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Sean ricos en buenas obrasLa Atalaya 1950 | 15 de marzo
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acumulado riquezas en el cielo por medio de dar a los pobres. “No te jactes del día de mañana; porque no sabes lo que día alguno acarreará.”—Pro. 27:1.
26. ¿Qué preguntas acerca de la seguridad y de la vida tenemos que contestar? ¿De qué modo?
26 Como individuo, ¿qué es lo que desea usted? ¿La seguridad en este mundo que pronto pasará, o la vida en el nuevo mundo de justicia? La Palabra de Dios fija la norma que deben seguir todos los cristianos para conseguir la vida eterna, sea ésa la vida con Cristo Jesús como su novia en la gloria celestial del Reino, o la vida como una criatura que gozará de las bendiciones bajo el reino celestial y de los placeres de la vida eterna sobre una tierra nueva y gloriosa que Dios hará para que sea habitada por el hombre. La vida en ambos lugares se consigue mediante las verdaderas riquezas; de modo que acumule para sí tesoros en el cielo.
27. ¿De qué manera pueden tanto los ricos como los pobres ser “ricos en buenas obras”?
27 Toda la gente posee ciertas posesiones, algunos más que otros; de manera que la norma, “de gracia recibisteis, dad de gracia,” aplica igualmente a los ricos, a la clase media y a los pobres. La pobre viuda que vino al arca de las ofrendas y echó allí sus dos blancas había “echado todo el sustento que tenía” para ser usado en la obra de Dios, dijo Jesús; entre tanto que los ricos que venían y hacían sus depósitos en el arca de las ofrendas en el templo lo hacían “de lo que les sobra”. (Luc. 21:1-4) Los ricos ni siquiera notaban la dádiva que ellos daban al Señor. De modo que puede hacerse esta pregunta, ¿Quién dió más? ¿No es verdad que fué la viuda con sus dos monedas pequeñas de poco valor? Por lo tanto, pues, si usted desea ser rico para con Dios, use sus posesiones y su conocimiento de Jehová Dios y de su justo gobierno para bien de los pobres y dé consuelo a los que gimen, con las buenas nuevas del reino de Dios. No permita usted que sus riquezas le aten y hagan de usted un esclavo de sus posesiones, sino haga que sus posesiones le sirvan a usted en su predicación de la Palabra de Dios.
28. ¿Qué se le dijo a Timoteo que mandara “a los ricos en este presente siglo”? ¿Por qué?
28 Pablo tenía conocimiento de ciertos individuos entre la iglesia que tenían riquezas y que estaban atareados en acumular más, y en una carta que le escribió a Timoteo le dijo esto: “A los ricos en este presente siglo manda que no sean altivos, ni tengan puesta la esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios el cual nos provee de todas las cosas en abundancia para nuestro goce, que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo porvenir, a fin de que echen mano de la vida verdadera.” (1 Tim. 6:17-19, Ver. Hisp.-Am.) El que tenga una persona pocos o muchos bienes en este mundo no es motivo para que esa persona adopte una actitud arrogante con sus amigos y vecinos, ni con los de una congregación cristiana, ni con los del mundo. Nunca deben fijarse las esperanzas en riquezas tan inciertas como el oro y la plata, todo lo cual será sin valor en los días finales de este viejo mundo. Los ricos igual que los pobres deben reconocer que es Dios quien provee tan ricamente todas las cosas para nuestro deleite. Debido a que uno tiene más de las riquezas de este mundo que algún otro no es razón para que el rico mire con desdén al pobre. Todos pueden y deben ser ricos en “buenas obras”.
29. ¿Qué consejo nos dió Santiago en cuanto a mostrar parcialidad?
29 Santiago dió consejo excelente a todo el pueblo del Señor cuando dijo: “Escuchad, amados hermanos míos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres en cuanto al mundo, para que sean ricos en fe, y herederos del reino que tiene prometido a los que le aman? Vosotros empero habéis despreciado al hombre pobre. ¿Acaso los ricos no os oprimen, y ellos mismos os arrastran ante los tribunales? ¿No blasfeman ellos aquel nombre honorable del cual vosotros sois llamados? Si, al contrario de esto, cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, hacéis bien: mas si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y sois condenados por la ley como transgresores.”—Sant. 2:5-9.
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Una inversión sanaLa Atalaya 1950 | 15 de marzo
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Una inversión sana
1. ¿Por qué es más fácil que los pobres de este mundo sean “ricos en buenas obras”?
LA acumulación de las riquezas de este mundo no es lo que trae seguridad. Es la acumulación de buenas obras. Eso es lo que hace que uno sea rico para con Dios, y los “pobres en cuanto al mundo” pueden acumular este tesoro más rápidamente que los ricos si es que son “ricos en fe”. Además, los que son pobres en cuanto a las cosas de este mundo no tienen que dedicar tanto tiempo para cuidar aquello que poseen. El que pone su confianza en el dinero tiene muy poca seguridad, especialmente en estos días. Parece que después de cada guerra el dinero pierde valor. Poco después de la segunda Guerra Mundial la mayor parte del dinero en Europa fué bloqueado en los bancos por orden del gobierno, y la gente no pudo retirar todos sus fondos por muchos años. Hasta los ricos recibieron sólo una cantidad pequeña para usar, y muy recientemente los que eran ricos en libras esterlinas descubrieron de un día a otro que habían perdido miles y miles de dólares, porque el valor de la libra en el mercado extranjero cayó de $4.03 (dólar) a $2.80 (dólar). Muchas otras monedas perdieron mucho de su poder adquisitivo en los mercados mundiales al mismo tiempo. De manera que la acumulación de dinero o de las riquezas inciertas de este mundo es de poco valor. Su valor puede esfumarse de un día al otro si los gobiernos así lo decretan. Cuánto mejor sería que el hombre hiciera trabajar sus bienes para el beneficio de otros mientras que todavía tienen algún valor más bien que retenerlos hasta que acumulen polilla y orín y sean inútiles.
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