos egipcios le dijeron al faraón: “¡Esta plaga viene de Dios!”. Pero, de todos modos, el faraón no dejó que los israelitas se marcharan.

      Tres de las 10 plagas de Egipto: el río Nilo convertido en sangre, las ranas y los mosquitos

      “Les haré conocer mi fuerza y poder, y tendrán que saber que mi nombre es Jehová” (Jeremías 16:21).

      Preguntas: ¿Cuáles fueron las primeras tres plagas? ¿Por qué mandó Jehová estas plagas?

      Éxodo 5:1-18; 7:8-8:19; Nehemías 9:9, 10.

  • Seis plagas más
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • Nubes de langostas

      LECCIÓN 20

      Seis plagas más

      Moisés y Aarón fueron a ver al faraón para darle este mensaje de Dios: “Si no dejas que mi pueblo se vaya, enviaré tábanos al país”. Los tábanos son moscas grandes que pican. Miles y miles de esas moscas se metieron en las casas de los egipcios: de ricos y de pobres. Todo el país estaba lleno de tábanos. Pero en la tierra de Gosén, donde vivían los israelitas, no había ni uno. Esta cuarta plaga y las que vinieron después solo hicieron daño a los egipcios, pero no hicieron daño a los israelitas. El faraón le suplicó a Moisés: “Pídele a Jehová que quite estas moscas, y luego tu pueblo se podrá ir”. Pero, cuando Jehová las quitó, el faraón cambió de opinión. ¿Crees que el faraón aprendería la lección algún día?

      Luego Jehová dijo: “Si el faraón no deja salir a mi pueblo, los animales de los egipcios se enfermarán y morirán”. Al día siguiente, sucedió lo que Jehová había dicho, pero a los animales de los israelitas no les pasó nada. De todas maneras, el faraón no se dio por vencido porque era terco.

      Entonces, Jehová le mandó a Moisés que volviera adonde el faraón y que lanzara cenizas al aire. Las cenizas se convirtieron en un tipo de polvo que llenó el aire y que cayó sobre todos los egipcios. Ese polvo hizo que a ellos y a sus animales les salieran heridas muy dolorosas. Pero otra vez el faraón les dijo a los israelitas que no podían irse.

      La cuarta, la quinta y la sexta plaga de Egipto: tábanos, animales enfermos, heridas en la piel

      Jehová volvió a enviar a Moisés a ver al faraón para que le diera este mensaje: “¿Todavía no quieres dejar salir a mi pueblo? Pues mañana haré que caiga granizo”. Al día siguiente, Jehová mandó granizo, truenos y fuego. Fue la peor tormenta que había tenido Egipto. Destruyó todos los árboles y campos, aunque no los de Gosén. Entonces el faraón dijo: “Pídele a Jehová que esto se acabe, y se podrán ir”. Pero, tan pronto como el granizo y la lluvia pararon, el faraón cambió de opinión.

      Así que Moisés dijo: “Ahora las langostas se comerán las plantas que han quedado después de la tormenta”. Las langostas son un tipo de saltamontes grande. Millones de langostas se comieron todo lo que había quedado en los árboles y los campos. El faraón le suplicó a Moisés: “Pídele a Jehová que quite las langostas de aquí”. Pero, después que Jehová se llevó las langostas, el faraón siguió siendo terco.

      Luego, Jehová le dijo a Moisés: “Levanta la mano hacia el cielo”. Enseguida todo se puso muy muy oscuro. Los egipcios no pudieron ver nada durante tres días. Solo los israelitas tenían luz en sus casas.

      La séptima, la octava y la novena plaga de Egipto: granizo, langostas, oscuridad

      El faraón le dijo a Moisés: “Tú y tu pueblo se pueden ir, pero dejen sus animales aquí”. Moisés le respondió: “Tenemos que llevarnos los animales para dárselos como ofrendas a nuestro Dios”. El faraón se puso furioso y gritó: “¡Vete de aquí! Si te veo de nuevo, te mataré”.

      “Ustedes de nuevo verán la diferencia entre alguien justo y alguien malvado, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve” (Malaquías 3:18).

      Preguntas: ¿Cuáles fueron las siguientes seis plagas que Jehová envió? ¿Por qué eran diferentes de las primeras tres plagas?

      Éxodo 8:20-10:29.

  • La décima plaga
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • Un israelita señala con sangre el marco de su puerta

      LECCIÓN 21

      La décima plaga

      Moisés le prometió al faraón que no trataría de volver a verlo. Pero antes de irse le dijo: “A medianoche, el primogénito o hijo mayor de todas las familias de Egipto morirá, tanto el hijo del faraón como los hijos de los esclavos”.

      Jehová les dijo a los israelitas: “Preparen una comida especial. Maten un cordero o un cabrito de un año de edad, y salpiquen el marco de la puerta con algo de la sangre. Asen la carne y cómanla con pan sin levadura. Estén listos para irse, vestidos y con las sandalias puestas. Esta noche los liberaré”. ¿Te imaginas qué contentos estarían los israelitas?

      A medianoche, el ángel de Jehová fue a todas las casas de Egipto. En las que no había una señal de sangre en el marco de la puerta, el primogénito murió. Pero en las casas que sí tenían la señal de sangre, el ángel no les hizo nada a los hijos. Todas las familias de Egipto, ricas y pobres, perdieron un hijo. En cambio, ningún hijo de los israelitas murió.

      El primogénito del faraón también murió. El faraón ya no pudo soportarlo más y les dijo a Moisés y a Aarón: “¡Váyanse de aquí! ¡Salgan y adoren a su Dios! ¡Llévense los animales y váyanse!”.

      Esa noche había luna llena. Los israelitas se marcharon de Egipto organizados por familias y tribus. Había 600.000 hombres, además de un grupo grande de mujeres y niños. Muchos que no eran israelitas también se fueron con ellos para adorar a Jehová. ¡Los israelitas por fin eran libres!

      Para recordar que Jehová los había salvado, tendrían que preparar la misma comida especial todos los años. La llamaron Pascua.

      Los israelitas salen de Egipto

      “Te he dejado vivir por esta razón: para demostrar mi poder en tu caso y para que se proclame mi nombre por toda la tierra” (Romanos 9:17).

      Preguntas: ¿Cuál fue la décima plaga? ¿Qué tuvieron que hacer los israelitas para protegerse de esa plaga?

      Éxodo 11:1-12:42; 13:3-10.

  • El milagro del mar Rojo
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • El faraón y su ejército

      LECCIÓN 22

      El milagro del mar Rojo

      Cuando el faraón oyó que los israelitas habían salido de Egipto, se arrepintió de haber dejado que se fueran. Ordenó a sus soldados: “Preparen todos mis carros de guerra, y vamos tras ellos. No debimos dejarlos libres”. Entonces, él y sus hombres empezaron a perseguir a los israelitas.

      Jehová estaba guiando a su pueblo con una nube durante el día y con un fuego por la noche. Los llevó al mar Rojo y les dijo que acamparan allí.

      Después, los israelitas vieron que el faraón y su ejército venían siguiéndolos. Los israelitas estaban atrapados entre el mar y el ejército egipcio. Empezaron a gritar y a decirle a Moisés: “¡Vamos a morir! ¿Para qué nos sacaste de Egipto?”. Pero Moisés les respondió: “No tengan miedo. Esperen y vean cómo nos salva Jehová”. ¿Verdad que Moisés confiaba mucho en Jehová?

      Más tarde, Jehová dijo a los israelitas que levantaran el campamento. Esa noche, Jehová movió la nube y la puso entre los egipcios y los israelitas. En el lado de los egipcios había oscuridad, pero en el lado de los israelitas había luz.

      Luego, Jehová dijo a Moisés que extendiera su mano sobre el mar. Entonces hizo que soplara un viento fuerte toda la noche. El mar se dividió en dos, y en el medio se formó un camino. Los millones de israelitas cruzaron por tierra seca entre las dos paredes de agua hasta el otro lado.

      Los israelitas caminan sobre el lecho seco del mar al lado de una pared de agua

      El ejército del faraón persiguió a los israelitas a través del fondo seco del mar. Pero Jehová provocó un gran desorden entre los egipcios. Las ruedas de sus carros se salían. Entonces los soldados gritaron: “¡Vámonos de aquí! Jehová está peleando por su pueblo”.

      Jehová le dijo a Moisés: “Extiende tu mano sobre el mar”. De repente, las paredes de agua cayeron sobre el ejército egipcio. El faraón y todos sus hombres murieron. Ninguno quedó vivo.

      En el otro lado del mar, toda la gente alabó a Dios con una canción: “Le cantaré a Jehová, porque se ha ensalzado con gran gloria. Al caballo y a su jinete los arrojó al mar”. Mientras el pueblo cantaba, las mujeres bailaban y tocaban las panderetas. Todos estaban muy contentos porque ahora eran libres de verdad.

      “Así que podemos decir llenos de confianza: ‘Jehová es mi ayudante. No tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?’” (Hebreos 13:6).

      Preguntas: ¿Por qué tenían miedo los israelitas cuando llegaron al mar Rojo? ¿Qué hizo Jehová para salvar a los israelitas?

      Éxodo 13:21-15:21; Nehemías 9:9-11; Salmo 106:9-12; 136:11-15; Hebreos 11:29.

  • Le hacen una promesa a Jehová
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • Los israelitas al pie del monte Sinaí

      LECCIÓN 23

      Le hacen una promesa a Jehová

      Unos dos meses después que los israelitas salieron de Egipto, llegaron al monte Sinaí y acamparon allí. Entonces Jehová pidió a Moisés que subiera a esa montaña y le dijo: “Yo salvé a los israelitas. Si ellos me obedecen y cumplen mis leyes, serán mi pueblo especial”. Cuando Moisés bajó de la montaña, les contó a los israelitas lo que Jehová había dicho. ¿Qué respondieron? Contestaron: “Haremos todo lo que Jehová nos diga”.

      Luego Moisés subió a la montaña de nuevo. Allí Jehová le dijo: “Dentro de tres días voy a hablar con el pueblo. Avisa a la gente de que no trate de subir al monte Sinaí”. Moisés bajó y les dijo a los israelitas que se prepararan para escuchar a Jehová.

      Los israelitas ven relámpagos y una nube negra sobre el monte Sinaí

      Al tercer día, los israelitas vieron relámpagos y una nube oscura sobre la montaña. También oyeron un trueno muy fuerte y el sonido de un cuerno. Luego Jehová bajó a la montaña en medio de fuego. Los israelitas tenían muchísimo miedo. Toda la montaña estaba cubierta de humo y temblaba con fuerza. El sonido del cuerno se oía más y más alto. Entonces Jehová dijo: “Yo soy Jehová. No deben adorar a ningún otro dios”.

      Moisés volvió a subir a la montaña, y allí Jehová le dio leyes para el pueblo. En esas leyes les dijo cómo tenían que adorarlo y cómo debían comportarse. Moisés las escribió y después se las leyó a los israelitas. Ellos prometieron: “Vamos a hacer todo lo que Jehová nos pide”. Así que le hicieron una promesa a Dios, pero ¿la cumplirían?

      “Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” (Mateo 22:37).

      Preguntas: ¿Qué pasó en el monte Sinaí? ¿Qué prometieron los israelitas?

      Éxodo 19:1-20:21; 24:1-8; Deuteronomio 7:6-9; Nehemías 9:13, 14.

  • No cumplen su promesa
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • Los israelitas cantan y bailan alrededor del becerro de oro

      LECCIÓN 24

      No cumplen su promesa

      Jehová le dijo a Moisés: “Sube adonde estoy, en la montaña. Voy a escribir mis leyes en tablas de piedra y te las voy a dar”. Moisés subió y se quedó en la montaña 40 días y 40 noches. Mientras estaba allí, Jehová escribió los Diez Mandamientos en dos piedras planas y se las dio a Moisés.

      Moisés arroja las tablas de piedra al suelo

      Al poco tiempo, los israelitas empezaron a creer que Moisés los había abandonado. Por eso, le dijeron a Aarón: “¡Queremos un líder! ¡Haznos un dios!”. Aarón les respondió: “Tráiganme el oro que tengan”. Entonces él derritió el oro para hacer una estatua con forma de becerro. La gente dijo: “¡Este becerro es nuestro dios que nos sacó de Egipto!”. Hicieron una fiesta y empezaron a adorar el becerro de oro. ¿Era eso malo? Sí, porque el pueblo había prometido que iba a adorar solo a Jehová. Pero ahora no estaban cumpliendo su promesa.

      Jehová vio lo que estaba pasando y le dijo a Moisés: “Baja adonde el pueblo, porque están desobedeciéndome. Están adorando un dios falso”. Moisés bajó de la montaña con las dos tablas de piedra en la mano.

      Mientras Moisés iba acercándose al campamento, oyó a la gente cantar. Al llegar, los vio bailando y adorando el becerro. Moisés se enojó mucho, tiró las dos tablas de piedra al suelo, y se rompieron. Enseguida fue a destruir la estatua y después le preguntó a Aarón: “¿Cómo te convencieron para hacer esta cosa horrible?”. Aarón respondió: “No te enfades, tú sabes cómo son. Querían un dios, así que eché el oro al fuego, y salió este becerro”. Aarón no debió hacer eso. Moisés subió otra vez a la montaña y le suplicó a Jehová que perdonara al pueblo.

      Jehová perdonó a los israelitas que querían obedecerlo. Era muy importante que le hicieran caso a Jehová, y a Moisés también, ¿verdad que sí?

      “Cuando le hagas un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque a él no le agradan los insensatos. Lo que prometas en un voto, cúmplelo” (Eclesiastés 5:4).

      Preguntas: ¿Qué hicieron los israelitas mientras Moisés estaba en la montaña? ¿Qué hizo Moisés cuando bajó de la montaña?

      Éxodo 24:12-18; 32:1-30.

  • Un tabernáculo para adorar a Dios
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • El tabernáculo y su patio

      LECCIÓN 25

      Un tabernáculo para adorar a Dios

      Cuando Moisés estaba en el monte Sinaí, Jehová le dijo que construyera un tabernáculo. El tabernáculo sería una tienda especial donde los israelitas podrían adorar a Dios. Además, podrían llevarse el tabernáculo a cualquier lugar adonde fueran.

      Jehová dijo: “Pide al pueblo que den lo que puedan para ayudar a construir el tabernáculo”. Los israelitas llevaron oro, plata, cobre, piedras preciosas y joyas. También dieron lana, lino, pieles de animales y mucho más. Fueron muy generosos, regalaron muchas cosas, por eso Moisés tuvo que decirles: “Ya hay suficiente. No traigan nada más”.

      Los israelitas traen regalos para ayudar a construir el tabernáculo

      Muchos hombres y mujeres hábiles ayudaron a construir el tabernáculo. Jehová les dio sabiduría para que el trabajo saliera bien. Algunos hilaban, tejían o bordaban. Otros trabajaban el oro, cortaban y montaban piedras, o hacían piezas de madera.

      El pueblo construyó el tabernáculo como Jehová le mandó. Hicieron una hermosa cortina para separar el tabernáculo en dos cuartos: el Santo y el Santísimo. En el Santísimo estaba el arca del pacto, hecha de madera de acacia y oro. En el Santo había un candelabro de oro, una mesa y un altar para quemar incienso. En el patio había una pila o palangana de cobre y un altar grande. Los israelitas le habían prometido a Jehová que iban a obedecerlo. El arca del pacto les ayudaba a recordar esa promesa. ¿Sabes lo que es un pacto? Es una promesa especial.

      Jehová eligió a Aarón y sus hijos para que fueran sacerdotes y trabajaran en el tabernáculo. Tenían que cuidarlo y hacer ofrendas a Jehová allí. Solo el sumo sacerdote, Aarón, tenía permiso para entrar en el Santísimo. Entraba una vez al año para presentar un sacrificio por sus pecados, los pecados de su familia y los pecados de toda la nación de Israel.

      Los israelitas terminaron el tabernáculo un año después de salir de Egipto. Ahora sí tenían un lugar para adorar a Jehová.

      Jehová puso una nube encima del tabernáculo y lo llenó con su gloria. Así mostró que estaba contento. Si la nube se quedaba quieta encima del tabernáculo, los israelitas se quedaban en donde estaban. Pero, si la nube se elevaba, sabían que tenían que irse a otro lugar. Desarmaban el tabernáculo y seguían la nube.

      “Luego oí una voz fuerte que salía del trono y decía: ‘¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad. Él residirá con ellos y ellos serán su pueblo. Dios mismo estará con ellos’” (Apocalipsis 21:3).

      Preguntas: ¿Qué le dijo Jehová a Moisés que construyera? ¿Qué trabajos dio Jehová a Aarón y sus hijos?

      Éxodo 25:1-9; 31:1-11; 40:33-38; Hebreos 9:1-7.

  • Los 12 espías
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • Hombres israelitas espían la tierra de Canaán

      LECCIÓN 26

      Los 12 espías

      Los israelitas se fueron del monte Sinaí. Viajaron por el desierto de Parán hasta llegar a un lugar que se llamaba Cadés. Allí Jehová dijo a Moisés: “Envía 12 hombres, uno de cada tribu, para espiar Canaán, la tierra que voy a dar a los israelitas”. Así que Moisés escogió a 12 hombres y les dijo: “Vayan a Canaán y averigüen si la tierra es buena para sembrar. Averigüen también si la gente es fuerte o débil, y si viven en tiendas o en ciudades”. Los 12 espías salieron para Canaán. Entre ellos iban Josué y Caleb.

      Los israelitas se quejan y se desaniman

      Los espías regresaron 40 días después. Trajeron higos, granadas y uvas, y dieron este informe: “Canaán es una buena tierra, pero las personas son fuertes, y las ciudades tienen muros muy altos”. Entonces Caleb dijo: “¡Podemos vencerlos! Vamos ya”. ¿Por qué crees que dijo eso Caleb? Porque él y Josué confiaban en Jehová. En cambio, los otros 10 espías dijeron: “No vayamos. La gente de allí es enorme, son como gigantes. Comparados con ellos, nosotros parecemos saltamontes”.

      Los israelitas se desanimaron, empezaron a quejarse y a decir entre ellos: “Elijamos otro líder y regresemos a Egipto. ¿Para qué vamos a ir a Canaán? ¿Para que nos maten?”. Josué y Caleb dijeron: “Mejor vamos a obedecer a Jehová. Él nos protegerá. No tengan miedo”. Pero los israelitas no les hicieron caso. Más bien, querían matar a Josué y Caleb.

      ¿Y qué hizo Jehová? Le dijo a Moisés: “He hecho tantas cosas buenas por los israelitas..., pero ellos todavía son desobedientes. Así que voy a dejarlos aquí en el desierto por 40 años hasta que se mueran. Solo sus hijos y Josué y Caleb vivirán en la tierra que prometí dar a los israelitas”.

      “Hombres de poca fe, ¿por qué están tan asustados?” (Mateo 8:26).

      Preguntas: ¿Qué pasó cuando los 12 espías regresaron de Canaán? ¿Cómo mostraron Josué y Caleb que confiaban en Jehová?

      Números 13:1-14:38; Deuteronomio 1:22-33; Salmo 78:22; Hebreos 3:17-19.

  • Se rebelan contra Jehová
    Lecciones que aprendo de la Biblia
    • Coré y sus seguidores de pie delante de Moisés y Aarón

      LECCIÓN 27

      Se rebelan contra Jehová

      Tiempo después, mientras los israelitas todavía estaban en el desierto, Coré, Datán, Abiram y otros 250 hombres se rebelaron contra Moisés. Le dijeron: “¡Ya estamos cansados de ustedes! ¿Por qué tienes que ser tú nuestro líder? ¿Y por qué tiene que ser Aarón el sumo sacerdote? Jehová no solo está contigo y con Aarón, también está con todos nosotros”. A Jehová no le gustó que dijeran eso pues sintió que se estaban rebelando contra él.

      Moisés les dijo a Coré y a los que estaban con él: “Vengan al tabernáculo mañana y traigan sus braserillos llenos de incienso. Jehová nos mostrará a quién eligió”.

      Al día siguiente, Coré y los 250 hombres fueron a reunirse con Moisés en el tabernáculo. Allí empezaron a quemar incienso como si fueran sacerdotes. Entonces Jehová les dijo a Moisés y a Aarón: “Apártense de Coré y sus hombres”.

      Coré había ido al tabernáculo adonde estaba Moisés, pero Datán, Abiram y sus familias no habían querido ir. Jehová les dijo a los israelitas: “Aléjense de las tiendas de Coré, Datán y Abiram”. Los israelitas se apartaron enseguida. Datán, Abiram y sus familias se quedaron de pie fuera de sus tiendas. De repente, el suelo se abrió y se tragó a los rebeldes. Y en el tabernáculo un fuego bajó del cielo y destruyó a Coré y a los 250 hombres.

      La tierra se abre y se traga a Datán, Abiram y sus familias

      Luego, Jehová le dijo a Moisés: “Que los líderes de todas las tribus traigan sus bastones. Escribe el nombre de cada líder sobre su bastón. Pero, en el de la tribu de Leví, escribe el nombre de Aarón. Pon todos los bastones dentro del tabernáculo. En el bastón del hombre que yo elija, nacerán flores”.

      Al otro día, Moisés sacó todos los bastones y se los mostró a los líderes. Al bastón de Aarón le estaban creciendo flores, y tenía almendras maduras. Así Jehová dejó claro que había elegido a Aarón para ser el sumo sacerdote.

      “Sean obedientes y sumisos a los que los dirigen” (Hebreos 13:17).

      Preguntas: ¿Por qué se rebelaron Coré y otros hombres contra Moisés? ¿Por qué sabemos que Jehová eligió a Aarón para ser el sumo sacerdote?

      Números 16:1-17:13; 26:9-11; Salmo 106:16-18.

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