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CreaciónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Aunque Jehová, que es un Espíritu (Jn 4:24; 2Co 3:17), ha existido siempre, no se puede afirmar lo mismo de la materia que constituye el universo. Por lo tanto, cuando creó los cielos y la tierra literales, Jehová no usó materia preexistente. Génesis 1:1 deja esto claro con las palabras: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”. En caso de que la materia hubiera existido siempre, no habría sido correcto el uso del término “principio” con referencia a las cosas materiales. Sin embargo, después de crear la tierra, Dios sí formó “del suelo toda bestia salvaje del campo y toda criatura voladora de los cielos”. (Gé 2:19.) También formó al hombre “del polvo del suelo”, soplando en sus narices aliento de vida para que llegara a ser un alma viviente. (Gé 2:7.)
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CreaciónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Cuando las Escrituras dicen: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra” (Gé 1:1), dejan sin determinar cuándo tuvo lugar la creación. El uso del término “principio” es, por lo tanto, incuestionable, sin importar la edad que los científicos quieran atribuirle al globo terráqueo, así como a todos los planetas y los demás cuerpos celestes. El momento real de la creación de los cielos y la Tierra materiales puede haber acontecido hace miles de millones de años.
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CreaciónPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 1
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Las lumbreras celestes se hacen distinguibles desde la tierra
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